El basilisco aparece citado seis veces en la Biblia, todas en el Antiguo Testamento, aunque las traducciones modernas suelen cambiar el término basilisco por áspid o víbora.
La primera aparición la encontramos en Isaías 11, 8 (el texto griego presenta la palabra áspid)
καὶ ταῦρος καὶ λέων ἅμα βοσκηθήσονται, καὶ παιδίον μικρὸν ἄξει αὐτούς· καὶ βοῦς καὶ ἄρκος ἅμα βοσκηθήσονται, καὶ ἅμα τὰ παιδία αὐτῶν ἔσονται, καὶ λέων καὶ βοῦς ἅμα φάγονται ἄχυρα. καὶ παιδίον νήπιον ἐπὶ τρώγλην ἀσπίδων καὶ ἐπὶ κοίτην ἐκγόνων ἀσπίδων τὴν χεῖρα ἐπιβαλεῖ.
Habitabit lupus cum agno, et pardus cum haedo accubabit; vitulus et leo simul saginabuntur, et puer parvulus minabit eos. Vitula et ursus pascentur, simul accubabunt catuli eorum; et leo sicut bos comedet paleas. Et ludet infans ab ubere super foramine aspidis; et in cavernam reguli, qui ablactatus fuerit, manum suam mittet.
La Biblia de Nácar-Colunga traduce:
Habitará el lobo con el cordero, y el leopardo se acostará con el cabrito, y comerán juntos el becerro y el león, y un niño pequeño los pastoreará. La vaca pacerá con la osa, y las crías de ambas se echarán juntas, y el león, como el buey, comerá paja. El niño de teta jugará junto a la hura del áspid, y el recién destetado meterá la mano en la caverna del basilisco
La Biblia Reina-Valera (1960) traduce:
Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora.
La online de la PastoralSJ así:
La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas, el león comerá paja como el buey. [8] El niño jugará en la hura del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente.
En 14, 29 (el texto griego presenta, de nuevo, la palabra áspid)
Μὴ εὐφρανθείητε, πάντες οἱ ἀλλόφυλοι, συνετρίβη γὰρ ὁ ζυγὸς τοῦ παίοντος ὑμᾶς· ἐκ γὰρ σπέρματος ὄφεων ἐξελεύσεται ἔκγονα ἀσπίδων, καὶ τὰ ἔκγονα αὐτῶν ἐξελεύσονται ὄφεις πετόμενοι.
Ne laeteris, Philisthaea omnis tu, quoniam conminuta est virga percussoris tui; de radice enim colubri egredietur regulus, et semen eius absorbens volucrem.
Nácar-Colunga:
No te alegres tú, Filistea toda, por haberse roto la vara que te hería, porque de la raza de la serpiente nacerá un basilisco, y su fruto será un dragón volador.
Reina-Valera:
No te alegres tú, Filistea toda, por haberse quebrado la vara del que te hería; porque de la raíz de la culebra saldrá áspid, y su fruto, serpiente voladora.
Y, finalmente, 59, 5:
ᾠὰ ἀσπίδων ἔρρηξαν καὶ ἱστὸν ἀράχνης ὑφαίνουσιν· καὶ ὁ μέλλων τῶν ᾠῶν αὐτῶν φαγεῖν συντρίψας οὔριον εὗρεν, καὶ ἐν αὐτῷ βασιλίσκος.
Ova aspidum rumpunt et telas araneae texunt; qui comederit de ovis eorum, morietur, et, quod fractum est, erumpet in regulum.
Nácar-Colunga:
Incuban huevos de áspides y tejen telas de araña, y el que come de sus huevos muere; si se los rompe, sale un basilisco.
Reina-Valera:
Incuban huevos de áspides, y tejen telas de arañas; el que comiere de sus huevos, morirá; y si los apretaren, saldrán víboras.
En Proverbios 23, 32:
ἐὰν γὰρ εἰς τὰς φιάλας καὶ τὰ ποτήρια δῷς τοὺς ὀφθαλμούς σου, ὕστερον περιπατήσεις γυμνότερος ὑπέρου, τὸ δὲ ἔσχατον ὥσπερ ὑπὸ ὄφεως πεπληγὼς ἐκτείνεται καὶ ὥσπερ ὑπὸ κεράστου διαχεῖται αὐτῷ ὁ ἰός.
Ne intuearis vinum, quando flavescit, cum splenduerit in calice color eius: ingreditur blande, sed in novissimo mordebit ut coluber et sicut regulus vulnerat.
