Y concluyo con el prefacio, y valga el oxímoron.
Revisando los libros del departamento topé con un librillo bastante antiguo. Es de 1927, de la Librairie Hachette. Sus autores son André Dupin, profesor del Liceo de Versalles, y Armand Fournier, del Liceo de Niza. El librito es el Épitomé de mythologie grecque (ΠΕΡΙ ΘΕΩΝ ΚΑΙ ΗΡΩΩΝ).
En su Préface se hacen unas consideraciones muy cercanas a las que nos planteamos los profesores de griego 85 años después. Aquí está en el francés original y en mi deficiente traducción:
Nous espérons que nos collègues de quatrième nous sauront gré d’avoir tenté de combler une double lacune. D’une part, bien que la mythologie grecque soit aujourd’hui mieux connue des érudits qu’elle ne le fut jamais, nos jeunes élèves, au contraire, et même nos bacheliers, n’en ont plus cette connaissance élementaire qui sera toujours indispensable à tout homme cultivé. D’autre part, tandis qu’en latin les commençants peuvent, au bout d’un trimestre, aborder l’explication de textes suivis, spécialment écrits pour eux, les jeunes hellénistes de 4e devaient passer sans transition des phrases détachées de leurs chrestomathies au grec d’Esope et de Lucien, naturellement hérissé de difficultés insurmontables.
Nous voudrions que les deux premières parties de ce petit ouvrage fussent pour eux ce qu’est l’Épitomé (simple et de difficulté graduée) pour les apprentis latinistes, les deux autres, moins élémentaires, correspondant au De viris (= De viris illustribus de Lhomond). En effet, les nouveaux programmes suppriment Esope, réservent Lucien à la 3e, et ne prescrivent en 4e qu’un Recueil de textes faciles, pour l’explication orale suivie: exercice indispensable, bien distinct de la version. Pour des commençants, aucun text ancien n’est facile, même défiguré, ou bourré de notes: nous leur offrons donc ce texte nouveau, qui aura du moins le mérite d’être à leur portée, tout en leur apprenant l’essentiel des mythes venerables qui ont inspiré tant de chefs-d’œuvre.
Nous avons essayé, bien entendu, de leur présenter la langue et la religión des Hellènes, l’une et l’autre si variées selon les temps et les lieux, sous une forme aussi voisine que possible de celle qu’elles devaient revêtir à Athènes au Ve siècle, à mi-chemin entre Homère et Plutarque. Cependant, partout où l’atticisme aurait pu être source de difficultés, nous l’avons délibérément sacrifié.
André Dupin – Armand Fournier, Nice, 1926
Esperamos que nuestros colegas de cuarto nos estén agradecidos por haber intentado cubrir un vacío doble. En primer lugar, a pesar de que la mitología griega es hoy en día más conocida por los estudiosos de lo que lo fue alguna vez, nuestros jóvenes estudiantes, sin embargo, y hasta nuestros graduados, ya no tienen este conocimiento elemental que será siempre indispensable a todo hombre educado. Por otro lado, mientras que en latín los principiantes pueden, después de un trimestre, hacer frente a la explicación de textos en prosa especialmente escritos para ellos, los jóvenes helenistas de 4º deben pasar sin transición de frases sueltas de sus crestomatías al griego de Esopo y Luciano, por supuesto erizado de dificultades insuperables.
Nos gustaría que las dos primeras partes de este pequeño libro fueran para ellos lo que el Epítome (simple y de dificultad graduada) para los aprendices de latín, los otros dos, menos elementales, se corresponden con el De viris. De hecho, los nuevos programas suprimen Esopo, reservan a Luciano para el 3º, y para 4º no prescriben más que una Colección de textos fáciles, para la explicación oral guiada: ejercicio indispensable, aunque distinto de la traducción. Para los principiantes, ningún texto antiguo es fácil, incluso adaptado, o lleno de notas: les ofrecemos, pues, este nuevo texto, que por lo menos tendrá el mérito de estar a su alcance, al tiempo que aprenden lo esencial de los mitos venerables que han inspirado tantas obras maestras.
Hemos intentado, por supuesto, presentarles la lengua y la religión de los griegos, la una y la otra tan variadas según los tiempos y lugares, en una forma lo más cercana posible a la que debían adoptar en la Atenas del siglo V, a medio camino entre Homero y Plutarco. No obstante, cuando el aticismo podría causar dificultades, lo hemos sacrificado deliberadamente.
André Dupin – Armand Fournier, Niza, 1926
Leyendo este prefacio se sorprende uno al descubrir algo de lo que nos quejamos actualmente, bien que no exactamente en los mismos términos; hoy nos lamentamos del salto existente entre un primer curso que se inicia con el aprendizaje del alfabeto y un segundo curso en el que se deben traducir textos literarios con numerosas complejidades morfológicas y sintácticas. En los liceos franceses de los años 20 de pasado siglo los jóvenes helenistas de 4º deben pasar sin transición de frases sueltas de sus crestomatías al griego de Esopo y Luciano, por supuesto erizado de dificultades insuperables. Hoy en primero no usamos crestomatías (¿o tal vez sí lo sean los ejercicios Hélade de Berenguer Amenós?), pero traducimos a Jenofonte que, como Dupin y Fournier afirman para Esopo y Luciano, es un texto erizado de dificultades insuperables para un alumno en su segundo año de aprendizaje del griego.
