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Archive for agosto 2010

Nos referíamos en el anterior artículo a la inscripción en griego del medallón de los Reyes Católicos en la fachada de la Universidad de Salamanca. Hablemos un poco de esta fachada y de sus referentes clásicos. Hemos sacado la información de aquí.

El cetro que sostienen los reyes y que actúa de eje central, es un símbolo relacionado con el Libro de la Sabiduría. El modelo utilizado para las figuras reales deriva de las formas usadas en la numismática. Dicha composición sería un homenaje y recuerdo a sus originarios fundadores. Los cuatro paneles que acompañan a los Reyes, dos a cada lado, son meramente decorativos.

Pasando al segundo cuerpo podemos encontrar cinco paneles, de nuevo, correspondientes a las respectivas calles. El panel del centro, sobre el de los Reyes Católicos, pertenece al escudo del emperador Carlos V con el Toisón de oro, imagen que ensalza a la monarquía regente. En el registro de la izquierda, que queda a continuación del escudo de Carlos V, se encuentra la representación del águila bicéfala en relación con el monarca. Mientras que en el de su derecha encontramos otro escudo con la imagen del águila, esta vez sencilla. En cuanto a los paneles laterales de este segundo cuerpo hallamos una figura femenina a la izquierda, que sería la representación de Hebe, según Santiago Sebastián estaría representando a la diosa de la juventud por su corona de flores. En el panel de la derecha encontramos representado a Hércules, que junto a Hebe, simbolizan la protección de la monarquía. Sobre estos escudos, dentro de estas secciones, encontramos veneras coronándolos, donde aparecen dos caudillos a la izquierda, Escipión el africano y Alejandro Magno. Mientras en el lado derecho aparecen dos amantes de la literatura clásica, Jasón y Medea (maga hechicera representante de la fidelidad matrimonial).

Ya en el tercer cuerpo, de aspecto más barroco y con el relieve más abultado; recordemos el juego óptico que plantea el plateresco, aparecen tres secciones de iconografía más compleja. En el panel de la izquierda podemos observar en el centro, a la diosa Venus, acompañada en un flanco por Baco coronado con una guirnalda. En el otro flanco vemos al dios Marte, su amante, portando una balanza y un casco de visera baja. Estos atributos aparecen esculpidos bajo el medallón del dios guerrero. La balanza en el zodiaco se encuentra bajo la protección de Venus y el casco aparece a su lado para señalar las relaciones que mantienen con su amante. Ambos medallones aparecen unidos en la parte superior por un conjunto de delfines. El panel de la derecha lo protagoniza Hércules al centro, flanqueado por Fedra y su esposo Teseo, y de nuevo coronado con delfines. La figura de Teseo hunde su origen en su historia, pues este ático impidió la entrada de los ladrones en Atenas, y está relacionado con el trofeo que aparece en el ángulo inferior izquierdo con la cabeza de Perifetes. Esta imagen guarda relación con la hazaña de Teseo según la cual capturó al ladrón más popular de su época. A la derecha aparecen unas serpientes que se cruzan acompañadas de un corazón, éstas hacen referencia a la historia de los esposos, pues los reptiles aparecen representando la traición de Fedra queriendo los favores de su hijastro, en ausencia de su esposo, tal como cuenta la mitología. Así ella representa el pecado, mientras Teseo sería la virtud. Finalmente, se culmina este cuerpo con una sección central donde aparece un obispo sentado en su cátedra custodiado por dos cardenales, todos situados bajo una especie de templete. Va acompañado por dos medallones que representan las Virtudes a la izquierda, y sabios griegos a la derecha. Estos personajes junto a la figura de Hércules, protector de Hispania, la diosa Venus y el Papa sentado que representa a Adriano VI; estarían simbolizando una alegoría de la Teología.

El programa iconográfico se debe observar en conjunto, pues sólo así cobra el significado que adelantábamos al comienzo, donde la virtud y el pecado se encuentran. El mensaje principal es claro, ya que realiza una alabanza a la ciencia y a la vida activa; mientras que rechaza el vicio y la inmoralidad. Estos conceptos eran los que regían la vida académica, y aquellos que el humanismo a través de sus escuelas, quería transmitir a las siguientes generaciones.

En este vídeo se nos explica la fachada:

Siguiendo nuestro camino por Salamanca nos encontramos con el puente romano sobre el río Tormes.

Y, a continuación, tras la torre de Clavero y en la calle de Miñagustín, vimos un edificio con sirenas sosteniendo los balcones. Es fácil observar sus caras de mujer y sus cuerpos y garras de ave. En el balcón inferior, entre las dos esfinges, hay una figura masculina que bien pudiera ser un sátiro, aunque no lleguen a verse sus atributos característicos.

Y hasta aquí nuestro recorrido de reminiscencias clásicas por Portugal y Castilla. Bueno, no. Recordarán los lectores que, en la segunda entrega de la serie, y a propósito de la librería Lello de Oporto, dijimos que este local nos ofrecía tres motivos para aparecer aquí: haber sido escenario, por su belleza, del rodaje de escenas de Harry Potter, pues su autora vivió en Oporto y frecuentaba la librería; su vidriera con el lema en latín y… una tercera, que ahora desvelamos.

Por la tarde, regresé a Lello con la idea de comprar un libro en tan emblemática librería y, por fortuna, topé con uno que me sirvió de regalo propio en el viaje: una “Antologia da poesia grega clássica”, con traducción y notas complementarias de Albano Martins, poeta, profesor, traductor y ensayista. Nacido en 1930 en Telhado, concejo de Fundâo, es Licenciado en Filología Clásica por la Facultad de Letras de la Universidad de Lisboa y fue durante muchos años inspector coordinador de la Inspección General de Enseñanza. Actualmente es profesor en la Universidad Fernando Pessoa de Oporto, aunque ha sido profesor de enseñanza secundaria de 1956 a 1976.

La antología tiene como matriz de referencia dos obras publicadas en Francia en la segunda parte del siglo XX: Anthologie de la poésie grecque, de Robert Brasillac y La couronne et la lyre, de Margueritte Yourcenar.

La obra es bien representativa del vasto patrimonio cultural de la poesía griega clásica y en ella se incluyen autores que van desde Homero a Paulo Silenciario, pasando por Anacreonte, Safo, Píndaro, Esquilo, Empédocles, Sófocles, Eurípides, Aristófanes y Esopo. Pero hay ejemplos también de Hesíodo, Arquíloco, Calino, Mimnermo, Tirteo, Alcmán, Arión, Solón, Estesícoro, Íbico, Erina, Teognis, Orfeo, Pitágoras, Simónides de Ceos, Calístrato, Jenófanes, Parménides, Baquílides, Critias, Queremón, Cleanto, Filóxeno, Crates de Tebas, Menandro, Calímaco, Apolonio de Rodas, Teócrito, Herondas, Bión, Mosco, Arato, Meleagro, las Anacreónticas, la Antología Griega, Opiano, Babrio, los Oráculos Sibilinos, San Gregorio Nacianceno, Quinto de Esmirna, Sinesio de Cirene, Apolinario, Nono, Trifiodoro, Proclo o Museo.

