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Archive for junio 2012

Hoy se celebra la Solemnidad de San Pedro y San Pablo. En Castellón es día festivo, ya que, al ser patrono San Pedro del Grau, el distrito marítimo de la ciudad, la fiesta se extiende a ésta. El Grau y la ciudad son como, mutatis mutandis, el Pireo y Atenas.

He aprovechado la ya muy calurosa mañana para dar un paseo por Castellón, cámara en ristre, con la idea de rastrear algún vestigio clásico, griego o romano. Y algo he hallado.

Pero, en primer lugar, quiero referirme a los textos griegos de las lecturas de la celebración religiosa de hoy, que me han recordado mi estancia en Roma el año pasado.

En efecto, en el primer texto está en la explicación de la iglesia romana de San Pietro in Vincoli, mundialmente famosa por la escultura del Moisés de Miguel Ángel. Pero en el templo se conservan también las cadenas que llevaba Pedro en prisión  (δεδεμένος λύσεσιν δυσίν) y que se le cayeron de las manos (ξέπεσαν ατο α λύσεις κ τν χειρν) por obra del ángel; por ello en los laterales de la hornacina en la que se conserva la arqueta con las cadenas se pueden ver las esculturas de Pedro y el ángel.

El texto de los Hechos de los Apóstoles es éste:

 κατ κενον δ τν καιρν πέβαλεν ῾Ηρδης βασιλες τς χερας κακσαί τινας τν π τς κκλησίας. νελεν δ ᾿Ιάκωβον τν δελφν ᾿Ιωάννου μαχαίρδν δ τι ρεστόν στιν τος ᾿Ιουδαίοις προσέθετο συλλαβεν κα Πέτρον. σαν δ] μέραι τν ζύμων, ν κα πιάσας θετο ες φυλακήν, παραδος τέσσαρσιν τετραδίοις στρατιωτν φυλάσσειν ατόν, βουλόμενος μετ τ πάσχα ναγαγεν ατν τ λα μν ον Πέτρος τηρετο ν τ φυλακ· προσευχ δ ν κτενς γινομένη π τς κκλησίας πρς τν Θεν περ ατοτε δ μελλεν προαγαγεν ατν ῾Ηρδης, τ νυκτ κείν ν Πέτρος κοιμώμενος μεταξ δύο στρατιωτν δεδεμένος λύσεσιν δυσίν, φύλακές τε πρ τς θύρας τήρουν τν φυλακήν. κα δο γγελος Κυρίου πέστη, κα φς λαμψεν ν τ οκήματι· πατάξας δ τν πλευρν το Πέτρου γειρεν ατν λέγων, νάστα ν τάχει. κα ξέπεσαν ατο α λύσεις κ τν χειρν. επεν δ γγελος πρς ατόν, ζσαι κα πόδησαι τ σανδάλιά σου. ποίησεν δ οτως. κα λέγει ατ, περιβαλο τ μάτιόν σου κα κολούθει μοι. κα ξελθν κολούθει, κα οκ δει τι ληθές στιν τ γινόμενον δι το γγέλου, δόκει δ ραμα βλέπειν. διελθόντες δ πρώτην φυλακν κα δευτέραν λθαν π τν πύλην τν σιδηρν τν φέρουσαν ες τν πόλιν, τις ατομάτη νοίγη ατος, κα ξελθόντες προλθον ύμην μίαν, κα εθέως πέστη γγελος π ατο. κα Πέτρος ν αυτ γενόμενος επεν, νν οδα ληθς τι ξαπέστειλεν [] Κύριος τν γγελον ατο κα ξείλατό με κ χειρς ῾Ηρδου κα πάσης τς προσδοκίας το λαο τν ᾿Ιουδαίων.

Por aquel tiempo el rey Herodes emprendió una persecución contra algunos miembros de la Iglesia. Hizo degollar a Santiago, el hermano de Juan. Y, viendo que agradaba a los judíos, procedió a arrestar a Pedro durante las fiestas de los Ázimos. Lo detuvo y lo metió en la cárcel, encomendando su custodia a cuatro piquetes de a cuatro. Su intención era exponerlo al pueblo pasada la Pascua. Mientras Pedro estaba custodiado en la cárcel, la Iglesia rezaba fervientemente a Dios por él. Llegaba el momento en que Herodes lo iba a exponer, y la noche precedente Pedro dormía entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, mientras los centinelas hacían guardia ante la puerta. De repente se presentó un ángel del Señor y una luz resplandeció en el recinto. Golpeando a Pedro en el costado, lo despertó y le dijo: – Levántate aprisa. Se le cayeron las cadenas de las manos y el ángel le dijo: – Cíñete y cálzate las sandalias. Así lo hizo. Luego añadió: – Échate el manto y sígueme. Salió detrás de él, sin saber si lo del ángel era real, pues se le antojaba una visión. Pasaron la primera guardia y la segunda, llegaron a la puerta de hierro que daba a la calle, la cual se abrió por sí sola. Salieron y, cuando había andado una calle, el ángel se alejó de él. Entonces Pedro, volviendo en sí, comentó: – Ahora entiendo de veras que el Señor envió a su ángel para librarme del poder de Herodes y de toda la expectación del pueblo judío.

Para honrar al otro apóstol al que se hoy se recuerda, se lee un fragmento de su Segunda Carta a Timoteo, que siempre me ha gustado, en el que Pablo reconoce que está a punto de marchar de este mundo y cree que ha obrado la voluntad de Dios, usando para expresarlo tres bellas frases con perfectos = γνα γώνισμαι, τν δρόμον τετέλεκα, τν πίστιν τετήρηκα) por lo que espera recibir la corona de la justicia ( τς δικαιοσύνης στέφανος)

 γ γρ δη σπένδομαι, κα καιρς τς ναλύσεώς μου φέστηκεντν καλν γνα γώνισμαι, τν δρόμον τετέλεκα, τν πίστιν τετήρηκα· λοιπν πόκειταί μοι τς δικαιοσύνης στέφανος, ν ποδώσει μοι Κύριος ν κείν τ μέρ, δίκαιος κριτής, ο μόνον δ μο λλ κα πσι τος γαπηκόσι τν πιφάνειαν ατο. δ Κύριός μοι παρέστη κα νεδυνάμωσέν με, να δι μο τ κήρυγμα πληροφορηθ κα κούσωσιν πάντα τ θνη, κα ρρύσθην κ στόματος λέοντος… ύσεταί με Κύριος π παντς ργου πονηρο κα σώσει ες τν βασιλείαν ατο τν πουράνιον, δόξα ες τος αἰῶνας τν αώνων· μήν

En cuanto a mí, ya hacen de mí una libación y la hora de la partida es inminente. He peleado la noble pelea, he terminado la carrera, he mantenido la fe. Sólo me espera la corona de la justicia, que el Señor como justo juez me entregará aquel día. Y no sólo a mí, sino a cuantos desean su manifestación… El Señor, sí, me asistió y me dio fuerzas para que por mi medio se llevase a cabo la proclamación, de modo que la oyera todo el mundo; así, el Señor me arrancó de la boca del león. El Señor me librará de toda mala partida y me salvará en su reino celeste. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

 

El texto me ha traido a la memoria la imponente basílica de San Pablo Extramuros en Roma.

Como curiosidad diremos que Pablo usa un verbo en futuro (ύσεταί de ῥύομαι) presente en el verso 388 de la Medea de Eurípides:

τς γν συλον κα δμους χεγγους

ξνος παρασχν ῥύσεται τομν δμας;

¿Qué ciudad me acogerá? ¿Qué huésped, ofreciéndome su tierra como asilo y su casa como garantía, protegerá mi persona?

El verbo vuelve a aparecer en el verso 599 de la tragedia Orestes, el 978 del Reso y en el 1338 de Las Bacantes.

Es también raro ese dativo plural del participio de perfecto (γαπηκόσι), presente sólo aquí y en patriarcas de la Iglesia que recogen el fragmento. Sólo Focio (Biblioteca 125 a 10-11) escribe acerca de Agapio:

Κχρηται δ μρτυσιν πηρυθριασμνως κα τος τν λληνα θρησκεαν γαπηκσι, μλιστα δ Πλτωνι, πρς σστασιν τς δας θεομαχας, θεους ατος κα ερος, σπερ κα τν παρ᾿ ατ Xριστν κα σωτρα, ποκαλν· κα λλα δ πολλς νοας κα δλου κα θετητος μπλεα.

 Él usa sin pudor en calidad de testigos, incluso a los fieles a la religión pagana, sobre todo, Platón, para establecer su impiedad propia; los llama divinos y santos al igual que Cristo, su salvador, y muchas de sus otras observaciones son aún más llenas de gran locura, de malicia e impiedad.

 

No quiero detenerme más en los textos e iniciamos el paseo. En primer lugar nos hemos encontrado la Ludoteca Sirius.

De ludoteca dice el DRAE:

(Del francés ludothèque, y éste del latín ludus, juego, y thèque, -teca).

Centro de recreo donde se guardan juegos y juguetes para su uso y préstamo.

