Seguimos con nuestro repaso al libretto de la cantata Le nozze de Teti, e di Peleo, de Rossini y nuestro comentario al mismo, siempre que haya alusiones mitológicas.
2. Recitativo después del coro:
Oh come lento
giunge un momento felice ai voti miei,
tanto avari per me Voi siete oh Dei!
Teti non veggo…
mille larve intorno mi presenta la speme!
ingrato ai Numi una voce m’accusa…
e il mio destino
tra i palpiti avvelena un ben vicino.
Oh, cuán lentamente
se acerca el momento
que cumplirá mis deseos,
¡qué avaros sois conmigo, oh dioses!
No veo a Tetis…
¡Mil espectros alrededor me hace ver la esperanza!
Una voz me acusa de ingratitud a los dioses…
y mi destino
entre mis pálpitos envenena una alegría inminente.
La cavatina siguiente se inicia con un bello solo de flauta, a la que acompañan cuerdas y trompas. Sigue un primer pasaje lírico a cargo del tenor (Peleo), con un destacado agudo sobre la palabra ha. La flauta sigue con sus florituras durante la intervención del cantante.
La música adopta un carácter más bravo a partir de Ovunque volgomi. Nuevo agudo en trionfar.
3. Cavatina (Peleo)
Giusto cielo, i voti miei
tu pietoso intendi, accetta,
tu l’istante, e il nodo affretta
che ha sugli astri ordito Amor.
Ovunque volgomi
la bella Tetide
fra i dolci palpiti
mi pinge Amor.
Se fu premio al mio valore
Numi eterni un sì bel nodo,
benchè Dio di pace, Amore
mi fia sprone a trionfar.
Ovunque volgomi, etc.
Justo cielo, mis plegarias
escucha y acepta, tú, piadoso,
acelera el momento y la unión
que sobre los astros ha urdido Amor.
Adonde me vuelvo
a la bella Tetis
entre dulces pálpitos
me muestra Amor..
Si fue premio a mi valor,
dioses eternos, tan bella unión,
aunque sea un dios de paz, que Amor
me impulse a triunfar.
Adonde me vuelvo, etc.
Coro:
Già viene, il Zeffiro
Già piega i fior.
Ya llega, el Céfiro
ya mueve las flores.
El Céfiro está presente en infinidad de textos de obras musicales. Es el dios del viento del oeste (el favonio latino), el más suave de todos, viento fructificador y mensajero de la primavera. A nuestra mente vienen obras como el aria de Susanna y la condesa “Che soave Zeffiretto”, de Las bodas de Fígaro de Mozart, o el Zefiro torna e’ l ben tempo rimena, la ciaccona de Monteverdi, sobre texto de Petrarca:
Zefiro torna, e ‘l bel tempo rimena,
e i fiori e l’erbe, sua dolce famiglia,
et garrir Progne et pianger Filomena,
e primavera candida e vermiglia.
Ridono i prati, e ‘l ciel si rasserena;
Giove s’allegra di mirar sua figlia;
l’aria e l’acqua e la terra è d’amor piena;
ogni animal d’amar si riconsiglia.
Ma per me, lasso, tornano i più gravi
sospiri, che del cor profondo tragge
quella ch’al ciel se ne portò le chiavi;
e cantar augelletti, e fiorir piagge,
e ‘n belle donne oneste atti soavi
sono un deserto, e fere aspre e selvagge.
a la que también puso música Luca Marenzio, en un madrigal a cuatro voces.
Monteverdi utilizó para uno de sus Scherzi musicali de 1607 un texto de Ottavio Rinuccini, donde, casualmente, también aparece Tetis:
Zefiro torna e di soavi accenti
l’aer fa grato e’il pié discioglie a l’onde
e, mormorando tra le verdi fronde,
fa danzar al bel suon su’l prato i fiori.
Inghirlandato il crin Fillide e Clori
note temprando lor care e gioconde;
e da monti e da valli ime e profonde
raddoppian l’armonia gli antri canori.
Sorge più vaga in ciel l’aurora, e’l sole,
sparge più luci d’or; più puro argento
fregia di Teti il bel ceruleo manto.
Sol io, per selve abbandonate e sole,
l’ardor di due begli occhi e’l mio tormento,
come vuol mia ventura, hor piango hor canto.
Hecho este paréntesis, seguimos con el libretto de Ricci.
Peleo:
Ah m’udiro i sommi Dei
vien colei, che tanto adoro.
Per te sola, o mio tesoro
affrontai le schiere e il mar.
¡Ah! me oyeron los dioses supremos
viene aquélla a la que adoro.
¡Por ti sola, oh, mi tesoro
afronté los ejércitos y el mar!
Con la alusión a los ejércitos y el mar, entre los peligros que afrontó Peleo, quizá se refiera Ricci, el libretista, a la participación del héroe tesalio en las expedición de Heracles contra Troya, y en la guerra de las Amazonas, relacionada con la anterior. La referencia al mar quizá se relacione con la participación de Peleo en la expedición de los Argonautas.
Coro:
Viene il Zeffiro
Llega el Céfiro
Peleo:
Tante pene un sol momento
nell’oblio confonderà
questo cor sol di contento
palpitare ognor saprà.
Tantas penas un solo momento
hará olvidar
este corazón sólo de contento
palpitar siempre sabrá.
Esta parte final de la cavatina adopta un carácter di bravura.
5. Recitativo (Tetis):
Figlio d’Acasto
in cielo nacque co’ Numi,
e in un regnò virtude
che fin gli astri avvicina,
e il primo nodo
sulla cuna del mondo
ordia d’Amore
che fausto a te mi dona
dolce della mia fé
premio, e corona.
Hijo de Acasto,
nació en el cielo entre los dioses,
en el que reinó la virtud
que hasta los astros llega,
y la primera unión de Amor
en la cuna del mundo
ordenó
que, generoso, a ti me da
de mi fe dulce
premio y corona.
N. B.: En realidad, Peleo no es hijo de Acasto. Durante la cacería del jabalí de Calidón Peleo había dado muerte accidentalmente a Euritión. Para purificarse del homicidio acudió a Acasto, hijo de Pelias, rey de Yolco, y de Anaxibia. Durante su estancia en la corte de Yolco, Astidamía, esposa de Acasto, se enamoró de él. Rechazada por el héroe, la mujer envió un mensaje a la esposa de Peleo en el que le decía que su marido se disponía a abandonarla para casarse con Estérope, hija de Acasto. La mujer de Peleo se ahorcó de desesperación. No juzgando aún suficiente su venganza, Astidamía acusó a Peleo ante Acasto, pretendiendo que había tratado de seducirla. Acasto le prestó crédito y, no atreviéndose a matar a su huésped, al que acababa de purificar de un delito de sangre, concibió la idea de llevarlo a cazar al Pelión, donde lo abandonó durante su sueño. Para asegurarse de que las fieras o los seres dañinos de la montaña no lo dejarían con vida, escondió la espada del héroe entre estiércol de vaca. Peleo, inerme, habría sucumbido víctima de los centauros de la montaña, si uno de ellos, el prudente Quirón, no lo hubiese despertado a tiempo y le hubiese devuelto la espada.
Afortunadamente LindoroRossini ha subido dos videos con la música de esta pieza del compositor de Pesaro. No están todos los números, pero nos permiten hacernos una idea de la obra. En el primer video tenemos el preludio, el coro inicial Suoni il monte y la cavatina de Peleo Giusto cielo.
El otro día en clase de Griego II de 2º de Bachillerato tocaba hablar de las instituciones de la Atenas Clásica. Cuando llegamos a las funciones del arconte rey comprobamos que, como nos dice Aristóteles en su Constitución de los Atenienses 57, 4, este magistrado, junto con los reyes de tribu, juzgaba los procesos contra cosas inanimadas y contra los animales:
El rey junto con los reyes de tribu juzga también los procesos contra cosas inanimadas y contra los animales.
La traducción es de Manuela García Valdés, en Gredos, quien en nota a pie de página dice:
El juicio se celebraba en el recinto del Pritaneo (cf. Demóstenes, Contra Aristócrates 76). El arconte rey y los reyes de tribus presidían el tribunal.
Ni que decir tiene que hubo algo de cachondeo en clase. Realmente, es difícil imaginar un juicio a un objeto o un animal. Como una alumna decía, de forma graciosa:
– Y ¿qué le decían al objeto o animal? “¿y tú qué tienes que alegar en tu defensa?”.
Les dije que desconocía este detalle (como tantos otros, por otra parte) de la historia y las instituciones griegas, pero que lo buscaría.
Así lo he hecho y varios documentos existentes en la red me han dado algunas respuestas.
Es verdad que no he encontrado ninguna fuente que nos narre cómo se desarrollaban dichos procesos. Surgen algunas preguntas:
– ¿Estaba presente el animal o el objeto?
– ¿Había un interrogatorio?
– ¿Cómo se podía defender el animal o el objeto?
– ¿Cuál era la condena?
– ¿Podían ser absueltos?
– ¿Tenía todo carácter simbólico?
– ¿Hay un claro contenido religioso?
Realmente puede parecer una situación bastante absurda, pero parece claro que objetos y animales eran considerados verdaderos sujetos de derecho en la Atenas clásica. Aparte del texto de Aristóteles citado, hay al menos otros tres textos clásicos griegos que nos hablan de estos procesos a animales u objetos: Demóstenes en Contra Aristócrates; Platón, en las Leyes; Esquines en Contra Ctesifonte; aparte de una breve referencia en Plutarco, Vida de Solón.
Todos estos textos los hemos visto analizados en un documento encontrado en la red. En efecto, debemos decir que esta serie de artículos no es más que una recopilación de tres documentos diferentes: uno que trata la situación en Atenas; otro con el que pretendemos ampliar la visión al caso de Roma con dos figuras legales, como son laactio de pauperie y el edicto de feris y un tercer documento, relativo a una sentencia del Tribunal Supremo que, en su Fundamentos de Derecho, vuelve a referirse a laactio de pauperie.
Quede, por tanto, claro que en estos artículos sólo hacemos de escribas o amanuenses, o, si se quiere, de seleccionadores de textos. Por supuesto, la idea, o la ocurrencia de referirnos a este asunto, es nuestra, y ya hemos explicado el motivo.
De todas formas, parece que no sólo se han juzgado animales en la Atenas Clásica, como se desprende de este artículo.
Empezamos por la ciudad, Atenas, y los procesos objeto de la sorpresa, cuando no el cachondeo, de las alumnas de Griego II, las cosas inanimadas y los animales.
“La posición aristotélica sostenía que los animales eran considerados entidades vivas diferentes de los hombres, carentes de raciocinio, y que, en ese sentido, sus actividades estaban regidas por normas naturales y exentas de las imposiciones del ordenamiento positivo. Desde esta óptica, pareciera desprenderse que el mundo humano, minuciosamente signado por pautas sociales y por leyes impuestas, debía ser contrapuesto a un universo otro, ajeno, salvaje e incomprendido, dominado por la violencia incontrolada de los comportamientos biológicos.
No obstante, junto a estas reflexiones filosóficas, una lectura global de las fuentes nos demuestra que el estatuto legal de los animales nunca resultó demasiado claro en el pensamiento jurídico griego. La alteridad ἄνθρωπος/ζῷον (ser humano / animal), consagrada en términos generales, encontró límites en la praxis forense de las πόλεις antiguas. De esta manera, lejos de confirmar una exclusión rígida de lo inhumano, algunos testimonios atenienses del período clásico preveían una responsabilidad penal derivada de la muerte de un individuo ocasionada por una fiera (Aristóteles, Constitución de los Atenienses, 57.4; Platón, Leyes. XI, 873e-874a; Demóstenes, 23 (Contra Aristócrates), 76). Estas previsiones, vigentes desde tiempos arcaicos *, dejaban entrever que era posible iniciar una instancia judicial para acusar al animal culpable (independientemente de su condición doméstica o salvaje), el cual podía ser condenado por decisión de los magistrados como si se tratara de un verdadero sujeto pasivo de derecho.”