De estos autores vamos a ofrecer una selección de las traducciones. Ofreceremos la de los textos más conocidos, ya que, al ser ofrecida en portugués y sin traducción al castellano, conviene que el lector conozca el original griego o, al menos, su traducción castellana o ésta le sea accesible.

Homero, Ilíada I, 1-5:

Μνιν ειδε θε Πηληϊάδεω ᾿Αχιλος

ολομνην, μυρ᾿ ᾿Αχαιος λγε᾿ θηκε,

πολλὰς δ᾿ φθμους ψυχὰς ῎Αϊδι προαψεν

ρων, ατος δ λρια τεχε κνεσσιν

οωνοσ τε πσι, Δις δ᾿ τελεετο βουλ,

Canta, ó deusa, a cólera funesta de Aquiles, filho de Peleu,

que aos Aqueus infindos males causou

e precipitou no Hades inúmeras almas valorosas

de heróis, tornando-os presa dos câes

e da multidâo dos pássaros. E cumpria-se a vontade de Zeus.

Homero, Odisea I, 1-10:

῎Ανδρα μοι ννεπε, Μοσα, πολτροπον,

ς μλα πολλὰ πλάγχθη, πε Τροης ερν πτολεθρον περσε·

πολλν δ᾿ νθρπων ἴδεν στεα κα νον γνω,

πολλὰ δ᾿ γ᾿ ν πντ πάθεν λγεα ν κατ θυμν,

ρνμενος ν τε ψυχν κα νστον ταρων.

λλ᾿ οδ᾿ ς τάρους ρρσατο, ἱέμενς περ·

ατν γὰρ σφετρσιν τασθαλίῃσιν λοντο,

νπιοι, οἳ κατὰ βος ῾Υπερονος ᾿Ηελοιο

σθιον· ατὰρ τοσιν φελετο νστιμον μαρ.

τν μθεν γε, θε, θγατερ Δις, επ κα μν.

Musa, fala-me do astuto varâo que tanto errou

depois que de Tróia a sagrada cidadela destruiu,

que viu cidades de muitos povos e lhes conheceu

o espirito; que tantos padecimentos suportou no mar

para salvar a vida e assegurar o regresso dos companheiros.

Mas a estes nâo conseguiu, a pesar de tudo, salvá-los,

pois pereceram, insensatos, devido à sua própia

loucura: devoraram os bois de Hiperion, o Sol,

que assim lhes negou o dia do regresso.

E tu, ó deusa, filha de Zeus, fala-nos agora destas coisas.

Arquíloco, fragmento 6 en la edición de Diehl:


σπδι μν Σαων τις γάλλεται, ἣν παρ θάμνωι,

ντος μμητον, κάλλιπον οκ θλων·

ατν δ᾿ ξεσάωσα. τ μοι μλει σπς κενη;

ρρτω· ξατις κτσομαι ο κακω.

Algum Saio se ufana com o meu irrepreensível escudo

que contra vontade abandonei atrás dum matagal.

Assim evitei a morte, quero lá saber do escudo:

hei-de arranjar outro tâo bo como ele.

Íbico de Regio, fragmento 6 en la edición de Diehl:

ρι μν α τε Κυδνιαι

μηλδες ρδμεναι ον

κ ποταμν, να Παρθνων

κπος κρατος, α τ᾿ ονανθδες

αξμεναι σκιεροσιν φ᾿ ρνεσιν

οναροις θαλθοισιν· μο δ᾿ ρος

οδεμαν κατκοιτος ραν.

[ἀλλ᾿ ἅθ᾿ ] π στεροπς φλγων

Θρηκιος Βορας

ἀίσσων παρ Κπριδος ζαλ

αις μαναισιν ρεμνς θαμβς

γκρατως πεδθεν τυνσσει

μετρας φρνας

Na primavera, regados

pelas águas dos regatos, os marmeleiros

florescem no inviolado

jardim das Virgens e as flores

da videira despontam e crescem

sob os talos umbrosos dos pâmpanos.

Mas para mim a amor

em nenhuma estaçâo repousa, antes como

o trácio Bóreas, inflamado

pelo relâmpago, irrompendo

da morada de Cipris, com fúria

abrasadora, obscuro

e intrépido, com força

de alto a baixo sacode

o meu coraçâo.

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Igual que hemos hecho con la otra cantata ofrecemos alguna fuente clásica sobre el episodio de la muerte de Orfeo,  que Rossini trata en su juvenil cantata Il pianto d’Armonia sulla morte d’Orfeo, aunque primero damos a conocer lo que dice Pierre Grimal en su Diccionario de mitología griega y romana:

La muerte de Orfeo ha dado origen a gran número de tradiciones. Según la más corriente, fue muerto por las mujeres tracias. Pero los motivos que le valieron su odio varían: a veces, éstas están envidiosas por su fidelidad a la memoria de Eurídice, fidelidad que interpretan como un insulto. Se decía también que Orfeo, no queriendo comercio con las mujeres, se rodeaba de muchachos, y se llegaba a afirmar que habían inventado la pederastia; su amigo habría sido Calais, hijo de Bóreas. O bien, finalmente, que Orfeo, a su regreso de los Infiernos había instituido unos misterios basados en experiencias recogidas en el mundo subterráneo, pero había prohibido que fuesen admitidas en ellos las mujeres. Los hombres se reunían con él en una casa cerrada y dejaban las armas en la puerta, hasta que una noche se apoderaron de ellas las mujeres, y cuando los hombres salieron, asesinaron a Orfeo y a sus adictos. Otra explicación se buscaba en una maldición de Afrodita. En efecto, cuando la riña de esta diosa con Perséfone por causa de Adonis, había debido someterse, por orden de Zeus, al arbitraje de Calíope, la cual había fallado que las dos divinidades tendrían consigo a Adonis una parte del año, alternativamente.

Afrodita se había indignado mucho con esta decisión y, no pudiendo vengarse directamente de Calíope, inspiró a las mujeres tracias una violenta pasión por Orfeo. Pero éstas, no queriendo cedérselo mutuamente, lo destrozaron.


Una tradición completamente distinta pretendía que Orfeo había sido muerto por Zeus con un rayo. Zeus estaba irritado por las revelaciones místicas hechas por Orfeo a los iniciados en sus misterios.

Cuando las mujeres tracias (en la versión más corriente de la muerte de Orfeo) hubieron despedazado su cadáver, arrojaron los trozos al río, que los arrastró hasta el mar. La cabeza y la lira del poeta llegaron así a Lesbos, cuyos habitantes tributaron honores fúnebres a Orfeo y le erigieron una tumba. Se pretendía que de esta tumba salía a veces el son de una lira; por eso la isla de Lesbos fue la tierra por excelencia de la poesía lírica.

También enseñaban la tumba de Orfeo en otros lugares; por ejemplo; en Asia Menor, en la desembocadura del río Meles. Se contaba al respecto que, a la muerte de Orfeo, se había declarado una peste en Tracia. Consultado el oráculo, éste respondió que era un castigo por el asesinato del poeta y que, para librar el país de la epidemia era preciso recuperar la cabeza de Orfeo y tributarle honras fúnebres.