Nosotros añadimos que el elemento –teca (presente además en biblioteca, hoploteca, hemeroteca, discoteca, enoteca, etc.) procede del término griego θήκη que significa “depósito, receptáculo, caja, cofre”.

Del primer elemento, latino, también proceden lúdico o ludópata (otro híbrido lingüístico clásico).

Por su parte Sirius, Sirio, pertenece a la constelación del Perro y es la estrella más brillante del firmamento, cuya luminosidad es más de veinte veces la del Sol. Por otra parte, al hallarse sólo a 8,7 años luz se nos muestra especialmente brillante. Eratóstenes, en sus Catasterismos escribe sobre el perro y Sirio:

Lleva (el Perro) una estrella sobre su cabeza, a la que llaman Isis, y otra sobre la lengua, a la que denominan Sirio, grande y muy brillante; los magos denominan a estas estrellas Sirios a causa del centelleo de su brillo.

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Proseguimos con el Soneto XIII de Garcilaso de la Vega.

Los dos siguientes endecasílabos

los blancos pies en tierra se hincavan

y en torcidas rayzes se bolvían.

vuelven a ser un calco de la égloga III, con la sola variante del verbo bolvían por s’estendían y el cambio de posición; en la égloga primero aparecen las raíces y después los pies, mientras en el soneto es al contrario. De nuevo se refieren al verso 550 de Ovidio.

Los dos tercetos

Aquel que fue la causa de tal daño,

a fuerça de llorar, crecer hazía

este árbol, que con lágrimas regava.

¡O miserable ‘stado, o mal tamaño,

que con llorarla crezca cada día

la causa y la razón por que llorava!

como ya decíamos, suponen una completa innovación con respecto a Ovidio. Estamos ante una generalización. Ahora aparece, aludida de forma oculta, la figura de Apolo, pero de un Apolo que puede compararse a cualquier amante que ha perdido a su ser querido. Lo que importa del mito de Dafne es la situación de pena en que queda Apolo, privado del ser que más quería, y que se compara a la situación de cualquier amante, privado de su ser amado. Sólo las lágrimas son el consuelo y las que hacen que el recuerdo del amor crezca cada día. El mito ha servido para la sección expositiva y para ejemplificar una situación que es la que importa al yo del poeta.

En el primer terceto, aún se refiere Garcilaso al mito: Apolo es aquel que fue la causa de tal daño y este árbol es Dafne, ya convertida en laurel. Pero el segundo terceto supone ya una generalización, a modo de conclusión, del mito a cualquier situación similar que suponga la pérdida de un ser querido.

Obsérvese además la insistencia de Garcilaso en el llanto: a fuerça de llorar, con lágrimas, con llorarla, por que llorava.

De este modo, pues, en Garcilaso nos encontramos con dos de las fases que hemos establecido en el tratamiento del mito. La Égloga III es un simple relato mitológico, que recoge casi al pie de la letra el texto de Ovidio, con paralelismos incontestables, inserto entre otros dos, dedicados a Orfeo y Adonis, a los que Garcilaso hace seguir una tragedia española, contemporánea, española, la muerte de la ninfa Elisa, que no es otra que Isabel de Freyre.

El soneto XIII, que presenta sólo la parte de la metamorfosis, utiliza mucho del material de la égloga, pero presenta una innovación: la generalización final supone un uso del mito con miras a una experiencia personal del autor. Estaríamos casi dentro de la segunda fase en la que el mito se subordina a las experiencias personales.

Como decíamos esta segunda fase se servirá del mito para elaborar relatos líricos en los que prima la personalidad del autor y la propia experiencia del yo. Es decir, el mito se utilizará para ejemplificar las experiencias personales del poeta. Se alcanza así un realismo conceptista, no exento de caricatura y uso cómico del mito. En muchos autores la narración mitológica sirve de comparación a la propia experiencia personal. El mito se ha subordinado a la lírica de los sentimientos personales. Como en la composición de arte mayor 384 de Luis de Góngora.

También en Góngora, en su Soledad I, encontramos alusiones al mito de Dafne

De la Peneida virgen desdeñosa,

los dulces fugitivos miembros bellos     1055

en la corteza no abrazó reciente

más firme Apolo, más estrechamente,

que de una y otra meta glorïosa

las duras basas abrazaron ellos

con triplicado nudo.     1060

Árbitro Alcides en sus ramas, dudo

que el caso decidiera,

bien que su menor hoja un ojo fuera

del lince más agudo.

En el prólogo alegórico a la comedia La gloria de Niquea (1622) del Conde de Villamediana, prólogo atribuido a Góngora, nos encontramos con una nueva alusión a Dafne

¿Quál vencedora planta no obedece

A las futuras glorias que previenes

Con la que, en claro polo, luz te ofrece

El cielo, a quien propicio siempre tienes?

Entre estas esperanças Dafne crece

Con ambición de coronar tus sienes,

Consagrado a tu nombre el árbol solo

Que los abraços mereció de Apolo.

En un anterior capítulo decíamos que en una tercera fase, ya en pleno barroco, el mito se utiliza a modo de alusión. Una alusión, eso sí, constante y variada. Las alusiones, que presuponen un conocimiento del mito por parte del lector y permiten, por tanto, la omisión del relato, son más efectivas que el relato mismo. Al final lo que importará será el personaje de Dafne, que se convierte en prototipo de la mujer esquiva y desdeñosa. Su huida ante el acoso de Apolo se ha tomado ya como el desdén de la mujer ante su amante. Ocurre esto en poesías de Polo de Medina, Benegassi y Luján, Salas Barbadillo, San Miguel, Lope de Vega, Quevedo o Fernando de Herrera.

Nosotros daremos ejemplos de Lope de Vega, Quevedo, Benegassi y Luján y Polo de Medina.

En las Rimas humanas y divinas del Licenciado Tomé de Burguillos de Lope de Vega, encontramos el poema A las fugas de Juana en viendo al poeta, con la fábula de Dafne.

Rosa Somojano, en Funciones del mito clásico en el siglo de oro: Garcilaso, Góngora, Lope de Vega, Quevedo, escribe:

Ya como relato ilustrador del castigo por el desdén amoroso, o como portador simbólico del tema del triunfo poético, el mito de Apolo y Dafne se constituye en uno de los más recreados por Lope. Ambos valores quedan desmitificados en el soneto A las fugas de Juana en viendo al poeta, con la fábula de Dafne, en el que Lope conseguirá rebajar la seriedad del mito a lo humorístico desde la misma relación inicial comparativa, basada en la hipérbole caricaturesca: la huida de Juana del poeta es ya una carrera física como la de Dafne, presentándonos Lope una Dafne degradada – no es ya la ninfa etérea que, rendidas sus fuerzas ante la rapidez del dios, pide a su padre ayuda: el “coturno” de Dafne está remendado, y la “soleta” se desprende obstaculizando la huida – . Hasta aquí el desarrollo re-creativo del término comparante, no empleado, como en otros casos, como ejemplo de “aviso”: el poeta quiere que Juana sea laurel como Dafne, interpretando la conversión en árbol como rendimiento, por lo que hubo de significar de premio posterior, y, a partir de este argumento, ruega a la dama

¿cuándo serás laurel, dulce tirana?

Que no te quiero yo para aceitunas,

Sino para mi frente, hermosa Juana.

He aquí el soneto completo:

Como suele correr desnudo atleta

En la arena marcial al palio opuesto,

Con la imaginación tocando el puesto,

Tal sigue a Dafne el fúlgido poeta.

Quitósele al coturno la soleta,

Y viéndose alcanzar, turbó el incesto,

Vuelto en laurel su hermoso cuerpo honesto,

Corona al capital, premio al poeta.

Si corres como Dafne, y mis fortunas

Corren también a su esperanza vana,

En seguirte anhelantes y importunas.

¿cuándo serás laurel, dulce tirana?

Que no te quiero yo para aceitunas,

Sino para mi frente, hermosa Juana.

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Más madera, digo, más preguntas y respuestas.

17. ¿Por qué los alimentos afrodisíacos despiertan el apetito sexual?

18. ¿Por qué la sonrisa feroz es sardónica?

17. El diccionario de la RAE dice:

afrodisíaco, ca o afrodisiaco, ca.

(Del lat. aphrodisiăcus, y este del gr. φροδισιακς, venéreo).

1. adj. Que excita o estimula el apetito sexual.

2. adj. Dicho de una sustancia o de un medicamento: Que tiene esta propiedad.

Evidentemente el término deriva de Afrodita, diosa del amor, en la mitología griega. La palabra existe ya en griego. En Diodoro Sículo, Biblioteca Histórica II, 23, aparece referido al sustantivo “deleites” (τέρψεις)  – referido a los gustos de Sardanápalo – y “placeres “ (ἡδονάς).

Plinio el Viejo (Historia natural XXXVII, 54, 123) habla de la gema de afrodita, una especie de ágata, de color blanco rojizo: Aphrodisiaca ex candido rufa est.

En cuanto a los alimentos afrodisíacos las listas varían; podríamos citar los siguientes, sacados de esta página:

Anís: Un afrodisíaco muy popular con usos culinarios muy diversos. Desde la Grecia antigua ya era considerado afrodisíaco. Los romanos también lo consideraban un potente afrodisíaco.