* Emiliano Buis, en nota al pie, dice:
Woodburn Hyde, W: The Prosecution of Lifeless Things and Animals in Greek Law: Part II (1917: 288) señala que se trata de una concepción primitiva y que en tiempos clásicos estos juicios se habían vuelto “a species of mock trial” (una especie de juicio simulado).
Más adelante añade Buis:
“Así, el ejemplo aparentemente inaudito de las bestias enjuiciadas nos permitirá explicar de qué modo, a diferencia de lo que es habitual en el derecho romano y en las legislaciones actuales derivadas de él, en el ordenamiento jurídico ático la imputación delictiva y la incriminación encuentran una doble ratio (subjetiva / objetiva o causal / teleológica) en la que las violaciones tienden a explicarse menos por la naturaleza o calidad del “sujeto” penal que por la condición de la víctima y la gravedad social del delito cometido. “
…
Si tenemos en cuenta que los hechos jurídicos son, para la teoría general del derecho, aquellos sucesos capaces de ocasionar algún efecto o consecuencias que relevan de interés para el sistema normativo, parece claro que ya desde los tiempos arcaicos en Atenas los animales podían estar vinculados con actividades dañosas. Un testimonio de la Vita Solonis de Plutarco (24. 3. 1-3) se ocupa de plantear la posibilidad de que un animal pudiese ocasionar perjuicios concretos a los bienes de una persona. “
Y redactó también una ley sobre el daño causado por los cuadrúpedos, en la cual incluso ordena entregar un perro que muerde atado con una cadena de tres cuellos. La disposición es grata en pos de la seguridad.
La comprensión del pasaje se revela como difícil, a pesar de la simplicidad sintáctica. Por lo pronto, el comentario final vinculado con la utilidad de la ley nos lleva a plantear la doble posibilidad léxica que ofrece el sustantivo ἀσφάλειαν, que al igual que nuestro término “seguridad”, puede apuntar, por un lado, a la ausencia de peligros concretos que subsistirían, si no se entregara el animal acusado, y, por el otro, a la certidumbre jurídica que surge de la imposición de un principio general capaz de evitar la anomia de un caso antes no previsto en la legislación vigente. En relación con estas dos posibles interpretaciones, el texto tampoco nos permite verificar si la norma deja entrever una medida preventiva, al obligar el traspaso de todo perro que se encontrara en condiciones de morder (lectura fomentada por la existencia del participio activo presenteδάκνοντα y por la frase conclusiva del relato de Plutarco) o si, por el contrario, asistimos a una norma sancionatoria que sólo postula la entrega de la bestia como penalidad por una herida ya causada. En apoyo de esta segunda opinión, el inicio de la cita aclara que estamos en presencia de un νόμος escrito destinado a castigar el delito de βλάβη, término que apunta siempre, en el vocabulario técnico del derecho ateniense, a un acto dañoso ya llevado a cabo contra bienes ajenos. La semejanza con el damnumde la actio de pauperie es significativa.
La ley aquí planteada se encarga de englobar en términos generales las acciones cometidas por parte de cuadrúpedos (τετραπόδων), y la regulación concreta que incorpora el texto en su segunda parte (sobre los perros que muerden) no sería pues más que una de las múltiples normas contenidas en la legislación (el καί utilizado en sentido adverbial autoriza a sostener esta postura). Si, por lo tanto, estamos de acuerdo con que la norma principal preveía algunas respuestas jurídicas para una serie de supuestos de acciones lesivas ya ocasionadas por animales contra la propiedad de una persona, correspondería inferir sin mayores dificultades –especialmente si comparamos con el derecho romano- que el infinitivo παραδοῦναι (“conceder”), que planteaba ciertos problemas en la critica filológica del pasaje, estaría postulando la entrega del animal peligroso a la víctima del daño causado.
En el caso de la ley soloniana, entonces, advertimos una obligación específica en cabeza de aquella persona que debe entregar el perro, que lógicamente no podría resultar otro que el dueño del animal. Estamos, en definitiva, en presencia de una acción noxal como la postulada en las XII Tablas. En efecto, la noxalidad – institución por medio de la cual el sujeto de derecho estaba en condiciones de liberarse del deber a partir del abandono del culpable del delito que estuviera bajo su potestad jurídica-permite colocar en este caso a los animales en un mismo plano que los hijos o los esclavos, sometidos todos en el derecho ático a la subjetividad y autoridad delκύριος del οἶκος. Es imposible advertir si en este caso se vislumbraba, simultáneamente a la noxae deditio, la posibilidad de una compensación monetaria por la que hubiera podido optar el dueño del animal. Sólo estamos en condiciones de notar que la solución impuesta por Solón, la entrega del animal agresivo, parece coincidir esencialmente con las disposiciones presentes en gran parte de las legislaciones del Mediterráneo antiguo sobre la responsabilidad que corresponde a los poseedores de animales violentos.
clamat: ‘io comites, opus hoc victoria nostra est!’
non citius frondes autumni frigore tactas
iamque male haerentes alta rapit arbore ventus,
quam sunt membra viri manibus direpta nefandis.
talibus exemplis monitae nova sacra frequentant
turaque dant sanctasque colunt Ismenides aras.
Penteo y Baco (II)
“Hemos prestado a tus largos”, Penteo, “rodeos oídos”
dice, “para que mi ira con la demora fuerzas soltar pudiera.
De cabeza, servidores, llevaos a éste, y tras ser torturados con siniestros
695tormentos sus miembros, bajadlos a estigia noche.”
En seguida, arrastrado el tirreno Acetes, en sólidos
techos es encerrado; y mientras los crueles instrumentos
de la ordenada muerte y hierro y fuegos se preparan,
por sí mismas se abrieron las puertas y deslizáronse de sus brazos,
700por sí mismas, fama es, sin que nadie las soltara, sus cadenas.
Persiste el Equiónida y no ya ordena ir, sino que él mismo
camina adonde, elegido para hacerse los sacrificios, el Citerón
con cantos y clara de las bacantes la voz sonaba.
Como brama áspero el caballo cuando, bélico, con su bronce canoro,
705señales dio el trompeta, y de la batalla cobra el amor,
a Penteo así, herido por los largos aullidos, el éter
conmueve, y oído el clamor de nuevo se encandeció su ira.
Del monte casi en la mitad hay, con espesuras los extremos ciñendo,
puro de árboles, visible de todas partes, un llano:
710Aquí a él, que con ojos profanos contemplaba los sacrificios,
la primera vio, la primera arrojóse con insana carrera,
la primera al Penteo suyo violentó arrojándole su tirso
su madre y: “Oh, gemelas hermanas”, clamó, “acudid.
Ese jabalí que en nuestros campos vaga, inmenso,
715ese jabalí yo de herir he.” Se lanza toda contra uno solo
la multitud enfurecida, todas se unen y tembloroso le persiguen,
ya tembloroso, ya palabras menos violentas diciendo,
ya a sí condenándose, ya que él había pecado confesando.
Herido él, aun así: “Préstame ayuda, tía”, dijo,
720“Autónoe. Muevan tus ánimos de Acteón las sombras.”
Ella qué Acteón no sabe y la diestra del que suplicaba
arrancó, de Ino lacerada fue la otra por el rapto.
No tiene, infeliz, qué brazos a su madre tender,
sino truncas mostrando las heridas de los arrebatados miembros:
725“Contémplame, madre”, dice. A aquello que vio aulló Ágave
y su cuello agitó y movió por los aires su melena,
y arrancándole la cabeza, a ella abrazada con dedos cruentos
clama: “Io, compañeras, esta obra la victoria nuestra es.”
No más rápido unas frondas, por el frío del otoño tocadas,
730y ya mal sujetas, las arrebata de su alto árbol el viento,
que fueron los miembros del hombre por manos nefandas despedazados.
Con tales ejemplos advertidas los nuevos sacrificios frecuentan
e inciensos dan y honran las Isménides las santas aras.
IV. BACCHUS
Baco es el único movimiento de esta pieza que no se parece a los demás movimientos. Baco, que es un dios, no sufre ninguna metamorfosis como todos los otros personajes de la pieza. Así no puede haber ninguna historia narrada en la música. Es más bien un bosquejo del carácter de Baco y de todas las festividades relacionadas con él.
El ritmo típico de corchea con puntillo con una semicorchea repetida y seguida de las semicorcheas en staccato es una especie de un tema de rondó que caracteriza a Baco, el dios del vino, rechoncho y alegre, que mantiene a todo el mundo en el mejor de los ánimos. Entre los pareados del tema de Baco hay otros dos temas; el primero: los gritos de muchachos, el segundo, el interminable cacareo de voces de mujer que cotorrean. Estos temas, como el del rondó, están escritos en una forma caótica típica de las fiestas de aquellos tiempos.
Aporta luego, en su edición de Bosch, José Alsina algunos pasajes memorables de la obra. Son éstos:
– Lo sublime consiste en un no sé qué de excelencia y perfección soberana del lenguaje (I, 3)
– Aunque con frecuencia, en casos de estados fuertemente emocionales, la naturaleza no se somete a ley alguna, la verdad es que no suele abandonarse al azar ni, por supuesto, manifestarse de un modo anárquico (II, 2)
– El juicio de valor, en literatura, es el fruto sazonado de una larga experiencia (VI, 1)
– En virtud de su propia naturaleza, lo auténticamente sublime arrebata de alguna manera nuestro espíritu (VII, 2)
– La sublimidad es la resonancia de un espíritu señero (IX, 2)
– Cuando el genio declina, su rasgo típico, en la vejez, es el gusto por lo novelesco (IX, 11)
– En la Odisea se puede comparar perfectamente a Homero con el sol poniente, que, sin poseer ya su fuerza, conserva, sin embargo, todo su esplendor (IX, 13)
– Imitar y emular a los grandes poetas y prosistas del pasado: he aquí una meta a la que debemos tender con todas nuestras fuerzas (XIII, 2)
– El arte alcanza su punto culminante cuando da la impresión de pura naturaleza, y la naturaleza, a su vez, consigue su plena perfección cuando, imperceptiblemente, encierra los principios del arte (XXII, 1)
– Colgar campanillas en todas partes resulta en extremo sofisticado (XXIII, 4)
– El patetismo es un elemento tan esencial para alcanzar la sublimidad como lo es la pintura de caracteres para promover la amenidad (XXX, 2)
– Aplicar términos grandiosos y nobles a las cosas más triviales sería lo mismo que colocar una máscara trágica en el rostro de un niño (XXX, 22)
– ¿Es que en poesía lírica preferirías ser un Baquílides antes que un Píndaro, y en tragedia un Ión de Quíos antes que un Sófocles? (XXXIII, 3)
– Ni el universo entero es suficiente para satisfacer las ansias contemplativas del espíritu humano (XXXV, 3)
– Si lo correcto se sustrae al reproche, la grandeza auténtica suscita, además, la admiración (XXXVI, 1)
– En arte admiramos la corrección, en la naturaleza la grandiosidad (XXXVI, 3)
– La armonía no es sólo un medio natural de que el hombre dispone para persuadir y deleitar, sino que es, además, un maravilloso instrumento para alcanzar la sublimidad y el patetismo (XXXIX, 1)
– En Eurípides, el poeta se manifiesta más en la ordenación de los términos que en las ideas (XL, 4)
– En la descripción de escenas grandiosas no se debe descender a detalles sórdidos y de mal gusto, a no ser que nos constriña a ello una imperiosa necesidad (XLIII, 5).
Terminada la selección de pasajes memorables que José Alsina realiza en su edición, vamos nosotros con lo que hemos convenido en llamar “Sublimidades de Sobre lo sublime”, es decir, aquellos pasajes o momentos destacados de la obra o que, en nuestra opinión, merecen ser conocidos especialmente. Debemos decir que las notas a pie de página en la edición de Bosch, nosotros las ofrecemos entre paréntesis a continuación de la palabra a la cual Alsina dedica la nota al pie. En muchas ocasiones ofrecemos, por nuestra cuenta, el texto griego que cita Alsina y su traducción y, en ocasiones, ofrecemos notas al pie de las traducciones de estos mismos textos.