Tras larga búsqueda, unos pescadores acabaron por encontrarle, varada en la desembocadura del Meles, sangrante aún y cantando, como cuando estaba viva.

La cabeza y la lira del poeta son encontradas y se le rinden los honores fúnebres. En Tesalia, un oráculo de Dionisos había predicho una vez que si las cenizas de Orfeo se exponían al día, un cerdo asolaría la ciudad. Los habitantes se burlaban de esta predicción sin tener ningún miedo de los cerdos.

Sin embargo, durante la siesta, un pastor se duerme sobre la tumba de Orfeo y, soñando, se pone a cantar los himnos del poeta. Los obreros que están en los campos vecinos acuden en seguida en gran número, ese empujan tanto que abren el sarcófago. Al caer la noche estalla una violenta tormenta, la lluvia cae abundantemente, el río crece, inunda toda la ciudad y derriba los principales monumentos. El río en cuestión se llama Sys, lo cual significa “cerdo”.

Después de la muerte de Orfeo, su lira fue transportada al cielo, donde quedó convertida en constelación. El alma del poeta pasó a los Campos Elíseos, donde revestida de un largo ropaje blanco, sigue cantando para los bienaventurados.

La fuente principal para el episodio de la muerte de Orfeo que Ruggia pone en letra y Rossini en música es Ovidio en sus Metamorfosis, XI, 1-66:

Carmine dum tali silvas animosque ferarum

Threicius vates et saxa sequentia ducit,

ecce nurus Ciconum tectae lymphata ferinis

pectora velleribus tumuli de vertice cernunt

Orphea percussis sociantem carmina nervis.

e quibus una leves iactato crine per auras,

‘en,’ ait ‘en, hic est nostri contemptor!’ et hastam

vatis Apollinei vocalia misit in ora,

quae foliis praesuta notam sine vulnere fecit;

alterius telum lapis est, qui missus in ipso

aere concentu victus vocisque lyraeque est

ac veluti supplex pro tam furialibus ausis

ante pedes iacuit. sed enim temeraria crescunt

bella modusque abiit insanaque regnat Erinys;

cunctaque tela forent cantu mollita, sed ingens

clamor et infracto Berecyntia tibia cornu

tympanaque et plausus et Bacchei ululatus

obstrepuere sono citharae, tum denique saxa

non exauditi rubuerunt sanguine vatis.

ac primum attonitas etiamnum voce canentis

innumeras volucres anguesque agmenque ferarum

maenades Orphei titulum rapuere triumphi;

inde cruentatis vertuntur in Orphea dextris

et coeunt ut aves, si quando luce vagantem

noctis avem cernunt, structoque utrimque theatro

ceu matutina cervus periturus harena

praeda canum est, vatemque petunt et fronde virentes

coniciunt thyrsos non haec in munera factos.


hae glaebas, illae direptos arbore ramos,

pars torquent silices; neu desint tela furori,

forte boves presso subigebant vomere terram,

nec procul hinc multo fructum sudore parantes

dura lacertosi fodiebant arva coloni,

agmine qui viso fugiunt operisque relinquunt

arma sui, vacuosque iacent dispersa per agros

sarculaque rastrique graves longique ligones;

quae postquam rapuere ferae cornuque minaces

divulsere boves, ad vatis fata recurrunt

tendentemque manus et in illo tempore primum

inrita dicentem nec quicquam voce moventem

sacrilegae perimunt, perque os, pro Iuppiter! illud

auditum saxis intellectumque ferarum

sensibus in ventos anima exhalata recessit.

Te maestae volucres, Orpheu, te turba ferarum,

te rigidi silices, te carmina saepe secutae

fleverunt silvae, positis te frondibus arbor

tonsa comas luxit; lacrimis quoque flumina dicunt

increvisse suis, obstrusaque carbasa pullo

naides et dryades passosque habuere capillos.

membra iacent diversa locis, caput, Hebre, lyramque

excipis: et (mirum!) medio dum labitur amne,

flebile nescio quid queritur lyra, flebile lingua

murmurat exanimis, respondent flebile ripae.

iamque mare invectae flumen populare relinquunt

et Methymnaeae potiuntur litore Lesbi:

hic ferus expositum peregrinis anguis harenis

os petit et sparsos stillanti rore capillos.

tandem Phoebus adest morsusque inferre parantem

arcet et in lapidem rictus serpentis apertos

congelat et patulos, ut erant, indurat hiatus.

Umbra subit terras, et quae loca viderat ante,

cuncta recognoscit quaerensque per arva piorum

invenit Eurydicen cupidisque amplectitur ulnis;

hic modo coniunctis spatiantur passibus ambo,

nunc praecedentem sequitur, nunc praevius anteit

Eurydicenque suam iam tutus respicit Orpheus.


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Nos vamos de Lisboa a Coimbra, de donde ofrecemos tres ejemplos. Dos son esculturas que se encuentran ante las fachadas de las facultades de Medicina y Ciencias.

Nos parece a identificar en la primera a Hipócrates y Galeno, flanqueando a una figura femenina que bien pudiera ser Higía, la diosa de la salud. Claro que también puede que sea Apolo, por su corona de laurel. La figura semeja una mujer por su vestido, su cabello y sus pechos, pero no sería descabellado pensar que fuera el dios de la Medicina, aunque nos inclinamos por lo primero. La diosa lleva los atributos ordinarios.

Frente a la de Ciencias se puede ver a Atenea, con casco, lanza, peplo y escudo a sus pies, junto al que se puede ver una serpiente, que bien pudiera ser Erictonio. No cabe duda que se basa en la Atenea Parthenos de Fidias.

Junto a ella aparecen dos hombres que son seguramente científicos, a quienes no nos atrevemos a identificar.

En ambas esculturas se pueden ver restos de la ropa con la que se visten los universitarios conimbrigenses y que, al finalizar su carrera, cuelgan de diversos lugares de la ciudad. Sin duda, estos restos de ropa universitaria en estas esculturas tiene que ver con la fiesta de la “Queima das Fitas”.

A partir del 1 de Mayo da comienzo el programa de festejos que durante ocho días llena de conciertos, desfiles, bailes y tradiciones académicas las calles de la ciudad. Desde hace siglos, la historia de Coimbra gira en torno a su Universidad, una de las más antiguas de Europa, que aún conserva muchas de sus tradiciones. El 1 de Mayo, la ciudad celebrará la “Queima das Fitas”, una de las mayores fiestas estudiantiles del continente con un dilatado programa de actos culturales y académicos que se prolonga durante ocho días, tantos como facultades componen la Universidad. La Universidad de Coimbra ha ejercido un poderoso influjo sobre la ciudad desde el siglo XIII. Antiguas costumbres académicas aún perviven en nuestros días y encuentran su máximo exponente en la ‘Queima Das Fitas’, la gran fiesta universitaria en la que los estudiantes rescatan su tradicional vestimenta y se envuelven bajo sus capas negras. Esta celebración marca la última etapa de los estudiantes de la Universidad, y los alumnos del último año de carrera queman unas cintas, de diversos colores en función de la facultad en la que cursan sus estudios, para celebrar el final de los mismos y el inicio de las fiestas universitarias. De ahí el nombre de ‘Queima Das Fitas’ o ‘Quema de las Cintas’, tradición que en esta nueva edición celebra sus 110 años de historia.

