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Archive for agosto 2011

En la escena sexta y última del Acto II tenemos rastros del episodio 1º de la tragedia y, en concreto, del parlamento de la sirvienta (versos 152-198). La diferencia estriba en que los hechos son narrados por la criada en la tragedia,  mientras que son realizados en la escena en la ópera.

En su parlamento la criada nos dice que Alcestis, tras lavarse con agua de río, se vistió y adornó y, situada ante el altar de Hestia, dice:

¡Señora, me voy ya bajo tierra, por última vez te suplicaré postrada seas tutora de mis niños, y al uno una querida esposa unas y a la otra un noble marido!¡Y que no como su madre mueran mis hijos antes de tiempo, mas felices en la tierra paterna completen una vida dulce!

Todos los altares de la casa de Admeto recorrió haciendo libaciones y orando; de los retoños cortó una rama de mirto, sin lamentarse, sin gemir: ni lo que la esperaba cambió los colores de su hermosura.

Calzabigi, por su parte, en el libreto dejó escrito:

Vesta, tú que has sido y eres

mi primera diosa tutelar,

como a hijos tuyos,

recibe a mis hijos en este día.

Y que en ti encuentren,

ahora que yo seré una fría sombra errante,

una madre tan amante

como la que murió.

La dedicatoria de la petición y la propia petición son las mismas en ambos textos.

Luego sigue explicándonos la criada:

Y después precipitóse en la alcoba y en el lecho, y allí lloró y dice:

—¡Oh cama donde perdí mi virginidad con este hombre por quien muero, adiós! No te odio: sólo a mí matas; por no traicionarte a ti y a mi marido muero. Te tendrá a ti cualquier otra mujer: no más fiel que yo, más feliz acaso.

Cae de rodillas y la besa, y los vellocinos se empapan de la marejada de sus ojos. Después que se sació con muchas lágrimas, echa a andar, la cabeza desmayada, arrastrándose desde el lecho y muchas veces salía de su alcoba y volvía, y se dejaba caer de nuevo en la cama.

También Calzabigi hace referencia al tálamo:

¡Ay, casto! ¡Ay, amado lecho nupcial!

Mi dulce refugio, mi único cariño,

puesto que de este destino funesto

quiso defenderme

el piadoso el cielo,

si a otra nueva esposa acoges

ella podrá ser más amada y más hermosa

que tu mísera y difunta Alcestis:

¡pero nunca más tierna, ni más fiel!

Obsérvense los claros paralelismos entre la apelación al lecho nupcial y la constatación de que otra mujer lo podrá ocupar. Los dos textos coinciden en que esa mujer será más amada y más hermosa (ópera) o más feliz (tragedia), pero no más fiel (ambas obras).

Y el paralelismo se completa con la escena de la despedida de los hijos, de nuevo narrada por la criada en la tragedia y sin intervención de los niños, y representada en escena en la ópera con una breve intervención de Eumelo y Aspasia.

En la tragedia:

Los niños agarrados del halda de su madre gritaban, y ella los alzaba en sus brazos y los acariciaba, al uno o al otro, despidiéndose para morir. Y gritaban todos los esclavos en la casa y gemían por su señora.

En la ópera el episodio es más largo.

¡Amadas prendas de mi púdico amor,

tiernos hijos, abrazad a vuestra madre!

¡Ah, quizás estos sean

nuestros últimos besos!

EUMELO

¡Ah, madre querida!

¡Oh dioses, me besas y lloras!

Y quieres dejarme

y hablas de morir.

ASPASIA

¡Ay, madre amada!

¡Oh dioses, me abrazas,

querida madre, y suspiras!

Y abandonarme quieres.

EUMELO, ASPASIA

¡Pobre de nosotros!

¡Hijos, queridos hijos! ¡Oh, dioses!

Desdichadamente tengo que morir.

En vano os apretáis contra mi seno

y me estrecháis con amorosos brazos.

¡Ay, cuán pronto estos dulces lazos

serán desatados!

Esta piedad y este llanto

no pueden ayudarme…

Pero obsérvese que lo que dice Alcestis en la ópera es lo narrado por la criada en la tragedia. Como decimos la despedida se prolonga por más tiempo, hasta el final del Acto II.

Escena VI

Alcestis pide a Ismene que la ayuda en los ritos funerarios por ella misma. Encomienda a Vesta a sus hijos y se despide del tálamo, que tal vez reciba otra mujer, aunque no más tierna y más fiel que ella. Alcestis se despide, desolada, de sus hijos.