Empezamos por el parágrafo 1 del capítulo VIII (Las cinco fuentes de sublimidad)
1. Cinco son, si vale el término, las fuentes (nota al pie: la metáfora “fuente” puede proceder de Platón, que la usa con relativa frecuencia (cfr. Timeo 85 b –φλέγμα δ᾿ὀξὺ καὶἁλμυρὸν πηγὴ πάντων νοσημάτων ὅσα γίγνεται καταρροϊκά La flema ácida y salada es la fuente de todas las enfermedades catarrales. -; Leyes 808 d – ὁ δὲ παῖς πάντων θηρίων ἐστὶ δυσμεταχειριστότατον·ὅσῳ γὰρ μάλιστα ἔχει πηγὴν τοῦ φρονεῖν μήπω κατηρτυμένην, ἐπίβουλον καὶ δριμὺ καὶὑβριστότατον θηρίων γίγνεται.- «De entre todos los animales el más difícil de manejar es el niño; pues . bestia áspera, astuta y la más insolente de todas, etc.) de donde mana, de un modo especial la elevación estilística; como fundamento común de estos cinco principios hay que situar el talento literario, si el cual nada es posible. Pues bien, la primera y más importante es la facultad de concebir nobles ideas, tal como lo hemos establecido en nuestro libro sobre Jenofonte (nota al pie: Flavio Teón escribió sobre Jenofonte, y, basándose en este dato, algunos críticos quieren identificarlo con el autor Anónimo de nuestro tratado. Pero Jenofonte fue demasiado estudiado en la época romana para apoyarnos en tal dato). La segunda es la fuerza y la vehemencia en la emoción. Estas dos fuentes de sublimidad, en su gran parte, son cualidades innatas; las restantes, fruto del estudio. A la apropiada disposición de las figuras (que son de dos clases, las del pensamiento y las del lenguaje), hay que añadir la nobleza en la expresión, que, a su vez, comprende la selección de los términos, el uso de la metáfora y el colorido poético de la dicción. La quinta raíz de la sublimidad, que sintetiza todas las anteriores, es la dignidad y la elevación del tono en la estructura total de la obra.
13. El haber escrito la Ilíada en la plenitud de su genio es la razón, creo yo, de que lograra (Homero) dar a este poema un tono dramático y combativo, mientras que en la Odisea predomina lo narrativo (nota al pie: el origen de esta diferenciación entre los dos poemas debe buscarse en Aristóteles, Poética, 24, 1459 b, 13: οἷς ἅπασιν ῞Ομηρος κέχρηται καὶ πρῶτος καὶἱκανῶς. καὶ γὰρ τῶν ποιημάτων ἑκάτερον συνέστηκεν ἡ μὲν ᾿Ιλιὰς ἁπλοῦν καὶ παθητικόν, ἡ δὲ᾿Οδύσσεια πεπλεγμένον (ἀναγνώρισις γὰρ διόλου) καὶἠθική = De todo ello hizo Homero uso por primera vez, y de un modo satisfactorio, ya que compuso cada una de estas dos obras de manera que de la Ilíada hizo un poema simple y patético, y de la Odisea un poema complejo, dado que en su totalidad versa en torno al reconocimiento y los caracteres), rasgo precisamente típico de la vejez. Y así en al Odisea se puede comparar perfectamente a Homero con el sol poniente que, sin poseer ya su fuerza, conserva sin embargo todo su esplendor. Aquí no conserva ya aquella vehemencia de su famoso poema troyano, aquella sublimidad de tono constantemente mantenida y que no admite depresiones de ninguna clase, aquella profusión de pasajes emotivos que se suceden uno tras otro; ni, en fin, aquella proteiforme agilidad y conocimiento de la existencia, empapados de imágenes tomadas de la vida misma; al contrario, al igual que cuando el Océano se repliega sobre sí mismo y abandona sus propios límites (nota al pie: el sentido exacto de este texto es oscuro y ha dado lugar a distintas interpretaciones), no se percibe ya sino el reflujo de su grandeza, y un perderse en un mundo de increíble fantasía.
14. Y al decir eso no me olvido de las tempestades de la Odisea, ni de las aventuras del Cíclope, ni de otros episodios. Estoy describiendo la vejez, es cierto, pero la vejez de Homero. Y el hecho es que en todos estos pasajes la acción se ve superada por el elemento novelesco. Pero, según decía, la finalidad de esta digresión era demostrar que el genio, en la etapa de su declive, en ocasiones se deja llevar fácilmente por la palabrería; como la escena del odre, el pasaje en que Circe (nota al pie: ambos pasajes se hallan en el canto X de la Odisea) transforma hombres en cerdos – y de los que decía Zoilo (nota al pie: Zoilo era un filósofo cínico que vivió en la mitad del siglo IV a. C. y que se distinguió por sus críticas a Homero – restos de esta crítica pueden hallarse en los escolios – hasta el punto de ser llamado “el debelador de Homero” (ὁμηρομάστιξ) que eran cerdos quejumbrosos -, el episodio en que Zeus es alimentado por una paloma, como si de una cría se tratara, la historia de los diez días del naufragio sin probar bocado, y, en fin, las inverosimilitudes de que rodea el lance de la muerte de los pretendientes. ¿Cómo podemos llamar a todo eso sino, realmente, sueños de Zeus? (nota al pie: esta frase, poco clara, parece hacer alusión a un proverbio conocido).
15. Esta referencia a la Odisea, empero, cumple otra función: evidenciarte que, en los grandes prosistas y poetas, el descenso de su fuerza patética se traduce en cuadros de costumbres. Y, en efecto, su realista descripción de la casa de Ulises, está concebida en este estilo: es una especie de comedia de caracteres. (nota al pie: de un modo parecido, el crítico Dionisio de Halicarnaso (De Compositione verborum III, 13) aplica el epíteto de “realista” (βιωτικά) a la escena de la llegada de Telémaco a la cabaña de Eumeo).
Vamos con la cantata Le nozze di Teti, e di Peleo, y seguimos ahora con nuestra traducción al español de la traducción, a su vez a cargo de Emanuela Guastella, del texto de Philip Gossett, en el citado librito que acompaña a la grabación que poseemos de DECCA.
Cuando Rossini llegó por primera vez a Nápoles, en el otoño de 1815, el ejército de Napoleón hacía poco que había partido; le había sustituido el rey Fernando IV de Borbón. El 1816 Maria Carolina, hija de Francesco, primer hijo de Fernando IV, rey de Nápoles, y heredero al trono, se casaba con el Duque de Berry, hijo del futuro Charles X de Francia. Con ocasión de los festejos, se encargó a Rossini la composición de una cantata de argumento mitológico, que fue representada el 24 de abril de 1816 en el Teatro del Fondo de Nápoles.
Éste es el comentario publicado el día siguiente en un periódico local:
El público captó todas las felices alusiones que el clarísimo Señor caballero [Angelo Maria] Ricci, autor del drama, había sabido trazar de las bodas de Tetis y Peleo [la nereida y el héroe padres de Aquiles], para celebrar las de una princesa nuestra con un príncipe de Francia.
Debía tratarse de festejos absolutamente espléndidos, a juzgar por las didascalias del libretto impreso y del excepcional reparto que incluía a Isabella Colbran, Andrea Nozzari y Giovanni David.
El destino, no obstante, no fue favorable a la pareja: en 1820 el Duque de Berry fue asesinado y murió en los brazos de su joven esposa. La cantata de Rossini desapareció hasta 1966, cuando se tuvo la fortuna de encontrar el manuscrito autógrafo en el Conservatorio de Nápoles.
La música de Rossini es maravillosamente proporcional al evento. Los números son un tanto breves, en general, pero la composición y la orquestación son deliciosas y variadas; la música ha sido tomada de las primeras óperas. Algunos de los préstamos más interesantes provienen de El Barbero de Sevilla, que había sido representado por primera vez dos meses antes, en febrero de 1816. Es divertido escuchar algunos temas del final del acto primero (“Freddo ed immobile”), del trío (“Zitti, zitti, piano, piano”) y el aria del Conde (“Cessa di più resistere”) asignada en la cantata a Ceres en “Ah non potrian resistere”, antes de encontrar su ubicación final en la Cenerentola.
Vamos con la estructura de la obra y el texto de Angelo Maria Ricci. Cuando en el texto aparecen referencias a personajes, lugares o elementos mitológicos damos una breve explicación de los mismos.
Preludio
Destacadas intervenciones de cuerdas, trompa, clarinete y flauta se mezclan con tutti orquestales, en los que ya es posible rastrear el gusto de Rossini por el crescendo, en el que, en el futuro, mostrará una gran maestría.
1. Coro:
Suoni il monte, echeggi il piano
D’un armonico fragor,
e la gioia di lontano
ripercota in ogni cor.
Qual s’avanza eroe sovrano
Ch’è di Tetide l’amor?
Il suo nome, e il nodo arcano
Si dipinga in ogni fior.
Suoni el monti, echeggi il piano, etc.
Que suene el monte, que resuene el valle
de un clamor armónico,
y la alegría desde lejos
entre en todos los corazones.
¿Quién es el héroe soberano
que es el amor de Tetis?
Que su nombre, y su unión misteriosa
se pinten en cada flor.
Que suene el monte, que resuene el valle, etc.
El coro inicial ya nos centra en la acción: se trata de la unión misteriosa, la boda de Tetis y del héroe soberano, es decir, Peleo. Tal vez sea licencia poética, pero ese “suoni il monte” debe ser la alusión al escenario de las bodas de los dos protagonistas: el monte Pelión.
Aunque sea brevemente, debemos hablar de los protagonistas de las bodas.
Tetis, nos dice Pierre Grimal, es una de las nereidas, hija de Nereo, el viejo del mar, y de Dóride. Por tanto, es una divinidad marítima e inmortal, la más célebre de todas las nereidas. No obstante, existe una tradición oscura que presenta a Tetis como la hija del centauro Quirón.
Tetis (Θέτις) fue criada por Hera, de igual forma que ella lo había sido por Tetis (Τηθύς, la hija de Urano y Gea). En la leyenda varios episodios se explican por los lazos de afecto que unen a la nereida con la esposa de Zeus. Por ejemplo, Tetis recoge a Hefesto al ser éste arrojado por Zeus desde lo alto del Olimpo por haber querido intervenir a favor de Hera. Tetis, por orden de Hera, se hace cargo del timón de la nave Argo durante la travesía de las Simplégades. Finalmente, según ciertos mitógrafos, se negó al amor de Zeus, cuando éste quiso unirse a ella, para no disgustar a Hera.
Cierto que otras tradiciones interpretan este episodio de modo distinto, y cuentan que Zeus y Posidón habían querido conquistarla los dos, hasta el día en que un oráculo de Temis reveló que el hijo que nacería de Tetis sería más poderoso que su padre. Los dos grandes dioses no insistieron y se apresuraron a dársela a un mortal. Otros atribuyen este oráculo a Prometeo, el cual habría precisado que el hijo destinado a nacer de los amores de Zeus y Tetis sería un día señor de los cielos. Sea de ello lo que fuere, Tetis, que era ya inaccesible a las divinidades, sólo podía casarse con un hombre. Quirón, el centauro, lo supo y se apresuró a aconsejar a su protegido Peleo que aprovechase esta ocasión para casarse con una divinidad. Ésta, empero, opuso muchas dificultades. Como todas las divinidades marítimas tenían el don de transformarse y lo utilizó. Sin embargo, Peleo logró vencerla y casarse con ella.
Peleo, rey de Ptía, en Tesalia, es sobre todo célebre por haber sido el padre de Aquiles. Es hijo de Éaco y Endeis, hija de Escirón. Tiene un hermano, Telamón, y un hermanastro, Foco, hijo de Éaco y de la nereida Psámate. Telamón y Peleo, envidiosos de la destreza de Foco en todos los ejercicios físicos, resolvieron dar muerte a su hermano y echaron a suertes para saber cuál de los dos debía asesinarlo. La suerte designó a Telamón, que mató a Foco lanzándole el disco a la cabeza. Otras tradiciones afirman que se trató de una muerte accidental, o bien que el principal culpable fue Peleo. Sea de ello lo que fuere, Éaco descubrió el fratricidio y desterró a sus dos hijos lejos de Egina. Mientras Telamón pasaba a Salamina, Peleo se dirigía a la corte de Euritión, hijo de Áctor, en Ptía (Tesalia), el cual lo purificó del fratricidio, le otorgó en matrimonio a su hija Antígona y le cedió la tercera parte de su reino. Con Antígona, Peleo tuvo una hija, Polidora, que casó con Boro, hijo de Perietes.