Una última foto de Coimbra. La puerta de la impresionante biblioteca de la Universidad con su inscripción en latín:

Hanc augusta dedit libris Collimbria sedem,

ut caput exornet bibliotheca suum.

Esta sede dio a los libros la Augusta Coimbra,

Para que la biblioteca adorne (corone) su cabeza.

El interior, que se puede apreciar en esta visita virtual, alberga más de 300.000 volúmenes. Como curiosidad diremos que la puerta de acceso está cerrada y sólo se abre para dejar entrar a un número reducido de visitantes. Aún así, a lo largo del día se cuelan en el recinto miles de insectos que pueden causar daño a los libros allí guardados, escritos entre los siglos XVI y XVIII. Para ello se ha ideado un ingenioso y llamativo sistema de protección. La construcción de la biblioteca comenzó en la primera mitad del siglo XVII por orden del monarca reinante, Joao V, de ahí el nombre de Joanina. Sus bellas estanterías doradas, construidas con maderas preciosas importadas de Brasil y China además de guardar un inapreciable tesoro del saber humano, esconden una forma de protección sabia y singular que puede servir de ejemplo a los amantes del equilibrio ecológico: A una pequeña colonia de murciélagos le es permitido esconderse allí durante el día. Por la noche, son los mejores depredadores para las polillas e insectos que podrían dañar los antiquísimos libros. La propia colonia de quirópteros se encarga de mantener su población dentro de límites razonables desarrollando un canibalismo hematofágico equilibrante cuando el alimento se vuelve escaso. Además, durante la noche las maderas se cubren con lonas de cuero para evitar que los excrementos de estos pequeños mamíferos las dañen, por lo que el único mantenimiento necesario es la eliminación a diario de sus excrementos que pueden aparecer esparcidos sobre mesas o pisos.

Y llegamos a Oporto. En la bellísimo ciudad del norte portugués nos encontramos en una de las bodegas de vino de Oporto de Vila nova de Gaia con este panel de propaganda de moscatel que recoge una famosa escultura de Eros y Psique. Lamentamos que la fotografía esté un poco movida. Se pueden comparar la escultura y el panel.

Oporto escondía otra sorpresa. La famosa librería Lello, en la Rua das Carmelitas, 144, que sirvió para el rodaje de escenas de “Harry Potter” nos ofreció tres motivos para aparecer aquí. El primero, su extraordinaria belleza interior, que se puede apreciar aquí.

el segundo, su lema latino, que aparece en una bella vidriera en el techo del edificio:

Decus in labore, algo así como “Honradez (virtud, nobleza, gloria, dignidad) en el trabajo;

el tercero, y aunque rompiendo el orden cronológico que llevábamos, aparecerá al final de esta breve serie de artículos.

Dejamos Portugal y llegamos a la majestuosa Salamanca. Decía en broma en el viaje que los salmantinos bien nos pudieran dejar tres o cuatro de sus edificios a la ciudad de Castellón. No se notaría demasiado su ausencia en la ciudad charra y servirían para dar más sensación de ciudad monumental a Castellón.

De Salamanca tenemos algún ejemplo clásico. El primero es sólo una inscripción en latín, reciente, en el Palacio de Monterrey, propiedad de la Duquesa de Alba. La inscripción dice algo así:


“Por la noble fidelidad hacia el linaje de nuestros ilustres antepasados con la que en toda ocasión esta familia resplandeció y para perpetua gloria de la ciudad de Salamanca, la Señora Cayetana Fitz-James Stuart Silva y el Señor Jesús Ortiz de Zárate, decimoctavos Duques de Alba, este palacio del egregio Conde de Monte Real, llamado popularmente de Monterrey, valiéndose de su propio dinero y sin ninguna ayuda ajena devolvieron a su antiguo esplendor. En el año del Señor de 1985”.

Llegamos a la catedral vieja de Salamanca y, en la capilla de Don Diego de Anaya, se halla la tumba, en alabastro, de dicho prelado sevillano. La construcción es primorosa, pese a que la reja, de la que seguidamente hablaremos, no permite apreciarla en su esplendor.

Como ejemplo ofrecemos este detalle de uno de los laterales, en el que podemos ver una curiosa escena con tres figuras, un perro, que simboliza la fidelidad, un león que es signo de energía y una liebre, que representa la inteligencia vigilante.

El 9 de octubre de 1927, en el diario ABC, R. Blanco y Caro escribía:

Y tanto o más que el primor logrado por el cincel sobre el alabastro, suspende y cautiva el alarde de riqueza y gusto renacentista que forjó la reja protectora del sepulcro.

Barrotillos torneados delicadamente y cortados en su camino recto por fajas, una con cabezas y alas angélicas, dejando en el pecho lugar para un escusón; otra, dividida en dos zonas, con prolija decoración ésta y adornada aquélla con retorcidas hojas, que interrumpen una leyenda circundante y, por último, en la que sirve de sustentáculo a la crestería, un delirio de menudas guirnaldas, de carátulas, de estrellas, de calaveras y de caprichos de forja. Una serie de pináculos remata la obra; tritones enfrontados simulan mantenerlos, las cruces son guardianes de la paz del último sueño de Diego de Anaya, y en sitio de honor, bajo el sombrero episcopal, el escudo del fundador descuella enlazado con el cordón franciscano”.

¿Tritones son, pues, estos enigmáticos seres con cabeza y torso de hombre, cuerpo alargado escamado con garras de ave y alas? Es posible. Lo cierto es que alguno parece que lleva un pétaso como el de Hermes. Realmente la reja es impresionante.

En la famosa fachada de la Universidad, la de la rana sobre la calavera, hay varias referencias clásicas.

Una lingüística: el medallón en el que aparecen los Reyes Católicos lleva una inscripción griega a lo largo de la circunferencia que se lee en el sentido de las agujas del reloj, empezando por la parte inferior izquierda.

La inscripción reza:

ΟΙ ΒΑΣΙΛΕΙΣ ΤΗ ΕΓΚΥΚΛΟΠΑΙΔΕΙΑ, ΑΥΤΗ ΤΟΙΣ ΒΑΣΙΛΕΥΣΙ

Es decir,

LOS REYES PARA LA UNIVERSIDAD Y ÉSTA PARA  LOS REYES.

Es destacable que las iotas suscritas de las palabras (τ y γκυκλοπαιδει), ambas en dativo singular no están adscritas (ΤΗI ΕΓΚΥΚΛΟΠΑΙΔΕΙΑI), sino colocadas a modo de pequeña coma bajo las vocales Η y Α.

