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Archive for 17 de diciembre de 2014

Jacques_offenbach

Continuamos con el breve repaso a la opereta La bella Helena de Jacques Offenbach en el 150 aniversario de su estreno en París un 17 de diciembre de 1864. Estábamos ofreciendo un resumen del argumento. Por cierto, el título de estos dos artículos está tomado de la obra, por supuesto, y es una expresión repetida en la obra, para dar a entender que Helena tiene que partir con Paris y cumplir con el destino, la fatalité.

ACTO II

Sus criadas dicen a Helena que debe aparecer espléndida ante los cuatro reyes que hoy acudirán a palacio para jugar al Juego de la Oca, pero ella quiere algún vestido que oculte su gracia y belleza, nada llamativo. Helena espera impacientemente a la “fatalité” de la inminente aventura amorosa y discute con los dioses. Llama a su padre biológico Júpiter mientras examina el retrato familiar con su madre, Leda. Ni siquiera Venus, aunque Helena le pregunte porqué la diosa tiene la intención de llevar a cabo sus peculiares experimentos con la misma familia, la de Helena (aria On me nomme Helène la Blonde).

Sola, sin ningún signo divino, Helena rechaza inicialmente a Paris, que persigue su objetivo con su encantador espíritu. Después de todo, ella tiene que considerar su deber conyugal y su pública reputación. Pero su amenaza de conquistarla por la violencia o la astucia se encuentra con su silencioso asentimiento.

Pero el íntimo encuentro es interrumpido por la ruidosa horda de los príncipes que llegan rodeando a Agamenón para jugar al Juego de la Oca, un juego de dados de grandes apuestas, en el que la banca es Calcas (Marche de l’oie: Le voici le Roi des Rois). Juegan Agamenón, Orestes, Áyax I, Áyax II, Aquiles y las cortesanas Leoena y Parthoenis. Gana Calcas,  a pesar de que Agamenón cree que ha hecho trampas. Sigue una acalorada discusión en la que todos los jugadores pretenden recuperar su dinero que ha ganado Calcas indebidamente. Salen todos y queda Helena con su asistenta Bacchis, pero al momento regresa Calcas, que ha tenido que devolver la mitad de lo ganado. Helena pide ayuda a Calcas para conseguir a Paris y éste sugiere un sacrificio a los dioses, pero no con flores, sino con una hecatombe, pero Helena desearía estar en un sueño con Paris. Helena queda dormida en presencia de Calcas y entonces llega Paris que se deshace del sacerdote y queda a solas con Helena (Duo: C’est le ciel qui m’envoie).

Pero el sueño se hace realidad, y cuando ella y Paris están a punto de alcanzar el éxtasis, se presenta Menelao en la alcoba. Éste llama a los otros príncipes al profanado dormitorio. A la indignación del marido se suman las fantasías guerreras de Agamenón beodo, el disimulo de Paris y la protesta semi-inocente de Helena (Ciel, mon mari!).

Por una parte, el ofendido patriotismo les lleva a expulsar al príncipe troyano, que se defiende bravamente y prometiendo abiertamente que se llevará pronto a Helena, que dice que le seguirá. Por otra parte, los príncipes convocados secundan las amargas acusaciones de la pillada reina contra el rey Menelao: dice que es inapropiado y  grosero en sentimientos que un marido en viaje de negocios vuelva a casa sin anunciarlo formalmente a su esposa. Pero con la precipitada marcha del príncipe troyano se evitará, de momento, la tragedia (A moi! Rois de la Grèce).

ACTO III

En la playa y complejo hotelero de Nauplia.

En el retiro veraniego de Nauplia la corte vive en un desenfreno instigado por Venus, que quiere vengarse del fracaso de sus planes de premiar a Paris con Helena (Coro y canción de Orestes: Dansons, buvons).

Menelao sigue enfurruñado con Helena, pero ésta sigue poniendo la vergüenza en el tejado de su marido (Couplets: Là vrai, je ne sui spas coupable);

después de todo, la “fatalité” está de su lado. Agamenón y el sacerdote Calcas ruegan a Menelao que se sacrifique cediendo a los designios de la diosa, que ha castigado a Grecia entera con la infidelidad de maridos y esposas,  y entregando a su esposa, que sigue proclamando su fidelidad (Trio patriótico: Lorsque la Grèce).

Pero Menelao, para averiguar de una vez por todas cuál es el comportamiento piadoso y de adecuado estadista que debe adoptar en este caso tiene otra solución: ha pedido el consejo del augur de Venus, que resolverá el dilema.

Ante la ira de Calcas, que resiente la competencia, llega la galera de Citerea con la respuesta traída personalmente por el propio sacerdote de Venus, que no es otro que Paris disfrazado (Coro y couplets de Paris: La galère de Cythère).

Después de predicar la alegría al pueblo, dictamina: la reina ha de embarcar para la isla de Citerea, custodiada por él mismo y haciendo sacrificios a la diosa (Finale: Elle vient, c’est elle).