Sobre su otra purificación, tras la muerte involuntaria de su suegro Euritión, durante la cacería de Calidón, hablaremos en el capítulo siguiente de esta serie.
A continuación, Peleo casó con Tetis, hija de Nereo, a la que los dioses habían decidido dar por marido un mortal. Ella rehusó, pero, por su condición de divinidad marina, poseía, como hemos visto, el don de cambiar de forma a voluntad, y, usando, de él, transformóse sucesivamente, para escapar a los abrazos de Peleo, en fuego, agua, viento, árbol, pájaro, tigre, león, serpiente, y, finalmente, en jibia. Peleo, aleccionado por el centauro Quirón, la sujetó fuertemente, y al final volvió a convertirse en diosa y mujer.
La boda se celebró en el monte Pelión, y a ella asistieron los dioses; las Musas cantaron el epitalamio, y todos ofrecieron un regalo a los recién casados. Entre los más notables se citan una lanza de fresno, ofrecida por Quirón, y dos caballos inmortales, Balio y Janto, obsequio de Posidón. Más tarde, estos corceles reaparecerán uncidos al carro de Aquiles.
El matrimonio no fue feliz. Es verdad que Tetis dio hijos a Peleo, pero los mataba al tratar de hacerlos inmortales. Así, cuando Peleo, para salvar a Aquiles, el nacido en último lugar, se lo arrancó de las manos cuando ella lo ponía al fuego, Tetis huyó, negándose luego, obstinadamente, a volver a su lado.
Quizá sea necesario aportar ya una de las fuentes para conocer algo de estas bodas. Es el Carmen LXIV de Catulo. Ofrecemos en este artículo la primera parte:
Peliaco quondam prognatae vertice pinus
dicuntur liquidas Neptuni nasse per undas
Phasidos ad fluctus et fines Aeeteos,
cum lecti iuvenes, Argivae robora pubis,
auratam optantes Colchis avertere pellem
ausi sunt vada salsa cita decurrere puppi,
caerula verrentes abiegnis aequora palmis.
diva quibus retinens in summis urbibus arces
ipsa levi fecit volitantem flamine currum,
pinea coniungens inflexae texta carinae.
illa rudem cursu prima imbuit Amphitriten.
quae simul ac rostro ventosum proscidit aequor,
tortaque remigio spumis incanuit unda,
emersere freti candenti e gurgite vultus
aequoreae monstrum Nereides admirantes.
illa, haud ante alia, viderunt luce marinas
mortales oculis nudato corpore Nymphas
nutricum tenus exstantes e gurgite cano.
tum Thetidis Peleus incensus fertur amore,
tum Thetis humanos non despexit hymenaeos,
tum Thetidi pater ipse iugandum Pelea sensit.
o nimis optato saeclorum tempore nati
heroes, salvete, deum genus! o bona matrum
progenies, salvete iterum, salvete, bonarum!
vos ego saepe mero, vos carmine compellabo.
teque adeo, eximie taedis felicibus aucte,
Thessaliae columen, Peleu, cui Iuppiter ipse,
ipse suos divum genitor concessit amores
tene Thetis tenuit pulcherrima Nereine,
tene suam Tethys concessit ducere neptem,
Oceanusque, mari totum qui amplectitur orbem?
quis simul optatae finito tempore luces
advenere, domum conventu tota frequentat
Thessalia, oppletur laetanti regia coetu:
dona ferunt prae se, declarant gaudia vultu.
deseritur Cieros, linquunt Pthiotica Tempe
Crannonisque domos ac moenia Larisaea,
Pharsalum coeunt, Pharsalia tecta frequentant.
rura colit nemo, mollescunt colla iuvencis,
non humilis curvis purgatur vinea rastris,
non falx attenuat frondatorum arboris umbram,
non glebam prono convellit vomere taurus,
squalida desertis robigo infertur aratris.
ipsius at sedes, quacumque opulenta recessit
regia, fulgenti splendent auro atque argento.
candet ebur soliis, collucent pocula mensae,
tota domus gaudet regali splendida gaza.
pulvinar vero divae geniale locatur
sedibus in mediis, Indo quod dente politum
tincta tegit roseo conchyli purpura fuco.
Así traduce este primer fragmento Ana Pérez Vega:
En el pelíaco vértice un día nacidos pinos,
se dice que por las límpidas olas de Neptuno nadaron,
del Fasis hacia los flujos y los confines eeteos,
cuando selectos jóvenes, de la argiva juventud los robles,
la áurea piel anhelando arrebatar de los colcos, 5
se atrevieron los vados salados a recorrer en rápida popa,
las azules superficies barriendo con palmas de abeto. La divina para ellos, la que retiene en las supremas ciudades los recintos,
ella misma hizo, que con leve soplo volara, un carro,
la pínea trama unciendo a la encorvada quilla. 10
Ella a Anfitrite, ruda en esta carrera, la primera imbuyó,
la cual, una vez que con su espolón hendió la ventosa superficie,
y, volteada a remo, de espumas se encaneció la onda,
emergieron del candente torbellino del estrecho sus rostros
las ecuóreas Nereides, el prodigio admirando. 15
En aquella luz, † no en otra †, vieron a las marinas
Ninfas los mortales con sus ojos, desnudado su cuerpo,
hasta las mamas sobresaliendo del torbellino cano.
Entonces, de Tetis por el amor, que Peleo se encendió se cuenta,
entonces Tetis no despreció, humanos, unos himeneos, 20
entonces, que a Tetis uncirse debía Peleo, el Padre mismo sintió.
Oh en un tiempo de los siglos demasiado anhelados nacidos,
héroes, salud tened, de los dioses el linaje, oh de sus madres buena 23a
progenie, salud tened de nue<vo, de sus madres buenas> 23b
A vosotros yo a menudo, con mi canción, a vosotros os apelaré,
y a ti, tan eximiamente por estas teas felices acrecido, 25
de Tesalia el baluarte, Peleo, al que Júpiter mismo,
el mismo de los dioses genitor, concedió sus amores,
¿acaso a ti Tetis no te tuvo, bellísima Nerina?
¿Acaso a ti Tetis no te concedió que te llevaras a su nieta,
y el Océano, el que de mar todo rodea al orbe? 30
A los cuales, una vez que cumplido el tiempo las anheladas luces
llegaron, toda Tesalia la casa con su concurso
frecuenta: se llena la regia de su alegre asistencia.
Sus dones llevan ante sí, en su rostro declaran sus gozos.
Desierta queda Cieros/Esciros, dejan la ptiótica Tempe 35
y de Crannón las casas y las murallas lariseas;
a Farsalo llegan, los farsalios techos concurren.
Las tierras no cultiva nadie, se mullen los cuellos de los novillos,
no, humilde, con los curvos rastrillos se purga la viña,
no la hoz atenúa, de los podadores, del árbol la sombra, 41
no el terrón arranca con la inclinada reja el toro, 40
sucia robín los desiertos arados recubre.
Mas de él las sedes, por donde quiera que opulenta se expande
la regia, de fulgente oro resplandece y plata.
Brilla el marfil en los solios, le lucen las copas a la mesa, 45
toda la casa goza, del real tesoro espléndida.
El lecho genital, empero, de la diosa, se coloca
de las sedes en medio, el que, pulido con indo diente,
teñida de róseo molusco, cubre una púrpura con fuco.
El otro día, mientras cuidaba a mi sobrino nieto, descubrí en la cadena Clan la serie Hero Kids.
El episodio que emitían me permitió ver en ese momento a Zeus consultando a Delfos. Luego he investigado un poco y he descubierto un episodio donde las alusiones mitológicas son abundantes
En este otro episodio la presencia de los mitos es muy abundante, como decía antes. El argumento es el siguiente.
Hades, el dios de los Infiernos, intenta sabotear la visita de los alumnos de Hero Kids al Olimpo durante la celebración del cumpleaños de Divino.
Los chicos quieren dar una sorpresa a Divino, enviado desde el Olimpo a la tierra por Zeus, para que, como su madre quería, aprendiera de la debilidad humana y no adquiriera la prepotencia y frialdad de Zeus.
Cuando están discutiendo sobre las relaciones «amorosas» entre ellos, descubren que han llegado visitantes de otro planeta, cuya presencia atribuyen a sus intenciones de invadir la Tierra. En realidad son los trompeteros que preludian la llegada del dios Hermes, el mensajero de los dioses del Olimpo, cuya iconografía es la habitual, con su sombrero alado, alitas en los pies, gracias a las cuales vuela, y portador de un mensaje en un rollo de papiro que despliega. Su mensaje es:
«Zeus, primigenio de los dioses del Olimpo, se complace en invitar a los infantes mortales de Hero Kids a pasar unos días en los jardines eternos, en compañía de los dioses, con motivo del aniversario de su vástago Divino».
Divino es hermano de Hércules quien, a juicio de Divino, que sufre respecto a su hermano cierto complejo de inferioridad, merece una fiesta, pero siempre está ausente debido a sus muchos trabajos.
La conserje Tesmeiker comunica a los chicos que deben hacer las maletas y éstos salen precipitadamente arrollándola, ante lo que la pobre conserje dice: «Ni Zeus con sus rayos y truenos podrá con ellos».
Un espía de Hades ha descubierto la invitación de Zeus y la próxima celebración del cumpleaños de Divino y lo comunica a su jefe, representado como un sátiro con rostro de fuego y traje rojo; su mansión, el Hades, es un lugar repleto de calaveras, dos de las cuales rematan los brazos del sillón, a modo de trono, en el que se sienta.
Parece que Hades envidia a Zeus, a quien define como «un dios anciano de dudoso poder», afirmación que rebate uno de sus secuaces, que recibe el castigo de su jefe, en forma de chorro de fuego.
Hades se propone impedir la fiesta de cumpleaños.
El viaje de los chicos, del director Kirby y la conserje Tesmeiker se realiza en un coche dorado y alado, en el que también viaja Hermes.
El Olimpo es representado como un lugar lleno de templos tetrástilos, construidos sobre colinas, escalinatas, columnas y una cascada, todo ello, claro está, suspendido en las nubes.
El propio Zeus, armado con su rayo, da la bienvenida a los chicos. Divino, un tanto triste, pregunta a su padre por qué no ha llegado Hércules y éste lo justifica por sus acciones en favor de los humanos.
La anfitriona de los pequeños héroes es Artemisa, a la que acompañan dos Erotes, que hacen eco de sus palabras. La diosa, armada con su arco, lanza un desatascador a la boca de uno de ellos para enmudecerlo. La diosa cazadora les dice que habían preparado un piscolabis a base, ¿cómo no?, de ambrosía, pero, a sugerencia de Divino, el divino manjar ha sido sustituido por chocolate.
Ante un colosal estatua de su hermano Hércules y movido tanto por su complejo de inferioridad, como por la contrariedad que le produce su ausencia en tan señalado día, Divino arroja su arpa o cítara hacia una de las nubes. Cuando llega a recuperarla, una bella diosa le dice que en el Olimpo hay una escuela de héroes a la que hubiera podido acudir; acto seguido le muestra la entrada que se abre bajo tierra.
Por supuesto, la bella diosa es Hades disfrazado que lanza a Divino hacia la escuela (Hero School); en cuanto Divino está dentro, el cartel cambia a «Hades». Los chicos que han seguido a Divino, Iglú, Bunsen, Brisa, Fugaz y Mandoble, pretenden liberarlo, pero son también encerrados en el Hades, el reino del Averno, como dice Iglú.
Hades presenta a los chicos al can Cerbero, con sus tres cabezas, a quien reconoce Iglú que, según dice, estaban atento el día en que hablaron de él en clase de mitología.
Tras burlar a Cerbero, descubren que Divino está encerrado en la cima de un misterioso edificio y deciden liberarlo, pero se lo impiden las Arpías o Harpías y entran en el misterioso lugar.
