Alegoría de la vanidad (1632-1636), óleo sobre lienzo de 139 x 174 cm, de Antonio de Pereda. Kunsthistorisches Museum de Viena
Para este blog es importante la primera lectura del jueves de la vigésima quinta semana del Tiempo ordinario que se proclamaba en la eucaristía del día 22 de septiembre.
Se trata de los versículos 2-11 del capítulo 1 del Eclesiastés – o Qohelet -, de donde hemos tomado el título de nuestro blog.
Es un texto, eso sí, decididamente pesimista:
Ματαιότης ματαιοτήτων εἶπεν ὁ Ἐκκλησιαστής· Ματαιότης ματαιοτήτων τὰ πάντα ματαιότης.
τίς περισσεία τῷ ἀνθρώπῳ ἐν παντὶ μόχθῳ αὐτοῦ ᾧ μοχθεῖ ὑπὸ τὸν ἥλιον; γενεὰ πορεύεται καὶ γενεὰ ἔρχεται καὶ ἡ γῆ εἰς τὸν αἰῶνα ἕστηκεν. Καὶ ἀνατέλλει ὁ ἥλιος καὶ δύνει ὁ ἥλιος καὶ εἰς τὸν τόπον αὐτοῦ ἕλκει ἀνατέλλων αὐτὸς ἐκεῖ. Πορεύεται πρὸς νότον καὶ κυκλοῖ πρὸς βορρᾶν κυκλοῖ κυκλῶν πορεύεται τὸ πνεῦμα καὶ ἐπὶ κύκλους αὐτοῦ ἐπιστρέφει τὸ πνεῦμα.
Πάντες οἱ χείμαρροι πορεύονται εἰς τὴν θάλασσαν καὶ ἡ θάλασσα οὐκ ἔσται ἐμπιμπλαμένη εἰς τόπον οὗ οἱ χείμαρροι πορεύονται ἐκεῖ αὐτοὶ ἐπιστρέφουσιν τοῦ πορευθῆναι.
Πάντες οἱ λόγοι ἔγκοποι οὐ δυνήσεται ἀνὴρ τοῦ λαλεῖν καὶ οὐκ ἐμπλησθήσεται ὀφθαλμὸς τοῦ ὁρᾶν καὶ οὐ πληρωθήσεται οὖς ἀπὸ ἀκροάσεως. Τί τὸ γεγονός αὐτὸ τὸ γενησόμενον καὶ τί τὸ πεποιημένον αὐτὸ τὸ ποιηθησόμενον.
Καὶ οὐκ ἔστιν πᾶν πρόσφατον ὑπὸ τὸν ἥλιον. ὃς λαλήσει καὶ ἐρεῖ ἰδὲ τοῦτο καινόν ἐστιν ἤδη γέγονεν ἐν τοῖς αἰῶσιν τοῖς γενομένοις ἀπὸ ἔμπροσθεν ἡμῶν.
Οὐκ ἔστιν μνήμη τοῖς πρώτοις καί γε τοῖς ἐσχάτοις γενομένοις οὐκ ἔσται αὐτοῖς μνήμη μετὰ τῶν γενησομένων εἰς τὴν ἐσχάτην.
¡Vanidad de vanidades –dice Qohelet–; vanidad de vanidades, todo es vanidad! ¿Qué provecho saca el hombre de todos los esfuerzos que lo fatigan bajo el sol? Una generación se va, otra generación viene, mientras la tierra siempre permanece. Sale el sol, se pone el sol, jadea por llegar a su puesto y de allí vuelve a salir. Camina al sur, gira al norte, gira y gira y camina el viento y a sus vueltas vuelve el viento. Todos los ríos caminan al mar y el mar no se llena; llegados al sitio adonde caminan los ríos, desde allí vuelven a caminar. Todas las cosas cansan y nadie es capaz de explicarlas. ¿No se sacian los ojos de ver ni se hartan los oídos de oír? Lo que pasó, eso pasará; lo que se hizo, eso se hará: nada hay nuevo bajo el sol. Si de algo se dice: “Mira, esto es nuevo, ya sucedió en otros tiempos mucho antes de nosotros”. Nadie se acuerda de los antiguos y lo mismo pasará con los que vengan: no se acordarán de ellos sus sucesores.
Vanitas vanitatum de Jens Rusch
Pero texto que invita a la meditación sobre el día a día, sobre la historia de la humanidad, sobre nuestro propio viaje por la vida, sobre la herencia recibida de nuestros antepasados, sobre el mundo que vamos a legar a nuestros descendientes, sobre los afanes del día a día, sobre los esfuerzos, las fatigas…
Lo aporto hoy, para que los lectores del blog lo lean, mediten, digieran y saquen sus conclusiones.
Y el viernes 23 la lectura era del Eclesiastés 3, 1-11. ¿Más pesimismo? Puede, pero destaca por la palabra καιρός (momento oportuno, tiempo, ocasión). En la vida hay tiempo para todo y así lo pone de manifiesto el texto bíblico:
Τοῖς πᾶσιν χρόνος καὶ καιρὸς τῷ παντὶ πράγματι ὑπὸ τὸν οὐρανόν.