Scena Sesta

ALCESTE

Oh tenerezza! Oh amore!

Degni d’altra fortuna

e troppo presto estinti!

Ah, già s’avanza il momento fatale!

Ad ora, ad ora illanguidir mi sento,

mi sento indebolir.

M’abbaglia il giorno,

mi s’aggrava il respiro,

un fuoco interno consumandomi va.

Diletta Ismene, amorose compagne,

negli estremi momenti

assistetemi ancora.

A me togliete queste misere pompe:

a me recate le ghirlande, i profumi,

l’ultime offerte mie abbiano i numi.

ISMENE

Oh, come rapida nel suo bel fiore

La vita amabile per te fuggi!

CORTIGIANI

Oh, come rapida la vita amabile

per te fuggi!

ISMENE

Qual rosa tenera che in sull’albore

gelido borea inaridì.

CORTIGIANI

Oh, come rapida, ecc.

ISMENE

Così bella!

CORTIGIANI

Così giovane! Così casta! Così cara!

Crudel preda a morte avara,

giusti dei, perché sarà?

ISMENE

Quel bel volto e quel bel riso…

CORTIGIANI

Lo splendor di que’ bei lumi…

Ah perché, ah perché, pietosi numi,

sempre a noi s’asconderà?

ALCESTE

(S’accosta all’ara, e brucia de’ profumi)

Vesta, tu che fosti e sei

tutelar mio primo nume,

per tuoi figli i figli miei,

deh, ricevi in questo dì.

Ed in te trovino allora

ch’io sarò fredd’ombra errante,

una madre così amante

come quella che morì.

TUTTI

Oh, come rapida nel suo bel fiore, ecc.

ALCESTE

Oh casto, oh caro nuzial mio letto,

mia dolce cura, mio solo affetto,

finchè da queste stelle funeste

volle difendermi

pietoso il ciel,

se un’altra accogli sposa novella

sarà più cara, sarà più bella

della tua misera estinta Alceste:

ma non più tenera, né più fedel.

ISMENE

Così bella, così giovane,

dar se stessa in braccio a morte.

Fra i lamenti, fra le lagrime,

e de’ figli e del consorte…

TUTTI

Non v’è sorte oh Dio più barbara,

non v’è affanno più crudel.

ISMENE

Regina, ecco i tuoi figli.

(prendendo i figli e conducendoli ad Alceste)


Escena Sexta

ALCESTIS

¡Ah, ternura! ¡Oh, amor!

¡Dignos de otra suerte

y tan pronto extinguidos!

¡Ah, ya se aproxima el momento fatal!

Ahora, ahora me siento languidecer,

ya me siento desfallecer.

Me ciega la luz del día,

mi respiración se hace más pesada,

un fuego interior me empieza a consumir.

Querida Ismene, amorosa compañera,

en los momentos finales

asísteme aún.

Apuremos estas míseras pompas:

dadme las guirnaldas, los perfumes,

que mis últimas ofrendas sean para los dioses.

ISMENE

¡Ay, qué rápido de su hermosa flor

huye la amable vida!

CORTESANOS

¡Ay, qué rápido

la vida amable huye de ti!

ISMENE

Cual tierna rosa que en la alborada

el viento helado secó.

CORTESANOS

¡Ay, qué rápido, etcétera.

ISMENE

¡Tan bella!

CORTESANOS

¡Tan joven! ¡Tan casta! ¡Tan amada!

Cruelmente la muerte avara la arrebata,

justos dioses, ¿por qué será?

ISMENE

Ese hermoso rostro y esa hermosa sonrisa…

CORTESANOS

El esplendor de esos hermosos ojos…

¿Ay, por qué? ¿Ay, por qué, piadosos dioses,

siempre a nosotros se ha de ocultar?

ALCESTIS

(Se acerca al altar y quema perfumes)

Vesta, tú que has sido y eres

mi primera diosa tutelar,

como a hijos tuyos,

recibe a mis hijos en este día.

Y que en ti encuentren,

ahora que yo seré una fría sombra errante,

una madre tan amante

como la que murió.

TODOS

¡Ay, qué rápido, etcétera

ALCESTIS

¡Ay, casto! ¡Ay, amado lecho nupcial!

Mi dulce refugio, mi único cariño,

puesto que de este destino funesto

quiso defenderme

el piadoso el cielo,

si a otra nueva esposa acoges

ella podrá ser más amada y más hermosa

que tu mísera y difunta Alcestis:

¡pero nunca más tierna, ni más fiel!

