Milano negro (Milvus migrans)
Nuestro anterior capítulo de esta serie sobre animales mitológicos en el museo de Ciencias Naturales del IES Ribalta de Castellón nos llevó al milano y a la figura de Dedalión.
Plinio, Naturalis Historia X, 12, 28 habla de los milanos:
Milui ex eodem accipitrum genere magnitudine differunt. Notatum in his, rapacissimam et famelicam semper alitem nihil esculenti rapere umquam e funerum ferculis nec Olympiae ex ara ac ne ferentium quidem manibus nisi lugubri municipiorum inmolantium ostento. Iidem videntur artem gubernandi docuisse caudae flexibus, in caelo monstrante natura quod opus esset in profundo. Milui et ipsi hibernis mensibus latent, non tamen ante hirundinem abeuntes. Traduntur autem et a solstitiis adfici podagra.
Los milanos, pertenecientes a este mismo grupo de los halcones, se diferencian por su tamaño. En esta clase de aves se ha observado que, siendo muy rapaces y estando siempre hambrientas, no roban jamás ningún manjar de las bandejas de los banquetes fúnebres ni del altar de Olimpia, ni siquiera de las manos de los que llevan las ofrendas, a nos ser en caso de presagio siniestro para las ciudades que ofrecen el sacrificio. Estas mismas aves, según parece, enseñaron con los movimientos de su cola el arte de la navegación a timón al mostrar la naturaleza en el cielo lo que había que hacer en el mar. Los milanos también se ocultan en los meses de invierno, pero no se van antes que las golondrinas. Además, dicen que desde el solsticio sufren gota.
La traducción se ha sacado de la edición en Cátedra a cargo de Josefa Cantó, Isabel Gómez Santamaría, Susana González Martín y Eusebia Tarriño.
Ovidio, Metamorfosis XI, 291-346, narra el mito con detalle:
Forsitan hanc volucrem, rapto quae vivit et omnes
terret aves, semper pennas habuisse putetis
vir fuit (et tanta est animi constantia) tantum
acer erat belloque ferox ad vimque paratus)
nomine Daedalion; illo genitore creatus,
qui vocat Auroram caeloque novissimus exit,
(culta mihi pax est), pacis mihi cura tenendae
coniugiique fuit, fratri fera bella placebant;
illius virtus reges gentesque subegit,
quae nunc Thisbaeas agitat mutata columbas.
«Quizás que ese pájaro que del robo vive y a todas las aves aterra siempre alas ha tenido creáis un hombre fue y -tanta es del ánimo la constancia- ya entonces agrio era y en la guerra feroz y a la fuerza presto, por nombre Dedalión, de ese padre engendrado que llama a la Aurora y del cielo el más reciente sale. Honrada por mí la paz ha sido, el de mantener esa paz -y el de mi matrimonio- mi cuidado ha sido. A mi hermano las fieras guerras complacían la virtud suya a reyes y a pueblos sometió, la cual ahora, mutada, hostiga de Tisbe a las palomas.
Nata erat huic Chione, quae dotatissima forma
mille procos habuit bis septem nubilis annis.
Forte revertentes Phoebus Maiaque creatus,
ille suis Delphis, hic vertice Cylleneo,
videre hanc pariter, pariter traxere colorem.
Spem Veneris differt in tempora noctis Apollo;
non fert ille moras virgaque movente soporem
virginis os tangit: tactu iacet illa potenti
vimque dei patitur; nox caelum sparserat astris
Phoebus anum simulat praereptaque gaudia sumit.
Nacida le fue a él Quíone, quien dotadísima de hermosura, mil pretendientes hubo, núbil a sus catorce años. Por acaso, al regresar Febo y el hijo de Maia, aquél de su Delfos, éste de la cima de Cilene, la vieron a ella a la par, a la par contrajeron por ella un ardor. La esperanza de su Venus difiere a los tiempos de la noche Apolo. No soporta aquél las demoras y con su vara, que mueve al sopor, de la doncella el rostro toca a su tacto cae ella poderoso, y la fuerza del dios padece. La noche había asperjado el cielo de astros. Febo a una anciana simula y, previamente a él robados, sus gozos toma.