Mientras tanto, Zeus descubre la desaparición de Divino y los chicos mortales y se propone hallarlo; de lo contrario «Arderá Troya» a lo que el director Kirby responde «¿Otra vez?«
El misterioso lugar al que han llegado los chicos no es otro que el Oráculo de Delfos, que se queja de haber perdido su antigua importancia. Los humanos ya no confían en sus predicciones. Los chicos preguntan por su futuro y Delfos les responde con enigmáticas respuestas; algo negativo hay en el futuro de los muchachos. Delfos se despide con la recomendación «Volved a vuestro camino y no os separéis».
Ahora Hades prepara a los chicos la prueba de Ariadna, guardiana del Laberinto. Por supuesto, en el episodio está presente el ovillo y el Minotauro, que tiene poco de humano y mucho de toro.
Aquí se puede ver directamente el episodio del Minotauro:
Mientras, en el Olimpo se presenta, por sorpresa y cargado de regalos para su hermano, Hércules ,y él y Zeus deciden unirse para hallar a los chicos.
El dios de los Infiernos enfrenta a los héroes a la prueba de Cronos. El anciano pregunta a los chicos un acertijo:
«Si me dejas preso, vivo; si me liberas, me muero y cautivo o no cautivo a veces peligro llevo». Bunsen da con la respuesta: es el secreto. De esta manera, los chicos evitan el castigo que les esperaba, es decir, quedar encerrados en un naipe, en los dominios del tiempo (Cronos) y consiguen liberar a Divino.
Superadas las pruebas, se encuentran con el propio Hades. Entonces Divino, superando su complejo de inferioridad por su hermano Hércules, libra a los niños del Hades y llegan al Olimpo, a donde, en su persecución, también llega Hades, que es castigado por Zeus.
Ya hace un tiempo, el 5 de marzo concretamente, dedicamos un artículo a la villa romana hallada en el transcurso de las obras de cubrimiento y encauzamiento del Barranco de Fraga de nuestra ciudad de Castellón.
Con posterioridad, el 7 de abril, se podía leer en Levante de Castellón:
Los arqueólogos de Patrimonio abogan por salvar Villamargo
Cuatro técnicos de Valencia visitaron la excavación de la villa romana la semana pasada y se plantean el desvío del nuevo Barranco de Fraga
Los arqueólogos de la sede central de la Dirección General de Patrimonio en Valencia apuestan por conservar y poner en valor los hallazgos arqueológicos de la villa romana del Camí Villamargo (datados entre los siglos I y III d.C.) , lo cual implicaría una modificación del trazado del encauzamiento del Barranco de Fraga, según confirmaron ayer fuentes de la Conselleria de Cultura.
Esta determinación de proteger las ruinas –que constituyen el mayor hallazgo de la era romana en Castelló– surgió a raíz de la visita de cuatro técnicos de Valencia que se desplazaron expresamente al Camí Villamargo el lunes de la semana pasada.
El interés que mostraron los arqueólogos de Valencia por la protección de la villa romana no hace más que respaldar los informes arqueológicos elaborados por los servicios de la Conselleria de Cultura en Castelló, que exigen la conservación y puesta en valor de los hallazgos con fines educativos, turísticos y culturales.
Esta propuesta instaría a la Conselleria de Medio Ambiente a replantear el proyecto, una medida a la cual todavía se resisten los responsables del organismo, el cual argumenta que sigue «a la espera del informe final de la Dirección General de Patrimonio de la Conselleria de Cultura».
Además, las mismas fuentes indicaron que, en caso de que dicho informe requiera la conservación de los restos, «se deberán estudiar cuáles son las posibles soluciones sin que ahora podamos aventurarnos a saber si se modificará el trazado o no».
Por su parte el responsable de la Dirección Territorial de Cultura en Castelló, Francisco Medina, hizo hincapié en que la decisión «es delicada porque existen intereses confrontados» y la última palabra «será la de la Dirección General de Patrimonio de Valencia».
Medina (un cargo de confianza del Partido Popular) quiso destacar que a fecha de hoy «existe un amplio abanico de soluciones posibles» y que la decisión de conservar o no los restos «debe adoptarse de forma reflexiva y después de escuchar a todas las partes, dado que la cuestión afecta a más de una conselleria y se trata de una obra importante para Castelló». Además, el director territorial de Cultura manifestó que «no cabe duda de que se trata del hallazgo romano más importante encontrado en la provincia de Castelló y en el ámbito de Castelló es algo interesante».
A este respecto, Medina subrayó el valor documental de los hallazgos por encima de cuestiones arquitectónicas. «Desde mi punto de vista, y sin ser arqueólogo, considero que los restos tienen especialmente un interés documental muy superior a su valor arquitectónico, porque creo que las ruinas están bastante arrasadas».
Las excavaciones arqueológicas de las obras del barranco de Fraga han sacado a la luz los primeros hallazgos romanos documentados de la historia de Castelló en el Camí Villamargo, a escasos 200 metros del cruce con la autovía de los accesos al puerto.
Acabo de leer el periódico Mediterráneo y dice lo siguiente:
EL YACIMIENTO SERÁ DE USO TURÍSTICO-CULTURAL
Los ‘romanos’ cambiarán el rumbo de Fraga
El Consell rectifica y anuncia que variará la obra del barranco para guardar los restos
El trazado del barranco de Fraga será modificado para proteger el yacimiento romano del camino de Villamargo. La Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda ha cambiado de criterio, en contra de lo que anunció, y al final optará por variar el itinerario de las obras para proteger los restos arqueológicos, según desvelaron ayer a Mediterráneo fuentes de Generalitat.
Como ya informó este periódico en exclusiva, los restos romanos hallados en el camino Villamargo poseen un gran valor, al figurar fragmentos cerámicos como vasijas y utensilios domésticos, al margen de los cimientos de una antigua villa.
El Consell atiende así el dictamen del pleno castellonense del pasado 25 de marzo que aprobó, con los votos del PP, esperar al informe de la Dirección General de Patrimonio sobre el valor arqueológico de esos restos romanos para posicionarse sobre su hipotético soterramiento. Socialistas y nacionalistas del Bloc pidieron la protección del yacimiento como bien de interés cultural (BIC) sin esperar al dictamen.
La polémica del pleno se generó cuando a principios de marzo trascendió que el Consell era partidario de extraer las piezas cerámicas de valor y tapar el yacimiento para no retrasar las obras, algo que ahora ha descartado.
Según explicaron ayer desde el Consell, la nueva decisión de desviar del barranco en ese punto “garantizará la conservación del patrimonio cultural de Castellón al tiempo que se le dará un uso didáctico, cultural y turístico”. Las mismas fuentes señalaron que la decisión ordenada por Patrimonio va en la línea de lo que hasta ahora ha hecho la Conselleria de Medio Ambiente, que “ha destinado más de un millón de euros para localizar, identificar e inventariar las ruinas”.
Según insistieron desde el Consell, el desvío del trazado del barranco en el camino Villamargo será “totalmente compatible” con los trabajos que se han realizado hasta la fecha.
Finalmente, pues, parece que se ha impuesto el sentido común, la sensibilidad por la conservación del patrimonio y el interés por la cultura.
En un comentario al artículo que dediqué al asunto en marzo escribía:
Creo que había otras soluciones antes que tapar la zona, si es que finalmente así se hace y el periódico no está equivocado. No todos los años se encuentran villas romanas del siglo II d. C., por más que los arqueólogos digan que los restos no tienen “el suficiente valor patrimonial”. Se podrían conservar, adecuar e incluso montar un espacio didáctico. Luego nos quejamos de que nuestra ciudad es “demasiado moderna” y no tiene atractivos arqueológicos.
Falta imaginación en la conservación del patrimonio, voluntad política en conservarlo, enriquecerlo y mimarlo y dinero para algunas cosas, no para otras.
Cuando seamos viejos, si llegamos, diremos a quien nos quiera oír que en el año 2009 se hallaron en Castellón los restos de una villa romana que duraron sólo unos meses, antes de ser nuevamente sepultados.
Pues bien, parece que se garantiza la conservación del patrimonio cultural y, además, se le va a dar un uso didáctico, cultural y turístico.
La villa romana del Camino Villamargo ¡se salvará!. Estamos de enhorabuena.
Siguiendo con las valoraciones de la obra que aporta Alsina, llegamos a la de Albin Lesky.
Se anticipó a su época, como genial y solitario crítico, en su comprensión de la poesía de alto rango. En ojeada retrospectiva, podría parecernos que caracteriza la transición del espíritu antiguo al moderno. (Albin Lesky, Historia de la literatura griega, 1957).
El propio Lesky, en la obra citada, nos dice sobre el Tratado:
En un escrito del mismo título (se refiere al Sobre lo Sublime de Cecilio de Caleacte), que conservamos fragmentariamente, un autor anónimo, que era discípulo de Teodoro, le replicó hacia el 40 d. C. Para él, lo sublime no se alcanza con reglas, sino que existe en todas partes donde los grandes sentimientos desligados de la vulgaridad cotidiana consiguen expresarse de tal manera que llegan a cautivar nuestra alma. Esto puede conseguirse lo mismo mediante la pasión de Demóstenes que mediante el ímpetu trágico o la visión platónica. Nuestro autor no llega a establecer distinciones. Cuando comprobamos que a él no le parecen dignos de admiración los pequeños cursos de agua, aunque sean cristalinos y provechosos, sino los torrentes impetuosos, estamos escuchando la alabanza de lo genial en sus gigantescas dimensiones, pero recordamos también el principio de Calímaco, el cual se expresó con la misma imagen en sentido opuesto.
Este anónimo, cuyo nombre nos complacería conocer, se anticipó a su época, como genial y solitario crítico, en su comprensión de la poesía de alto rango. En ojeada retrospectiva, podría parecernos que caracteriza la transición del espíritu antiguo al moderno, pero, si bien se mira, su obra no pudo todavía provocar semejante cambio.
Alsina también ofrece una valoración de Cantarella, cuyo artículo El Anónimo De lo Sublime, en su obra La Literatura Griega de la época Helenística e Imperial, vamos a resumir:
Tras hablar de los problemas de la autoría de la obra, con la atribución a Longino y a Dionisio de Halicarnaso, Cantarella nos dice que la obra se encuadra en la polémica entre apolodoristas y teodoristas. Luego añade:
La obra, dedicada al joven romano Postumio Floro Terencio, discípulo del autor, parte del propósito declarado de refutar, y al mismo tiempo completar, el tratado, que con el mismo título, había compuesto Cecilio de Calacte. Comienza individualmente, según un orden de importancia, las siguientes cinco “fuentes” de lo sublime: capacidad de concepciones elevadas; pasión vehemente e inspirada; peculiar disposición de las figuras, tanto de pensamiento como de estilo; nobleza de la expresión, obtenida por medio de la selección de palabras y el empleo de tropos; por último, la colocación de las palabras para lograr la dignidad y elevación del estilo. Las dos primeras son comúnmente facultades innatas, las restantes se consiguen por medio de la “ars”. Por lo tanto, la mayor parte de la obra es una indagación sobre la naturaleza de lo sublime; el resto una preceptiva…
Por lo tanto la obra resulta, en su mayor parte, una recopilación de los grandes ejemplos del pasado, elegidos como modelo de lo sublime. Es en estas preferencias donde el autor, dejando de lado la preceptiva en sentido estricto, revela una personalidad original y vigorosa y una profunda sensibilidad. Él es quien nos ha conservado la más famosa perla de la lírica griega, la oda de Safo, que de lo contrario sólo conoceríamos en la adaptación de Catulo, aunque, a continuación, la justificación crítica de tal admiración, nos resulte – lo que es natural, por otra parte – de carácter formal. Él es quien elogia, con palabras mucho más apropiadas en este caso, el famoso y realmente sublime grito de Ayante (Ilíada, XVII, 645-647):
Ζεῦ πἀτερ ἀλλὰ σὺ ῥῦσαι ὑπ᾿ ἠέρος υἷας ᾿Αχαιῶν,
ποίησον δ᾿ αἴθρην, δὸς δ᾿ ὀφθαλμοῖσιν ἰδέσθαι·
ἐν δὲ φάει καὶ ὄλεσσον, ἐπεί νύ τοι εὔαδεν οὕτως.