Καιρὸς τοῦ τεκεῖν καὶ καιρὸς τοῦ ἀποθανεῖν.
Καιρὸς τοῦ φυτεῦσαι καὶ καιρὸς τοῦ ἐκτῖλαι πεφυτευμένον.
Καιρὸς τοῦ ἀποκτεῖναι καὶ καιρὸς τοῦ ἰάσασθαι.
Καιρὸς τοῦ καθελεῖν καὶ καιρὸς τοῦ οἰκοδομῆσαι.
Καιρὸς τοῦ κλαῦσαι καὶ καιρὸς τοῦ γελάσαι.
Καιρὸς τοῦ κόψασθαι καὶ καιρὸς τοῦ ὀρχήσασθαι.
Καιρὸς τοῦ βαλεῖν λίθους καὶ καιρὸς τοῦ συναγαγεῖν λίθους.
Καιρὸς τοῦ περιλαβεῖν καὶ καιρὸς τοῦ μακρυνθῆναι ἀπὸ περιλήμψεως.
Καιρὸς τοῦ ζητῆσαι καὶ καιρὸς τοῦ ἀπολέσαι
Καιρὸς τοῦ φυλάξαι καὶ καιρὸς τοῦ ἐκβαλεῖν.
Καιρὸς τοῦ ῥῆξαι καὶ καιρὸς τοῦ ῥάψαι
Καιρὸς τοῦ σιγᾶν καὶ καιρὸς τοῦ λαλεῖν.
Καιρὸς τοῦ φιλῆσαι καὶ καιρὸς τοῦ μισῆσαι.
Καιρὸς πολέμου καὶ καιρὸς εἰρήνης
Todo tiene su tiempo y sazón, todas las tareas bajo el sol: tiempo de nacer, tiempo de morir; tiempo de plantar, tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar y tiempo de sanar; tiempo de destruir y tiempo de construir; tiempo de llorar y tiempo de reír; tiempo de hacer duelo y tiempo de bailar; tiempo de arrojar piedras y tiempo de recogerlas; tiempo de abrazar y tiempo de desprenderse; tiempo de buscar y tiempo de perder; tiempo de guardar y tiempo de desechar; tiempo de rasgar y tiempo de coser; tiempo de callar y tiempo de hablar; tiempo de amar y tiempo de odiar; tiempo de guerra y tiempo de paz.
Kairós (ca 1550), detalle de un fresco de Francesco Salviati. Palacio Sacchetti, Roma
Otra carga de profundidad. Y seguimos, porque el Salmo 143, que sigue a la primera lectura, termina con una descripción pesimista del ser humano (es un soplo, una sombra que pasa):
εὐλογητὸς ὁ Θεός μου ὁ διδάσκων τὰς χεῖράς μου εἰς παράταξιν τοὺς δακτύλους μου εἰς πόλεμον.
ἔλεός μου καὶ καταφυγή μου ἀντιλήμπτωρ μου καὶ ῥύστης μου ὑπερασπιστής μου καὶ ἐπ᾽ αὐτῷ ἤλπισα. ὁ ὑποτάσσων τὸν λαόν μου ὑπ᾽ ἐμέ.
Κύριε τί ἐστιν ἄνθρωπος ὅτι ἐγνώσθης αὐτῷ ἢ υἱὸς ἀνθρώπου ὅτι λογίζῃ αὐτόν.
ἄνθρωπος ματαιότητι ὡμοιώθη αἱ ἡμέραι αὐτοῦ ὡσεὶ σκιὰ παράγουσιν.
Benedictus Dominus Deus meus, qui docet manus meas ad proelium, et digitos meos ad bellum.
Misericordia mea et refugium meum; susceptor meus et liberator meus; protector meus, et in ipso speravi, qui subdit populum meum sub me.
Domine, quid est homo, quia innotuisti ei? Aut filius hominis, quia reputas eum?
Homo vanitati similis factus est; dies eius sicut umbra praetereunt.
Bendito el Señor, mi Roca, que adiestra mis manos para el combate, mis dedos para la batalla. Mi aliado, mi alcázar, mi baluarte donde me pongo a salvo, mi escudo y mi refugio, que me somete mi pueblo. Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él, el ser humano para que lo tengas en cuenta? El hombre se asemeja a un soplo, sus días, como una sombra que pasa.
Este salmo 143 nos ha recordado a la Pítica VIII de Píndaro, 88-97, por aquello de la sombra. Escribía Píndaro allá por el 446 a. C.:
ὁ δὲ καλόν τι νέον λαχὼν
ἁβρότατος ἔπι μεγάλας
ἐξ ἐλπίδος πέταται
ὑποπτέροις ἀνορέαις, ἔχων
κρέσσονα πλούτου μέριμναν. ἐν δ᾽ ὀλίγῳ βροτῶν
τὸ τερπνὸν αὔξεται: οὕτω δὲ καὶ πίτνει χαμαί,
ἀποτρόπῳ γνώμᾳ σεσεισμένον.
