Un paréntesis en nuestras vacaciones nos permite, como anunciamos en el anterior artículo, publicar una nueva entrega de la serie dedicada a las obras de carácter mitológico de Rossini.
Tercera fuente clásica que nos habla de Peleo y su boda con Tetis, aunque muy de pasada.
Píndaro, Pítica III, 85-101
αἰὼν δ᾿ ἀσφαλής
οὐκ ἔγεντ᾿ οὔτ᾿ Αἰακίδᾳ παρὰ Πηλεῖ
οὔτε παρ᾿ ἀντιθέῳ Κάδμῳ· λέγονται γε μὰν βροτῶν
ὄλβον ὑπέρτατον οἳ σχεῖν, οἵτε καὶ χρυσαμπύκων
μελπομενᾶν ἐν ὄρει Μοισᾶν καὶ ἐν ἑπταπύλοις
ἄϊον Θήβαις, ὁπόθ᾿ ῾Αρμονίαν γᾶμεν βοῶπιν,
ὁ δὲ Νηρέος εὐβούλου Θέτιν παῖδα κλυτάν,
καὶ θεοὶ δαίσαντο παρ᾿ ἀμφοτέροις,
καὶ Κρόνου παῖδας βασιλῆας ἴδον χρυ-
σέαις ἐν ἕδραις, ἕδνα τε
δέξαντο· Διὸς δὲ χάριν
ἐκ προτέρων μεταμειψάμενοι καμάτων
ἔστασαν ὀρθὰν καρδίαν. ἐν δ᾿ αὖτε χρόνῳ
τὸν μὲν ὀξείαισι θύγατρες ἐρήμωσαν πάθαις
εὐφροσύνας μέρος αἱ
τρεῖς· ἀτὰρ λευκωλένῳ γε Ζεὺς πατήρ
ἤλυθεν ἐς λέχος ἱμερτὸν Θυώνᾳ
τοῦ δὲ παῖς, ὅνπερ μόνον ἀθανάτα
τίκτεν ἐν Φθίᾳ Θέτις, ἐν πολέμῳ τό-
ξοις ἀπὸ ψυχὰν λιπών
ὦρσεν πυρὶ καιόμενος
ἐκ Δαναῶν γόον.
Mas la existencia no se presentó incólume
Ni para el Eácida Peleo
Ni para Cadmo, a los dioses igualado.
Aun así dicen que ellos obtuvieron
una dicha superior a la de los demás mortales,
y escuchar el canto
de las Musas de áurea diadema en el monte
y en Tebas, la de siete puertas,
cuando el uno se casó con Harmonía, de vacuno rostro,
y el otro con Tetis, hija gloriosa del prudente Nereo,
y los dioses participaron del convite de ambos
y pudieron ver sentados en áureos tronos
a los soberanos hijos de Crono,
cuyos obsequios recibieron. Se ganaron
la gracia de Zeus a cambio de los anteriores sufrimientos
y levantaron erguido el corazón. De nuevo con el tiempo
las hijas de uno de ellos, tres de ellas, devastaron con agudos padecimientos
su parte de felicidad, mas le padre Zeus llegó
hasta el lecho deseable de Tione, la de blancos brazos.
El hijo del otro, único alumbrado por la inmortal
Tetis en Ptía, después de perder la vida por el arco en la guerra
Suscitó el llanto de los Dánaos
al ser incinerado en la pira.
El coro que sigue tiene la misma música que el precedente Deh venite: sull’ara d’Imene y coincide con el coro inicial de Il turco en Italia.
8. Coro:
Deh venite: sull’ara d’Imene
già dal cielo balenan gli auguri,
e già l’alme di figli venturi
stan le vite d’interno a cercar.
Deh venite: sull’ara d’Imene
già la fiamma secondano i venti,
e i bei germi de’fiori languenti
van giulivi d’intorno a recar.
Eh, venid: sobre el altar de Himeneo
ya del cielo los augurios brillan,
y ya las almas de los hijos futuros
buscan la vida en el seno (de su madre).
Eh, venid: sobre el altar de Himeneo
ya la llama secundan los vientos,
y las bellas semillas de flores marchitas
llevan alegres por los alrededores.
Un acorde inicial y destacadas intervenciones de trompas y flautas y clarinetes dan inicio al duetto de Ceres y Juno, donde las diosas compiten no sólo en ser las que honren la feliz unión de Tetis y Peleo., sino en realizar bellas y difíciles coloraturas.