Aguacate: El pueblo azteca llamaba al árbol del aguacate «Ahuacuatl» lo que significa «Árbol del testículo». Esta deliciosa fruta de una especial textura refuerza sus poderes con la pimienta negra y le vinagre balsámico. Una receta muy popular y efectiva es el guacamole.

Ajo: Se dice que el corazón del ajo remueve los deseos sexuales. Asegúrese de que pareja lo va a compartir.

Almendras: La almendra ha sido un símbolo de fertilidad a lo largo de los siglos. El aroma se piensa que induce a la pasión en la mujer. La sugerencia es servir mazapán o turrón en cenas románticas o especiales.

Café: La cafeína es un muy conocido estimulante, pero hay que recordar que en exceso puede llegar a ser un depresivo. En todo caso, imprescindible para estar «despierto» toda la noche».

Chocolate: Los aztecas de refreían al chocolate como «el alimento de los dioses». El chocolate contiene componentes químicos con efectos neurotransmisores en el cerebro y una sustancia parecida a la cafeína llamada teobromina (nombre griego que significa “alimento de los dioses” – θεῶν βρώματα -, ya que así llamaban al cacao los aztecas), presente en la planta del cacao (Theobroma cacao). El Chocolate contiene más antioxidantes que el vino tinto. El secreto de la pasión es la combinación de estas dos sustancias.

Espárragos: Su forma fálica ayuda a considerar al espárrago como comida afrodisíaca. Hervidos o al vapor surten el mejor efecto. The Vegetarian Society sugiere que comer espárragos durante tres días seguidos provoca el más poderoso efecto».

Frambuesas y Fresas: Es la perfecta comida para los amantes «invita al amor y es descrita en la literatura erótica como «pezones de fruta”. Ambas son ricas en vitamina C y para hacer postres son deliciosas.

Higos: Un higo abierto se piensa que emula al órgano sexual femenino. y tradicionalmente se consideraron como un estimulante sexual.

Miel: Muchas de las medicinas en tiempo de los egipcios estaban hechas a base de miel, incluyendo las curas para la esterilidad e impotencia. Lo amantes en su «luna de miel» bebían antiguamente agua con miel de cebaba, para endulzarla.

Mostaza: Se cree desde muy antiguamente que estimulaba las glándulas sexuales e incrementaba el deseo.

Ostras: Ya desde época romana se las consideraba un potente afrodisíaco. En le siglo II a C. era mencionado recientemente en documentos. Otras hipótesis se centran en el parecido entre las otras y los genitales femeninos. En realidad las ostras son muy nutritivas y son ricas en proteínas.

Piña: Rica en Vitamina C y utilizada en tratamiento homeopáticos para la impotencia. Combina muy bien con las bebidas alcohólicas.

Plátanos: Las flores de la platanera tienen una maravillosa forma fálica y es en parte responsable de la popularidad de las bananas como comida afrodisíaca. Un mito islámico cuenta la historia de que después de que Adán y Eva sucumbieran a la «manzana» comenzaron a cubrir sus desnudez con hojas de plataneras. Hoy se sabe que los plátanos son muy ricos en potasio, y vitaminas B, necesarias para la producción hormonal sexual.

Rúcula: La rúcula ha sido documentada como alimento afrodisíaco desde en siglo I antes de Cristo. Hoy es un ingrediente popular de la cocina moderna, muy común en las ensaladas, con el queso parmesano y con los frutos secos y la pasta.

Trufas: Los griegos y los romanos consideraban que la trufa era afrodisíaca. Al parecer estimula y sensibiliza la piel cuando se toca.

Vainilla: se dice que la aroma y el sabor de la vainilla incrementa la pasión.

Vino: Un vaso o dos de vino pueden estimular un romántico interludio. El vino relaja y ayuda a estimular nuestros sentidos. Beber vino puede ser una experiencia erótica: el color del líquido, el movimiento en el vaso, el sabor y tacto en los labios. Pero hay que beberlo con moderación.

Zanahorias: Otra buena razón para comer las saludables zanahorias es que se supone que son estimulantes para el hombre. Su forma fálica pudo asociar fácilmente esta creencia desde tiempos muy antiguos. Hoy se conocen su rico contenido en vitaminas y beta caroteno… Puede tomarse como postre un rico pastel de zanahoria.

A la lista podemos añadir las almejas, la anguila, el apio, el arenque, el azafrán, los berberechos, los boquerones, la caballa, la canela, el cardamomo, la carpa, el caviar, el clavo, el enebro, las gambas, el ginseng, el jengibre, la lamprea, el melocotón, el pez espada, las pipas de calabaza, el salmón, el tiburón o las vieiras.

 18. Risa sardónica se aplica, en el lenguaje corriente, a cualquier risa maligna, amarga, irónica o sarcástica, que no revela alegría o regocijo.

La explicación nos lleva a la mitología griega. Talos era un personaje de la leyenda cretense. Se trataba de un autómata de bronce, obra de Hefesto o Dédalo, según las versiones, o bien del último representante en la tierra de la “raza de los hombres de bronce”.

Dotado de una vigilancia infatigable, había sido escogido por Minos, el rey de Creta, para esta misión, o tal vez por Zeus, para proteger la isla de su querida Europa. Todos los días, armado, daba tres veces la vuelta a Creta. Impedía a los extranjeros entrar en ella, y a los habitantes, abandonarla sin autorización de Minos. Para escapar a su vigilancia, Dédalo tuvo que huir por los aires. Las armas favoritas de Talos eran grandes piedras que lanzaba a gran distancia. Pero los “inmigrados clandestinos” debían temer aún otros peligros por parte de Talos, si lograban salvar esta primera barrera. Cuando los cogía, Talos se introducía en el fuego, calentaba su cuerpo metálico hasta volverlo incandescente y luego oprimía a los desgraciados entre sus brazos y los abrasaba. Esto lo hizo con los sardos, que trataron de invadir la isla y, mientras los destruía con su ardiente abrazo, sonreía de manera feroz. De ahí viene la expresión “sonrisa sardónica”.

En la Biblioteca Mitológica de Apolodoro tenemos información sobre Talo:

ντεθεν ναχθντες κωλονται Κρτ προσσχειν π Τλω. τοτον ο μν το χαλκο γνους εναι λγουσιν, ο δ π φαστου Μνωι δοθναι· ς ν χαλκος νρ, ο δ ταρον ατν λγουσιν. εχε δ φλβα μαν π αχνος κατατενουσαν χρι σφυρν· κατ δ τ τρμα τς φλεβς λος διρειστο χαλκος. οτος Τλως τρς κστης μρας τν νσον περιτροχζων τρει· δι κα ττε τν ργ προσπλουσαν θεωρν τος λθοις βαλλεν. ξαπατηθες δ π Μηδεας πθανεν, ς μν νιοι λγουσι, δι φαρμκων ατ μαναν Μηδεας μβαλοσης, ς δ τινες, ποσχομνης ποισειν θνατον κα τν λον ξελοσης, κρυντος το παντς χρος ατν ποθανεν. τινς δ ατν τοξευθντα π Ποαντος ες τ σφυρν τελευτσαι λγουσι.

 

Desde allí se dirigieron a Creta, pero Talo les impidió acercarse; unos dicen que éste era de la raza de bronce, otros que había sido entregado a Minos por Hefesto; era un hombre de bronce, pero según algunos era un toro. Tenía una sola vena que se extendía desde el cuello hasta los tobillos, y el extremo de la vena estaba cerrado con un clavo igualmente broncíneo. Talos vigilaba corriendo alrededor de la isla tres veces al día; por eso también cuando vio acercarse la Argo le arrojó piedras. Murió engañado por Medea, pues unos dicen que ella lo enloqueció con drogas, otros que habiendo prometido hacerlo inmortal le sacó el clavo y, al fluir todo el icor, murió; pero también se dice que pereció al ser flechado en el tobillo por Peante.

 

La muerte de Talo, por obra de los hechizos de Medea, es narrada en Apolodoro (El viaje de los Argonautas IV, 1636 y siguientes).

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En este capítulo concluiremos el estudio de la Égloga III de Garcilaso e iniciaremos el del Soneto XIII, dedicado al mismo mito de Apolo y Dafne.

El final de la tercera octava real en rima CC son dos endecasílabos que recogen el sentido de los versos 553-555: llora el amante y busca el ser primero, / besando y abraçando aquel madero = positaque in stipite dextra / sentit adhuc trepidare novo sub cortice pectus / conplexusque suis ramos, ut membra, lacertis / oscula dat ligno (apoyando su mano en el tronco percibe cómo tiembla aún su pecho por debajo de la corteza reciente; y estrechando en sus brazos las ramas, como si aún fueran miembros, besa la madera).