ISMENE

Tan hermosa, tan joven,

entregarse a sí misma

en brazos de la muerte.

Entre los lamentos, entre las lágrimas, de sus hijos y de su cónyuge…

TODOS

No hay destino ¡oh, dioses! más cruel,

no hay angustia más profunda.

ISMENE

Reina, he aquí a tus hijos.

(conduce a los niños junto a Alcestis)


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Tras un largo periodo vacacional, alejados del mundo civilizado y dedicados a caminar y a reflexionar, con poco contacto con la humanidad y mucho con la naturaleza en su estado más solitario, recuperamos nuestras publicaciones en este blog con el penúltimo capítulo de la serie dedicada a las vidas en el vientre de la ballena, a propósito del relato lucianesco en sus Relatos Verídicos.

En este repaso de la vida en el vientre de la ballena de los protagonistas de los Relatos Verídicos de Luciano de Samosata le toca el turno ahora al capítulo 35.

καὶ τὰ μὲν ἄλλα ἴσως φέρειν δυνάμεθα, οἱ δὲ γείτονες ἡμῶν καὶ πάροικοι σφόδρα χαλεποὶ καὶ βαρεῖς εἰσιν, ἄμικτοί τε ὄντες καὶ ἄγριοι. ῏Η γάρ, ἔφην ἐγώ, καὶ ἄλλοι τινές εἰσιν ἐν τῷ κήτει; Πολλοὶ μὲν οὖν, ἔφη, καὶ ἄξενοι καὶ τὰς μορφὰς ἀλλόκοτοι· τὰ μὲν γὰρ ἑσπέρια καὶ οὐραῖα τῆς ὕλης Ταριχᾶνες οἰκοῦσιν, ἔθνος ἐγχελυωπὸν καὶ καραβοπρόσωπον, μάχιμον καὶ θρασὺ καὶ ὠμοφάγον· τὰ δὲ τῆς ἑτέρας πλευρᾶς κατὰ τὸν δεξιὸν τοῖχον Τριτωνομένδητες, τὰ μὲν ἄνω ἀνθρώποις ἐοικότες, τὰ δὲ κάτω τοῖς γαλεώταις, ἧττον μέντοι ἄδικοί εἰσιν τῶν ἄλλων· τὰ λαιὰ δὲ Καρκινόχειρες καὶ Θυννοκέφαλοι συμμαχίαν τε καὶ φιλίαν πρὸς ἑαυτοὺς πεποιημένοι· τὴν δὲ μεσόγαιαν νέμονται Παγουρίδαι καὶ Ψηττόποδες, γένος μάχιμον καὶ δρομικώτατον· τὰ ἑῷα δέ, τὰ πρὸς αὐτῷ τῷ στόματι, τὰ πολλὰ μὲν ἔρημά ἐστι, προσκλυζόμενα τῇ θαλάττῃ· ὅμως δὲ ἐγὼ ταῦτα ἔχω φόρον τοῖς Ψηττόποσιν ὑποτελῶν ἑκάστου ἔτους ὄστρεια πεντακόσια.

35 Todo podemos soportarlo, sin duda, pero nuestros vecinos y colindantes son tremendamente rudos y cargantes, pues son insociables y salvajes”. ”!Cómo! – exclamé yo – ¿hay también otros hombres en la ballena? “Muchos, en efecto – respondió-, tan inhospitalarios como singulares en su aspecto. En la zona occidental del bosque, correspondiente a la cola, viven los saladores, tribu de ojos de anguila y rostro de bogavante, belicosa, cruel y carnívora. Al otro lado, junto al costado derecho, viven los tritoncabritos en su parte superior semejantes a los hombres; en la inferior, a los peces espada, y son menos agresivos que los otros. A la izquierda están los manosdecangrejo y cabezatunes, que han establecido un pacto de defensa y amistad recíprocas. En el interior viven los coladuras y los aletasdebarbada, pueblos belicosos y grandes corredores. La zona de levante, junto a la boca, es desierta en su mayor parte, al ser arrasada por el mar. No obstante, yo vivo en ella, pagando a los aletasdebarbada un tributo de quinientas ostras al año.

