El cornadillo de la viuda es la expresión que utilizan José María Bover y José O’Callaghan en su edición del Nuevo Testamento Trilingüe de la BAC (Biblioteca de Autores Cristianos), para titular la perícopa relativa a la ofrenda de la viuda pobre, correspondiente al pasado domingo 8 de noviembre, trigésimo segundo del tiempo ordinario y que pertenece a Marcos 12, 41-44.
Esta palabra, cornadillo, diminutivo de cornado que, según el diccionario de la RAEL, es una moneda de cobre con una cuarta parte de plata, que tenía grabada una corona y circuló en tiempo del rey Sancho IV de Castilla y de sus sucesores hasta los Reyes Católicos. De cornadillo el citado diccionario dice que es un diminutivo desusado de cornado, que ha quedado en las locuciones preposicionales desusadas emplear, o poner, alguien su cornadillo que significa “contribuir con medios o diligencias para el logro de un fin”.
Siempre que el evangelio se refiere a monedas, los traductores difieren en la traducción. Así, los citados Bover-O’Callaghan traducen por “dos ochavos” el original griego λεπτὰ δύο (en latín duo minuta). En griego moderno, λεπτά son minutos y céntimos, como leemos en sus monedas de céntimos de euro. Para Bover-O’Callaghan dos ochavos hacen un “cuadrante” (κοδράντης / quadrans).
Juan Mateos, para ediciones Cristiandad, que titula la perícopa “la limosna de la viuda” traduce por “unos cuartos”, sin indicar la equivalencia.
En la Biblia de la Santa Sede se traduce por “dos pequeñas monedas de cobre”, tampoco sin equivalencia.
“Unas monedillas de muy poco valor” es la larga traducción que aparece en la Biblia on-line de los jesuitas.
La Biblia de Jerusalén on-line dice “dos moneditas, o sea una cuarta parte del as”. En efecto, un “cuadrante” (quadrans) era la cuarta parte del as, la moneda de cobre que pesaba una libra romana. Hasta Servio Tulio no se acuñaba y con este rey se estamparon figuras de animales (pecus) en estas monedas, de donde la palabra pecunia (de pecus, ganado) para dinero.
Además del as estaba el semis, medio as, el triente, un tercio de as fabricado en bronce, el cuadrante, un cuarto de as hecho igualmente en bronce, el sextante, un sexto de as; seguía la onza, un doceavo de as hecha en bronce, que tenía también sus divisiones.
La Biblia de Nácar-Colunga traduce “echó dos leptós, que hacen un cuadrante”.
La versión más antigua de la Biblia de Reina-Valera traduce por “dos blancas, que son un maravedí”. No sabemos a qué maravedí se refiere, pues esta moneda sufrió una fuerte devaluación. Hacia el 1600 un maravedí eran 0,2 euros, es decir, veinte céntimos, por lo que sí se aproxima a lo que realmente echaría la viuda.
La misma Biblia, en su edición de 1960, traduce “echó dos blancas, o sea un cuadrante” que se mantiene igual en la edición de 1995, con una (,) tras “o sea”.
La Biblia de las Américas traduce “echó dos pequeñas monedas de cobre, o sea, un cuadrante”. En nota al pie añade: un cuadrante equivale aprox. a dos blancas; i.e., 1/64 de un denario.
Cuadrante de época de Augusto
En efecto, en época de Augusto, un cuadrante (lo que echó la viuda) era 1/64 de un denario, mientras que el as era la 1/16 del denario. Si establecemos que un denario equivale a unos 15 euros actuales, y el cuadrante es la 1/64 del denario, la pobre viuda echó en el cepillo veintitrés céntimos de euro.
Más arriba, en Marcos 12, 41, Bover-O’Callaghan traducen el griego χαλκόν (latín aes) por “moneda de cobre”. En griego χαλκόν es cobre, y especialmente “moneda de cobre”. The Online Liddell-Scott-Jones Greek-English Lexicon justamente cita este pasaje, Marcos 12, 41) o Mateo 10, 9, donde aparece la misma palabra, que Bover-O’Callaghan traducen allí por “calderilla”, para indicar esta traducción de “moneda de cobre”.
De la misma forma, en latín aes significa también “cobre” y “moneda de cobre”. En efecto, las primeras monedas romanas consistían en pequeñas toscas masas de cobre, como Plinio, en Historia Natural 33, 3, 13.