Además pronostica que Esparta contará con el favor de Venus. La propuesta es muy bien recibida por todos excepto por Helena, que sólo al saber quién se esconde detrás del disfraz acepta, entonces, muy gustosa (Coro: Pars pour Cythère). El barco zarpa con los enamorados, pero pronto el engaño es advertido, ya que Paris se quita su máscara y se revela como el raptor de Helena ante los que están en la playa. Agamenón y Menelao, con todos los griegos, encolerizados, se disponen al combate en venganza por esta acción. La guerra de Troya está al llegar.

Lo mítico está pues en todas partes esta ópera bufa de Offenbach. A parte de los personajes de la propia obra: Calcas, Helena, Paris, Orestes, Áyax Telamonio, Áyax Oileo, Agamenón, Aquiles, hay alusiones a los dioses o diosas:

Júpiter: especialmente citado en el coro inicial y en el falso augurio de Calcas (Acto I). En el libreto aparece nueve (9) veces. De ellas una como Jupin y otra como Jupiter Stator

Venus: citada especialmente en el coro de Helena y las jóvenes que la festejan a ella y a Adonis (Acto I) y en la invocación de Helena a Venus (acto II); aparece 49 veces en el libreto, una con el epíteto Astarté.

Adonis es citado 11 veces, muchas en relación a la fiesta de Adonis que se va a celebrar.

Leda es citada 6 veces, 5 en el sintagma fille de Léda, referido a Helena.

Minerva: es citada 3 veces (5 en nuestra versión por la razón que después veremos), especialmente en el aria del juicio de Paris y en el número 18. Coro y canción de Orestes

Baco: es nombrado tres (3) veces, especialmente también en el número 18. Coro y canción de Orestes

Juno: sólo una vez en el aria de Paris Au mont Ida.

Príamo aparece 2 veces en el sintagma le fils du roi Priam, referido a Paris.

Son también citados los Campos Elíseos, el reino de Ftía, patria de Aquiles y en el apartado de lugares: Chipre, Creta, Léucade, el monte Ida, Nauplia, la isla de Citera y Troya.

Telamonio y Peleo sólo una vez en la estructura fils de Pelée – fils de Télamon que se refieren Áyax Telamonio y Aquiles, respectivamente

Por lo que respecta a Minerva, hay que decir que en la versión que tenemos se produce un juego de palabras con relación a dicha diosa que no está presente en el libretto, juego de palabras en francés y no tanto en castellano.

Calcas pide a Paris que si ha visto a la diosa que le diga qué aspecto tiene:

Qui? Diane?

No, l’autre

Ah, l’autre… Minerve

Minerve, Minerve… Il me énerve! No! Venus!

¿Quién? Diana

No, la otra

Ah, la otra… Minerva

¡Minerva! ¡Minerva! ¡Él me enerva! ¡No! ¡Venus!

Y es cuando Paris canta el aria Au mont Ida.

Y ya que estamos con particularidades de nuestra versión, en el primer encuentro entre Paris y Helena (escena X del Acto I), ella le pregunta que, si es pastor, dónde está su rebaño. A la respuesta del libretto: Tout là-bas, là-bas, là-bas, dans la montagne, la soprano Vesselina Kasarova entona el Là-bas, là-bas dans la montagne de la Carmen (número 17, dúo de la escena V del Acto II) de Bizet en un guiño a la ópera francesa, para luego seguir con el texto original.

HÉLÈNE, avec une douce ironie.

Où donc est ton troupeau ?

PARIS, montrant la droite.

Tout là-bas, là-bas, là-bas, dans la montagne.

HÉLÈNE.

Ah ! Pourquoi l’as-tu quitté ?… comment te trouves-tu ici ?…

HELENA (con una dulce ironía)¿Dónde está tu rebaño?

PARIS (señalando hacia la derecha)¡Todo hacia allá, hacia allá en la montaña!

HELENA¿Por qué lo has abandonado?

¿Qué haces tú aquí?

La última broma musical se produce en la escena VIII del Acto II: cuando Helena queda dormida en presencia de Calcas, éste se acerca al lecho y dice

CALCHAS (la regardant)Pauvre petite femme!…La voilà qui s’endort!…Elle est gentille, comme ça… oui, très gentille!…

CALCHAS (mirándola)¡Pobre pequeña!…¡Cómo duerme!…Es tan hermosa, como un…sí, ¡muy hermosa!…

Entonces el barítono español Carlos Chausson le canta la canción de cuna (Wiegenlied) de Brahms Guten Abend, gute Nacht mit Ros

y ahí se da cuenta de que está cantando en alemán y una obra de Brahms, exclamando Oh, y se dirige al director Nikolaus Harnoncourt:

Excusez-moi, maestro. Un petite peu de Brahms pour Helène?

A lo que el director le hace un gesto negativo y Calcas pide perdón con las manos. La obra sigue con la entrada de Paris en la cámara de Helena.

Es La Bella Helena una obra entretenida con una música bella en algunos momentos, chispeante en otros, que hemos podido ver entera en clase de 2º de bachillerato. La versión que poseo es atractiva y los alumnos “soportaron” bien ver completa una ópera completa, algo que ya doy por muy válido.

Y hasta aquí este recuerdo al estreno de esta graciosa opereta mitológica.

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