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Regresé el sábado 21 por la noche de un viaje a Portugal (Lisboa, Coimbra, Oporto) y Castilla (Salamanca y Ávila). Viaje muy interesante y variado que me ha permitido descubrir la belleza del país vecino, que no conocía, y volver a contemplar las maravillas, tan diferentes, de las monumentales Salamanca y Ávila.

Como ya dije en su momento, el virus del SARC se me ha contagiado y en las calles, fachadas, museos, palacios, catedrales, bodegas, esquinas y demás lugares visitados, he estado atento a todo lo que pudiera tener reminiscencias clásicas grecolatinas. Este artículo es un resumen, breve e ilustrado, de aquellos detalles clásicos con los que me he encontrado a lo largo del viaje.

El primer día efectivo de viaje, tras recorrer la península de este a oeste, desde Valencia a Lisboa, con un poco más de 1000 kilómetros de recorrido y pasando por ciudades como Toledo, Cáceres, Mérida, Badajoz, Elvas, Setúbal, no dio tiempo para fotos clásicas.

Tras recorrer el impresionante puente de Vasco de Gama, sobre el estuario del Tejo portugués (el Tajo español y el Tagus romano), nos acomodamos en el hotel.

Tras la cena, un recorrido por la avenida de la República hasta la plaza del Marqués de Pombal, nos permitió ver bellos edificios con algún que otro atlante.

Y llegó el día 16 en el que hicimos excursión de día completo por Sintra, Cabo da Roca, Cascais, Estoril y costa lisboeta para regresar de nuevo al hotel.

En esta jornada ya descubrimos algún vestigio clásico, por ejemplo en el Palacio Nacional de Sintra, en cuya sala de Julio César, junto con bellos muebles contadores taraceados, se puede ver un precioso tapiz flamenco, de Bruselas, del siglo XVI, de 415 x 407 centímetros, en lana y seda, con una escena de la vida de Julio César. En el tapiz se puede leer:

Julius hic furiam Caesar fugitat furietem cognoscens subito bestia quod fuerat.

Aquí Julio César huye de un furia enfurecida conociendo de repente que había sido una bestia.

Desconocemos a qué episodio se refiere, pero queda claro que el personaje femenino de la derecha, que porta una antorcha, es una furia. Tras ella, en un trípode, se aprecia una serpiente y un murciélago vuela por el ángulo superior derecho del tapiz.

En el mismo Palacio, y en la Sala Árabe, hay una fuente con concha de mármol. La Sala servía de cámara o dormitorio de Don João I, notable espacio mudéjar donde coexisten azulejos de inicios de inicios del siglo XVI resultado de la redecoración manuelina, representativos de las técnicas de azulejería presentes en el Palacio: mosaico, azulejo de arista, de cuerda seca y en relieve con esgrafiado, combinados de forma inédita. En la fuente se aprecian sirenas, con cara y pechos de mujer y cuerpo de pez, y un Posidón con su tridente arrodillado sobre las olas y con un caballo, el animal que le estaba consagrado, a cada lado.

Un Eros a lomos de un cisne, sobre la figura de Posidón y entre las sirenas remata la obra. Claro que el tal cisne no sea sino una paloma (aunque el tamaño parezca excesivo), el animal símbolo de Afrodita, con la que se relaciona Eros.

En otros lugares hemos visto a Eros, pero a lomos de un delfín.

Finalizada la visita al Palacio Nacional de Sintra, nos dirigimos a través del bellísimo Parque Nacional de Sintra-Cascais al municipio de Azóia, en cuya demarcación se encuentra el Cabo da Roca, esa puntita de la nariz del perfil de una cara que semeja la Península Ibérica.

No es un lugar propiamente de reminiscencias clásicas, a no ser porque se trate del Finis Terrae (está de hecho más a occidente que Finisterre), pues es la punta más occidental del continente europeo, como una placa de granito adosada a una gran cruz se encarga de recordarnos. El lugar tiene algo mágico. Pensar que al otro lado del inmenso océano Atlántico (y aquí tenemos una referencia clásica al titán Atlas) se encuentra América y contemplar la inmensidad de las aguas que se pierden en el horizonte uniéndose al cielo impresiona realmente.

Siguió el recorrido por la costa hasta Cascais y Estoril y regresamos a Lisboa.

Esa noche fuimos a la zona de marcha nocturna lisboeta con bus urbano y tranvía de Gloria y llegamos al curioso pub Pavilhâo Chinês (“Pabellón Chino”), en la Rua Dom Pedro V, 89. Merece una visita.

Aquí se puede leer más sobre él.

Al día siguiente día completo en Lisboa. Pese a que estábamos de vacaciones y no podíamos “perder” tiempo en ir a la caza del referente clásico, algún que otro ejemplo vimos.

Por ejemplo esta fachada de la llamada Casa do Ferreira das Tabuletas, en la Rua Rafael Bordalo Pinheiro, en el la Baixa-Chiado lisboeta, junto al Teatro da Trinidade, con trampantojo en azulejos de 1864, que representan símbolos masónicos y figuras alegóricas de la Tierra, el Agua, el Comercio, la Industria, la Ciencia y la Agricultura. En esta casa vivió el artista Rafael Bordalo, que da nombre a la calle.

El edificio ubicado en esta plaza fue construido en la primera mitad del siglo XIX, naciendo en una de las áreas que pertenecían al antiguo Convento da Trindade que fue abandonado alrededor de 1835. No obstante, la característica más notable de este edificio es el revestimiento de azulejos, que fue obra de Luís Ferreira, conocido también como “Ferreira das Tabuletas” por haber iniciado su carrera artística pintando tabuletas (tablas o placas con indicaciones de interés público). Este artista es uno de los pintores de azulejos más representativos del siglo XIX. Durante algunos años fue el director artístico de una de las fábricas de cerámica más importantes de Lisboa: la Fábrica de Cerâmica Viúva Lamego. En el revestimiento de azulejos de este edificio, que data del año 1864, el artista utilizó una gama de colores entre el sepia y el amarillo, representando un conjunto de símbolos masónicos y de alegorías por orden del propietario, el excéntrico gallego García.

De esta forma, en el frontón triangular (remate con forma de triángulo) que remata el edificio podemos observar el “ojo de la providencia”, acompañado debidamente de la estrella de cinco puntas, el símbolo masónico por excelencia. Flanqueando las ventanas centrales del edificio, alineadas en vertical, se encuentran seis figuras alegóricas vestidas de forma clásica en distintas cavidades que representan el comercio, la industria y los cuatro elementos.

Resulta fácil identificar a Hermes en la figura que representa al comercio (con su pétaso alado y su caduceo), a Deméter en la de la agricultura (con una cornucopia llena de frutos) o a Atenea en la ciencia (con su lanza, su casco y su coraza).

La industria está representada por una mujer que sostiene en su mano derecha una vara rematada por una mano y un medallón colgando del cuello. No nos atrevemos a identificarla.

