Ventris miraba a Homer Greek con los ojos como platos y la boca entreabierta.
– Vamos a ver si lo entiendo. ¿Usted era el custodio de la estela robada en el Museo del Ágora de Atenas hace más de 100 años?
– En efecto.
– Y ¿dónde la tenía?
– En mi casa de Hierápolis
– ¿Y cómo es que la estela ha aparecido en una excavación de Paleópolis? La única posibilidad es que Usted la colocara allí, ¿no?
– Así es
– Porque, ¿no es una falsa, es decir, una copia?
– No, es la original
– Pero, ¿Por qué puso Usted la estela en la excavación? ¿Cómo, cuándo?
– Mi intención es que ocurriera lo que ha ocurrido. Quería demostrar el inmenso error de haber eliminado la enseñanza del griego en nuestra patria.
Homer Greek hablaba con tono dolido. Prosiguió
– Necesitaba un golpe de efecto, algo que mostrara ese profundo error. Tenía en casa una estela escrita en griego, robada hace más de 100 años en extrañas circunstancias, que llegó a mi poder en una cadena de profesores de griego que la custodiaron. Sabía de la falta de preparación en griego de los arqueólogos actuales y de la excavación de Paleópolis. Todos los datos ofrecen sólo un camino: esconder la estela en la excavación, que los arqueólogos la descubran y la analicen, que se vean impotentes para traducirla y que el Ministerio de Cultura e Instrucción Pública deba buscar a alguien que pueda hacerlo.
Es rocambolesco que recurrieran a la policía para ello. Que el Estado se vea incapaz, por su desidia, sus desatinos y su equivocada política educativa, de ofrecer a la opinión pública el descubrimiento de un nuevo hallazgo arqueológico por la imposibilidad de traducirlo es patético. Que Ustedes estén a la espera de que sea localizado el último helenista de este país, un anciano de 80 años para que les ayude con la estela es penoso, triste y lamentable.
– Tiene Usted toda la razón y me hago cargo de su idea y de su intención.
– Yo le voy a ayudar, señor Ventris, pero quiero que, en la presentación del hallazgo, en el que se darán los detalles de la estela, Usted haga una declaración censurando la eliminación del griego de los estudios y reclamando, en pro de la educación integral de nuestros jóvenes, su reinstauración en el sistema educativo.
– No le quepa la menor duda que así será. Yo mismo lamento profundamente no haber podido estudiar la lengua de Homero en mi formación como arqueólogo, como tampoco en mi instrucción secundaria. Soy consciente de lo que eso supone para un arqueólogo. Aunque, por suerte, tenemos acceso digital a todas las inscripciones antiguas del mundo, puede ocurrir que un día hallemos un texto en griego, que no haya puesto allí nadie, como Usted ha hecho en esta ocasión. Tal vez entonces no haya a quien recurrir para su traducción.
