Las palabras son como organismos vivos. Nacen, tienen una época de apogeo y, finalmente, se produce su decadencia y muerte cuando caen en desuso. También viajan de unos lugares a otros como los objetos a los que designan o como forma de expresión de las ideas. Se toman en préstamo de unas lenguas a otras, adoptan formas nuevas que las desfiguran casi del todo o no permiten reconocerlas. Se unen entre ellas para formar nuevos términos o incluso se desdoblan formando familias. Con ayuda de prefijos y sufijos, extienden su campo de acción abarcando numerosos significados. Toda la realidad está en sus manos y no puede existir sin ellas. Las cosas y las personas pasan sin remedio, pero las palabras permanecen fijadas en la escritura y ligadas a la memoria de los seres humanos. Las palabras constituyen un legado inmortal de los hombres.
Las lenguas románicas de España han constituido la mayor parte de su vocabulario a base de elementos procedentes del griego y del latín. En unas ocasiones han adoptado sus propios términos; en otras, han adecuado estos términos mediante la evolución fonética, la derivación de nuevos términos a partir de las antiguas raíces o la composición de nuevas palabras a base de prefijos y sufijos griegos y latinos. El castellano y el catalán corrientes, los que usamos todos habitualmente, están llenos de palabras de origen griego heredadas a través del latín, lengua que sufrió una fuerte influencia del griego a partir de la conquista de Grecia por los romanos. Muchas palabras griegas fueron incorporadas al latín de nuestros antepasados, transcritas simplemente al alfabeto latino o con ligeras modificaciones. Son los helenismos del latín, que las lenguas románicas han conservado. Pertenecientes en su origen a diferentes ramas del saber (como la filosofía o las distintas ciencias) o a actividades específicas (como la literatura, la música o la educación) acabaron convirtiéndose en palabras de uso común. Palabras como idea, fantasía, música, teatro, atleta, coro, escuela, pedagogo, balneario (y baño), ánfora (y ampolla), bodega, cuerda, áncora, sinfonía, púrpura, huérfano, etc. y las correspondientes catalanas. En el castellano y el catalán científico y técnico son muchísimas las palabras que se derivan del griego. Saber identificar sus componentes iniciales o terminales puede enriquecer extraordinariamente nuestro conocimiento del vocabulario culto en todas las áreas del saber, lo cual nos convertirá en unos ciudadanos mejor preparados, más capaces y menos indefensos.
La etimología es la parte de la gramática encargada de establecer los orígenes de las palabras, y en nuestro caso de remitirnos al vocablo griego del que procede la palabra románica. La etimología consiste en la observación de la relación inmediata existente entre vocablos castellanos o catalanes y las raíces o palabras griegas. Si decimos que la palabra teatre / teatro proviene del griego θέατρον, hemos establecido una relación etimológica. La palabra etimología viene, también ella, del griego ἐτυμολογία, que se forma con las palabras ἔτυμος (verdadero) y λόγος (palabra). La etimología es, por tanto, el estudio del origen y constitución de la palabra en orden a su significado. Esta disciplina nos informa, pues, del origen de las palabras, de la razón de su existencia, de su significación y de su forma. Con la etimología devolvemos la palabra a su originaria ascendencia, enriquecemos nuestro vocabulario castellano o catalán y descubrimos la enorme importancia de la lengua griega en la formación de innumerables palabras españolas.
La etimología dentro del estudio de una lengua es de vital importancia para toda persona que se precie de ser medianamente culta. Es de gran utilidad por diversas y variadas razones:
– permite una mejor comprensión de nuestro idioma
– proporciona el vocabulario propio de las ciencias humanísticas y de la tecnología en general
– facilita la comprensión de palabras técnicas o cultas
– es un auxiliar de la memoria
– relaciona nuestra lengua con otras románicas e indoeuropeas
– es de gran ayuda en la formulación de conceptos y definiciones
– sirve para deducir definiciones y formularlas claramente
– nos auxilia en la elaboración de neologismos prácticos
– nos ayuda a enriquecer el vocabulario, utilizando los recursos que nos brinda la comprensión de las unidades menores de las palabras (prefijos, sufijos, morfemas, lexemas y monemas)
Seguimos con el griego y aportamos retazos del prólogo del Diccionario etimológico de helenismos españoles, de Don Crisóstomo (no podía ser de otra forma, tenía que tener un nombre griego y además tan sonoro: «boca de oro») Eseverri Hualde.