Padre Zeus, libra de esta niebla a los hijos de los aqueos,
Serena el cielo, concédenos que nuestros ojos vean
Y extermínanos, incluso, pero en la luz.
Es él quien, a pesar de admirar debidamente a Sófocles, rompe la tradición aristotélica que lo colocaba en la cumbre de la tríada trágica, en homenaje al criterio de la “medietas” entre Esquilo y Eurípides y muestra que también aprecia igualmente a estos últimos. Rescata a Platón de la condena de Cecilio que lo posponía a Lisias, considerado modelo de aticismo; cita además a los grandes cómicos, Aristófanes y Éupolis y da una interesante y original definición de lo cómico (“También la risa es un pathos, pero en alegría”: XXXVIII, 6), que es una rehabilitación de lo cómico frente a la tradición aristotélica. Se muestra como profundo conocedor de toda la gran literatura clásica (de la helenística nombra a Apolonio, Teócrito, Eratóstenes y Arato en una cita brevísima) dando una amplia y eficaz documentación de sus preferencias cuya simple nómina basta para evidenciar la seguridad de los juicios que emite: naturalmente cita a Homero, pero con originales y profundas observaciones y no sólo en homenaje a la tradición; luego a Arquíloco, Safo, Sófocles, Píndaro y también Anacreonte, Esquilo, Eurípides. Entre los prosistas, los principales son Platón, Demóstenes, Tucídides, Hipérides. Pero su cultura no se detiene en el griego; dentro de la literatura romana, que conocía directamente pues vivía en Roma, da un acertado juicio sobre Cicerón, aunque sea en la característica forma de la “comparatio” con Demóstenes. Es él además el primer griego – al menos por lo que sabemos actualmente – que cita con significativas palabras, el pasaje del Génesis 1, 3: Dijo Dios: “Sea la luz”: y fue hecha; “sea la tierra”: y fue hecha. Ello ha hecho suponer que fuese, como Cecilio, de religión hebrea, pero esta hipótesis no es forzosa.
Hay una página particularmente significativa para mostrarnos con qué independencia sabía nuestro autor derrumbar todos los obstáculos de la preceptiva tradicional, en la firme exaltación de lo sublime por encima de la fría y monótona perfección formal, a pesar de los riesgos que ello comportaba (XXXIII, 4-5):
Aunque yo mismo he señalado – sin complacerme en tales faltas – no pocos errores en Homero y en otros excelentes escritores, y aunque más que faltas involuntarias las llamo equivocaciones derivadas del descuido, y alejamiento accidental e inadvertido de la innata grandeza, sin embargo, considero que las aptitudes superiores aunque no sean siempre iguales a sí mismas, merecen siempre el voto para el primer puesto, si no por otra razón, por lo menos por su noble valor. Sin duda, Apolonio, en las Argonáuticas, es un poeta sin momentos de debilidad; y Teócrito, en las Bucólicas, excepto algunos detalles algo extraños, es un poeta logradísimo; sin embargo, ¿no preferiríais ser Homero antes que Apolonio? ¿Eratóstenes, en la Erígone, poemita absolutamente irreprochable, es acaso un poeta más grande que Arquíloco que arrastra muchas cosas desordenadamente en el ímpetu de su inspiración divina que es difícil someter a las leyes? Y en la lírica ¿preferiríais ser Baquílides antes que Píndaro? En la tragedia ¿Ión de Quíos a Sófocles? Aquéllos no desfallecen jamás y son escritores perfectos en su elegancia; en tanto que Píndaro y Sófocles a veces lo incendian todo en su ardor, pero, luego se apagan extrañamente y caen de la manera más triste. Pero, ¿quién que tenga tino no escogería un solo drama suyo, el Edipo rey, en comparación con todos los de Ión puestos en fila?
Puede decirse que de este modo se demuestra el concepto fundamental de nuestro autor: “Lo sublime es la resonancia de la grandeza del alma” (IX, 2; cfr. VII, 2-3, XXIX, 2, etc.). Sin embargo, no resulta totalmente claro si lo sublime consiste en la inspiración o en la expresión artística, pero es obvio que la grandeza de alma no basta por sí sola para hacerse arte. En tanto que otras afirmaciones, relacionadas con la precedente, son frecuentes en la retórica antigua (por ejemplo, la decadencia de la elocuencia como consecuencia de la pérdida de la libertad civil y de la corrupción moral); esta primera intuición suya es realmente nueva. Pero, ella no autoriza a pensar que el autor no es griego, en cuanto expresaría una conciencia moral nueva; baste recordar que según Aristófanes no eran otros, esencialmente, los motivos de la grandeza de Esquilo.
Frente a la tradición retórica imperante, él se coloca si no en términos de rebelión, por lo menos de decidida oposición. Por supuesto no es sencillo decir dónde y en qué ambiente recogió y maduró su formación espiritual: anomalista y partidario de Teodoro, utiliza sin más los temas de la polémica anti-apolodorista, pero es posible que los mismos ya no fueran actuales sino sólo tradicionales,
Debo comenzar diciendo que este artículo lo escribo hallándome en un estado de ánimo muy bajo, pesimista, tal vez empeorado por la reflexión y por el continuo ir y venir en mi cerebro de ideas, sensaciones, experiencias, recuerdos, hechos, conversaciones, impresiones, previsiones, fantasías, ilusiones, temores…
El ir y venir de ideas se produce en plena operación limpieza semanal de mi casa, mientras, como siempre, suena de fondo música, hoy las sinfonías 7, 8 y 9, la Serenata para cuerdas, la obertura Carnaval y el Scherzo Capriccioso de Dvorák, en las versiones de Carlo Maria Giulini con las orquestas londinenses Philarmonia y London Philarmonic.
Mientras hago limpieza y escucho la música de Dvorák está cayendo un chaparrón importante. ¿Metáfora de lo que se avecina?
Ayer, mientras íbamos en tren a Sagunto a un curso de griego moderno que organiza el CEFIRE, una colega y yo hablábamos de la situación que se está produciendo en los institutos a propósito de las optativas de ESO y Bachillerato, de la guerra abierta por conseguir alumnado y horas para los departamentos. Si ya anunciábamos en un anterior artículo que la Orden de Optativas iba a producir enfrentamientos en los centros, ahora debemos decir que acertamos en ello. Se produce en los institutos que han regulado, como corresponde, la oferta de optativas con comisiones de las COCOPEs o CCPs, en los que los acuerdos adoptados no han gustado a todos, y sucede también en aquéllos que no habían afrontado este problema.
Esta guerra se ha vuelto más encarnizada a la vista de ciertos movimientos de las inspecciones educativas que parecen preludiar un severo recorte en personal y nuevos desplazados. ¡Atentos a las vacantes de julio!
Los programas PAE, PASE, PROA que se han solicitado deben contar con un informe individualizado de cada alumno que aparece en las listas y que debe elaborar el departamento de Orientación. Aquí meterán la tijera.
Asimismo, se ha pedido a los equipos directivos información sobre el alumnado matriculado en Tecnología Industrial y Electrotecnia en Bachillerato y las previsiones para el próximo curso. Recordemos lo que decía la Disposición Transitoria Tercera de la ORDEN de 19 de junio de 2009, de la Conselleria de Educación, por la que se regula la organización y el funcionamiento del Bachillerato diurno, nocturno y a distancia en la Comunitat Valenciana.
Tercera. Impartición de materias de la modalidad Ciencias y Tecnología
Durante los cursos 2010-2011 y 2011-2012, para impartir las materias Tecnología Industrial I, Tecnología Industrial II y Electrotecnia, se deberá contar con la previa autorización expresa de la dirección general competente en materia de ordenación y centros docentes ante la solicitud de la dirección del centro público o del titular del centro privado concertado correspondiente. Esta autorización se concederá cuando en los centros docentes existan espacios adecuados, y en el caso de los centros públicos y privados concertados, un mínimo de 12 alumnos o alumnas para autorizar las materias Tecnología Industrial I o Tecnología Industrial II, y un mínimo de 10 alumnos o alumnas para autorizar la materia Electrotecnia. La dirección general competente en materia de ordenación y centros docentes resolverá las solicitudes presentadas en el plazo máximo de seis meses, que podrán entenderse desestimadas si no se dictase resolución expresa en dicho plazo.
Pero, aparte, flota en el ambiente la impresión de que los recortes van a afectar a más asignaturas. Y aquí el griego se la juega.
Hasta ahora he hablado de la conversación de ayer, que sacaba a la luz esos dos asuntos: guerra de optativas y recortes en el horizonte próximo.
Respecto al primer asunto he tenido una experiencia negativa en mi centro. Muy resumido, porque no viene al caso, diré que los trabajos de la comisión de la COCOPE encargada de determinar la oferta de optativas y asignaturas de modalidad en Bachillerato del centro no satisfizo a algunos departamentos, porque sus optativas no aparecían en la oferta o su asignatura de modalidad estaba emparejada con la franja de optativas lo que impedía que se pudiera cursar una optativa y una de modalidad de un mismo departamento.
En los centros públicos, el número de grupos que se constituyan para cursar materias optativas no podrá superar, en cada uno de los cursos de la etapa, el doble de los grupos constituidos para el desarrollo de las materias comunes del currículo. Únicamente se podrá superar este número de grupos siempre que exista disponibilidad horaria del profesorado y no suponga un incremento de la plantilla prevista.
Este artículo, así como la variedad de optativas o las necesidades de departamentos sin carga horaria en la ESO o aquéllos que sólo cuentan con asignaturas que dependen de la elección de los alumnos, fueron elementos que, a mi juicio acertadamente, tuvo en cuenta la comisión.
Como decía, algunos departamentos no estuvieron de acuerdo y así lo manifestaron en el Claustro que aprobó los trabajos de la COCOPE. Alguno ha ido más allá y ha seguido una táctica no demasiado correcta, en mi opinión. No entro a valorar más a fondo el asunto.
En este tema de las optativas observo con tristeza la actitud, en bastantes centros, de departamentos con horas curriculares en todos los cursos de la ESO, Bachillerato, además de en Primaria, que aún quieren “acaparar” horas de optativas en Bachillerato.
Además la Administración les apoya. Me refiero a los departamentos de Inglés y Geografía e Historia, respectiva y fundamentalmente. Ya apareció en la Orden de Optativas la asignatura de Inglés Práctico en 1º de bachillerato y sus corolarios Inglés Práctico para Humanidades e Inglés Práctico para las Ciencias y la Tecnología en 2º.
El departamento de Historia tenía Geografía e Historia de la Comunidad Valenciana.
Otros departamentos con horas curriculares en todos los cursos, como Castellano y Valenciano, también disponían de optativas como Valenciano: lengua e imagen en 1º, Valenciano: habilidades comunicativas en 2º, o Castellano: lenguaje y documentación en 1º y Castellano: habilidades comunicativas en 2º.
Además estas asignaturas, al igual que Matemáticas, cuentan con los Talleres de refuerzo de instrumentales en el primer ciclo de ESO y Matemáticas con el Taller en 3º que sirve de profundización.
En cambio, y paradójicamente, la administración no favorecía tanto a departamentos con menor presencia en ESO o Bachillerato. Así tenemos a Filosofía que, si cuenta con dos profesores en plantilla, tiene problemas en algunos centros para cubrir horario con la Educación Éticocívica de 4º de ESO y la Filosofía de Bachillerato. Necesitan de optativas como Psicopedagogía y Sociología para salir del paso, o verse abocados a dar muchas horas de Atención Educativa.
Peor lo tiene Música que cuenta con la optativa de 1º de ESO Taller de Música y la de 1º de Bachillerato, Patrimonio Musical en la Comunidad Valenciana, si finalmente es ofertada por el centro.
Y quedan Latín y, sobre todo, Griego. Ya conocemos los profesores de clásicas lo que ocurrió con nuestras optativas. En lugar de contrarrestar la exigua presencia de las clásicas en la educación, a la Administración no se le ocurre otra idea que suprimir las optativas de Fundamentos y Referentes. Por suerte, se consiguieron salvar las dos, aunque con cierto retroceso en Referentes.
