Seguimos con las Harpías, a propósito de los dos ejemplares en piedra que hay en el campanario de Castellón, el Fadrí. Y continuamos con el relato de Apolonio de Rodas en El viaje de los Argonautas:
Τὼ μὲν ἔπειθ᾿ὅρκῳ, καὶἀλαλκέμεναι μενέαινον·
αἶψα δὲ κουρότεροι πεπονήατο δαῖτα γέροντι,
λοίσθιον ῾Αρπυίῃσιν ἑλώριον· ἐγγύθι δ᾿ ἄμφω
στῆσαν, ἵνα ξιφέεσσιν ἐπεσσυμένας ἐλάσειαν.
καὶ δὴ τὰ πρώτισθ᾿ ὁ γέρων ἔψαυεν ἐδωδῆς,
αἱ δ᾿ ἄφαρ, ἠύτ᾿ ἄελλαι ἀδευκέες ἢ στεροπαὶὥς,
ἀπρόφατοι νεφέων ἐξάλμεναι ἐσσεύοντο
κλαγγῇ μαιμώωσαι ἐδητύος. οἱ δ᾿ ἐσιδόντες
ἥρωες μεσσηγὺς ἀνίαχον, αἱ δ᾿ ἅμ᾿ ἀυτῇ
πάντα καταβρώξασαι, ὑπὲρ πόντοιο φέροντο
τῆλε παρέξ, ὀδμὴ δὲ δυσἀνσχετος αὖθι λέλειπτο.
τάων δ᾿ αὖ κατόπισθε δύω υἷες Βορέαο
φάσγαν᾿ ἐπισχόμενοι ἐπ᾿ ἴσῳ θέον, ἐν γὰρ ἕηκεν
Ζεὺς μένος ἀκάματόν σφιν· ἀτὰρ Διὸς οὔ κεν ἑπέσθην
νόσφιν, ἐπεὶ ζεφύροιο παραΐσσεσκον ἀέλλας
αἰέν, ὅτ᾿ ἐς Φινῆα καὶἐκ Φινῆος ἴοιεν.
ὡς δ᾿ ὅτ᾿ ἐνὶ κνημοῖσι κύνες δεδαημένοι ἄγρης
ἢ αἶγας κεραοὺς ἠὲ πρόκας ἰχνεύοντες
θείωσιν, τυτθὸν δὲ τιταινόμενοι μετόπισθεν
ἄκρῃς ἐν γενύεσσι μάτην ἀράβησαν ὀδόντας
ὧς Ζήτης Κἀλαΐς τε μάλα σχεδὸν αἴσσοντες
τάων ἀκροτάτῃσιν ἐπέχραον ἤλιθα χερσίν.
καί νύ κε δή σφ᾿ ἀέκητι θεῶν διεδηλήσαντο,
πολλὸν ἑκὰς νήσοισιν ἔπι Πλωτῇσι κιχόντες,
εἰ μὴἄρ᾿ ὠκέα ῎Ιρις ἴδεν, κατὰ δ᾿ αἰθέρος ἆλτο
οὐρανόθεν, καὶ τοῖα παραιφαμένη κατέρυκεν·
«Οὐ θέμις, ὦ υἱεῖς Βορέω, ξιφέεσσιν ἐλάσσαι
῾Αρπυίας, μεγάλοιο Διὸς κύνας· ὅρκια δ᾿ αὐτή
δώσω ἐγὼν ὡς οὔ οἱἔτι χρίμψουσιν ἰοῦσαι.»
῾Ως φαμένη, λοιβὴν Στυγὸς ὤμοσεν, ἥ τε θεοῖσιν
ῥιγίστη πθαντεσσιν ὀπιδνοτθατη τε τέτυκται,
μὴ μὲν ῾Αγηνορίδαο δόμοις ἔτι τάσδε πελάσσαι
εἰσαῦτις Φινῆος, ἐπεὶ καὶ μόρσιμον ἦεν.