No hay alusión en Ovidio al llanto de Apolo por Dafne, motivo que explota Garcilaso (llora el amante), pero sí a ese busca el ser primero que sin duda hay que identificar con el positaque in stipite dextra / sentit adhuc trepidare novo sub cortice pectus. En efecto, Apolo ha colocado su mano en el tronco, aún reciente, en que se ha convertido el cuerpo de Dafne y cree sentir que el corazón de la ninfa aún late. Eso es precisamente el busca el ser primero. El último endecasílabo sí tiene clara correspondencia con el texto latino:

besando…aquel madero = oscula dat ligno (besa la madera)

abraçando…aquel madero = conplexus suis ramos lacertis (estrechando en sus brazos las ramas)

El mito tejido por Dinámene ha concluido. Como decíamos arriba, en ningún momento se nos dice en qué árbol se ha convertido Dafne. A Garcilaso le interesa el mito por un motivo bien distinto que a Ovidio. Este último sólo pretende justificar el adorno de Apolo, de los vencedores en los juegos y en las batallas, y explica porqué este adorno es el laurel.

En cambio, como ya hemos dicho antes, la experiencia poética del amor y la muerte en la Égloga III sustituye y supera a otras informes experiencias desgarradamente personales del amor y la muerte, dándoles así una forma de existencia más universal, más duradera, más profunda y llena de sentido humano. En las telas de las ninfas vemos, pues, al poeta recrear pictóricamente tres mitos trágicos griegos antiguos y convertir en mito paralelo una nueva tragedia española, de presencia casi inmediata; pero a esta tragedia se le da en seguida distancia estética ese mismo proceso de mitificación, y ella también queda como colgada en una galería de hermosos cuadros ilusionistas de la antigüedad.

En obras poéticas españolas posteriores el mito de Apolo y Dafne se utiliza con otros fines. Ya hemos hablado de ello al mencionar las tres etapas que se pueden observar en su uso. De la narración mitológica, que encontramos en Garcilaso, se pasa a un relato lírico en el que el mito queda subordinado a las experiencias personales del poeta y, finalmente, a una mera alusión de diversos elementos que el mito contiene. Ya hemos apuntado el de Dafne como prototipo de la mujer esquiva, pero también se aludirá al río Peneo en la súplica que le dirige Dafne con un tratamiento jocoso, al laurel como adorno de poetas y casas señoriales, el carácter del laurel como árbol estéril o inútil, o de protector contra el rayo, etc.

La parte final de la Égloga III, dedicada a la metamorfosis, coincide con el tema tratado por el Soneto XIII. Son dos tratamientos de la transformación experimentada por la ninfa. En el soneto puede verse algo más que un simple relato mitológico, sobre todo en su final, del que hablaremos en su momento.

Soneto XIII

 A Daphne ya los braços le crecían

y en luengos ramos bueltos se mostravan;

en verdes hojas vi que se tomavan

los cabellos quel oro oscurecían;

de áspera corteza se cubrían

los tiernos miembros que aun bullendo’stavan;

los blancos pies en tierra se hincavan

y en torcidas rayzes se bolvían.

Aquel que fue la causa de tal daño,

a fuerça de llorar, crecer hazía

este árbol, que con lágrimas regava.

¡O miserable ‘stado, o mal tamaño,

que con llorarla crezca cada día

la causa y la razón por que llorava!

Los dos primeros versos coinciden con el segundo hemistiquio del verso 549 de Ovidio: A Daphne ya los braços le crecían / y en luengos ramos bueltos se mostravan = in ramos bracchia crescunt. Hemos de apuntar primero la reutilización que hace Garcilaso del material de la Égloga, o a la inversa. En ambas obras se repite el esquema los braços le crecían y en sendos (luengos) ramos bueltos se mostravan donde sólo se ha cambiado un adjetivo. Como ya dijimos los braços le crecían = bracchia crescunt; y en luengos ramos bueltos se mostravan = in ramos.

Los otros dos versos del primer cuarteto se refieren a la transformación de los cabellos en hojas. Aquí Garcilaso recurre a un evidente cromatismo (verdes / oro), pero en términos generales sigue la versión de Ovidio casi ad pedem litterae, sólo que con una importante innovación: el poeta ha entrado en escena, el yo del autor se hace presente: vi así lo indica como también después los dos tercetos. En verdes hojas responde a in frondem y los cabellos a crines. De nuevo los cabellos oscurecen al propio oro, según la convención ya mencionada anteriormente.

El segundo cuarteto se abre con una innovación respecto a la égloga: aquí sí se recoge la transformación en corteza de los tiernos miembros de la ninfa: de áspera corteza se cubrían / los tiernos miembros que aun bullendo ‘ stavan. Obsérvese primero la contraposición áspera / tiernos y el claro paralelismo de tiernos miembros con mollia praecordia (suaves formas, traduce Ruiz de Elvira, pero mollis significa también tierno y praecordia es todo aquello que rodea al corazón, entrañas, vísceras, diafragma, pecho, o como dice Garcilaso simplemente miembros), de se cubrían con cinguntur (van siendo envueltas,  traduce Ruiz de Elvira, pero el verbo cingo significa también cubrir), de áspera corteza con tenui libro, aunque aquí es mucho más delicado Ovidio que dice “delicada”, todo lo contrario que Garcilaso que, para oponer la corteza a los tiernos miembros, dice áspera.

Aún encontramos otro paralelismo entre que aun bullendo ‘ stavan con el verso 553 sentit adhuc trepidare novo sub cortice pectus. Bullendo es precisamente lo que significa trepidare (estar inquieto, estar agitado, temblar, palpitar, bullir). Aquí Garcilaso toma el sentido del verso 553 para aplicárselo a los tiernos miembros.

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Seguimos preguntones, pero damos nosotros la respuesta a cuestiones cuya explicación está en el mundo griego antiguo.

15. ¿Por qué especialmente sufren pánico los rebaños, de ovejas, o de personas?

16. ¿Por qué los esfuerzos titánicos son grandes?

15. El diccionario de la RAE dice:

pánico, ca. (Del lat. panĭcus, y este del gr. Πανικς).

1. adj. Referente al dios Pan.

2. adj. Se dice del miedo extremado o del terror producido por la amenaza de un peligro inminente, y que con frecuencia es colectivo y contagioso. U. t. c. s. m.

Pan era el dios de los pastores y los rebaños, al parecer, originario de Arcadia, aunque su culto se generalizó por toda Grecia e incluso más allá del mundo helénico. Se le representa como un genio, mitad hombre mitad animal. Su cara barbuda tiene una expresión de astucia bestial, está llena de arrugas y, su mentón es muy saliente. Lleva dos cuernos en la frente. Tiene el cuerpo velludo, y los miembros inferiores son los de un macho cabrío, los pies están provistos de pezuñas hendidas, las patas son secas y nerviosas.

Está dotado de prodigiosa agilidad; rápido en la carrera, trepa fácimente por las rocas, sabe también ocultarse entre la maleza, ya para espiar a las Ninfas, ya para dormir la siesta en las horas calurosas del mediodía. Entonces es muy peligroso molestarle. Le place especialmente el frescor de las fuentes y la sombra de los bosques. En esto encarna no sólo los gustos de los propios pastores, sino los de sus rebaños. Pan es también una divinidad dotada de una actividad sexual considerable. Persigue a ninfas y muchachos con igual pasión. Incluso tenía la fama de buscar la satisfacción en sí mismo cuando había fracasado en su persecución amorosa.

Los atributos ordinarios de Pan son una siringa, un cayado de pastor, una corona de pino o un ramo, también de pino, en la mano. Sus mitos son raros, y las leyendas en que aparece en escena son generalmente tardías, producto de la imaginación de los poetas alejandrinos, que con frecuencia han evocado este demonio pintoresco, familiar en el idilio rústico. Las leyendas que parecen más antiguas son las que se refieren a su nacimiento. Son muy diversas.

Los poemas homéricos ignoran a Pan. No obstante, un llamado “himno homérico” lo celebra y cuenta que es hijo de Hermes del monte Cileno y de la hija de Dríope. Cuando nació, su madre se asustó ante el ser monstruoso que acababa de dar a luz. Pero Hermes envolvió al recién nacido en una piel de liebre y lo llevó al Olimpo. Lo instaló cerca de Zeus y mostró su hijo a los demás dioses; al verlo, todos se regocijaron, particularmente Dioniso (en cuyo cortejo Pan, tan semejante a Sileno y los sátiros, figura sin dificultad). Y los dioses le pusieron por nombre Pan porque les alegró el corazón a “todos” (etimología popular de Pan, que se relaciona con la palabra griega πν, “todo”. Esta etimología será nuevamente adoptada por los mitógrafos y los filósofos, que verán en el dios la encarnación del Universo, del Todo.)

Parece que el dios Pan se aparecía a los rebaños y causaba en los animales un gran miedo. También se atribuían al dios Pan ruidos de origen desconocido en montañas y valles. Corominas dice:

Pánico (S. XVII) viene del griego «panikón» (Πανικόν), abreviación de «dêima panikón» (δεῖμα Πανικόν), “terror causado por Pan”, divinidad silvestre griega a quien se atribuían ruidos de origen desconocido en montañas y valles.

Otra explicación:

Al parecer la palabra “pánico” proviene del dios griego Pan, que en la batalla de Maratón, que enfrentó a los griegos contra los persas, para ayudar a los griegos sembró el terror entre las tropas persas. A ese terror se lo llamó «Terror Pánico«. Aunque Pánico se utiliza para todas las cosas que tienen que ver con el dios Pan, luego se usó ese adjetivo para nombrar un estado de conciencia que denota un peligro inminente y que es colectivo y contagioso.