Los símbolos de la Tierra y el Agua son dos mujeres. La que representa a la tierra lleva en su mano izquierda un haz de mieses y señala con su mano derecha un globo terráqueo. La que representa al agua lleva un tridente en su mano derecha y sostiene en su izquierda un recipiente del que se vierte agua.

Siguió nuestro recorrido lisboeta y en el Monasterio de los Jerónimos tuvimos la suerte de fotografiarnos junto a la tumba, mejor túmulo, del gran poeta portugués Luis de Camôes. ¿Qué tiene esto de clásico? Nada, a no ser que es el autor de Os Lusíadas, obra con constantes alusiones míticas, como éstas del Canto Primero. Sí, aquí están griegos, troyanos, Alejandro Magno, Trajano, Neptuno, Marte, la Musa, Febo, Hipocrene, Tetis, los Argonautas, Zeus, Júpier y el Tonante, Homero, Eneas, los dioses del Olimpo, la Vía Láctea o Vulcano):

3

Cessem do sábio Grego e do Troiano

As navegações grandes que fizeram;

Cale-se de Alexandro e de Trajano

A fama das vitórias que tiveram;

Que eu canto o peito ilustre Lusitano,

A quem Neptuno e Marte obedeceram:

Cesse tudo o que a Musa antiga canta,

Que outro valor mais alto se alevanta.

4

E vós, Tágides minhas, pois criado

Tendes em mim um novo engenho ardente,

Se sempre em verso humilde celebrado

Foi de mim vosso rio alegremente,

Dai-me agora um som alto e sublimado,

Um estilo grandíloquo e corrente,

Porque de vossas águas, Febo ordene

Que não tenham inveja às de Hipocrene.


12

Por estes vos darei um Nuno fero,

Que fez ao Rei o ao Reino tal serviço,

Um Egas, e um D. Fuas, que de Homero

A cítara para eles só cobiço.

Pois pelos doze Pares dar-vos quero

Os doze de Inglaterra, e o seu Magriço;

Dou-vos também aquele ilustre Gama,

Que para si de Eneias toma a fama.

16

Em vós os olhos tem o Mouro frio,

Em quem vê seu exício afigurado;

Só com vos ver o bárbaro Gentio

Mostra o pescoço ao jugo já inclinado;

Tetis todo o cerúleo senhorio

Tem para vós por dote aparelhado;

Que afeiçoada ao gesto belo e tenro,

Deseja de comprar-vos para genro.

18

Mas enquanto este tempo passa lento

De regerdes os povos, que o desejam,

Dai vós favor ao novo atrevimento,

Para que estes meus versos vossos sejam;

E vereis ir cortando o salso argento

Os vossos Argonautas, por que vejam

Que são vistos de vós no mar irado,

E costumai-vos já a ser invocado.

19

Já no largo Oceano navegavam,

As inquietas ondas apartando;

Os ventos brandamente respiravam,

Das naus as velas côncavas inchando;

Da branca escuma os mares se mostravam

Cobertos, onde as proas vão cortando

As marítimas águas consagradas,

Que do gado de Proteu são cortadas


20

Quando os Deuses no Olimpo luminoso,

Onde o governo está da humana gente,

Se ajuntam em concílio glorioso

Sobre as cousas futuras do Oriente.

Pisando o cristalino Céu formoso,

Vêm pela Via-Láctea juntamente,

Convocados da parte do Tonante,

Pelo neto gentil do velho Atlante.

21

Deixam dos sete Céus o regimento,

Que do poder mais alto lhe foi dado,

Alto poder, que só co’o pensamento

Governa o Céu, a Terra, e o Mar irado.

Ali se acharam juntos num momento

Os que habitam o Arcturo congelado,

E os que o Austro tem, e as partes onde

A Aurora nasce, e o claro Sol se esconde.

22

Estava o Padre ali sublime e dino,

Que vibra os feros raios de Vulcano,

Num assento de estrelas cristalino,

Com gesto alto, severo e soberano.

Do rosto respirava um ar divino,

Que divino tornara um corpo humano;

Com uma coroa e ceptro rutilante,

De outra pedra mais clara que diamante.

23

Em luzentes assentos, marchitados

De ouro e de perlas, mais abaixo estavam

Os outros Deuses todos assentados,

Como a razão e a ordem concertavam:

Precedem os antíguos mais honrados;

Mais abaixo os menores se assentavam;

Quando Júpiter alto, assim dizendo,

C’um tom de voz começa, grave e horrendo:

24

«Eternos moradores do luzente

Estelífero pólo, e claro assento,

Se do grande valor da forte gente

De Luso não perdeis o pensamento,

Deveis de ter sabido claramente,

Como é dos fados grandes certo intento,

Que por ela se esqueçam os humanos

De Assírios, Persas, Gregos e Romanos.

Creo que la foto era obligatoria. En la tumba podemos leer unas líneas de su obra Os Lusíadas: » Pera servir-vos, braço às armas feito, Pera cantar-vos, mente às Musas dada….»

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Finalizadas nuestras vacaciones y aún con un nivel bajo de publicaciones hasta que septiembre esté mediado, pasamos ahora a la otra cantata mitológica, Il pianto d’Armonia sulla morte d’Orfeo.

Ningún estudiante de conservatorio, ni siquiera el más dotado, puede imaginar que una composición realizada como ejercicio escolar pueda ser recordada e interpretada casi dos siglos después. Sin embargo, Il pianto d’Armonia sulla morte d’Orfeo de Rossini, interpretada por primera vez el 11 de agosto de 1808, en la conclusión del año académico del Liceo Musicale de Bolonia, es una obra digna de atención. Se trata de la primera cantata importante de Rossini y presenta numerosos elementos en común con otras cantatas más importantes de los decenios posteriores, pero demuestra ya el talento rítmico y lírico que habría caracterizado el estilo juvenil del compositor.

Para Rossini, de cualquier forma, no será fácil crear una composición completamente satisfactoria para la poesía ampulosa de Girolamo Ruggia, en la cual Armonía (tenor) y un grupo de ninfas (coro masculino) lloran la muerte del gran Orfeo. La cantata se compone de una Sinfonía (obertura), un coro y dos arias (la segunda con coro), cada una precedida de un recitativo. Pero éste no fue el único problema de Rossini; su maestro, el padre Stanislao Mattei, lo controló severamente, de cerca, para “corregir” los presuntos errores de la partitura. El sentido de autocrítica del compositor lo impulsó a modificar el coro original inicial (de la tonalidad menor en 4/4 a la mayor en 3/4) y a añadir un elaborado solo de trompa en la introducción de la segunda aria.

Girolamo Ruggia nació en Morcote, cantón de Tesino, distrito de Lugano (30-09-1748). Hijo de Giovanni Antonio Ruggia y Elisabetta Sardi, fue jesuita. Estudió en Venecia y Roma y enseñó materias humanísticas en Ascoli. Tras la supresión en Italia de la orden de los jesuitas (1773) se dirigió al Véneto como preceptor; seguidamente enseñó retórica en el colegio “dei Nobili” de Parma. Desde 1816 hasta su muerte detentó la cátedra de elocuencia sagrada en la Universidad de Bolonia. Su producción comprende obras líricas sagradas y profanas, en gran parte recogidas en los dos volúmenes de las Poesie (1806; se recoge aquí también una tragedia, Demetrio), discursos, un pequeño poema didáctico (La coltura del cuore, 1809), cantatas y acciones dramáticas. Su cantata de 1808 Pianto d’Armonia sulla morte d’Orfeo fue, como estamos viendo, musicada por Rossini, cuando éste era estudiante del Liceo musical de la capital de la Emilia-Romaña.