Pido, pues, perdón por ser profesor de Griego y haber contemplado cómo cada nuevo plan de estudios nos recortaba horas y por haber tenido que movilizarme, para paralizar la supresión de nuestras muchas optativas.
Pido perdón por ser profesor de Griego y depender ABSOLUTAMENTE de la voluntad y la elección de los alumnos, para poder cubrir mínimamente mi horario.
Pido perdón por ser profesor de Griego y tener que aguantar la ambición de otros departamentos, a los que sobran horas para sus profesores definitivos, en conseguir además otras optativas.
Pido perdón por ser profesor de Griego, una asignatura sin utilidad y que no sirve para los intercambios comerciales, especialmente ahora que el país heleno sufre una terrible crisis, y sufrir la falta de solidaridad de otros departamentos, de ciertas direcciones de centros, y de la Administración educativa, cuya “política” de favorecer las asignaturas “útiles”, puede provocar el que salgamos desplazados de nuestros centros los de clásicas.
Pido, por tanto, perdón al Conseller de Educación por ser profesor de Griego y no servir para los intercambios comerciales en inglés y chino.
Pido perdón al Conseller de Educación por ser profesor de Griego y tener sólo cuatro horas de Griego I, asignatura en la que debo empezar por el alfabeto, y cuatro en Griego II en las que los alumnos tienen que traducir un texto literario, es decir, en total 8, en las que un alumno de Griego pasa del alfabeto a traducir a Lisias, mientras que, como el conseller ha explicado, el último catálogo de materias optativas es de 2008, cuyas evaluaciones diagnósticas han evidenciado que el alumnado valenciano, pese al gran número de horas de la lengua inglesa que tiene, adolece de una formación vinculada expresamente con la expresión oral.
Pido perdón por ser profesor de Griego y atreverme tímidamente a decir que ya está bien de sacarse de la manga horas de refuerzo de inglés (recordemos que además del Inglés Práctico de Bachillerato y del que ahora se quiere introducir en ESO, hay horas de desdoble para este departamento). En efecto, según ha dicho el conseller, la optativa que ahora se va a introducir en la ESO pretende ser «una especie de refuerzo», que se añadiría al taller de lengua extranjera que ya se introdujo en el catálogo de 2008, con lo que los alumnos contarían con dos opciones distintas para trabajar adicionalmente la lengua inglesa. Eso además de las curriculares y los desdobles.
Es decir, en la ESO y el Bachillerato puede dar en total 18 horas de inglés curriculares, más 6 de Inglés Práctico en ESO y 8 de Inglés Práctico en Bachillerato, en total, 32 horas semanales, ¡ah, no me acordaba y las dos de EPC en inglés!, frente a 8 ó 4 de griego. Y no cuento las de Primaria. Pido perdón por ello.
Pido perdón por ser profesor de Griego y no servirle a nuestro eximio conseller a su objetivo de apoyar y promover el desarrollo de la enseñanza de la lengua china, profundizar en el conocimiento de los aspectos culturales y costumbres de China, así como fortalecer el entendimiento mutuo y la amistad entre los dos pueblos. Ya se sabe, los aspectos culturales de Grecia son una nimiedad, algo baladí, fútil e inane. Pido perdón por ello.
Pido perdón por ser profesor de Griego y no poder dar “Profundización en el estudio de la geografía e historia de España», que se justifica en que esta materia está «diluida» en el sistema obligatorio español y no existe un «estudio sistemático» de la geografía y de la historia, sino que está «dispersada dentro de un contenido mixto».
Pido perdón por ser profesor de Griego y no poder dar «Empresa e iniciativa emprendedora», que es una materia vinculada con la economía, que este curso ya se ha incorporado al Bachillerato a través de «Economía de la Comunitat Valenciana». Lástima que no tenga vena de empresario y no pueda inculcar en alumnos de 15 años el amor por la empresa, por algo tan poco pragmático. Pido perdón por ello.
Con este panorama, a nadie ha extrañado que no haya oposiciones de Griego (ni de Latín, Francés y Física y Química) en la Comunidad Valenciana. Como profesor de Griego pido perdón por ello.
Pido perdón por ser profesor de Griego y verme quizás envuelto en un proceso de desplazamiento de mi centro de trabajo, o, tal vez, verme obligado a compartir centro, para poder cumplir mi horario. Pido perdón por no saber chino, no ser profesor de inglés, no ser profesor de Geografía (recordemos que un profesor de Geografía SÍ puede dar Referentes Clásicos) y no poder dar “Iniciativa Emprendedora”.
Pido perdón por ser profesor de Griego y suscitar recelos y comentarios de compañeros de otros departamentos de asignaturas curriculares que se asombran de que con 4 ó 5 alumnos tenga cuatro horas semanales. Tras decirle que FIRMO DONDE HAGA FALTA PARA TENER SUS 30 ALUMNOS, PERO EN GRIEGO, le pido perdón.
Pido perdón por ser profesor de Griego y tener unos pocos esforzados y valientes alumnos que, entre el maremagnum de asignaturas, las presiones familiares, y desoyendo los cantos de sirena de ciertos departamentos de orientación que les marean con las utilidades, las salidas, el futuro y las dichosas PONDERACIONES, han optado por el estudio de la lengua de Homero. Pido perdón por ello.
Pido perdón por ser profesor de Griego y, según cómo vaya el proceso de matrícula, verme abocado a dar Atención Educativa por un tubo o asignaturas afines, lo que redunda en la calidad de la enseñanza. Pido perdón, por tanto, por tener que aguantar el no dar más que 4 ó 6 horas de mi especialidad y completar mi horario con asignaturas que no son la mía. Perdón, perdón, perdón. Mea culpa, mea culpa, mea maxima culpa.
Pido perdón por ser profesor de Griego y haber estudiado una carrera como Filología Clásica por gusto, sin mirar su utilidad, sus salidas, su peso específico, su valor para transacciones económicas. La recordaba cuando esta tarde pasaba el paño del polvo por encima de la orla y veía las caras de mis compañeros de promoción y de los profesores de la Facultad de Valencia.
¡Qué narices!
Ya habrán comprendido todos que he usado un tono irónico. Al contrario y parafraseando a Yourcenar en Memorias de Adriano:
Siempre agradeceré a José Casorrán, mi profesor de Griego en 3º de BUP en el IES Sos Baynat, que me hiciera estudiar tanto griego y que un día me dijera que por qué no estudiaba Filología Clásica. Estoy muy orgulloso de haberle hecho caso. Tenía 16 años cuando por primera vez probé de escribir con el bolígrafo los caracteres de ese alfabeto desconocido. Siempre quedará en mi memoria ese primer texto de Esopo, la fábula del Viejo y la muerte, y esos exámenes de la parte cultural que debíamos prepararnos por nuestra cuenta con el libro amarillo de Anaya, obra de José Alsina Clota.
Agradezco a Mª Ángeles Aramburu, curiosa y casualmente profesora de Inglés, sus clases de Griego en COU en el mismo centro, en un curso con seis alumnos, en el que traducíamos tragedia, entre otras cosas.
Recuerdo el examen de Griego de selectividad: un texto de la Anábasis de Jenofonte que hablaba de los efectos del frío en las tropas griegas.
Me adentré en Lisias y Demóstenes de la mano de Joan Francesc Mira en el viejo CUC de Castellón. ¡Qué recuerdos de aquel grupito de estudiantes de clásicas, hoy la mayor parte de ellos profesores de Griego o Latín!
Y llegó Valencia y su Facultad de Filología, con sus aulas recónditas y cambiantes. Los textos griegos con Antonio Melero y José Antonio Martínez Conesa; los textos latinos con Jordi Pérez Durá e Ismael Roca Meliá; la Métrica Griega, también con José Antonio Martínez Conesa; la Literatura Griega con Jordi Sanchis Llopis; las Instituciones de la Antigüedad Clásica, con Francisco Javier Fernández Nieto; la Lingüística Griega con Antonia Corbera Lloveras y Antonio Melero y la Paleografía y Codicología con Mª Jose Carbonell Boria.
Traducíamos Homero (Ilíada), Tácito (Anales), Horacio (Odas), Sófocles (Antígona), Eurípides (Medea); mucha sintaxis con Corbera, algo de dialectos, las lecciones de Fernández Nieto…
He amado y amo esta lengua por su flexibilidad de cuerpo bien adiestrado, su riqueza de vocabulario donde a cada palabra se siente el contacto directo y variado de las realidades, y porque casi todo lo que los hombres han dicho de mejor lo han dicho en griego. Esa lengua tiene tras ella tesoros de experiencia, la del hombre y la del Estado. En ella han hablado los inventores de la democracia, los grandes filósofos, los primeros científicos y matemáticos, los grandes autores teatrales, historiadores como Tucídides, sabios como Solón o Bías, poetas como Píndaro o Arquíloco, evangelistas como Lucas, oradores como Demóstenes, estadistas como Pericles, médicos como Hipócrates, escultores como Fidias…
He crecido hablando valenciano y castellano: mi epitafio será inscrito en una de esas dos lenguas, pero he disfrutado, sufrido y vivido gracias al griego.
No, no pido perdón por ser profesor de griego. Estoy orgulloso de ello, pese a las circunstancias adversas.
Dejaré que todos aprendan inglés; luego dejaré a los inteligentes aprender Latín como un honor y Griego como un reto” (Winston Churchill).
Hemos escuchado esta frase muchas veces estos últimos días. La frase que da título a este artículo, usada, eso sí, como afirmación se ha convertido en una especie de mantra repetido hasta la saciedad. Sólo hay que escribirlo en Google y observar los resultados. Éste, o esteotro; quizá aquél o el de más allá. Hay quien lo repite tres veces, cual jaculatoria del Rosario.
La frase me sirve de excusa para hablar sobre la herencia griega, sobre el por qué de la presencia del griego en los estudios de bachillerato en España y sobre la evidente importancia de la Grecia antigua en nuestra cultura actual.
En la introducción al currículum de Griego I y II en el Decreto que establece el currículum del bachillerato en la Comunidad Valenciana leemos:
La principal finalidad del griego en el Bachillerato es la asimilación por parte del alumnado de todos los aspectos culturales que, nacidos en la Grecia Antigua, permanecen vigentes hoy en el mundo moderno: lingüísticos, literarios, filosóficos, estéticos, éticos, políticos, científicos, etc., es decir, la comprensión de nuestra cultura partiendo del estudio de la cultura griega. La razón fundamental por la que nos acercamos a ella es la de perfeccionar el conocimiento de nosotros mismos, ya que como herederos culturales de los griegos, el estudio de su mundo y su cultura nos debe hacer aumentar el conocimiento del nuestro, tanto en aquella parte que nos une, y que es mucha, como en la que nos separa. Por ello, aunque pertenezca al área de la lengua, en la enseñanza del griego siempre se unen lengua y cultura, ya que este estudio se desarrollará sobre escritos literarios, filosóficos, históricos… de la cultura griega, y se deducen los aspectos positivos que hay que fomentar en el alumno. Es fundamental el conocimiento de la estructura de la lengua griega, ya que, la iniciación del estudio gramatical en las lenguas clásicas del Bachillerato debe permitir, por traslación, una mayor reflexión relativa al hecho lingüístico y la estructura tanto la propia lengua, como de las otras lenguas del currículo, reflexión que hasta ahora había quedado reducida.
Una de las mayores justificaciones de las lenguas clásicas en la enseñanza ha sido el despliegue del pensamiento lógico de los alumnos por medio del trabajo de traducción.
…
El acceso y la interpretación de los textos, de diferentes tipo y autores, que habrán estado presentados de una manera adecuada, unos originales, en la medida del posible, y otros de traducidos, les permitirá el conocimiento directo del pensamiento de los autores griegos y se descubrirá los múltiples indicios que aún persisten en el mundo actual. El contacto con las más notables muestras del legado de Grecia, con los aspectos más significativos de su historia y cultura, llevará a cabo la profundización en unas señales de identidad que se hacen relevantes, aún, en nuestros días.