– Me alegra oírle, señor Ventris. ¿Vamos con la estela?
– Adelante
Se inclinaron sobre una fotografía ampliada.
ΕΠΙΦΡΥΝΙΧΟΥΑΡΧΟΝΤΟΣΕΠΙΤHΣΛΕΩΝΤIΔΟΣEΝAΤΗΣΠΡΥΤΑΝΕIΑΣHΙΧΑΙΡE
ΣΤΡΑΤΟΣAΜΕΙΝIΟΥAΧΑΡΝΕYΣEΓΡΑΜΜAΤΕΥΕΝΤΩΝΠΡΟΕΔΡΩΝΕΠΕΨΗΦΙΖΕ
ΝΜΕΝΕΣΤΡΑΤΟΣΑΙΞΩΝΕΥΣΕΥΚΡΑΤΗΣΑΡΙΣΤΟΤΙΜΟΥΠΕΙΡΑΙΕΥΣΕΙΠΕΝΑΓΑΘ
ΗΙΤΥΧΗΙΤΟΥΔΗΜΟΥΤΟΥΑΘΗΝΑΙΩΝΔΕΔΟΧΘΑΙΤΟΙΣΝΟΜΟΘΕΤΑΙΣΕΑΝΤΙΣΕ
ΠΑΝΑΣΤΗΙΤΩΙΔΗΜΩΙΕΠΙΤΥΡΑΝΝΙΔΙΗΤΗΝΤΥΡΑΝΝΙΔΑΣΥΝΚΑΤΑΣΤΗΣΗΙΗΤ
ΟΝΔΗΜΟΝΤΟΝΑΘΗΝΑΙΩΝΗΤΗΝΔΗΜΟΚΡΑΤΙΑΝΤΗΝΑΘΗΝΗΣΙΝΚΑΤΑΛΥΣ
ΗΙΟΣΑΝΤΟΝΤΟΥΤΩΝΤΙΠΟΙΗΣΑΝΤΑΑΠΟΚΤΕΙΝΗΙΟΣΙΟΣΕΣΤΩΜΗΕΞΕΙΝΑΙΔΕ
ΤΩΝΒΟΥΛΕΥΤΩΝΤΩΝΤΗΣΒΟΥΛΗΣΤΗΣΕΞἈΡΕΙΟΥΠΑΓΟΥΚΑΤΑΛΕΛΥΜΕΝΟΥ
ΤΟΥΔΗΜΟΥΗΤΗΣΔΗΜΟΚΡΑΤΙΑΣΤΗΣΑΘΗΝΗΣΙΝΑΝΙΕΝΑΙΕΙΣΑΡΕΙΟΝΠΑΓΟ
ΝΜΗΔΕΣΥΝΚΑΘΙΖΕΙΝΕΝΤΩΙΣΥΝΕΔΡΙΩΙΜΗΔΕΒΟΥΛΕΥΕΙΝΜΗΔΕΠΕΡΙΕΝΟΣΕ
ΑΝΔΕΤΙΣΤΟΥΔΗΜΟΥΗΤΗΣΔΗΜΟΚΡΑΤΙΑΣΚΑΤΑΛΕΛΥΜΕΝΩΝΤΩΝΑΘΗΝΗΣΙ
ΝΑΝΙΗΙΤΩΝΒΟΥΛΕΥΤΩΝΤΩΝΕΞΑΡΕΙΟΥΠΑΓΟΥΕΙΣΑΡΕΙΟΝΠΑΓΟΝΗΣΥΝΚΑΘ
ΙΖΗΙΕΝΤΩΙΣΥΝΕΔΡΙΩΙΗΒΟΛΕΥΗΙΠΕΡΙΤΙΝΟΣΑΤΙΜΟΣΕΣΤΩΚΑΙΑΥΤΟΣΚΑΙΓΕΝ
ΟΣΤΟΕΞΕΚΕΙΝΟΥΚΑΙΗΟΥΣΙΑΔΗΜΟΣΙΑΕΣΤΩΑΥΤΟΥΚΑΙΤΗΣΘΕΟΥΤΟΕΠΙΔΕΚ
ΑΤΟΝΑΝΑΓΡΑΨΑΙΔΑΤΟΝΔΕΤΟΝΝΟΜΟΝΕΝΣΤΗΛΑΙΣΛΙΘΙΝΑΙΣΔΥΟΙΝΤΟΝΓ
ΡΑΜΜΑΤΕΑΤΗΣΒΟΥΛΗΣΚΑΙΣΤΗΣΑΙΤΗΝΜΕΝΕΠΙΤΗΣΕΙΣΟΔΟΥΤΗΣΕΙΣΑΡΕΙΟ
ΝΠΑΓΟΝΤΗΣΕΙΣΤΟΒΟΥΛΕΥΤΗΡΙΟΝΕΙΣΙΟΝΤΙΤΗΝΔΕΕΝΤΗΙΕΚΚΛΗΣΙΑΙΕΙΣΔΕ
ΤΗΝΑΝΑΓΡΑΦΗΝΤΩΝΣΤΗΛΩΝΤΟΝΤΑΜΙΑΝΔΟΥΝΑΙΤΟΥΔΗΜΟΥΔΔΔΡΑΧΜΑ
ΣΕΚΤΩΝΚΑΤΑΨΗΦΙΣΜΑΤΑΑΝΑΛΙΣΚΟΜΕΝΩΝΤΩΙΔΗΜΩΙ
– Vamos primero a ver el texto en minúsculas, con acentos, espíritus y separación de palabras.
Greek sacó una hoja de su maletín y la puso junto al texto de la estela
ἐπὶ Φρυνίχου ἄρχοντος ἐπὶ τῆς Λεωντίδος ἐνάτης πρυτανείας ἧι Χαιρέστρατος Ἀμεινίου Ἀχαρνεὺς ἐγραμμάτευεν· τῶν προέδρων ἐπεψήφιζεν Μενέστρατος Αἰξωνεύς· Εὐκράτης Ἀριστοτίμου Πειραιεὺς εἶπεν· ἀγαθῆι τύχηι τοῦ δήμου τοῦ Ἀθηναίων, δεδόχθαι τοῖς νομοθέταις· ἐάν τις ἐπαναστῆι τῶι δήμωι ἐπὶ τυραννίδι ἢ τὴν τυραννίδα συνκαταστήσηι ἢ τὸν δῆμον τὸν Ἀθηναίων ἢ τὴν δημοκρατίαν τὴν Ἀθήνησιν καταλύσηι, ὃς ἂν τὸν τούτων τι ποιήσαντα ἀποκτείνηι ὅσιος ἔστω· μὴ ἐξεῖναι δὲ τῶν βουλευτῶν τῶν τῆς βουλῆς τῆς ἐξ Ἀρείου Πάγου καταλελυ<μ>ένου τοῦ δήμου ἢ τῆς δημοκρατίας τῆς Ἀθήνησιν ἀνιέναι εἰς Ἄρειον Πάγον μηδὲ συνκαθίζειν ἐν τῶι συνεδρίωι μηδὲ βουλεύειν μηδὲ περὶ ἑνός· ἐὰν δέ τις τοῦ δήμου ἢ τῆς δημοκρατίας καταλελυμένων τῶν Ἀθήνησιν ἀνίηι τῶν βουλευτῶν τῶν ἐξ Ἀρείου Πάγου εἰς Ἄρειον Πάγον ἢ συνκαθίζηι ἐν τῶι συνεδρίωι ἢ βολεύηι περί τινος ἄτιμος ἔστω καὶ αὐτὸς καὶ γένος τὸ ἐξ ἐκείνου, καὶ ἡ οὐσία δημοσία ἔστω αὐτοῦ καὶ τῆς θεοῦ τὸ ἐπιδέκατον· ἀναγράψαι δὲ τόνδε τὸν νόμον ἐν στήλαις λιθίναις δυοῖν τὸν γραμματέα τῆς βουλῆς καὶ στῆσαι τὴν μὲν ἐπὶ τῆς εἰσόδου τῆς εἰς Ἄρειον Πάγον τῆς εἰς τὸ βουλευτήριον εἰσιόντι, τὴν δὲ ἐν τῆι ἐκκλησίαι· εἰς δὲ τὴν ἀναγραφὴν τῶν στηλῶν τὸν ταμίαν δοῦναι τοῦ δήμου ΔΔ δραχμὰς ἐκ τῶν κατὰ ψηφίσματα ἀναλισκομένων τῶι δήμωι.
