Para finalizar con el signo de Tauro, Germánico, en su traducción de Arato, escribió:
Aurigae pedibus trux adiacet ignea Taurus
Cornua fronte gerens et lucidus ore minaci. 175
Quemlibet ignarum caeli sua forma docebit,
Et caput et patulae nares et cornua Tauri.
Fronte micant Hyades. Quae cornus flamma sinistri
Summa tenet, subit haec eadem uestigia dextra
Aurigae mediaque ligat compagine diuos. 180
Myrtilos exoritur summo cum Piscibus ore,
Totus cum Tauro lucet; ruit Oceano Bos
Ante, super terras cum fulget Myrtilos ore.
(174) El fiero Toro, que lleva en su frente unas astas de fuego y que brilla con rostro amenazador, está situado a los pies del Auriga. Mostrará su figura –tanto su cabeza como sus abultadas narices y sus cuernos de toro- a cualquier persona desconocedora del cielo. En su frente brillan las Híades. La llama que sostiene la parte más elevada del cuerno izquierdo, soporta también ella el pie derecho (180) del Auriga y une a aquellos que han sido divinizados por la mitad de su trabazón. Mírtilo se levanta por lo más alto de su rostro con los Peces y reluce en su plenitud con el Toro; el Buey se precipita antes al Océano, mientras Mírtilo sigue refulgiendo con su rostro sobre la tierra.
Y seguimos con el signo de Géminis.
Géminis:
Guzmán Guerra, en una nota al pie de su traducción de los Catasterismos de Eratóstenes, aclara que “aunque los antiguos las observaron como dos estrellas gemelas (los dos hermanos cogidos de la mano), en realidad tanto Cástor como Pólux son estrellas dobles, cada una de las cuatro más brillantes que nuestro Sol”.
Escribe Eratóstenes:
Dicen que son los Dioscuros, que nacieron y se criaron en la región de Laconia, superando a todo el mundo en su amorfraternal, pues jamás disputaron entre sí ni por el mando ni por ningún otro motivo. Zeus quiso recompensar este estupendo testimonio de fraternidad, los denominó Géminis y los ubicó a ambos en el firmamento. El que se encuentra a continuación de Cáncer tiene una estrella brillante sobre la cabeza y otra también muy luminosa sobre cada hombro; otra sobre el codo derecho y una más en la mano derecha, una en cada rodilla y una más en cada pie. Suman un total de nueve. Su hermano, que está junto, tiene una estrella brillante sobre la cabeza, otra también de intenso brillo sobre el hombro izquierdo, otra en cada tetilla, una sobre el codo izquierdo, otra en el extremo de la mano, una sobre la rodilla izquierda, una en cada pie y otra más debajo del pie izquierdo, que se llama Antepié. Suman en total diez.
En nota, Guzmán Guerra dice sobre los Dioscuros:
Son los “hijos de Zeus”, de nombre Cástor y Pólux; en algunas versiones Cástor es hijo de un mortal, Tindáreo, el padre también de Helena. Debido al amor que Pólux sentía por su mortal hermano, le hizo beneficiario de su inmortalidad, y ambos pasaron a formar la constelación de Géminis. Desde el cielo protegen a los navegantes, a los que se aparecen durante las tormentas bajo la forma del Fuego de San Telmo. En realidad, se trata de la electricidad que se acumula alrededor del mástil y otros palos de la embarcación.
Arato nos habla de Géminis, junto con Cáncer y Leo, en Fenómenos (146-150):
Κρατὶ δέ οἱ Δίδυμοι, μέσσηι δ᾿ ὕπο Καρκίνος ἐστίν· ποσσὶ δ᾿ ὀπισθοτέροισι Λέων ὕπο καλὰ φαείνει. Ἔνθα μὲν ἠελίοιο θερείταταί εἰσι κέλευθοι· 150 αἱ δέ που ἀσταχύων κενεαὶ φαίνονται ἄρουραι ἠελίου τὰ πρῶτα συνερχομένοιο Λέοντι.
Debajo de su cabeza están los Gemelos, debajo de su parte central está el Cangrejo; bajo sus patas posteriores resplandece el León. Allí la ruta del Sol marca el punto más cálido del verano; y los labrantíos aparecen casi vacíos de espigas cuando el Sol se junta por vez primera con el León.
Cáncer
Seguimos con Eratóstenes y pasamos ahora al signo de Cáncer.
Parece que fue la diosa Hera quien lo colocó en el firmamento. Cuenta Paniasis (autor de poesía épica del siglo V a. C., de la que se conservan extractos de un tratado, Heraclia, en la que se encuentra una valiosa información sobre diversos mitos) en su obra Heraclia que un cangrejo salió de la laguna en la que Heracles luchaba con la hidra y le mordió el pie él solo, sin concurso de otros. Heracles, irritado, lo aplastó con el pie, y desde entonces el cangrejo alcanzó una gran fama y se le cuenta como uno de los doce signos del Zodiaco. Algunas estrellas de esta constelación reciben el nombre de Asnos, y fue el dios Dioniso el que los elevó al cielo. Anexo a ellos se encuentra el llamado pesebre. He aquí su historia: cuando los dioses partieron a la guerra contra los Gigantes, se dice que el dios Dioniso, Hefesto y unos sátiros subieron a lomos de unos asnos; cuando aún los Gigantes no los habían divisado, los asnos se pusieron a rebuznar hallándose a corta distancia, y los Gigantes se echaron a correr al oír los rebuznos. En recompensa por dicha acción los asnos pasaron a formar parte de la constelación de Cáncer, a la zona de poniente. Cáncer tiene dos estrellas muy brillantes sobre su caparazón, que son los Asnos, y una nebulosa que se encuentra entre éstos compone el llamado Pesebre; da la impresión de estar flanqueado por los Asnos. Cáncer tiene una estrella de escaso brillo sobre cada pata del lado derecho y en la pata anterior del lado izquierdo dos poco brillantes, otras dos sobre la pata segunda, una en la tercera; igualmente presenta una en el extremo de la cuarta pata, otra sobre la boca y tres iguales y no muy granes sobre la pinza de la derecha; otras dos iguales, de no gran tamaño, sobre la pinza de la izquierda. Suman un total de dieciocho.
Germánico en su traducción de los Fenómenos de Arato escribe sobre Cáncer:
Qua media est Helice, subiectum respice Cancrum;
At capiti suberunt Gemini. Qua posterior pes,
Horrentisque iubas et fuluum cerne Leonem.
Hunc ubi contigerit Phoebi uiolentior axis, 150
Accensa in Cancro iam tum geminabitur aestas.
Tunc lymphae tenues, tunc est tristissima tellus,
Et densas laetus segetes bene condet arator.
Ne mihi tum remis pulset uada caerula puppis;
Dem potius uentis excusso uela rudente 155
Excipiamque sinus Zephyris spirantibus auras.
Donde se encuentra la mitad de Hélice, observa, a su lado, el Cangrejo: no obstante, los Gemelos se han colocado bajo su cabeza. Donde se encuentra su pata trasera, fíjate en las encrespadas melenas del rubio León (150) Cuando el muy fogoso carro de Febo lo alcance, el verano, que ya había entrado en Cáncer, se intensificará en esa fecha. Entonces los cursos de agua serán de caudal escaso, entonces la tierra tendrá un aspecto muy desapacible y el labrador, con alegría, almacenará adecuadamente las apretadas mieses. Pero que no agite mi nave con sus remos las azuladas ondas, (155) sino que, más bien, hágala yo desplegar sus velas a los vientos, cuando crujen las jarcias, y reciba en sus pliegues las brisas al soplo de los Céfiros.
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