Por su parte, el escritor y viajero Pausanias, en su Descripción de Grecia X, 23, 7 escribe, a propósito de su descripción de la batalla entre los griegos y los gálatas de Breno:

ν δ τ νυκτ φβος σφσιν μππτει Πανικς· τ γρ π ατας οδεμις δεματα κ τοτου φασ γνεσθαι.

Pero durante la noche fueron presas del pánico, pues dicen que los miedos que no tienen ninguna causa vienen del dios Pan.

Otra explicación en este video:

16. Una de las definiciones de titánico que da el diccionario es “desmedido, excesivo, como de titanes”. Y ofrece los ejemplos orgullo titánico, empresa titánica, fuerzas titánicas. Lo cierto es que el sustantivo “esfuerzo” se usa muy a menudo con el adjetivo “titánico” para denotar que esos esfuerzos son muy grandes, enormes, gigantescos.

Estamos refiriéndonos a los Titanes a los que, tradicionalmente, se ha descrito como gigantes poderosos, hijos de Urano (el Cielo) y Gea (la Tierra), como sus hermanos los Cíclopes (Brontes, Estéropes y Arges) y los Hecatónquiros (Coto, Briareo y Giges).

Los titanes y titánides son 12, seis varones y seis hembras: Ceo, Crío, Hiperión, Jápeto, Tea, Rea, Temis, Mnemósnine, Febe, Tetis y el más joven Cronos (el planeta Saturno, Cronos en latín, tiene un satélite llamado Titán). Estos hermanos y hermanas se unieron entre sí para engendrar toda una serie de divinidades secundarias. Representan la primera generación divina y tuvieron que mantener una batalla cósmica contra los Olímpicos, los hijos del titán Cronos y la titánide Rea, en la lucha por el poder. A los hijos de Cronos les ayudaron los Hecatónquiros, a quienes liberaron de su cautiverio bajo la tierra, donde los había confinado Cronos. Los Olímpicos, en efecto, guiados por Zeus, declararon la guerra a la anterior generación de deidades, los Titanes.

Éstos fueron encabezados por Crono e incluían a Ceo, Crío, Hiperión, Jápeto, Atlas y Menecio. Los Olímpicos eran guiados por Zeus e incluían a Hestia, Hera, Deméter, Hades y Poseidón. Probablemente Estigia y sus hijos también lucharon en el bando de los Olímpicos.3 Además, los Hecatónquiros y los Cíclopes, que habían sido encarcelados por Crono, ayudaron a los Olímpicos. Se decía que los Hecatónquiros ayudaron a los Olímpicos arrojando enormes piedras a los Titanes, de cien en cien. Los Cíclopes ayudaron fabricando las famosas armas de Zeus, los rayos.

La batalla fue terrible; unos y otros exhibían el poder de sus brazos y de su fuerza. Todos los seres enfrentados destacaban por su poder y su fuerza; también los titanes y de aquí el adjetivo titánico. Era tal la virulencia del enfrentamiento que el mar resonaba terriblemente y la tierra retumbaba con gran estruendo; el cielo gemía estremecido y desde su raíz vibraba el Olimpo por el ímpetu de los inmortales. Hasta el Tártaro llegó la sacudida de las pisadas, así  como el sordo ruido de la indescriptible refriega y de los violentos golpes.

Así narra Hesíodo (Teogonía 687-726) el fin de la batalla y el confinamiento de los Titanes en el Tártaro:

Ya no contenía Zeus su furia, sino que ahora se inundaron al punto de cólera sus entrañas y exhibió toda su fuerza. Al mismo tiempo, desde el cielo y desde el Olimpo, lanzando sin cesar relámpagos, avanzaba sin detenerse; los rayos, junto con el trueno y el relámpago, volaban desde su poderosa mano, girando sin parar su sagrada llama. Por todos lados resonaba la tierra portadora de vida envuelta en llamas y crujió con gran estruendo, envuelto en fuego, el inmenso bosque. Hervía la tierra toda y las corrientes del Océano y el estéril ponto. Una ardiente humareda envolvió a los Titanes nacidos del suelo y una inmensa llamarada alcanzó la atmósfera divina. Y cegó sus dos ojos, aunque eran muy fuertes, el centelleante brillo del rayo y del relámpago. Un impresionante bochorno se apoderó del abismo y pareció verse ante los ojos y oírse con los oídos algo igual que cuando se acercaron Gea y el vasto Urano desde arriba. Pues tan gran estruendo se levantó cuando, tumbada ella, aquél se precipitó desde las alturas. ¡Tanto estruendo se produjo al chocar los dioses en combate! Al mismo tiempo, los vientos expandían con estrépito la conmoción, el polvo, el trueno, el relámpago y el llameante rayo, armas del poderoso Zeus, y llevaban el griterío y el clamor en medio de ambos. Un estrépito impresionante se levantó, de terrible contienda; y saltaba a la vista la violencia de las acciones. Declinó la batalla; pero antes, atacándose mutuamente, luchaban sin cesar a través de violentos combates. Entonces aquéllos, Coto, Briareo y Giges insaciable de lucha, en la vanguardia provocaron un violento combate.

Trescientas rocas lanzaban sin respiro con sus poderosas manos y cubrieron por completo con estos proyectiles a los Titanes. Los enviaron bajo la anchurosa tierra y los ataron entre inexorables cadenas después de vencerlos con sus brazos, aunque eran audaces, tan hondos bajo la tierra como lejos está el cielo de la tierra; esa distancia hay desde la tierra hasta el tenebroso Tártaro. Pues un yunque de bronce que bajara desde el cielo durante nueve noches con sus días, al décimo llegaría a la tierra; e igualmente un yunque de bronce que bajara desde la tierra durante nueve noches con sus días, al décimo llegaría al Tártaro.

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Nada que alegar

Como todos lo años me gusta hacer una valoración del examen de Griego II en las PAU. Como todos los cursos, he ido a ver la entrada de mis alumnas al examen, a ver sus caras durante el mismo y a charlar un poco con ellas al final.

Vaya por delante que no les ha salido muy bien, por lo poco que hemos comentado, y esta vez no podemos acusar al examen.

La opción B, la de la selección de las Helénicas de Jenofonte, ha sido muy asequible.

El texto propuesto para traducir ha sido el comienzo del párrafo 31 del capítulo 1 del libro II. Éste:

μετὰ δὲ ταῦτα Λύσανδρος ἁθροίσας τοὺς συμμάχους ἐκέλευσε βουλεύεσθαι περὶ τῶν αἰχμαλώτων. ἐνταῦθα δὴ κατηγορίαι ἐγίγνοντο πολλαὶ τῶν Ἀθηναίων.

Su traducción aproximada sería:

Tras esto Lisandro, habiendo reunido a los aliados, ordenó que deliberaran sobre los prisioneros de guerra. Entonces surgieron acusaciones numerosas contra los atenienses.

 Por poner un pero al examen, hubiera puesto una nota indicando que τῶν Ἀθηναίων es un genitivo objetivo que debe traducirse por “contra los atenienses” y no “de los atenienses”.

No es uno de los textos que yo había incluido en mi selección de párrafos susceptibles de salir, tal vez porque era demasiado breve (19 palabras, incluidas las partículas), pero es muy asequible.

Si algún alumno no ha sabido lo que era ἁθροίσας, ha sido su culpa. Hemos insistido todos los profesores, creo, en los participios de aoristo activos. Por lo menos yo he dicho que eran los más frecuentes en griego, junto con los de presente activos. ¡Cuántas veces he tenido que decir que no confundieran ese nominativo singular masculino con un acusativo plural!

Pero es que, además, el propio examen nos decía en su encabezamiento: Lisandro reúne a los aliados para deliberar sobre los prisioneros. Si unimos esta información con la pregunta 2b ¿Con qué palabra concierta ἁθροίσας? queda claro que con Lisandro (Λύσανδρος).

Observemos, además, que el título del texto nos da muchas pistas para la traducción.

La pregunta 2a nos pide el análisis de dos formas verbales muy unidas en el texto ya que ἐκέλευσε (3ª del singular del indicativo de aoristo activo de κελεύω), introduce una subordinada sustantiva de infinitivo en función de CD con el infinitivo de presente medio βουλεύεσθαι como núcleo verbal y el CD (τοὺς συμμάχους) del participio como sujeto.

Como he dicho, la pregunta 2b se puede responder con sólo leer el título que encabeza el texto, aunque me temo que es mucho pedir para los alumnos en ese momento.

La pregunta de etimología, también muy asequible. Pregunta dos derivados de περί y πολύς. Era fácil decir periscopio, periferia, peripecia, perímetro, peripatético, perífrasis; son para nota peritoneo, pericardio, pericarpio o periostio. Y también aportar policlínica, polisílabo, polifonía, polígono, poliedro, polisemia, politeísmo, Polinesia, etc.