– Este texto cabe explicarlo así: Demofante propuso en el 410 a. C., y fue aprobada, una ley de alta traición para todo el que aceptara cargos en un gobierno ilegal, obligando a jurar a los ciudadanos de este modo:
«κτενῶ καὶ λόγῳ καὶ ἔργῳ καὶ ψήφῳ καὶ τῇ ἐμαυτοῦ χειρί, ἂν δυνατὸς ὦ, ὃς ἂν καταλύσῃ τὴν δημοκρατίαν τὴν ᾿Αθήνησι. καὶ ἐάν τις ἄρξῃ τιν᾿ ἀρχὴν καταλελυμένης τῆς δημοκρατίας τὸ λοιπόν, καὶ ἐάν τις τυραννεῖν ἐπαναστῇ ἢ τὸν τύραννον συγκαταστήσῃ.
“ Yo mataré de palabra y de hecho, por votación y por mis propias manos, si me es posible, a todo aquel que derroque la democracia en Atenas, a todo aquel que desempeñe cualquier función después de haber sido derrocada la democracia, y a todo aquel que intentare ser tirano o que ayudare a un tirano”.
Casi setenta y cinco años después del decreto de Demofante contra la tiranía, los atenienses pensaron que era necesario tomar otra resolución que estaba ideada para proteger a la ciudad. La razón esta vez fue el avance de los macedonios después de la derrota de los atenienses en la batalla de Queronea en el 338 a. C. Miembros del Areópago parece que había adquirido inclinaciones promacedonias y, por eso, las cláusulas del decreto castigan a los miembros del Areópago que colaboren con un régimen tiránico o ejerzan sus deberes cuando tal régimen sea establecido.
– Bien, la traducción del decreto del 336 a. C. contra la tiranía es ésta:
Siendo Frínico arconte, ostentando la tribu Leóntida la novena pritanía en la que Queréstrato, el hijo de Aminias, el acarniense, era secretario, Menéstrato el axioneo, de los presidentes, ha sometido a voto este decreto; Éucrates, hijo de Aristótimo, del demo del Pireo, propuso:
Buena fortuna para el pueblo de Atenas; los legisladores (nomothetai) han decidido: si alguien se revuelve contra el pueblo hacía la tiranía o colabora en la instauración de la tiranía o abole la democracia ateniense o priva al pueblo ateniense de su constitución, cualquiera que mate a quien alguna de estas acciones realice quede sin mancha; que no se permita a los miembros del consejo del Areópago, cuando se haya abolido la constitución del pueblo y la democracia, acudir al Areópago ni sentarse juntos en sesión ni tomar ninguna decisión sobre ningún asunto; si algún miembro del consejo del Areópago, habiendo sido abolidas la democracia y la constitución del pueblo, acude al Areópago o se reúne en sesión o toma alguna decisión sobre alguna cuestión, sea privado de sus derechos civiles, él mismo y su descendencia, y sea su hacienda confiscada y la décima parte consagrada a la diosa; y que el secretario del consejo inscriba esta ley en dos estelas de piedra y las coloque, una en la entrada del Areópago, la que da al edificio del consejo (buleuterio) y la otra en la asamblea; y el tesorero dará 20 dracmas del pueblo para la inscripción de las estelas procedentes de los fondos reservados por el pueblo para los decretos.
– Vaya, por fin lo tenemos. Muchas gracias, señor Greek.
– Ha sido un placer y he cumplido mi misión. Ahora le toca a Usted hacer lo que he dicho.
– Descuide.
– Bueno, debo marcharme.
– ¿Por qué tanta prisa?
– Tengo que hacer unas gestiones en Hierápolis.
– ¿Vendrá a la rueda de prensa de presentación del hallazgo de la estela?
– No lo sé, pero confío en que no dirá nada de la historia de la estela, al menos de su paso por las manos de tres helenistas, que sepamos.
– Se lo aseguro.
– Bueno, hasta luego.
– Manténgase en contacto conmigo, señor Greek.
– Bien, de aquí unos días, cuando todo haya acabado.
– De acuerdo