Nácar-Colunga:
No mires mucho al vino cuando rojea y cuando espuma en el vaso; éntrase suavemente, pero al fin muerde como sierpe y pica como áspid.
Reina-Valera:
No mires al vino cuando rojea, cuando resplandece su color en la copa. Se entra suavemente; mas al fin como serpiente morderá, y como áspid dará dolor.
En Jeremías 8, 17 (en griego dice “serpientes asesinas”)
διότι ἰδοὺ ἐγὼ ἐξαποστέλλω εἰς ὑμᾶς ὄφεις θανατοῦντας, οἷς οὐκ ἔστιν ἐπάσαι, καὶ δήξονται ὑμᾶς. ἀνίατα μετ’ ὀδύνης καρδίας ὑμῶν ἀπορουμένης.
Quia ecce ego mittam vobis serpentes regulos, quibus non est incantatio, et mordebunt vos, ait Dominus.
Nácar-Colunga:
Pues he aquí que voy a enviar contra vosotros serpientes, víboras, contra las que no hay conjuro posible, y os morderán, oráculo de Yahvé.
Reina-Valera:
Porque he aquí que yo envío sobre vosotros serpientes, áspides contra los cuales no hay encantamiento, y os morderán, dice Jehová.
En el Salmo XC encontramos al basilisco, en compañía del áspid, el león y el dragón, como símbolo del mal y el pecado
ὅτι σύ Κύριε ἡ ἐλπίς μου τὸν ὕψιστον ἔθου· καταφυγήν σου οὐ προσελεύσεται· πρὸς σὲ κακά καὶ μάστιξ οὐκ ἐγγιεῖ τῷ σκηνώματί σου· ὅτι τοῖς ἀγγέλοις αὐτοῦ ἐντελεῖται περὶ σοῦ τοῦ διαφυλάξαι σε ἐν πάσαις ταῖς ὁδοῖς σου· ἐπὶ χειρῶν ἀροῦσίν σε μήποτε προσκόψῃς πρὸς λίθον τὸν πόδα σου· ἐπ᾽ ἀσπίδα καὶ βασιλίσκον ἐπιβήσῃ καὶ καταπατήσεις λέοντα καὶ δράκοντα· ὅτι ἐπ᾽ ἐμὲ ἤλπισεν καὶ ῥύσομαι αὐτόν· σκεπάσω αὐτόν ὅτι ἔγνω τὸ ὄνομά μου· ἐπικαλέσεταί με καὶ εἰσακούσομαι αὐτοῦ· μετ᾽ αὐτοῦ εἰμι ἐν θλίψει καὶ ἐξελοῦμαι καὶ δοξάσω αὐτόν·μακρότητα ἡμερῶν ἐμπλήσω αὐτὸν καὶ δείξω αὐτῷ τὸ σωτήριόν μου.
Quoniam tu es, Domine, spes mea; Altissimum posuisti refugium tuum. Non accedet ad te malum,
et flagellum non appropinquabit tabernaculo tuo. Quoniam angelis suis mandavit de te, ut custodiant te in omnibus viis tuis. In manibus portabunt te, ne forte offendas ad lapidem pedem tuum. Super aspidem et basiliscum ambulabis, et conculcabis leonem et draconem. Quoniam in me speravit, liberabo eum; protegam eum, quoniam cognovit nomen meum. Clamabit ad me, et ego exaudiam eum; cum ipso sum in tribulatione: eripiam eum, et glorificabo eum. Longitudine dierum replebo eum, et ostendam illi salutare meum.
Otra versión del Salmo XC dice: ne offendas ad lapidem pedem tuum, super aspidem et viperam gradieris, donde se sustituye basilisco por vipera, es decir, víbora.
Es curioso cómo el salmo en la mayoría de las biblias en español se traduce de esta segunda versión:
Porque hiciste del Señor tu refugio y pusiste como defensa al Altísimo. No te alcanzará ningún mal, ninguna plaga se acercará a tu carpa, porque hiciste del Señor tu refugio y pusiste como defensa al Altísimo Ellos te llevarán en sus manos para que no tropieces contra ninguna piedra; caminarás sobre leones y víboras, pisotearás cachorros de león y serpientes. «El se entregó a mí, por eso, yo lo glorificaré; lo protegeré, porque conoce mi Nombre; me invocará, y yo le responderé. Estará con él en el peligro, lo defenderé y lo glorificaré; le haré gozar de una larga vida y le haré ver mi salvación».
Deja una respuesta