Milano real (Milvus milvus)
Foto de aquí
Ut sua maturus conplevit tempora venter,
alipedis de stirpe dei versuta propago
nascitur Autolycus, furtum ingeniosus ad omne,
candida de nigris et de candentibus atra
qui facere adsuerat, patriae non degener artis;
nascitur e Phoebo (namque est enixa gemellos)
carmine vocali clarus citharaque Philammon.
Quid peperisse duos et dis placuisse duobus
et forti genitore et progenitore nitenti
esse satam prodest? An obest quoque gloria multis?
Obfuit huic certe! Quae se praeferre Dianae
sustinuit faciemque deae culpavit. At illi
ira ferox mota est «factis» que «placebimus» inquit.
Cuando maduro completó sus tiempos su vientre, de la estirpe del dios de los alados pies un astuto vástago nace, Autólico, ingenioso para hurto todo blanco de lo negro, y de lo blanco negro quien a hacer acostumbrara, no desmerecedor de su paterno arte. Nace de Febo -pues dio a luz gemelos- por su canción vocal y por su cítara brillante Filamon. ¿De qué haber parido a dos, y dioses haber complacido a dos, y de un fuerte padre y del Tonante por antepasado haber sido engendrada sirve? ¿Acaso no perjudica incluso su gloria a muchos? Le perjudicó a ella ciertamente, la cual de anteponerse a Diana tuvo el valor y la belleza de la diosa incriminó, mas en ella una ira movida fue y «Con nuestros hechos», dice, «le agradaremos»
La muerte de Quíone, dibujo de 18 x 31 cm, de 1623, obra de Nicolás Poussin. Royal Library. Windsor Castle
Nec mora, curvavit cornu nervoque sagittam
inpulit et meritam traiecit harundine linguam.
Lingua tacet, nec vox temptataque verba sequuntur,
conantemque loqui cum sanguine vita reliquit.
Quam miser amplexans ego tum patriumque dolorem
corde tuli fratrique pio solacia dixi,
Quae pater haud aliter quam cautes murmura ponti
accipit et natam delamentatur ademptam;
ut vero ardentem vidit, quater impetus illi
in medios fuit ire rogos, quater inde repulsus
concita membra fugae mandat similisque iuvenco
spicula crabronum pressa cervice gerenti,
qua via nulla, ruit. Iam tum mihi currere visus
plus homine est, alasque pedes sumpsisse putares.
Y sin demora curvó el cuerno y desde le nervio una saeta impulsó y, de ello merecedora, le atravesó con su caña la lengua. Su lengua calla, y ni su voz ni las pretendidas palabras le obedecen, y al intentar hablar con su sangre su vida la abandona. A la cual, desgraciado, abrazándola yo, entonces de un padre el dolor en mi corazón sufrí, y a mi hermano piadoso consuelos dije. Los cuales ese padre no de otra forma que los arrecifes los murmullos del ponto recibe, y a su hija lamenta sin cesar, arrebatada. Pero cuando arder la vio, cuatro veces el impulso de él fue ir a la mitad de esos fuegos, cuatro veces de ahí rechazado su excitado cuerpo a la huida encomienda y, semejante al novillo que unos aguijones de abejorro en su oprimida cerviz lleva, por donde camino ninguno hay se lanza. Ya entonces a mí correr me pareció más que un hombre, y que alas sus pies habían tomado creerías.
Hermes y Quíone
Effugit ergo omnes veloxque cupidine leti
vertice Parnasi potitur; miseratus Apollo,
cum se Daedalion saxo misisset ab alto,
fecit avem et subitis pendentem sustulit alis
oraque adunca dedit, curvos dedit unguibus hamos,
virtutem antiquam, maiores corpore vires.
Et nunc accipiter, nulli satis aequus, in omnes
saevit aves aliisque dolens fit causa dolendi.’
Escapó, así pues, de todos y veloz por su deseo de muerte de la cima del Parnaso se apodera. Conmiserado Apolo, como Dedalión a sí mismo se hubiera lanzado desde esa alta roca, lo hizo ave y súbitas con unas alas al que caía sostiene, y una boca corva le dio, curvados le dio por uñas unos ganchos, su virtud la antigua, mayores que su cuerpo sus fuerzas, y ahora, el azor, para nadie lo bastante bueno, contra todas las aves se ensaña y por dolerse de otros se hace él causa de dolor.
La traducción es de Ana Pérez Vega.
Milano negro (Milvus migrans). Photographed by Benjamint444