τοιαύτη μὲν χώρα ἐστίν· ὑμᾶς δὲ χρὴ ὁρᾶν ὅπως δυνησόμεθα τοσούτοις ἔθνεσι μάχεσθαι καὶ ὅπως βιοτεύσομεν. Πόσοι δέ, ἔφην ἐγώ, πάντες οὗτοί εἰσιν; Πλείους, ἔφη, τῶν χιλίων. ῞Οπλα δὲ τίνα ἐστὶν αὐτοῖς; Οὐδέν, ἔφη, πλὴν τὰ ὀστᾶ τῶν ἰχθύων. Οὐκοῦν, ἔφην ἐγώ, ἄριστα ἂν ἔχοι διὰ μάχης ἐλθεῖν αὐτοῖς, ἅτε οὖσιν ἀνόπλοις αὐτούς γε ὡπλισμένους· εἰ γὰρ κρατήσομεν αὐτῶν, ἀδεῶς τὸν λοιπὸν βίον οἰκήσομεν.

῎Εδοξε ταῦτα, καὶ ἀπελθόντες ἐπὶ ναῦν παρεσκευαζόμεθα. αἰτία δὲ τοῦ πολέμου ἔμελλεν ἔσεσθαι τοῦ φόρου ἡ οὐκ ἀπόδοσις, ἤδη τῆς προθεσμίας ἐνεστώσης. καὶ δὴ οἱ μὲν ἔπεμπον ἀπαιτοῦντες τὸν δασμόν· ὁ δὲ ὑπεροπτικῶς ἀποκρινάμενος ἀπεδίωξε τοὺς ἀγγέλους. πρῶτοι οὖν οἱ Ψηττόποδες καὶ οἱ Παγουρίδαι  χαλεπαίνοντες τῷ Σκινθάρῳ – τοῦτο γὰρ ἐκαλεῖτο – μετὰ πολλοῦ θορύβου ἐπῄεσαν.

36 Así es el territorio: fijaos vosotros cómo podemos luchar contra tantas tribus y cómo sobrevivimos”. “¿Cuántos son todos ellos?”, pregunté. Más de un millar”, contestó. “¿Y qué armas usan?” “Ninguna; sólo las espinas de los peces”, repuso. “Entonces – apunté yo-, lo mejor sería enfrentarnos en combate con ellos, puesto que están desarmados y nosotros tenemos armas. Si les vencemos, viviremos sin temor el resto de nuestra vida.

Pareció bien el plan, y nos retiramos a la nave a prepararnos. La causa de la guerra iba a ser el impago del tributo, pues ya se cumplía el plazo fijado. Ellos mandaron una embajada reclamando el impuesto. El contestó despectivamente y despidió a los emisarios. Primero los aletasdebarbada y los coladuras, indignados contra Escíntaro – que así se llamaba -, avanzaron con gran alboroto.


ἡμεῖς δὲ τὴν ἔφοδον ὑποπτεύοντες ἐξοπλισάμενοι ἀνεμένομεν, λόχον τινὰ προτάξαντες ἀνδρῶν πέντε καὶ εἴκοσι. προείρητο δὲ τοῖς ἐν τῇ ἐνέδρᾳ, ἐπειδὰν ἴδωσι παρεληλυθότας τοὺς πολεμίους, ἐπανίστασθαι· καὶ οὕτως ἐποίησαν. ἐπαναστάντες γὰρ κατόπιν ἔκοπτον αὐτούς, καὶ ἡμεῖς δὲ αὐτοὶ πέντε καὶ εἴκοσι τὸν ἀριθμὸν ὄντες – καὶ γὰρ ὁ Σκίνθαρος καὶ ὁ παῖς αὐτοῦ συνεστρατεύοντο – ὑπηντιάζομεν, καὶ συμμίξαντες θυμῷ καὶ ῥώμῃ διεκινδυνεύομεν. τέλος δὲ τροπὴν αὐτῶν ποιησάμενοι κατεδιώξαμεν ἄχρι πρὸς τοὺς φωλεούς. ἀπέθανον δὲ τῶν μὲν πολεμίων ἑβδομήκοντα καὶ ἑκατόν, ἡμῶν δὲ εἷς [καὶ] ὁ κυβερνήτης, τρίγλης πλευρὰ διαπαρεὶς τὸ μετάφρενον.

37 Nosotros, que sospechábamos su incursión, aguardábamos armados, tras establecer una avanzada oculta de veinticinco hombres. Se había ordenado a las fuerzas en emboscada que, tan pronto como vieran aparecer al enemigo, le atacaran, y así lo hicieron. Les atacaron por la espalda y los abatían mientras nosotros mismos, en número de veinticinco —pues Escíntaro y su hijo combatían a nuestro lado—, les salimos al frente y nos enzarzamos en la lucha, arrastrándola con coraje y potencia. Al final los pusimos en fuga y perseguimos hasta sus guaridas. Murieron ciento setenta enemigos, y uno de los nuestros, el piloto, al atravesar su espalda una espina de mújol.