οἱ δ᾿ ὅρκῳ εἴξαντες ὑπέστρεφον ἂψ ἐπὶ νῆα
σώεσθαι· Στροφάδας δὲ μετακλείους᾿ ἄνθρωποι
νήσους τοῖο ἕκητι, πάρος Πλωτὰς καλέοντες.
῞Αρπυιαι δ᾿ ῎Ιρίς τε διέτμαγον· αἱ μὲν ἔδυσαν
κευθμῶνα Κρήτης Μινωίδος, ἡ δ᾿ ἀνόρουσεν
Οὔλυμπόνδε θοῇσι μεταχρονίη πτερύγεσσιν.
[…] Entonces ellos dos se animaron, al oír sus juramentos, a protegerle. Pronto los criados hubieron preparado la comida al anciano, última presa de las Harpías. Cerca se colocaron los dos para alcanzarlas con sus espadas, en cuanto se presentaran. Y apenas el anciano había tocado el alimento, cuando como crueles tempestades o como rayos, de improviso surgidas de las nubes se lanzaron con estrépito ansiosas de su comida. Al verlas en medio, los héroes gritaron, y ellas, entre el vocerío, lo devoraron todo y pronto se hallaban volando, muy lejos sobre el mar, mientras allí habían dejado un hedor insoportable. A su vez en pos de ellas los dos hijos de Bóreas con sus espadas en las manos corrían por igual. Pues Zeus les había infundido un coraje incansable. Decididamente no las seguían sin el apoyo de Zeus, ya que soplaban vientos del oeste siempre, tanto al salir de casa de Fineo como al volver. Como lo perros adiestrados en la caza corren tras el rastro de cornudas cabras y de corzos, y en toda el ansia de la persecución hacen rechinar los dientes en sus mandíbulas en el vacío, rozando la presa, así Zetes y Calais, muy presurosos, las alcanzaban casi con las puntas de sus manos.
Y pronto despedazando a las Harpías sin el permiso de los dioses, al alcanzarlas muy lejos, junto a las islas, si no los hubiera visto la veloz Iris, y hubiera saltado desde lo alto del cielo por el éter y los hubiera detenido diciéndoles esto:
“No es lícito, hijos de Bóreas, que golpeáis con las espadas a las Harpías, las perras del gran Zeus. Yo os prestaré juramento de que no atormentarán ni atacarán más a Fineo”.
Tras decir esto, juró por el agua de la Estigia, que es muy temida y venerada por todos los dioses, que aquellas ya no acercarán de nuevo a la morada de Fineo, ya que así lo disponía el destino.
Ellos cedieron ante su juramento y se volvieron para regresar salvos a la nave. Las gentes llaman Estrófadas por esta razón a las islas, que antes se llamaban Plotas. Las Harpías e Iris se separaron; las unas se hundieron en una gruta de la Creta de Minos, y ella subió al Olimpo con sus rápidas alas.
La traducción es de Carlos García Gual en Alianza Editorial (1265)
El mitógrafo Higino, en su Fábula 14, dedicada a los Argonautas, nos habla de las Harpías:
Hi aues Harpyias tres, Thaumantis et Ozomenes filias, Aellopoda Celaeno Ocypeten, fugauerunt a Phineo Agenoris filio eodem tempore quo Iasoni comites ad Colchos proficiscebantur; quae inhabitabant insulas Strophades in Aegeo mari, quae Plotae appellantur. Hae fuisse dicuntur capitibus gallinaceis, pennatae, alasque et bracchia humana, unguibus magnis, pedibusque gallinaceis, pectus aluom feminaque humana.
Por la misma época en que iban a la Cólquida como compañeros de Jasón, apartaron de Fineo, hijo de Agénor, a las tres aves Harpías, hijas de Taumante y de Ozómene: Aélopo, Celeno y Ocípete, que vivían en el mar Egeoen las islas Estrófades, llamadas ahora Plotas. Se dice que tenían cabeza de gallina, plumas, alas y pecho y vientre de mujer.
La traducción es de Francisco Miguel del Rincón Sánchez en Alianza Editorial (Clásicos de Grecia y Roma).
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