Y ahora, una explicación que muchos lectores sabrán. Hierro es en latín ferrum, lo que da su símbolo químico Fe; de la misma forma argentum que es plata da Ag o aurum (oro) da Au. Si cobre es en latín «aes, aeris«, ¿por qué el símbolo es Cu? La causa está en Chipre, pues de esta isla obtenían los romanos la mayor parte de su cobre (aes cyprium = cobre chipriota). El uso hizo que aes cyprium pasara a sólo cyprium y luego a cuprum, de donde el símbolo Cu.
En la Biblia de la Santa Sede traducen por “su limosna”
La Biblia de los jesuitas traduce χαλκόν por “monedillas”, mientras Juan Mateos tan sólo dice “dinero”, que es lo mismo que dicen la Biblia Reina-Valera y la de las Américas.
La Biblia de Nácar-Colunga y la Jerusalén de 1976 dicen “monedas”.
Otro asunto es cómo se traduce la palabra griega γαζοφυλάκιον.
Bover-O’Callaghan y Nácar-Colunga traducen por gazofilacio, que existe en castellano, como recoge el diccionario de la RAE. Juan Mateos por “cepillo”. La Biblia de la Santa Sede por “sala del tesoro”. Reina-Valera de 1960 por “arca de la ofrenda”. La de las Américas y la de Jerusalén de 1976 por “arca del tesoro”. La Biblia de los jesuitas por “cepillo del templo”.
La palabra γαζοφυλάκιον es un compuesto de γάζα (tesoro) y φυλάκιον / φυλακεῖον (puesto de guardia o custodia).
Pierre Chantraine
Sobre el primer componente el Diccionario Etimológico de la Lengua Griega de Pierre Chantraine dice que significa “tesoro, tesoro real”. Añade que hallamos la palabra en la línea 22 del texto 54 (Monumento en Adulis – antigua ciudad de Eritrea, hoy Zula – que da cuenta de las conquistas de Ptolomeo III) de las Orientis Graeci Inscriptiones:
καὶ ἀναζητήσας ὅσα ὑπὸ τῶν Περσῶν ἱερά ἐξ Αἰγύπτου ἐξήχθη καὶ ἀνακομίσας μετὰ τῆς ἄλλης γάζης τῆς ἀπὸ τῶν τόπων εἰς Αἴγυπτον δυνάμεις ἀπέστειλε.
así como en los Setenta y el Nuevo Testamento. En efecto, lo encontramos, por ejemplo, en Esdras 6, 1:
Τότε Δαρεῖος ὁ βασιλεὺς ἔθηκεν γνώμην καὶ ἐπεσκέψατο ἐν ταῖς βιβλιοθήκαις, ὅπου ἡ γάζα κεῖται ἐν Βαβυλῶνι.
Entonces el rey Darío promulgó una ley y se investigó en los archivos, donde está el tesoro en Babilonia.
En Hechos de los Apóstoles 8, 27:
Αἰθίοψ εὐνοῦχος δυνάστης Κανδάκης βασιλίσσης Αἰθιόπων, ὃς ἦν ἐπὶ πάσης τῆς γάζης αὐτῆς, ὃς ἐληλύθει προσκυνήσων εἰς ῾Ιερουσαλήμ.
Un eunuco etíope, ministro de Candaces, reina de los etíopes, que tenía a su cargo todo su tesoro, que había venido a Jerusalén para adorar a Dios.
Polibio lo usa para referirse a una gran suma de plata. Historias XI, 34 (se habla de Antíoco):
καὶ λαβὼν ἐλέφαντας, ὥστε γενέσθαι τοὺς ἅπαντας εἰς ἑκατὸν καὶ πεντήκοντ’, ἔτι δὲ σιτομετρήσας πάλιν ἐνταῦθα τὴν δύναμιν· αὐτὸς μὲν ἀνέζευξε μετὰ τῆς στρατιᾶς, ᾿Ανδροσθένην δὲ τὸν Κυζικηνὸν ἐπὶ τῆς ἀνακομιδῆς ἀπέλιπε τῆς γάζης τῆς ὁμολογηθείσης αὐτῷ παρὰ τοῦ βασιλέως.
Y tras tomar elefantes, de suerte que el total llegó a ser de ciento cincuenta, tras volver a proveer allí al ejército de víveres, levantó el campo con el ejército, y dejó a Andróstenes de Cízico para la conducción del dinero que había sido acordado con él por este rey.
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