ἐκείνην μὲν οὖν τὴν ἡμέραν καὶ τὴν νύκτα ἐπηυλισάμεθα τῇ μἀχῃ καὶ τρόπαιον ἐστήσαμεν ῥάχιν ξηρὰν δελφῖνος ἀναπήξαντες. τῇ ὑστεραίᾳ δὲ καὶ οἱ ἄλλοι αἰσθόμενοι παρῆσαν, τὸ μὲν δεξιὸν κέρας ἔχοντες οἱ Ταριχᾶνεςἡγεῖτο δὲ αὐτῶν Πήλαμοςτὸ δὲ εὐώνυμον οἱ Θυννοκέφαλοι, τὸ μέσον δὲ οἱ Καρκινόχειρες· οἱ γὰρ Τριτωνομένδητες τὴν ἡσυχίαν ἦγον οὐδετέροις συμμαχεῖν προαιρούμενοι. ἡμεῖς δὲ προαπαντήσαντες αὐτοῖς παρὰ τὸ Ποσειδώνιον συνεμίξαμεν πολλῇ βοῇ χρώμενοι, ἀντήχει δὲ τὸ κῆτος ὥσπερ τἀ σπήλαια. Τρεψάμενοι δὲ αὐτούς, ἅτε γυμνῆτας ὄντας, καὶ καταδιώξαντες ἐς τὴν ὕλην τὸ λοιπὸν ἐπεκρατοῦμεν τῆς γῆς.

38 Durante aquel día y la siguiente noche acampamos en el frente y elevamos un trofeo clavando en tierra una espina seca del delfín. Al día siguiente se presentaron también los otros, ya enterados, ocupando el ala derecha los saladores – con su jefe, Atunero.-, la izquierda los cabezatunes, y el centro los manosdecangrejo (los tritoncabritos se mantenían neutrales, al no haber decidido aliarse por ninguna de ambas partes). Nosotros nos adelantamos a encontrarles, y trabamos combate junto al templo de Posidón, con gran griterío, y resonaba la cavidad como las cuevas. Les pusimos en fuga, por ser ellos infantería ligera, les perseguimos hasta el bosque y terminamos adueñándonos de la tierra.

καὶ μετ᾿ οὐ πολὺ κήρυκας ἀποστείλαντες νεκρούς τε ἀνῃροῦντο καὶ περὶ φιλίας διελέγοντο· ἡμῖν δὲ οὐκ ἐδόκει σπένδεσθαι, ἀλλὰ τῇ ὑστεραίᾳ χωρήσαντες ἐπ᾿ αὐτοὺς πάντας ἄρδην ἐξεκόψαμεν πλὴν τῶν Τριτωνομενδήτων. οὗτοι δέ, ὡς εἶδον τὰ γινόμενα, διαδράντες ἐκ τῶν βραγχίων ἀφῆκαν αὑτοὺς εἰς τὴν θάλατταν. ἡμεῖς δὲ τὴν χώραν ἐπελθόντες ἔρημον ἤδη οὖσαν τῶν πολεμίων τὸ λοιπὸν ἀδεῶς κατῳκοῦμεν, τὰ πολλὰ γυμνασίοις τε καὶ κυνηγεσίοις χρώμενοι καὶ ἀμπελουργοῦντες καὶ τὸν καρπὸν συγκομιζόμενοι τὸν ἐκ τῶν δένδρων, καὶ ὅλως ἐῴκειμεν τοῖς ἐν δεσμωτηρίῳ μεγάλῳ καὶ ἀφύκτῳ τρυφῶσι καὶ λελυμένοις.᾿Ενιαυτὸν μὲν οὖν καὶ μῆνας ὀκτὼ τοῦτον διήγομεν τὸν τρόπον.

39 Al poco rato enviaban heraldos para retirar sus muertos y establecer una alianza, pero nosotros no aceptamos negociar, y al día siguiente avanzamos sobre ellos y exterminamos a todos por completo, excepto a los tritoncabritos. Pues estos, cuando vieron lo que ocurría, huyeron por las branquias y se arrojaron al mar. Nosotros recorrimos el territorio, libre ya de enemigos, y desde entonces lo habitábamos sin temor, practicando casi siempre los deportes y la caza, vendimiando y recolectando los frutos de los árboles. En pocas palabras: parecíamos ser reos de una prisión enorme e infranqueable, de vida regalada y sin trabas. Un año y ocho meses vivimos de ese modo.


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