Murió en Bolonia el 29 de mayo de 1823.

Quizás los momentos más logrados pertenecen a la Sinfonía, que tiene una bella orquestación y no es una obertura completa, sino una pieza compuesta por un Andante inicial y un Allegro en la sección principal, ambos característicos del género.

1. Sinfonía.

Solos de oboe, clarinete, flauta, fagot y tutti de la cuerda en crescendo, con refuerzo de trompas y trompetas integran esta sinfonía que, por momentos, nos recuerda ora a Boccherini, ora a Haydn.

La sinfonía termina serenamente y se enlaza con intervenciones de flautas, trompa y clarinete con el coro. Con la letra di repente nube mesta la música se vuelve más tensa con las trompetas secundando al coro.

2. Coro:

Quale i campi Rodopei,

qual ingombra la foresta

di repente nube mesta

di tristezza e di dolor!

Perché i rai discioglie in pianto,

perché affannasi Armonia?

Forse sorte acerbe e ria

tolse a noi l’alto cantor?

¿Qué repentina negra nube

de tristeza y de dolor envuelve en sombras

los bosques y los campos Rodopeos?

¿Por qué los ojos llenos de lágrimas,

por qué se lamenta Armonía?

¿Acaso un destino aciago y cruel

Nos ha robado al sublime cantor?

I campi Rodopei (los campos Rodopeos) hace referencia a los montes Ródope, un macizo montañoso de la antigua Tracia, tierra a la que se retiró Orfeo tras haber perdido a Eurídice; hoy son frontera entre Grecia y Bulgaria.

Los acentos del recitativo de Armonía son tristes, casi lúgubres. La música se anima en Dietro gli erranti passi, para finalizar de nuevo con tranquilidad.

3. Recitativo (Armonía):

Sparse il lacero crine,

Ninfe, di queste piaggie abitatrici,

meco a pianger venite;

venite a scioglier meco

miserando lamento:

il gran Cantor di Tracia,

o Ninfe, è spento!

Dietro gli erranti passi

Trarsi potea, rapite

Le dure quercie e i sassi;

gli angui, il tosco obliar,

spogliar le belve la ferità natia,

impietosiro perfin del nero Averno

i crudi Numi

e sola delle Baccanti l’ira

fu sorda al suono della possente lira.


Esparcid vuestros rizados cabellos,

Ninfas, habitantes de estas playas,

venid a llorar conmigo;

venid a emitir conmigo

un lamento digno de lástima;

el gran cantor de Tracia,

oh Ninfas, ¡ha muerto!

Tras sus pasos errantes

arrastrar podía, como extasiados,

los duros árboles y las piedras;

a las serpientes, olvidar su veneno,

despojar a las bestias de su innata fiereza,

conmover incluso del negro Averno

a los crueles dioses

y sólo la ira de las Bacantes

fue sorda al son de su poderosa lira.

Como podemos ver hay alusiones al Averno, del que ya hablamos a propósito de la otra cantata de Rossini y a las Bacantes o Ménades, pues por ambos nombres se las conoce y ambos usa Ruggia. Aquí dice: e sola delle Baccanti l’ira fu sorda al suono della possente lira, y en el aria siguiente de Armonía dirá: Più barbare le Menadi, ahi! non potea placar.

Clarinetes y trompas tienen destacadas intervenciones en la introducción al aria de Armonía. Ya en pleno canto del tenor, de nuevo clarinete, fagot y trompa ofrecen breves y bellos detalles. Agudo en lagrimar del tenor y final sosegado.

4. Aria (Armonía):

Nelle spietate Furie

Destar pietoso pianto

Egli poté col canto

Più barbare le Menadi,

ahi! non potea placar.

Ninfe, sul fato misero

Venite a lagrimar.

En las despiadadas Furias

suscitar piadoso llanto

él pudo con su canto.

a las más bárbaras las Ménades,

¡ay! No pudo aplacar.

Ninfas, este desgraciado destino

venid a llorar.

Una vez más LindoroRossini nos proporciona un video con la música de los números que ofrecemos en esta entrada: Sinfonía, Coro, Recitativo y Aria de Armonía.

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Ya vamos finalizando con este repaso a la cantata rossiniana sobre las bodas de Tetis y Peleo. Vamos con el aria de Ceres, que Rossini utilizó en otras tres ocasiones: es el aria del Conde Almaviva (Cessa di più resistere, del Acto II de El barbero de Sevilla), el aria Non più mesta del final de La cenerentola o el aria O Numi clementi de Torvaldo e Dorliska.


Un aria de bravura, con difíciles agudos y pasajes (con una dea pugnar), que se vuelve más comedida y sosegada en Ah che d’umane lagrime, enlazada con la sección anterior con un bello pasaje a cargo del clarinete finalizado por la trompa, aunque no exenta de las citadas dificultades (scenda la pace omai). La voz de la mezzo y los arabescos a cargo de los instrumentos de viento madera resultan deliciosos. La parte final presenta la intervención del coro, con destacada intervención de trompetas. Tras ella es evidente que la música es idéntica al Non più mesta (= E d’Imene intorno all’ara) de La cenerentola, con su apoteósico final.

Obsérvense las filigranas sobre la palabra felicità.

11. Aria (Ceres):

Ah non potrian resistere

sol d’una Diva al guardo

pria che scendesse il dardo

l’Erinni a fulminar.

Frenar non san le tenebre

del sole il giro eterno,

non può l’intero Averno

con una Dea pugnar.

Ah che d’umane lagrime

bevvero i campi assai,

scenda la Pace omai

sul mondo a dominar,

scenda la Pace in seno

il mondo a dominar.

Ah, no podrían resistir

la simple mirada de una diosa

antes de que arrojara el dardo

para fulminar a las Erinias.

Frenar no saben las tinieblas

El giro eterno del sol,

no puede el Averno entero

con una diosa luchar.

Ah, que lágrimas humanas

bebieron los campos en demasía,

que descienda la Paz ahora

sobre el mundo a reinar,

que descienda la Paz a todos los corazones

y el mundo a reinar.

Coro:

Già sull’ orbe il Sol prepara

più felice amica età.

Ya sobre el orbe el Sol prepara

una edad más feliz, más benévola.

Ceres:

E d’Imene intorno all’ ara

senza strali Amor più brilla,

e raccende la favilla

dell’ altrui felicità.

Y de Himeneo en torno al altar

sin sus flechas Amor más brilla,

y se enciende la ceniza

de la felicidad de los otros.

Coro:

Già balena una scintilla

di più lieta amica età.