La pregunta de cultura ha sido Misterios y oráculos: Eleusis y Delfos, que había salido ya 4 veces (junio 2007, septiembre 2007, junio 2008, septiembre 2011, siempre en la Opción A) y que yo no esperaba.

En ese sentido, la Opción A, que no voy a comentar in extenso, preguntaba La oratoria, que sólo había salido 1 vez (junio de 2010 Opción B).

En resumen, y como dice el título de nuestro artículo, nada que alegar al examen de Griego II, opción B, de las PAU.

La Opción A presentaba este texto del discurso Epitafio de Lisias:

παραταξάμενοι δ᾽ ἰδίᾳ δυνάμει τὴν ἐξ ἁπάσης Πελοποννήσου στρατιὰν ἐλθοῦσαν ἐνίκων μαχόμενοι, καὶ τῶν Ἡρακλέους παίδων τὰ μὲν σώματα εἰς ἄδειαν κατέστησαν.

Su traducción podría ser:

Colocándose en orden de batalla con sus propias fuerzas vencieron en combate (luchando) al ejército que había acudido de todo el Peloponeso, y pusieron en seguridad las vidas de los hijos de Heracles.

Es un texto un poco más complejo que el B. En morfología se pregunta por ἐλθοῦσαν (acusativo singular femenino del participio de aoristo activo de ἔρχομαι) y  κατέστησαν (3ª del plural del indicativo de aoristo 1º de καθίστημι).

La 2b pregunta por el valor de los participios del pasaje (παραταξάμενοι,  ἐλθοῦσαν y μαχόμενοι); de ellos dos concertados, apositivos, con un elíptico ο ᾿Αθηναῖοι, como nos informa el título del texto, y el otro apositivo del sustantivo στρατιὰν.

La pregunta 3 pregunta por derivados de δύναμις y παῖδες. Valen palabras como dinamita, dinámico, dinamo, aerodinámico, dinamismo; pederastia, pedófilo, pediatra, pedagogo.

La oratoria es el tema de cultura, que había salido una sola vez con anterioridad.

Volviendo a la opción B, que nosotros hemos preparado, insistimos en su sencillez, y reiteramos que, en esta ocasión y sobre el examen de Griego II de las PAU, no tenemos nada que alegar.

Sólo nos tememos, por los comentarios mantenidos con mis alumnas tras el control, que las notas no serán demasiado altas y eso nos duele; pero no será achacable al examen, sino al profesor y a algún despiste de las chicas. La tensión, el agobio, la concentración de exámenes, el repaso de tanta materia puede causar alguna flojedad en alguna asignatura en concreto y, esta vez, parece que será Griego.

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Continuamos con el breve análisis de la Égloga III de Garcilaso, que trata el mito de Apolo y Dafne.

Los siguientes tres versos que Apollo en la pintura parecía / que, porque’lla templasse el movimiento, / con menos ligereza la seguía; recogen el final del verso 510 y el 511 completo: moderatius, oro, / curre fugamque inhibe! moderatius insequar ipse = no corras tanto, yo te lo pido, y modera tu huida; también yo te seguiré más despacio. La diferencia estriba únicamente en que en Garcilaso se trata de una descripción, mientras en Ovidio es Apolo el que se dirige a Dafne en esos términos. Obsérvese además el rasgo de humorismo de Ovidio; Apolo pide a Dafne un respiro en la carrera y le dice que si ella corre más despacio, él lo hará también, pero manteniendo las posiciones. Templar el movimiento es el curre moderatius, menos ligereza equivale a moderatius, y el seguía a insequar.

Encontramos ecos del endecasílabo siguiente él va siguiendo, y ella huye en los versos 525 para la huida de la ninfa (y ella huye = Peneïa cursu fugit = la Penea huyó a la carrera) y 532 para la persecución del dios (él va siguiendo = admisso sequitur vestigia passu = sigue sus huellas en carrera desenfrenada) También el verso 502-503 fugit ocior aura illa levi = ella huye más veloz que la brisa ligera, puede ser la referencia que ha tomado Garcilaso para su y ella huye.

Pero ¿cuál es la causa de que Dafne rehúya a Apolo? La respuesta y la explicación las encontramos en el último endecasílabo de la octava: como / quien siente al pecho el odioso plomo. Recordemos que esta explicación aparece en Ovidio en la primera parte de su narración (471-472). El odioso plomo no es otra cosa que el habet sub harundine plumbum = tiene la caña guarnecida de plomo. Obsérvese además la colocación de sub harundine plumbum en posición final de verso y odioso plomo en posición final de estrofa.

Llegamos, finalmente, a la tercera octava, tercera de las tres partes en que hemos dividido el texto garcilasiano, división que sigue la que podemos encontrar en Ovidio, la fuente seguida por el poeta español. Está dedicada esta parte a la descripción de la metamorfosis de Dafne en laurel (recuérdese lo dicho respecto al significado en griego de la palabra Dafne, que no es otra cosa que el laurel).

Hay que notar a este respecto que en ningún momento Garcilaso menciona la palabra laurel y Ovidio sólo lo hace una vez, al final del relato (verso 565). Sin embargo, y pese a que Ovidio sólo menciona una vez la palabra laurea, debe recordarse que la finalidad que persigue todo el relato latino es justificar el adorno arbóreo del dios Apolo.

Garcilaso prescinde por completo de la súplica que, en el texto latino, la ninfa dirige a su padre, el dios – río Peneo (543-546) e inicia la tercera octava con las palabras mas a la fin, como queriendo indicar el próximo desenlace o conclusión del relato, es decir, la metamorfosis. El segundo hemistiquio de este primer endecasílabo y todo el segundo nos presentan la transformación en ramas de los brazos de la ninfa, que además crecen. Obsérvese el paralelismo: los braços le crecían = bracchia crescunt por una parte y por otra:

y en sendos ramos bueltos se mostravan = in ramos crescunt. Es decir, en este caso ocurre lo contrario de lo que antes hemos dicho con respecto a, por ejemplo, enclavó: Garcilaso amplía y no sintetiza el texto latino. Utiliza un verso y medio para expresar lo que Ovidio ha dicho en cuatro palabras.

Ya se habrá observado que Garcilaso no alude a la transformación de la anatomía de la ninfa en corteza, mutación que sí apuntará en el soneto XIII; también se ha podido constatar el cambio en el orden de los miembros transformados: Ovidio habla primero de los cabellos y después de los brazos y Garcilaso lo hace al contrario.

Los dos siguientes endecasílabos se refieren a la transformación del cabello en hojas. De nuevo aquí Garcilaso se muestra más expansivo que Ovidio. El poeta de Sulmona ha dicho sólo in frondem crines…crescunt (sus cabellos crecen – transformándose – en hojas). Garcilaso y los cabellos, que vencer solían / al oro fino, en hojas se tornavan introduce una oración de relativo que tiene como antecedente a cabellos para hacer uso de una convención típica del Renacimiento y del Barroco, sobre todo cuando se hace uso del tópico del carpe diem horaciano: los cabellos son, por supuesto, rubios y además superan incluso al oro. En seguida nos vienen a la memoria otras obras poéticas renacentistas o barrocas como el soneto XXIII del propio Garcilaso (y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió) o el soneto VIII de Góngora (mientras por competir con tu cabello oro bruñido al sol relumbra en vano) que utilizan el mismo recurso o convención. Sólo así se explica que Garcilaso dé color a los cabellos de Dafne, circunstancia sobre la cual nada dice Ovidio.

Otros dos endecasílabos (obsérvese como emplea dos versos para cada parte del cuerpo transformada) se dedican a la metamorfosis en raíces de sus pies, por supuesto blancos – otra convención -. Ovidio tampoco habla del color de los pies; utiliza, eso sí, un singular poético y en clara alusión al episodio de la huida dice de los pies modo tam velox. Aquí, de nuevo, el paralelismo es evidente:

pes = blancos pies; en torcidas rayces = pigris radicibus; en tierra se hincavan = haeret.

Vuelve a ser más extenso Garcilaso, dos versos, frente a uno de Ovidio, por lo que ya hemos dicho de dedicar dos versos a cada parte de la anatomía. Es curioso.

Si antes Garcilaso sintetizaba en un sólo verbo todo un verso latino, ahora debe desarrollar el haeret en en tierra se hincavan. La calificación de las raíces es también distinta: en Ovidio son pigris, esto es, literalmente perezosas, pesadas, inmóviles, aludiendo a la fijación al suelo que ha experimentado un hasta hace poco ser vivo; en Garcilaso se las califica como torcidas un adjetivo muy apropiado para las raíces

Véase, por otra parte, la colocación en final de verso de los imperfectos del texto garcilasiano en rima ABABAB.

Tampoco en Garcilaso hay alusión alguna a la transformación en copa de la cabeza de la ninfa: ora cacumen habet del verso 551

Estos son, pues, los términos de la transformación en una pequeña tabla comparativa de los dos autores:

PARTE DEL CUERPO

PARTE DEL ÁRBOL

OVIDIO

GARCILASO

OVIDIO

GARCILASO

mollia praecordia

————

tenui libro

————

crines

cabellos

in frondem

en hojas

bracchia

braços

in ramos

en sendos ramos

pes

blancos pies

pigris radicibus

en torcidas rayces

ora

————

cacumen

———–

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Más preguntas y respuestas con el griego como telón de fondo.