9. Duetto (Ceres-Juno):
Chi mi reca le rose ed i gigli
che fioriscan sull’Itala sponda,
che il Sebeto vezzeggia coll’onda,
e l’Aurora col Sole educò.
¿Quién me traerá las rosas y los lirios
que florecen sobre las riberas de Italia,
que el Sebeto acaricia con sus olas,
y la Aurora nutrió con el Sol?
El Sebeto es el río que pasa por Nápoles, en alusión al lugar donde se celebran las boas reales, en los dos sentidos: el de sus regios protagonistas, y en el de efectiva realización, no como las de Tetis y Peleo, que son mitológicas). En el primer cuarteto del soneto dedicado por Góngora al Conde de Lemos, cuando regresaba de su cargo de Virrey de Nápoles leemos:
Florido en años, en prudencia cano,
riberas del Sebeto, río que apenas
obscurecen sus aguas sus arenas,
gran freno moderó tu cuerda mano;
Juno:
Chi mi reca di fronda immortale
per fregiarne gli sposi felici
che alla speme di secoli amici
Giove in cielo tra i Numi formò.
¿Quién me traerá la fronda inmortal
para adornar a los felices esposos
que para esperanza de siglos dichosos
Júpiter en el cielo entre los dioses formó?
Ceres:
A me Giove l’arcano commise
io la prima onorarlo saprò.
A mí me confió Júpiter el misterio
yo la primera honrarlo sabré.
Juno:
Meco il Nume la cura divise
di quel nodo che in ciel preparò.
Conmigo el dios el cuidado dividió
de esta unión que en el cielo preparó.
Bellísimo el dúo Zeffiretti che lievi scherzate, compuesto por un Rossini de 24 años que ya avanza su maestría futura.
Ceres, Juno:
Zeffiretti che lievi scherzate
per le valli di fiori odorose
degli allori le chiome piegate,
deh recate sui gigli le rose
che l’Amore ad Imene donò.
Cefirillos que ligeros jugáis
por los valles de flores olorosas
de los laureles los cabellos plegad,
eh traed con los lirios las rosas
que el Amor a Himeneo donó.
10. Recitativo (Tetis, Peleo, Ceres):
Tetis:
Tanto può dunque ancora sperar
dagli Immortali eccelso nodo
da voi prescritto in ciel.
Tanto pueden todavía esperar
los Inmortales la excelsa unión
prescrita por ti en el cielo.
Peleo:
Non sai qual forse simbolo avventuroso
in noi disegni la mente degli Dei.
No sabes tal vez qué símbolo venturoso
en nosotros diseñó la mente de los dioses.
Tetis:
Ma se costanti non vegliasser su noi
Mirasti in quale crudel cimento
ci traea la forza d’iniquo fato?
Pero si, constantes, no hubieran velado sobre nosotros
¿has visto a qué cruel peligro
nos hubiera llevado la fuerza del inicuo destino?
Ceres:
Ciò che in ciel fu scritto
poter d’Averno non cancella
io sola, benché non surta
a brandir l’asta ultrice,
traendo alla tenzon le stelle anch’esse
sfidar sola potrei l’Erinni istesse.
Lo que en el cielo fue escrito
el poder del Averno no lo muda
yo sola, aunque no acostumbre
a blandir el asta vengadora,
trayendo al combate a las estrellas mismas
desafiar sola podré a las propias Erinias.
Aquí hay dos nuevas referencias: el Averno y, de nuevo, las Erinias, de las que hemos hablado.
El Averno es un lago de la Campania, cercano a Nápoles; en él estaba una de las entradas al Infierno, en todo caso la más famosa de Italia, tanto como el cabo Ténaro (o Matapán) en Grecia; de ahí que con frecuencia Averno se tome en el sentido de Infierno.
El Averno, como tal lago de la Campania y entrada al mundo de Plutón aparece en el libro VI de la Eneida de Virgilio, en el que Eneas, siguiendo el consejo de Paris (hermano de Héctor) llega a Cumas para encontrarse con la Sibila con el fin de obtener algún consejo sobre su futuro e indicaciones sobre el destino que lo espera. Llegado a las costas de Cumas, en el templo de Apolo, Eneas se encuentra con la Sibila que, invadida por el dios, le predice que en el Lacio encontrará guerras y sangre. Eneas pide a la Sibila que lo acompañe a los Campos Elíseos, pero ella le responde que esto no es posible si antes no encuentra el ramo de oro de Proserpina y sepulta a su compañero Miseno, fallecido.