Ya brilla una centella

de una edad más alegre, más benévola.

En definitiva, un aria magnífica y completa, en la que Rossini da lo mejor de su arte, preludiando sus futuros logros vocales.

12. Recitativo (Júpiter):

M’udite o genti

Arcana immago è questa di quell’età,

che quasi infido specchio

mi dipinge il futuro.

Alto Peleo sorgerà

sulla Senna,

ed altra Teti porterà

dal Sebeto a Lui

la speme del fecundo connubio…

un Prence Augusto,

padre invocato dalle Franche genti

ne’REGI SPOSI

rifiorir giulivi

i bei Gigli vedrà sù d’uno stelo

ed or gli Augusti Volti

di que’candidi giorni una favilla

oltre il tardo avvenir

vi pinga in cielo.

Oídme, gentes

Misteriosa imagen es esta de aquella edad,

que casi como un irreal espejo

me dibuja el futuro.

Otro Peleo surgirá

sobre el Sena,

y otra Tetis le llevará

desde el Sebeto

la esperanza del fecundo matrimonio…

un Príncipe Augusto

invocado como padre del pueblo francés

en los REGIOS ESPOSOS

reflorecer alegres

los bellos lirios verá de un tallo

y ahora los augustos rostros

de aquellos puros días una centella

más allá el lejano futuro

os pinte en el cielo.

El Sena y el Sebeto hacen referencia a los orígenes parisinos y napolitanos de los futuros reales esposos.

(Se descubre un cuadro mágico, pintado con trazos de luz, donde se ve a los REALES ESPOSOS paternalmente acogidos por el Cristianísimo rey Luis XVIII, sentado en un trono. Prosigue la danza y los coros cantan adoptando una actitud de alegría respetuosa).

Sigue un típico coro rossiniano, introducido por un breve preludio orquestal, con flautas, flautines, clarinetes y violines en destacada intervención.

13. Coro:

Liete danze per queste pendici

Or la gioia conduca su fior,

delle pronube stelle felici

imitando l’alterno tenor.

Prole Augusta che agl’Avi somigli

Di quel nodo che è sacro ad Amor,

e la speme de’Gigli ne’Gigli

rifiorisca d’Europa all’onor.

Alegres danzas por estas colinas

ahora la alegría conduzca por encima de las flores,

de las felices estrellas que velan por los esposos

imitando el humor cambiante.

Prole Augusta, que a los antepasados te pareces,

concede esta unión que Amor tiene por sagrada,

y que la esperanza de los Lirios en los Lirios

florezca de nuevo por el honor de Europa.

Los lirios, nueva referencia a la casa de los Borbones, que se propone como honor de Europa.

Un tono quasi marcial abre el Finale.

14. Finale (Ceres, Juno, Júpiter, Peleo, Tetis, coro):

Ceres:

Sacro ad Ausonia vedrassi il Giglio

E in Patria reduce dall’Etna un FIGLIO

Fedele immagine del GENITOR.

Sagrado para Italia se verá el Lirio

y a su patria vuelve desde el Etna un HIJO

fiel imagen de su PADRE.

Nuevas alusiones a la flor de lis, símbolo de los Borbones. El hijo que vuelve desde el Etna, Italia, a su patria es el Duque de Berry, hijo de Carlos X de Francia, último rey borbónico y absolutista de Francia.

En el finale hay una intervención de cada uno de los dioses (Juno, Júpiter y Ceres) seguida por la misma música de coro y solistas. Luego interviene Peleo y, poco a poco, la música adopta el típico carácter de los finales de acto de las óperas del de Pesaro, con más voces sumándose, realizando cada una florituras y coloraturas, finalizando con E in ciel s’abbracciano Virtude, e Amor.

Juno:

Egli una tenera figlia amorosa

dolce reliquia d’Austriaca Sposa

dell’Avo ai palpiti renda e all’amor.

Que él una tierna hija amorosa

dulce reliquia de la austriaca esposa

de su abuelo dé a los pálpitos y al amor.

Si Juno se está refiriendo a Carlos Fernando de Borbón, duque de Berry, su abuelo fue Luis, Delfín de Francia, y la esposa de éste María Josefina de Sajonia, princesa de la casa Wettin, la austriaca esposa a la que se refiere el texto de Ricci.

Ceres, Juno, Júpiter, Peleo, Tetis, coro:

E in ciel s’abbracciano Virtude, e Amor.

Y en el cielo que se abracen la Virtud y el Amor.

Júpiter:

Un’altra Tetide dal lido Etneo

adorni i talami d’altro Peleo

sul lido indigeno de’Regi fior.

Otra Tetis de las riberas del Etna

adorne el tálamo de otro Peleo

sobre la ribera indígena de la flor regia.

No olvidemos que la esposa del duque de Berry era María Carolina de Borbón Dos-Sicilias, nacida en Palermo (Sicilia), de ahí la referencia a la ribera del Etna. Por su parte, la ribera indígena de la flor regia (el lirio, la flor de lis, símbolo borbónico) no es otro lugar que Versalles, lugar de nacimiento de Carlos Fernando de Borbón.

Ceres, Juno, Júpiter, Peleo, Tetis, coro:

E in ciel s’abbracciano Virtude, e Amor.

Y en el cielo que se abracen la Virtud y el Amor.

Ceres:

Ne’tardi secoli qual diva immago

mi serbi, o provvido Nume presagio,

ai Numi, e agli uomini di pace autor

En los siglos futuros cual divina imagen

me conserves, oh providente Numen de buen augurio,

para los dioses y los hombres pacíficos.

Peleo:

Ne’ tardi secoli qual fausta Imago

mi serbi, o provvido Nume presagio,

che ai Rè la folgore doni e il valor.

En los siglos futuros cual benévola imagen

me conserves, oh providente Numen de buen augurio,

que a los reyes dé el fulgor y el valor.

Ceres, Juno, Júpiter, Peleo, Tetis, coro:

E in ciel s’abbracciano Virtude, e Amor.

Y en el cielo que se abracen la Virtud y el Amor.

Júpiter, Juno:

Del sol pe’lucidi curvi sentieri,

degli indomabili Eoi destrieri

prendi le redini possente Amor.

Peleo, Ceres, Tetis:

Tu liba al candido altar fervente

Raccolte in concava gemma lucente

Le dolci lagrime del GENITOR.

Del Sol por los luminosos y curvados senderos

de las indomables caballos de la Aurora

toma las riendas, poderoso amor.

Ceres, Juno, Júpiter, Peleo, Tetis, coro:

E in ciel s’abbracciano Virtude, e Amor.

Y en el cielo que se abracen la Virtud y el Amor.


Y hasta aquí el libretto de Angelo Maria Ricci, que hemos ido comentando, cuando había referencias mitológicas, y que hemos ilustrado con videos con la música de Rossini.

Finalizamos con el segundo video obtenido del canal de LindoroRossini, en el que se pueden escuchar el dúo  de Ceres y Juno Chi mi reca le rose ed i gigli y el terceto de Peleo, Júpiter y Tetis Per me regni alfin la Pace.

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