13. ¿Por qué la panacea lo cura todo?

14. ¿Por qué un mentor es como nuestro guía, consejero, educador y protector?

13. Panacea (Πανάκεια) es una diosa que simboliza la curación universal, gracias a las plantas. Pasa por ser una de las hijas de Asclepio y Lampetia, hija ésta de Helio (el Sol). Tiene dos hermanas, Yaso (la “curadora”) e Higía (la “salud”), y dos hermanos, Macaón y Podalirio, héroes que intervinieron en la guerra de Troya, donde actúan de médicos.

En el Juramento Hipocrático, una de las divinidades por las que se juraba era Panacea:

῎Ομνυμι ᾿Απλλωνα ητρν, κα ᾿Ασκληπιν, κα Υγεαν, κα Πανκειαν, κα θεος πντας τε κα πσας, στορας ποιεμενος, πιτελα ποισειν κατ δναμιν κα κρσιν μν ρκον τνδε κα ξυγγραφν τνδε·

Juro por Apolo médico, por Αsclepio, Higiea y Panacea, así como por todos los dioses y diosas, poniéndolos por testigos, dar cumplimiento en la medida de mis fuerzas y de acuerdo con mi criterio a este juramento y compromiso.

En la comedia aristofánica Pluto, Panacea sale dos veces, en los versos 702 y 730, en los que se narra lo ocurrido en la visita al santuario de Asclepio para curar de su ceguera a Pluto:

Οκ, λλ᾿ ᾿Ιασ μν τις κολουθοσ᾿ μα

πηρυθρασε χ Πανκει᾿ πεστρφη

τν ῥῖν᾿ πιλαβοσ᾿· ο λιβανωτν γρ βδω.

No, pero esa Yaso que le (a Asclepio) acompaña rugió un poco, y Panacea se dio la vuelta, echándose mano a la nariz; no tiro yo pedos de incienso.

Μετ τοτο τ Πλοτ ᾿τι παρεκαθζετο,

κα πρτα μν δ τς κεφαλς φψατο,

πειτα καθαρν μιτβιον λαβν

τὰ βλφαρα περιψησεν. ῾Η Πανάκεια δ

κατεπτας᾿ ατο τν κεφαλν φοινικδι

κα πν τ πρσωπον· εθ᾿ θες πππυσεν.

᾿Εξξάτην ον δο δράκοντ᾿ κ το νε

περφυε τ μγεθος.

Después se sentó al lado de Pluto y en primer lugar tocó su cabeza; luego cogió un paño limpio y le restregó los párpados. Panacea le echó un velo de púrpura sobre la cabeza y sobre el rostro entero; finalmente el dios silbó, y al punto un par de serpientes de tamaño extraordinario se lanzó hacia nosotros desde el templo.

Pausanias, en su Descripción de Grecia I, 34, 3, al hablar del altar del templo de Anfiarao en Oropo dice:

Τετρτη δ στι το βωμο μορα ᾿Αφροδτης κα Πανακεας, τι δ ᾿Ιασος κα Υγεας κα ᾿Αθηνς Παιωνας.

La cuarta parte del altar pertenece a Afrodita y Panacea, y también a Yaso, Higiea y Atenea Peonia.

Figuradamente, la panacea es el medicamento al que se atribuye eficacia para curar diversas enfermedades, y en general se aplica a un remedio o solución general para cualquier mal. La panacea universal es un mítico medicamento capaz de curar todas las enfermedades, o incluso de prolongar indefinidamente la vida. Fue buscada durante siglos, especialmente en la Edad Media. La etimología de la palabra panacea, como hemos dicho, es la palabra griega πανάκεια (diosa griega) que a su vez se transformó en panācea en latín y que significa ‘remedio universal’. La raíz es πᾶν (que significa todo) y el nombre ἄκος (que significa remedio).

14. Si buscamos mentor en el diccionario de la RAE, podemos leer:

mentor, ra. (Del gr. Μντωρ, Méntor, personaje de la Odisea, consejero de Telémaco).

1. m. y f. Consejero o guía.

En efecto, Mentor es hijo de un habitante de Ítaca llamado Álcimo. Fiel amigo de Ulises, éste le había confiado, al partir para Troya, la custodia de sus intereses. Por eso habla en su favor en la asamblea. La diosa Atenea adopta repetidas veces la figura de Mentor, viejo amigo de la casa, especialmente cuando acompaña a Telémaco y para ayudar a Ulises en la batalla contra los pretendientes.

Mentor aparece en la Odisea en el canto II (225, 243, 253, 268, 401); en este canto II, Atenea adopta el aspecto de Mentor en el verso 268 y con este aspecto acompaña a Telémaco a Pilos en la visita que el hijo de Ulises realiza al anciano Néstor para conocer el paradero de su padre. En el canto III (22, 240); en el IV (654, 655) donde Noemón se sorprende por haber visto a Mentor embarcándose con Telémaco y al mismo tiempo lo ha visto también en Ítaca; en el XVII (68), en el XXII (206, 208, 213, 235 y 249), donde Ulises reconoce en Mentor a Atenea y donde Mentor recibe las amenazas de los pretendientes y en el XXIV (446, 456, 503 y 548).

II, 225:

Cuando así hubo hablado, tomó asiento. Entonces levantóse Méntor, el amigo del preclaro Odiseo (éste, al embarcarse, le había encomendado su casa entera para que los suyos obedeciesen al anciano y él se lo guardara todo y lo mantuviese en Pie) y benévolo les arengó del siguiente modo:

II, 268:

Así dijo rogando. Acercósele Atenea, que había tomado el aspecto y la voz de Méntor, y le dijo estas aladas palabras:

En el inicio del canto III Atenea, con aspecto de Mentor, incita a Telémaco a dirigirse a hablar con Néstor:

– ¡Telémaco! Ya no te cumple mostrar vergüenza en cosa alguna, habiendo atravesado el ponto con el fin de saber noticias de tu padre: qué tierra lo tiene oculto y qué suerte le ha cabido. Ea, ve directamente a Néstor, domador de caballos, y sepamos qué guarda allá en su pecho. Ruégale tú mismo que sea veraz, y no mentirá, porque es muy sensato.

Repuso el prudente Telémaco:

– ¡Méntor! ¿Cómo quieres que yo me acerque a él, cómo puedo ir a saludarle? Aun no soy práctico en hablar con discreción y da vergüenza que un joven interrogue a un anciano.

Díjole Atenea, la deidad de ojos de lechuza:

– ¡Telémaco! Discurrirás en tu mente algunas cosas y un numen te sugerirá las restantes pues no creo que tu nacimiento y tu crianza se haya efectuado contra la voluntad de los dioses.

IV, 654:

Noemón, hijo de Fronio, le respondió de esta guisa:

– Se la di yo y de buen grado. ¿Qué hiciera cualquier pidiéndosela un varón tan ilustre y lleno de cuidados? Difícil hubiera sido negársela. Los mancebos que le acompañan son los que más sobresalen en el pueblo, entre nosotros, y como capitán vi embarcarse a Méntor o a un dios que en todo le era semejante. Mas de una cosa estoy asombrado: ayer, cuando alboreaba la aurora, vi aquí al divinal Méntor y entonces se embarcó para ir a Pilos.

XXII, 205 y siguientes:

Poco tardó en acercárseles Atenea, hija de Zeus, que había tomado el aspecto y la voz de Méntor. Odiseo se alegró de verla y le dijo estas palabras:

– ¡Méntor! Aparta de nosotros el infortunio y acuérdate del compañero amado que tanto bien solía hacerte; pues eres coetáneo mío.

Así habló, sin embargo de haber reconocido a Atenea, que enardece a los guerreros. Por su parte zaheríanla los pretendientes en la sala, comenzando por Agelao Damastórida, que le habló diciendo:

– ¡Méntor! No te persuada Odiseo con sus palabras a que le auxilies, luchando contra los pretendientes, pues me figuro que se llevará al cabo nuestro intento de la siguiente manera: así que los matemos a entrambos, al padre y al hijo, también tú perecerás por las cosas que quieres hacer en el palacio y que has de expiar con tu cabeza. Y cuando el bronce haya dado fin a vuestra violencia, juntaremos a los de Odiseo todos los bienes de que disfrutas dentro y fuera de la población, y no permitiremos ni que tus hijos e hijas habiten en tu palacio ni que tu casta esposa ande por la ciudad de Itaca.

Así dijo. Acrecentósele a Atenea el enojo que sentía en su corazón y abochornó a Odiseo con airadas voces:

– Ya no hay en ti, Odiseo, aquel vigor ni aquella fortaleza con que durante nueve años luchaste continuamente contra los teucros por Helena, la de níveos brazos, hija de nobles padres; y diste muerte a muchos varones en la terrible pelea; y por tu consejo fue tomada la ciudad de Príamo, la de anchas calles. ¿Cómo, pues, llegado a tu casa y a tus posesiones, no te atreves a ser esforzado contra los pretendientes? Mas, ea, ven acá, amigo, colócate junto a mí, contempla mi obra y sabrás cómo Méntor Alcímida se porta con tus enemigos para devolverte los favores que le hiciste.