La lengua española cuenta con un enorme caudal de vocablos derivados del griego, los llamados helenismos. La floración de los helenismos coincidió con el despertar de las ciencias en los tiempos modernos, a raíz del Renacimiento. El mundo de los descubrimientos y las investigaciones de los sabios exigían la creación de términos nuevos. ¿Cómo se habían de llamar aquellos seres innominados, desconocidos hasta que los descubrió el microscopio o los clasificó la paciente labor del sabio? Los lingüistas tuvieron acierto. Excluyeron los idiomas privativos de las distintas naciones. La ciencia tendrá un lenguaje universal. Se lo dará la lengua del Ática, tan rica como flexible. Así el griego ha venido a ser la lengua de la terminología culta y de los tecnicismos científicos. Y no es posible abrir un libro, de cualquier nacionalidad que sea, que trate de las diversas ramas del saber y de las artes, sin verse envuelto en ese bello lenguaje, lleno de precisión y elegancia, de los helenismos. De tal manera que aun sólo por la facilidad que da el estudio del griego para entender tantos neologismos científicos y culturales, estaría justificada su inclusión en los planes de estudio de los Seminarios y de la Segunda Enseñanza…
Diré, para terminar, que la finalidad de este diccionario es doble: primera, ayudar a la juventud estudiosa a penetrar más a fondo en la estructura y comprensión del lenguaje culto y científico; y segunda, dar a los cultivadores de la lengua del Ática una serie numerosa de fijadores del vocabulario, pues nada mejor para grabar el significado de una palabra griega que relacionarla con otras españolas de filiación helénica. Persiguiendo esta segunda utilidad, he añadido al final un apéndice de nombres propios.
Redunde todo ello en favor de las letras y de la cultura patrias.
Es enorme la importancia del griego en la formación de cultismos, especialmente en medicina y biología. No hay enfermedad o palabra relacionada con algún órgano del cuerpo o alguna patología que no proceda del griego. La simple lectura del prospecto de un medicamento nos permitirá apreciar la riqueza de los helenismos en el lenguaje médico.
¿Y qué decir de la biología? Ya no es sólo que el nombre científico de plantas y animales esté en el lenguaje unívoco e inequívoco de griego y latín, sino que la clasificación de plantas y animales es totalmente griega, y en menor medida latina. Protozoos, antozoos, fanerógamas, criptógamas, coleópteros, hemípteros, heterótrofos, autótrofos, etc. son nombres que un biólogo, un zoólogo y un botánico conocen y que deben su existencia al griego.
Nuestro elogio de la etimología y nuestra defensa numantina del griego, y en menor medida del latín, como lengua de la técnica y la ciencia podría prolongarse. Terminamos nuestro elogio con un crucigrama de etimologías griegas que puede verse en este lugar. Un aviso: las palabras deben llevar el acento para que sean contadas por correctas.
Ya veo que has incorporado música a tu blog. Muy estimuladora la elección.
Saludos
Sí, lo he hecho siguiendo al pie de la letra, tus sabias y precisas indicaciones del foro. He sido como un Teseo (mutatis mutandis) que ha contado con el hilo de Ariadna-Mariachu para, más que salir del laberinto, llegar a un destino que se le antojaba complicado. Gratias tibi ago. Vale.
Con razón han nombrado a Mariachu Adjunta de honor… Merecidísimo título, con o sin ovillo
Un abrazo
ELena
buenoO primero que nada, me encanto el blog, esta muy bien constituido, com mucica clasica que ayuda a comprender emjor este tipo de temas, y tambien porque nos ilustras un poco de la eyimologia, que si es de mayor importacian.
este blog me parecio muy culto y muy concervador
felicidades, segure pasando
JEJEJE
ESTA
MUY BN
ESTE LIBRO!!
[…] Y es que la etimología de una gran cantidad de palabras técnicas en medicina, botánica, zoología, bilogía, etc. es griega, como ya explicamos en un anterior post. […]
me encanto mucho tu blog, te felicito, puedo pedirte un favor,enviame el crucigrama de etimologías a mi correo por favor, lo necesito, es urgente, gracias
hasta pronto
luz marina
Luz Marina, celebro que te guste mi blog. Respecto al crucigrama, no sé exactamente qué quieres del crucigrama.
¿La solución? ¿el crucigrama en blanco? ¿las palabras que lo componen?
Creo que lo que puedes hacer es lo siguiente:
– acceder a él desde la página del blog.
– hacerlo correctamente y copiar y pegar a un documento Word.
También puedes copiar la dirección URL y redactar un correo donde la pegas. Luego te lo envías a ti misma y lo tienes accesible desde tu correo.
Como está hecho con un programa específico, no tengo las definiciones y las soluciones por escrito.
Lo que se me ocurre es que cada vez que clicas una palabra, copies y pegues la definición. Es mucho trabajo, pero… como te digo no lo tengo completo.
Ya sabes que lo pudes hacer online cuantas veces quieras.
Siento no poder ayudarte demasiado.
que buena informacion pero necesito mas
Hola, Yulisa. No sé a qué se refiere con más, pero en este mismo blog publiqué otros artículos sobre la importancia de la etimología griega:
https://nihilnovum.wordpress.com/2009/03/15/de-fundamentorum-utilitate/
https://nihilnovum.wordpress.com/2011/02/10/de-fundamentorum-utilitate-ii/
https://nihilnovum.wordpress.com/2011/02/15/de-fundamentorum-utilitate-iii/
https://nihilnovum.wordpress.com/2011/02/22/de-fundamentorum-utilitate-iv/
https://nihilnovum.wordpress.com/2011/03/11/de-fundamentorum-utilitate-v/
https://nihilnovum.wordpress.com/2011/04/09/de-fundamentorum-utilitate-v%ce%b9/
Espero que le sirvan.
[…] Elogio de la etimología pretendía ser una demostración de la importancia del conocimiento de la etimología, especialmente griega. […]