En primer lugar nos referiremos al tratado Sobre los sueños (De somniis) y, en concreto, al comienzo del Libro I, para observar qué diversos son los asuntos que trata nuestro autor.
Sofía Torallas Tovar, en Sobre la clasificación de los sueños de Filón de Alejandría y sus implicaciones posteriores, escribe:
Filón de Alejandría nos dejó una clasificación tripartita de los sueños en su tratado De Somniis, un comentario a los sueños que aparecen en el Génesis. Cada clase de sueño se exponía y explicaba en cada uno de los tres libros que comprendía este tratado. Filón inserta esta tripartición en su doctrina mística, haciéndola coincidir con su clasificación de los tipos de almas y las etapas de perfeccionamiento del sabio, las cuales, al aparecer ilustradas por pasajes del Génesis, se identifican con los patriarcas Isaac, Abraham, Jacob y José (en este orden). Pese a faltar el primer libro del tratado De Somniis, tenemos la clasificación completa de Filón, cuyo primer tipo puede deducirse de la definición que aparece en los dos libros que nos quedan. El primer libro perdido, contenía la exposición de los ensueños provenientes de Dios:
Somn. 1 1: “El tratado precedente contenía de los ensueños enviados por Dios los de la primera clase, por la que decimos que la divinidad por su iniciativa nos envía las imágenes de nuestros sueños”.
Somn. II 2: “En la primera categoría de ensueños, Dios era el origen de la conmoción y hacía resonar de una manera invisible cosas oscuras para nosotros, pero para Él familiares”.
Somn. II 3: “Por eso, el hierofanta interpretó con perfecta claridad y entera precisión las apariciones contenidas en los ensueños descritos en primer lugar, porque Dios daba, por medio de los sueños, indicaciones parecidas a las de los oráculos claros”.
La segunda clase de ensueños y su explicación es el contenido del primer libro conservado del tratado De Somniis. Se trata de los ensueños enviados por medio de los ángeles o el Logos Divino:
Somn. I, 2 “La segunda categoría, en que nuestra mente, moviéndose juntamente con la del universo, parece poseída e inspirada por Dios, de manera que es capaz de prever y pronosticar el futuro”.
Somn. II 2. “Los ensueños de la segunda categoría vienen de nuestra inteligencia, agitada por el alma del universo y llena de un delirio de origen divino, gracias al que es posible predecir muchos acontecimientos futuros”.
Somn. 11 3: “pero los ensueños de la segunda clase, (scil. el hierofanta no los ha interpretado) ni con perfecta claridad, ni con oscuridad excesiva: el ejemplo de ellos es la visión de la escalera celeste. Comporta ciertamente un enigma, pero este enigma no es excesivo para los que son capaces de ver con agudeza”.
Somn. 1 190: “Se ve que el Logos Divino inscribe como sueños enviados por la divinidad no sólo a los que aparecen por la más excelente de las causas, sino también a los que vienen por sus intérpretes y sirvientes, los ángeles, los cuales son considerados dignos de una porción de divinidad y bienaventuranza por el Padre que los ha creado”.
La tercera clase de ensueños son los que proceden del alma, que Filón describe, en diferentes partes de la obra, de la siguiente manera:
Somn. II 1: “La tercera clase se constituye, cuando el alma durante el sueño, moviéndose por sí misma y agitándose, entra en trance y, poseída de un poder profético, predice el futuro”.
Somn. 11 4: “Las visiones de la tercera clase, como son mas oscuras a causa de la profundidad y densidad del enigma que encierran, han exigido la ciencia de la interpretación de los ensueños. Consecuentemente, todos los ensueños de esta clase registrados por el legislador han sido interpretados por hombres expertos en dicha especialidad”.