La segunda afirmación también la compartimos, y hoy, si cabe, es más verdad: Para los principiantes, ningún texto antiguo es fácil, incluso adaptado, o lleno de notas. Lo experimentamos todos los días, al menos yo, en parte por el, digamos, mejorable nivel en sintaxis y morfología de sus lenguas nativas.
Lo último a lo que queremos referirnos de este prefacio es la última frase: cuando el aticismo podría causar dificultades, lo hemos sacrificado deliberadamente.
Creo que esto lo deberían leer quienes reniegan de los textos adaptados o consideran un sacrilegio no traducir textos originales. Bien, pues Fournier y Dupin han sacrificado deliberadamente el aticismo que causa dificultades al alumno.
Puesto que estoy hablando de este Epítome, debo decir que, en su primera parte, presenta textos breves sobre los siguientes personajes: Urano, Cronos, Zeus, Hera, Hestia, Poseidón, Hades, Deméter, Atenea, Afrodita, Ares, Apolo, Ártemis, Hermes y Hefesto.
En la segunda se ofrecen textos sobre: Dioniso, Pan, Temis, Mnemósine, Eos, Eolo, Nereo, Tritón, Némesis y Aisa (la madre de las Moiras).
En la tercera parte se trata a los héroes: Heracles, Teseo, Perseo, Cadmo, Cástor y Jasón.
En la cuarta se habla de la Guerra de Troya con personajes como: Atreo, Aquiles, Odiseo y Príamo.
Quizá debamos ofrecer un ejemplo de este librito, que se cierra con un completo léxico, que recoge casi todo el vocabulario de los textos, en los que también hay notas. El ejemplo es el inicio del texto dedicado a Aquiles:
Πηλεὺς ἦν ὑὸς Αἰακοῦ, Διὸς ὑοῦ, ὃς ἐν ῞Αιδου μετὰ Μίνω τε καὶ ῾Ραδαμάνθυος τῶν ψυχῶν ἐστι δικαστής. Γημαμένη δὲ τούτῳ Θέτις ἡ Νερεὶς ἔτεκε τὸν μεγαλόψυχον ᾿Αχιλλέα, καὶ εὐθὺς γενόμενον εὶς τὴν Στύγα ἔβαψεν. Καὶ οὕτως ἄτρωτος ἐγένετο ὅλον τὸν χρῶτα πλὴν τῆς πτέρνης, ἧς ἡ μήτηρ εἶχεν αὐτὸν ἐξαρτῶσα. ῾Υπὸ δὲ Χείρωνος καὶ αὐτὸς ἐπαιδεύθη.
Peleo era hijo de Éaco, que es juez de las almas en el Hades junto a Minos y Radamantis. Tras haberse casado con él la nereida Tetis engendró al magnánimo Aquiles, e inmediatamente sumergió en la Estigia al nacido. Y así se volvió invulnerable en toda su piel excepto en el talón por donde su madre lo sujetaba. Él fue educado por Quirón.
Y hasta aquí estas consideraciones, nacidas de un cierto desánimo por la imposibilidad de llevar a cabo una buena docencia de una lengua, ya que mis alumnas deben afrontar un texto naturellement hérissé de difficultés insurmontables con un bagaje sintáctico y morfológico que un solo curso anterior de griego no permite que sea suficiente, un moderado enfado por no ver reflejado en el acta de la reunión de coordinación de nuestra asignatura en las PAU un diálogo interesante, quejoso, variado y sugerente, y un pequeño consuelo al comprobar que los profesores de los liceos franceses de 1926 ya se daban cuenta de que los alumnos de griego devaient passer sans transition des phrases détachées de leurs chrestomathies (nuestro 1º de bachillerato) au grec d’Esope et de Lucien, naturellement hérissé de difficultés insurmontables (nuestro 2º de bachillerato).
Ustedes disculparán nuestra enésima pataleta sobre la misma cuestión.
De acuerdo, totalmente, M.Ángel. Los textos literarios clásicos, considerados por algunos como sagrados, no fueron compuestos para aprender griego en el s.XXI. Parece increible lo claro que lo tenían algunos colegas a principio del siglo pasado y lo poco que hemos mejorado.
Sobre la problemática del llamado sistema tradicional ha escrito bastante el compañero Emilio Canales en su blog.
La pataleta es adecuada y necesaria, para sacudir conciencias, pero igual ha llegado el momento de pedir un cambio, una alternativa almenos.
Por cierto, he actualizado el artículo que citabas. Parece que el enlace a la RUA ahora está roto 😦
Salutem plurimam!
Y ánimos con tus clases con Athenaze! Seguro que aprendéis mucho.
Gracias, Santi. Como dices, habrá que pedir una alternativa para los alumnos que sigan nuevos métodos.
Un saludo.