La Wikipedia nos habla del término mentoría:

La mentoría es una relación de desarrollo personal en la cual una persona más experimentada o con mayor conocimiento ayuda a otra menos experimentada o con menor conocimiento. La persona que recibe la mentoría ha sido llamada tradicionalmente como protegido, discípulo o aprendiz.

Las raíces de la práctica de la mentoría pueden trazarse hasta la antigüedad. La propia palabra fue inspirada por el personaje de Mentor en la Odisea de Homero. A pesar de que el personaje de Mentor en la historia es un anciano aparentemente inefectivo, la diosa Atenea toma su apariencia para guiar al joven Telémaco en su tiempo de dificultad.

Existen sistemas de mentoría históricamente significativos, incluyendo la pederastia griega, el gurú, los ancianos, el discipulado practicado por el judaísmo rabínico y la iglesia cristiana, y el sistema de maestroaprendiz dentro de los gremios medievales.

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Finalizamos con este artículo el breve análisis que hemos realizado del discurso que el abad de Montecassino, Pietro Vittorelli, pronunció el pasado 12 de mayo en la abadía que preside, con motivo de la trigésima segunda edición del Certamen Ciceroniano de Arpinas.

Bello discurso el elaborado por Vittorelli. Una llamada al cultivo de la virtud, al disfrute de la paz, la tranquilidad, la concordia y la grandeza de ánimo. Destacable también la apelación, presente también en el discurso del año pasado, a vivir en la comunidad de los ciudadanos sirviendo al bien común y cooperando en el bien del género humano. Si el año pasado Vittorelli destacaba la virtud de la justicia (Nati estis praesertim ut communiter apti sitis ad eam illustrem notamque virtutem cui nomen iustitia, quae pacem osculans sine sine dubio congregationem et societatem hominum valde aedificat atque confirmat = Habéis nacido especialmente para estar adheridos en común a esa ilustre y destacada virtud cuyo nombre es la justicia, que besándose con la paz, sin duda edifica y confirma en gran manera la unión y sociedad de los hombres.), en éste ha hecho hincapié en la libertad y, para ello, ha echado mano, como he dicho en el anterior artículo, de un bello texto de Séneca.

El fragmento completo es:

Humilis res est stultitia, abiecta, sordida, servilis, multis adfectibus et saevissimis subiecta. Hos tam graves dominos, interdum alternis imperantes, interdum pariter, dimittit a te sapientia, quae sola libertas est. Una ad hanc fert via, et quidem recta; non aberrabis; vade certo gradu. Si vis omnia tibi subicere, te subice rationi; multos reges, si ratio te rexerit. Ab illa disces quid et quemadmodum adgredi debeas; non incides rebus.

Ismael Roca, en Gredos, traduce así:

Cosa rastrera es la necedad, despreciable, servil, sometida a muchas y muy violentas pasiones. A estos tan severos déspotas, que a veces mandan por turno, a veces a la par, los aleja de ti la sabiduría que constituye la única libertad. Único es el camino que a ella nos conduce, directamente por cierto; por él no te desviarás. Anda con paso firme. Si quieres someter a ti todas las cosas, sométete tú mismo a la razón. A muchos gobernarás, si la razón te gobernare a ti.

Precisamente de esta epístola 37 del libro I se sacó el lema de la universidad Jaume I de Castellón: Sapientia sola libertas est, un lema muy conseguido por cierto, y que figura en el Artículo 8, punto 3, de los Estatutos de la citada universidad.

Bellas también las palabras de Séneca en el De vita beata, XIII, 4-5, que recoge Vittorelli:

“Todo aquél que se acerca a la virtud, da pruebas de un carácter noble…; que la virtud vaya, pues, delante: siguiendo sus huellas, siempre estaremos en seguro…; en la virtud no hay que temer que haya exceso, porque en ella misma está la mesura”

De Cicerón, Vittorelli selecciona dos fragmentos de De re publica, además de un frase del De officiis.

El fragmento más largo (De re publica I, 34) contiene una dura crítica a los ricos, cuando pretenden ser gobernantes:

Pues las riquezas, el nombre, el poder, desprovistos de la sabiduría y de un subido temple para conducirse y para mandar a los otros, no son más que deshonor y fastuosa insolencia; y no hay ciudad alguna cuyo aspecto más repugne que aquella en que los ricos son considerados como mejores.

Es decir, según Cicerón, no basta naturalmente atribuirse uno con estúpida jactancia las condiciones o cualidades precisas para gobernar. De nada sirve alardear de esa superioridad y primacía que habilitan para las funciones de gobierno si efectiva y realmente no se poseen (nomen illi principes optimatium mordicus tenent, re autem carent). Precisa un reconocimiento de esas virtudes, refrendado por una extensa adhesión.

El segundo fragmento, que Vittorelli presenta incompleto, es éste:

Itaque nulla alia in civitate, nisi in qua populi potestas summa est, ullum domicilium libertas habet, qua quidem certe nihil potest esse dulcius, et quae, si aequa non est, ne libertas quidem est.

Ninguna sociedad más que aquella en que el pueblo ejerce el poder soberano es verdaderamente el asilo de la libertad, y ciertamente nada puede haber más dulce que ella, y que si no es igual para todos no es ciertamente libertad.

Bello elogio de la libertad, de la comunidad política y de la virtud el redactado por el abad de Montecassino, con el que coincido plenamente, y no puedo menos que cerrar este artículo repitiendo estas palabras acertadas de Vittorelli, que hago también mías, y que están presentes, creo, en la Constitución “Gaudium et spes” 31 del Concilio Vaticano II:

Iuvenes carissimi, ad veram libertatem non solum sequendam sed etiam servandam nihil est magis idoneum communitate politica quae communi utilitate inserviat.

Queridísimos jóvenes, nada es más idóneo no sólo para seguir, sino también para conservar la verdadera libertad que la comunidad política que esté al servicio del bien común.

Dice el concilio, al hablar de la libertad:

E contra roboratur, cum homo inevitabiles vitae socialis necessitates accipit, multiformes exigentias humanae coniunctionis assumit atque humanae communitatis servitio se obstringit.

Por el contrario, (la libertad) se vigoriza cuando el hombre acepta las inevitables obligaciones de la vida social, toma sobre sí las multiformes exigencias de la convivencia humana y se obliga al servicio de la comunidad en que vive.

En el punto 17 la Gaudium et spes habla de la grandeza de la libertad. Me ha parecido oportuno traerlas aquí, para completar el discurso de Vittorelli, que, en su condición de hombre de iglesia, creo que aprobaría:

17. De praestantia libertatis.

At nonnisi libere homo ad bonum se convertere potest, quam libertatem coaevi nostri magni faciunt ardenterque prosequuntur: et recte sane. Saepe tamen eam pravo modo fovent, tamquam licentiam quidquid faciendi dummodo delectet, etiam malum. Vera autem libertas eximium est divinae imaginis in homine signum. Voluit enim Deus hominem relinquere in manu consilii sui, ita ut Creatorem suum sponte quaerat et libere ad plenam et beatam perfectionem ei inhaerendo perveniat. Dignitas igitur hominis requirit ut secundum consciam et liberam electionem agat, personaliter scilicet ab intra motus et inductus, et non sub caeco impulsu interno vel sub mera externa coactione. Talem vero dignitatem obtinet homo cum, sese ab omni passionum captivitate liberans, finem suum in boni libera electione persequitur et apta subsidia efficaciter ac sollerti industria sibi procurat. Quam ordinationem ad Deum libertas hominis, a peccato vulnerata, nonnisi gratia Dei adiuvante, plene actuosam efficere potest. Unicuique autem ante tribunal Dei propriae vitae ratio reddenda erit, prout ipse sive bonum sive malum gesserit.

Grandeza de la libertad

17. La orientación del hombre hacia el bien sólo se logra con el uso de la libertad, la cual posee un valor que nuestros contemporáneos ensalzan con entusiasmo. Y con toda razón. Con frecuencia, sin embargo, la fomentan de forma depravada, como si fuera pura licencia para hacer cualquier cosa, con tal que deleite, aunque sea mala. La verdadera libertad es signo eminente de la imagen divina en el hombre. Dios ha querido dejar al hombre en manos de su propia decisión para que así busque espontáneamente a su Creador y, adhiriéndose libremente a éste, alcance la plena y bienaventurada perfección. La dignidad humana requiere, por tanto, que el hombre actúe según su conciencia y libre elección, es decir, movido e inducido por convicción interna personal y no bajo la presión de un ciego impulso interior o de la mera coacción externa. El hombre logra esta dignidad cuando, liberado totalmente de la cautividad de las pasiones, tiende a su fin con la libre elección del bien y se procura medios adecuados para ello con eficacia y esfuerzo crecientes. La libertad humana, herida por el pecado, para dar la máxima eficacia a esta ordenación a Dios, ha de apoyarse necesariamente en la gracia de Dios. Cada cual tendrá que dar cuanta de su vida ante el tribunal de Dios según la conducta buena o mala que haya observado.

 

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