Cuando analizamos la realidad que nos rodea en el mundo actual, no podemos evitar hacer referencia al mundo griego. Prácticamente todo lo que hace referencia a la conducta del ser humano ya se ha dado, se ha estudiado, y además, poseemos infinidad de referencias y antecedentes para basarnos en los acontecimientos del mundo griego o en las referencias posteriores a estas épocas. Así, los temas más candentes de la vida contemporánea, como el amor y la lucha, la libertad y la esclavitud, el ciudadano y el estado, la vida y la muerte, el hombre y la divinidad se encuentran tratados en el mundo griego tan profusamente como en el mundo actual y por eso se pueden extraer muchas enseñanzas.
Hasta aquí nuestro extracto del citado Decreto. Y proseguimos.
“Que cada uno sea a su modo griego, pero que lo sea”: este aforismo de Goethe (1749-1832), escrito en uno de los momentos más radiantes de la cultura europea, no ha perdido, hoy en día, ni un ápice de su profunda significación. En Grecia se pusieron los fundamentos de la cultura europea (de Grecia toma Europa hasta su nombre) y todo intento por ser “ser humano” debe inspirarse, necesariamente, en la concepción griega de la “humanidad”, aunque no nos percatemos. Según Dilthey (1833-1911) tres son los fermentos constitutivos de lo que nombramos “europeo”: la concepción del mundo como un κόσμος (cosmos) racional y ordenado, plástico, con el hombre en su centro – es la herencia griega -; la grandiosa concepción del Derecho Romano – la razón escrita – ; y la decisiva aportación del Cristianismo que, a su vez, recoge la herencia grecorromana, dándole un nuevo sentido. Hasta la mitad del siglo XX el mundo griego y su herencia han suscitado un enorme interés, reflejado en todos los campos de la cultura (literatura, arte, filosofía, enseñanza, pintura, historia, etc.) y lo continúa haciendo, salvo la enseñanza, por lo menos en nuestro país.
En efecto año tras año los planes de estudio se han encargado de arrinconar las asignaturas “clásicas” y la LOGSE signó, sinode iure, sí de facto la sentencia de muerte del latín y sobre todo del griego. Con la LOE la situación no ha cambiado mucho. Y eso no porque desaparezcan las asignaturas en sí, sino porque quedan en una de las dos modalidades de Bachillerato y porque dentro de la modalidad a la que pertenecen deben competir duramente, sobre todo el griego, con un gran número de asignaturas de modalidad socialmente más “útiles” o pedagógicamente más “llamativas”. La Cultura Clásica, con la última reforma (LOE) es de oferta obligatoria en tercer curso de ESO y el Latín es materia troncal con otras siete materias de las que el alumnado debe elegir tres.
Ya hemos hablado de la situación de nuestras optativas en otra ocasión.
Cuando en los países, en los que las reformas educativas que eliminaban el estudio del mundo clásico, se produce un revitalización de lo que llamamos clásicas, en España las últimas reformas, con 20 años de retraso, han puesto la lápida encima de la tumba, ya excavada por anteriores planes de estudio, del latín y el griego.
Confiamos en que de aquí 20 años llegue a España el renacimiento de la cultura clásica. Pero dejémonos de lamentaciones (recordamos el proverbio chino: si tu mal tiene remedio, por qué te quejas; si no le tiene, por qué quejarte) y volvamos a destacar la importancia del estudio del griego.
El mundo griego – ¿quien lo duda? – continúa interesando a los hombres de hoy. Continúa siendo una de las fuentes inagotables de nuestra vida espiritual.
En efecto, “El pensar europeo empieza con los griegos, y desde entonces no hay otra manera de pensar. Los europeos no tenemos opción. Tenemos la seguridad de que aquellos que filosofamos o hacemos ciencia siguiendo esta forma griega de pensar, independientemente de las condiciones históricas de su desarrollo, estamos tendiendo a lo absoluto e inmutable: tendemos hacia la verdad. Más aún, no sólo tendemos, sino que realmente alcanzamos algo absoluto, constante, verdadero.”
”No se puede negar el milagro. Todos los que han conocido Grecia, han orado, a su modo, sobre la Acrópolis. Todos los que han estudiado sus obras, han proclamado la deuda de la Humanidad. Ha habido en el globo un pequeño rincón de la tierra donde, bajo el cielo más bonito, hubo hombres dotados de una organización intelectual única, donde las artes y las letras se reflejaron sobre las cosas de la Naturaleza como una segunda luz: en estas palabras de Ingrès se encontrará el comentario para todo cuanto se ha escrito sobre Grecia.”
(H. Berr en el prefacio al libro de A. Jardé, La formación del pueblo griego, Cervantes, Barcelona, 1926).
La Grecia Antigua es hoy para nosotros no un ideal supremo, sino un mundo de experiencias humanas; un mundo a nuestra medida y en el que nos reconocemos a nosotros mismos. Es muy cierto que también otros pueblos y culturas del pasado han desarrollado interesantes civilizaciones, pero el caso griego es especial. En primer lugar la aventura humana de los griegos se nos ofrece como un ciclo completo desarrollado con características propias en una zona bien definida y en un espacio de tiempo relativamente breve y muy preciso.
En segundo lugar las realizaciones helénicas no sólo han dejado una fuerte huella sobre las nuestras, sino que han estado incorporadas a nuestra cultura y como tales las hemos transmitido a pueblos de otras áreas. Tenemos una filiación irrenunciable que nos une a ellas.
La relación que enlaza nuestra cultura y nuestro mundo con el mundo y la cultura griegas hace de nosotros – queramos o no – herederos de la Hélade y estamos llamados a continuar la experiencia humana que se inició en Grecia.
La asunción de esta experiencia confirma nuestra identidad propia, por qué (con palabras de Zubiri) no es que los griegos sean nuestros clásicos: es que, en cierto modo, los griegos somos nosotros. Herencia griega son el predominio de la razón crítica, que lleva hacia actitudes propicias al desarrollo del pensamiento filosófico-científico y a la creación de métodos de investigación; situaciones de conflicto y oscilaciones en las bases fundamentales de la vida humana: religión, organización social, fórmulas políticas, planteamientos éticos…, con respuestas actuales que reproducen a un nivel más amplio y en forma más compleja las que se suscitaron en varios momentos en la Antigua Grecia; los problemas – límite del ser humano -encuentran su expresión en los mitos que, elaborados en la antigüedad, perpetúan su vigencia entre nosotros, manteniéndose vivos y abiertos a la reinterpretación (en filosofía, poesía, arte, etc.).
No podríamos agotar en breve espacio la simple enumeración de los hechos que indican la penetración de los elementos culturales helénicos en nuestro mundo moderno, y no sólo en Occidente, sino en todas las zonas del planeta, ya que a todas ha llegado, de forma más o menos oportuna, la cultura occidental, que dio sus primeros y definitivos pasos en el Hélade.
Resulta incluso asombroso constatar que, en nuestra época de rechazo de los estudios griegos, esa influencia se manifieste de dos formas muy diferentes y de alcance muy desigual. La primera es visible y, al menos en apariencia, muy objetiva. Se traduce en modas, por el recurso a nombres propios y a vagas alusiones mitológicas. El hilo de Ariadna o el complejo de Edipo son recuerdos griegos; los juegos olímpicos y la maratón, también. La Europa que forjamos a toda marcha lleva nombre griego y se vale gustosa de una heroína raptada por Zeus. Todos los espectadores de televisión están acostumbrados a escuchar fórmulas como ésta: “Ariane 5 va a alcanzar a Hermes”. Y hasta los más ignaros de los jóvenes intelectuales hablan con más satisfacción del eros que del amor.
Esta moda me divierte. No descansa en ningún conocimiento serio, pero comporta, no obstante, implicaciones reveladoras. Supone, en algunos casos, que las palabras griegas conservan su fuerza y su claridad: el eros (ἔρως) no es ni la philía (φιλία) ni el ágape (ἀγάπη); el eros es por tanto más claro que el amor. Más a menudo, estos usos suponen la proyección de los símbolos, incluso desviados de su sentido o segados de su origen: el complejo de Edipo o la maratón no sobrevivirían si muchas generaciones no hubieran oído hablar de esas imágenes límite del crimen o de la hazaña. Y, por último, constataremos que estos griegos son de todos y de nadie; y, como en muchos otros terrenos, la Grecia antigua proporciona un lenguaje que, una vez más lo diré, es universal.
Sin embargo, aunque estas supervivencias me divierten – pequeños icebergs que flotan a la deriva sin que nadie sepa ya por qué están ahí -, existe otra supervivencia, mucho más profunda y desconocida por casi todos. Lo queramos o no, está hecha de ideas que viven en nosotros sin que lo sepamos – como nuestro corazón o nuestra sangre – y que, a través de distintos intermediarios, provienen de la Grecia antigua. En efecto, la herencia griega, basada en la aspiración a lo universal, se ha convertido en el espíritu mismo de nuestra civilización occidental. La condena de la violencia, la tolerancia, el respeto de la justicia y el deseo de libertad son un poco los lemas que se atribuyen a la democracia. Y detrás de los lemas se ocultan fuerzas vivas, a las que, en nuestros días, resulta ya peligroso resistirse. Por el contrario, en la época en la que Europa se crea, puede no resultar indiferente reconocer esta deuda, cuando la tendencia es en demasiadas ocasiones a olvidar.
Cuando vemos que disidentes checos invocan contra la tiranía las lecciones de Tucídides, hay sin duda ahí un escorzo; y la mayoría de ellos, seguramente, no conocen a Tucídides. Sin embargo, su actitud se corresponde a la perfección con la lección de Grecia, y quizá no se la comprendería sin el impulso primero dado en Grecia hace veinticinco siglos.
Sólo hemos hablado aquí de política, pero la sensibilidad en nuestros diversos países, los hábitos de pensamiento y el esfuerzo hacia la claridad, la ciencia, la filosofía – ese esfuerzo que casi nunca ha cesado desde entonces -, remiten de nuevo a las primeras audacias de Grecia en esos diversos ámbitos.
Incluso si se llega a cortar hoy días el contacto con ese momento privilegiado de la historia de la humanidad, no se destruirá esa larga maduración, a lo largo de la cual ha dado sus frutos, en nosotros.
Un corte semejante sería absurdo, culpable y peligroso. Al intentar responder a la pregunta “¿Por qué Grecia?”, respondemos siempre un poco a la pregunta más habitual y prosaica que plantea: “¿Por qué el griego?”.
Después de todo, los atenienses de entonces eran muy conscientes de lo que hacían y del papel que merecían desempeñar. Tucídides le hace decir a Pericles que Atenas es para Grecia una “lección viva”, una “educación”, una paideusis (παίδευσις). Lo fue para los griegos y los griegos lo fueron para todos nosotros: que Grecia tuviera un presentimiento tan fuerte de ello me tranquiliza y me maravilla.
Hasta aquí el fragmento de Jacqueline de Romilly.
¿España no es Grecia? nos preguntábamos en el título. Puede que en el sentido económico y financiero en el que se ha usado últimamente esta frase, quizás no lo seamos (así lo espero por nuestro bien).
Pero en otros muchos sentidos sí somos Grecia, como han dicho Goethe, Snell, Berr, Zubiri o Romilly, pese a que muchos no lo quieran ver, lo ignoren o se nieguen a reconocerlo.
Todos, sin embargo, al definir, calificar o etiquetar la situación económica que afecta a la Unión Europea han unido a la palabra “crisis” el gentilicio “griega”. ¿Sabrán que al hacerlo han unido la palabra “crisis” (κρίσις) al país de cuya lengua toma su origen etimológico?
crisis.
(Del lat. crisis, y este del gr. κρίσις).
1. f. Cambio brusco en el curso de una enfermedad, ya sea para mejorarse, ya para agravarse el paciente.
2. f. Mutación importante en el desarrollo de otros procesos, ya de orden físico, ya históricos o espirituales.
3. f. Situación de un asunto o proceso cuando está en duda la continuación, modificación o cese.
4. f. Momento decisivo de un negocio grave y de consecuencias importantes.
5. f. Juicio que se hace de algo después de haberlo examinado cuidadosamente.
6. f. Escasez, carestía.
7. f. Situación dificultosa o complicada.
¿España no es Grecia? Sí, lo es, y en gran medida.