Nos vamos de Lisboa a Coimbra, de donde ofrecemos tres ejemplos. Dos son esculturas que se encuentran ante las fachadas de las facultades de Medicina y Ciencias.
Nos parece a identificar en la primera a Hipócrates y Galeno, flanqueando a una figura femenina que bien pudiera ser Higía, la diosa de la salud. Claro que también puede que sea Apolo, por su corona de laurel. La figura semeja una mujer por su vestido, su cabello y sus pechos, pero no sería descabellado pensar que fuera el dios de la Medicina, aunque nos inclinamos por lo primero. La diosa lleva los atributos ordinarios.
Frente a la de Ciencias se puede ver a Atenea, con casco, lanza, peplo y escudo a sus pies, junto al que se puede ver una serpiente, que bien pudiera ser Erictonio. No cabe duda que se basa en la Atenea Parthenos de Fidias.
Junto a ella aparecen dos hombres que son seguramente científicos, a quienes no nos atrevemos a identificar.
En ambas esculturas se pueden ver restos de la ropa con la que se visten los universitarios conimbrigenses y que, al finalizar su carrera, cuelgan de diversos lugares de la ciudad. Sin duda, estos restos de ropa universitaria en estas esculturas tiene que ver con la fiesta de la “Queima das Fitas”.
A partir del 1 de Mayo da comienzo el programa de festejos que durante ocho días llena de conciertos, desfiles, bailes y tradiciones académicas las calles de la ciudad. Desde hace siglos, la historia de Coimbra gira en torno a su Universidad, una de las más antiguas de Europa, que aún conserva muchas de sus tradiciones. El 1 de Mayo, la ciudad celebrará la “Queima das Fitas”, una de las mayores fiestas estudiantiles del continente con un dilatado programa de actos culturales y académicos que se prolonga durante ocho días, tantos como facultades componen la Universidad. La Universidad de Coimbra ha ejercido un poderoso influjo sobre la ciudad desde el siglo XIII. Antiguas costumbres académicas aún perviven en nuestros días y encuentran su máximo exponente en la ‘Queima Das Fitas’, la gran fiesta universitaria en la que los estudiantes rescatan su tradicional vestimenta y se envuelven bajo sus capas negras. Esta celebración marca la última etapa de los estudiantes de la Universidad, y los alumnos del último año de carrera queman unas cintas, de diversos colores en función de la facultad en la que cursan sus estudios, para celebrar el final de los mismos y el inicio de las fiestas universitarias. De ahí el nombre de ‘Queima Das Fitas’ o ‘Quema de las Cintas’, tradición que en esta nueva edición celebra sus 110 años de historia.
Una última foto de Coimbra. La puerta de la impresionante biblioteca de la Universidad con su inscripción en latín:
Hanc augusta dedit libris Collimbria sedem,
ut caput exornet bibliotheca suum.
Esta sede dio a los libros la Augusta Coimbra,
Para que la biblioteca adorne (corone) su cabeza.
El interior, que se puede apreciar en esta visita virtual, alberga más de 300.000 volúmenes. Como curiosidad diremos que la puerta de acceso está cerrada y sólo se abre para dejar entrar a un número reducido de visitantes. Aún así, a lo largo del día se cuelan en el recinto miles de insectos que pueden causar daño a los libros allí guardados, escritos entre los siglos XVI y XVIII. Para ello se ha ideado un ingenioso y llamativo sistema de protección. La construcción de la biblioteca comenzó en la primera mitad del siglo XVII por orden del monarca reinante, Joao V, de ahí el nombre de Joanina. Sus bellas estanterías doradas, construidas con maderas preciosas importadas de Brasil y China además de guardar un inapreciable tesoro del saber humano, esconden una forma de protección sabia y singular que puede servir de ejemplo a los amantes del equilibrio ecológico: A una pequeña colonia de murciélagos le es permitido esconderse allí durante el día. Por la noche, son los mejores depredadores para las polillas e insectos que podrían dañar los antiquísimos libros. La propia colonia de quirópteros se encarga de mantener su población dentro de límites razonables desarrollando un canibalismo hematofágico equilibrante cuando el alimento se vuelve escaso. Además, durante la noche las maderas se cubren con lonas de cuero para evitar que los excrementos de estos pequeños mamíferos las dañen, por lo que el único mantenimiento necesario es la eliminación a diario de sus excrementos que pueden aparecer esparcidos sobre mesas o pisos.
Y llegamos a Oporto. En la bellísimo ciudad del norte portugués nos encontramos en una de las bodegas de vino de Oporto de Vila nova de Gaia con este panel de propaganda de moscatel que recoge una famosa escultura de Eros y Psique. Lamentamos que la fotografía esté un poco movida. Se pueden comparar la escultura y el panel.