Vamos con el texto de Filón y la traducción de Triviño:
ΠΕΡΙ ΤΟΥ ΘΕΟΠΕΜΠΤΟΥΣ ΕΙΝΑΙ ΤΟΥΣ ΟΝΕΙΡΟΥΣ
῾Η μὲν πρὸ ταύτης γραφὴ περιεῖχε τῶν θεοπέμπτων ὀνείρων τοὺς κατὰ τὸ πρῶτον εἶδος ταττομένους, ἐφ᾿ οὗ τὸ θεῖον ἐλέγομεν κατὰ τὴν ἰδίαν ἐπιβολὴν τὰς ἐν τοῖς ὕπνοις ἐπιπέμπειν φαντασίας. ἐν ταύτῃ δ᾿, ὡς ἂν οἷόν τε ᾖ, δηλώσομεν τοὺς ἐφαρμόττοντας τῷ δευτέρῳ. δεύτερον δ᾿ εἶδος, ἐν ᾧ ὁ ἡμέτερος νοῦς τῷ τῶν ὅλων συγκινούμενος ἐξ ἑαυτοῦ κατέχεσθαί τε καὶ θεοφορεῖσθαι δοκεῖ, ὡς ἱκανὸς εἶναι προλαμβάνειν καὶ προγινώσκειν τι τῶν μελλόντων. ὄναρ δ᾿ ἐστὶ πρῶτον οἰκεῖον εἴδει τῷ σημαινομένῳ τὸ φανὲν ἐπὶ τῆς οὐρανοῦ κλίμακος τόδε·
1. I. El precedente tratado1 abarcó las clases de sueños enviados por Dios correspondientes a la primera especie. En ellos, decíamos, la Divinidad envía por Su propia determinación las visiones presentes en los sueños. En este tratado señalaremos, en cambio, hasta donde cabe, las clases correspondientes a la segunda especie.
1 Tratado que no se ha conservado
2. Esta última es la de aquellos sueños en los que nuestra inteligencia, moviéndose al par de la Inteligencia del universo fuera de sí misma, parece estar poseída e inspirada por Dios, al punto de ser capaz de captar por anticipado y prever en cierta medida los sucesos futuros. El primer sueño correspondiente a la especie señalada es la siguiente visión que tiene lugar sobre la escala del cielo.
καὶ ἐνυπνιάσθη· καὶ ἰδοὺ κλῖμαξ ἐστηριγμένη ἐν τῇ γῇ, ἧς ἡ κεφαλὴ ἀφικνεῖτο εἰς τὸν οὐρανόν, καὶ οἱ ἄγγελοι τοῦ θεοῦ ἀνέβαινον καὶ κατέβαινον ἐπ᾿ αὐτῆς· ὁ δὲ κύριος ἐπεστήρικτο ἐπ᾿ αὐτῆς· καὶ εἶπεν· ἐγώ εἰμι ὁ θεὸς ᾿Αβραὰμ τοῦ πατρός σου καὶ ὁ θεὸς ᾿Ισαὰκ· μὴ φοβοῦ· ἡ γῆ, ἐφ᾿ ἧς σὺ καθεύδεις, σοὶ δώσω αὐτὴν καὶ τῷ σπέρματί σου, καὶ ἔσται τὸ σπέρμα σου ὡς ἡ ἄμμος τῆς γῆς, καὶ πλατυνθήσεται ἐπὶ θάλασσαν καὶ λίβα καὶ βορρᾶν καὶ ἀνατολὰς· καὶ ἐνευλογηθήσονται ἐν σοὶ πᾶσαι αἱ φυλαὶ τῆς γῆς καὶ τῷ σπέρματί σου. καὶ ἰδοὺ ἐγὼ μετὰ σοῦ, διαφυλάσσων σε ἐν τῇ ὁδῷ πάσῃ, ἧ ἂν πορευθῇς· καὶ ἀποστρέψω σε εἰς τὴν γῆν ταύτην, ὅτι οὐ μή σε ἐγκαταλίπω, ἕως τοῦ ποιῆσαί με πάντα ὅσα ἐλάλησα σοι (Γεν. 28, 12-15).
3. «Y sobrevínole un sueño; y he aquí que había una escala firmemente asentada sobre la tierra, cuya parte superior llegaba al cielo, y por la cual los ángeles de Dios subían y bajaban. Firmemente situado sobre ella estaba el Señor, quien dijo ‘Yo soy el Dios de Abraham, tu padre, y el Dios de Isaac: no temas. La tierra sobre la que tú duermes te la daré y la daré a tu descendencia; y tu descendencia será como la arena de la tierra y se extenderá hacia el oeste y el sur y el norte y el este; y en ti serán bendecidas las tribus todas de la tierra, y también en tu descendencia. Y he aquí que Yo estoy a tu lado protegiéndote en todo camino por donde marchares. Y te traeré de regreso a esta tierra, pues de ninguna manera te abandonaré hasta haber cumplido cuanto te he dicho'» (Gen. XXVIII, 12 a 15).