ἐπάμεροι: τί δέ τις; τί δ᾽ οὔ τις; σκιᾶς ὄναρ
ἄνθρωπος. ἀλλ᾽ ὅταν αἴγλα διόσδοτος ἔλθῃ,
λαμπρὸν φέγγος ἔπεστιν ἀνδρῶν καὶ μείλιχος αἰών:
Emilio Suárez de la Torre traduce así en Cátedra. Letras Universales:
Sin embargo, aquel que acaba de obtener un triunfo
en plena dicha, desde su gran
esperanza emprende el vuelo
impulsado por su alada virilidad,
pues posee una ilusión más valiosa que la riqueza.
En poco tiempo crece la felicidad de los mortales,
pero del mismo modo se derrumba,
sacudida por abominable sentencia.
¡Seres de un día! ¿Qué es cada uno? ¿Qué no es? El hombre
es sueño de una sombra.
Mas cuando llega el don divino de la gloria,
se posa sobre los hombres un luminoso resplandor y una
existencia grata.
Píndaro aporta esperanza al final, tras su demoledora afirmación: “el hombre es sueño de una sombra”.
Petronio, en El Satiricón 42, 2-4, se muestra también pesimista
Fui enim hodie in funus. Homo bellus, tam bonus Chrysanthus animam ebulliit. modo modo me appellavit. Videor mihi cum illo loqui. Heu, eheu. utres inflati ambulamus. minoris quam muscae sumus, <muscae> tamen aliquam virtutem habent, nos non pluris sumus quam bullae.
Hoy tuve que ir a un entierro. Una excelente persona, el bueno de Crisantemo, ha rendido el alma. Ayer, todavía ayer, dialogó conmigo. Aún me parece que le estoy hablando. ¡Ay, ay! Andamos por el mundo como globos hinchados. Somos menos que las moscas; ellas, al menos, tienen cierto poder; pero nosotros más que burbujas.
La traducción es de Lisardo Rubio Fernández, en Gredos.
Y las moscas nos han recordado a Simónides de Ceos en su fragmento 6 (edición de Diehl, Anthologia Lyrica Graeca, Leipzig, 1954):
ἄνθρωπος ἐὼν μή ποτε φάσηις ὅ τι γίνεται αὔριον͵
μηδ΄ ἄνδρα ἰδὼν ὄλβιον ὅσσον χρόνον ἔσσεται·
ὠκεῖα ὰρ οὐδὲ τανυπτερύγου μυίας
οὕτως ἁ μετάστασις
que Carlos García Gual, en Alianza Editorial traduce así:
Siendo humano, jamás digas qué va a pasar mañana,
ni, al ver a alguien dichoso, por cuánto tiempo lo será.
Porque ni el moverse de la mosca de finas alas
es tan rápido.
Pesimismo que continúa en el fragmento 9 Diehl:
ἀνθρώπων ὀλίγον μὲν
κάρτος͵ ἄπρακτοι δὲ μεληδόνες͵
αἰῶνι δ΄ ἐν παύρωι πόνος ἀμφὶ πόνωι·
ὁ δ΄ ἄφυκτος ὁμῶς ἐπικρέμαται θάνατος·
κείνου γὰρ ἴσον λάχον μέρος οἵ τ΄ ἀγαθοὶ
ὅστις τε κακός.
De los humanos pequeño es el poder,
E inútiles los propósitos y cuitas.
En la breve vida hay pena tras pena.
Y la muerte ineluctable siempre espera.
Porque igual porción de ella reciben
Los valerosos y quien es cobarde.
Vanidad de vanidades, todo es vanidad. (Eclesiastés 1, 2)
Una generación se va, otra generación viene, mientras la tierra siempre permanece. (Eclesiastés 1, 4)
Lo que pasó, eso pasará; lo que se hizo, eso se hará: nada hay nuevo bajo el sol. (Eclesiastés 1, 9)
Todo tiene su tiempo y sazón, todas las tareas bajo el sol. (Eclesiastés 3, 1)
El hombre se asemeja a un soplo, sus días, como una sombra que pasa. (Salmo 143, 4)
¡Seres de un día! ¿Qué es cada uno? ¿Qué no es? El hombre es sueño de una sombra. (Píndaro, Pítica VIII, 94)
Andamos por el mundo como globos hinchados. Somos menos que las moscas; ellas, al menos, tienen cierto poder; pero nosotros más que burbujas. (Petronio, Satiricón 42, 4).
Siendo humano, jamás digas qué va a pasar mañana, ni, al ver a alguien dichoso, por cuánto tiempo lo será. Porque ni el moverse de la mosca de finas alas es tan rápido. (Simónides de Ceos, Fragmento 6 Edición Diehl).
De los humanos pequeño es el poder, e inútiles los propósitos y cuitas. (Simónides de Ceos, Fragmento 9 Edición Diehl).
Frases para la meditación, pesimistas sí, pero que nos pueden hacer cambiar nuestra visión de la vida.
[…] se compra, Mismo texto, otro contexto, Misit duo minuta, De precipicios, amor, médicos y profetas, Sueño de una sombra), San Juan Crisóstomo (Piquito de oro), san Miguel (Michael, quis ut Deus?), la resurrección […]