Oporto escondía otra sorpresa. La famosa librería Lello, en la Rua das Carmelitas, 144, que sirvió para el rodaje de escenas de “Harry Potter” nos ofreció tres motivos para aparecer aquí. El primero, su extraordinaria belleza interior, que se puede apreciar aquí.
el segundo, su lema latino, que aparece en una bella vidriera en el techo del edificio:
Decus in labore, algo así como “Honradez (virtud, nobleza, gloria, dignidad) en el trabajo;
el tercero, y aunque rompiendo el orden cronológico que llevábamos, aparecerá al final de esta breve serie de artículos.
Dejamos Portugal y llegamos a la majestuosa Salamanca. Decía en broma en el viaje que los salmantinos bien nos pudieran dejar tres o cuatro de sus edificios a la ciudad de Castellón. No se notaría demasiado su ausencia en la ciudad charra y servirían para dar más sensación de ciudad monumental a Castellón.
De Salamanca tenemos algún ejemplo clásico. El primero es sólo una inscripción en latín, reciente, en el Palacio de Monterrey, propiedad de la Duquesa de Alba. La inscripción dice algo así:
“Por la noble fidelidad hacia el linaje de nuestros ilustres antepasados con la que en toda ocasión esta familia resplandeció y para perpetua gloria de la ciudad de Salamanca, la Señora Cayetana Fitz-James Stuart Silva y el Señor Jesús Ortiz de Zárate, decimoctavos Duques de Alba, este palacio del egregio Conde de Monte Real, llamado popularmente de Monterrey, valiéndose de su propio dinero y sin ninguna ayuda ajena devolvieron a su antiguo esplendor. En el año del Señor de 1985”.
Llegamos a la catedral vieja de Salamanca y, en la capilla de Don Diego de Anaya, se halla la tumba, en alabastro, de dicho prelado sevillano. La construcción es primorosa, pese a que la reja, de la que seguidamente hablaremos, no permite apreciarla en su esplendor.
Como ejemplo ofrecemos este detalle de uno de los laterales, en el que podemos ver una curiosa escena con tres figuras, un perro, que simboliza la fidelidad, un león que es signo de energía y una liebre, que representa la inteligencia vigilante.
El 9 de octubre de 1927, en el diario ABC, R. Blanco y Caro escribía:
Y tanto o más que el primor logrado por el cincel sobre el alabastro, suspende y cautiva el alarde de riqueza y gusto renacentista que forjó la reja protectora del sepulcro.
Barrotillos torneados delicadamente y cortados en su camino recto por fajas, una con cabezas y alas angélicas, dejando en el pecho lugar para un escusón; otra, dividida en dos zonas, con prolija decoración ésta y adornada aquélla con retorcidas hojas, que interrumpen una leyenda circundante y, por último, en la que sirve de sustentáculo a la crestería, un delirio de menudas guirnaldas, de carátulas, de estrellas, de calaveras y de caprichos de forja. Una serie de pináculos remata la obra; tritones enfrontados simulan mantenerlos, las cruces son guardianes de la paz del último sueño de Diego de Anaya, y en sitio de honor, bajo el sombrero episcopal, el escudo del fundador descuella enlazado con el cordón franciscano”.
¿Tritones son, pues, estos enigmáticos seres con cabeza y torso de hombre, cuerpo alargado escamado con garras de ave y alas? Es posible. Lo cierto es que alguno parece que lleva un pétaso como el de Hermes. Realmente la reja es impresionante.
En la famosa fachada de la Universidad, la de la rana sobre la calavera, hay varias referencias clásicas.
Una lingüística: el medallón en el que aparecen los Reyes Católicos lleva una inscripción griega a lo largo de la circunferencia que se lee en el sentido de las agujas del reloj, empezando por la parte inferior izquierda.
La inscripción reza:
ΟΙ ΒΑΣΙΛΕΙΣ ΤΗ ΕΓΚΥΚΛΟΠΑΙΔΕΙΑ, ΑΥΤΗ ΤΟΙΣ ΒΑΣΙΛΕΥΣΙ
Es decir,
LOS REYES PARA LA UNIVERSIDAD Y ÉSTA PARA LOS REYES.
Es destacable que las iotas suscritas de las palabras (τῇ y ἐγκυκλοπαιδειᾳ), ambas en dativo singular no están adscritas (ΤΗI ΕΓΚΥΚΛΟΠΑΙΔΕΙΑI), sino colocadas a modo de pequeña coma bajo las vocales Η y Α.
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