Ayer 11 de diciembre se celebró la II Maratón Internacional Ciudad de Castellón, que contó con 2471 corredores inscritos. Pude participar en ella como voluntario ejerciendo la misión de control de tráfico en un cruce de calles a la altura, más o menos, del kilómetro 21’200, unos metros después de la media maratón (21,097 km.). Es loable el esfuerzo de estos deportistas que recorren 42 largos kilómetros. Hay de todo: profesionales que iban a conseguir una buena marca para Londres 2012 (el primer corredor pasó por la media maratón con 1h, 04 minutos, 45 segundos, cuando el récord de la media maratón – finalizando en ella- está en 58′ 23′, a cargo del etíope Zersenay Tadese), semiprofesionales que tienen en estas pruebas un acicate para proseguir su esfuerzo diario, grupos de amigos agrupados según el tiempo en el que quieren realizar la prueba (3, 3’15, 3’45 y 4’00 horas), y personas que no consiguen terminar la prueba.
El año pasado la prueba la ganó el etíope Solomon Tsige con 2 horas, 10 minutos y 40 segundos.
En esta edición el primero en pasar por la media maratón, donde yo estaba, fue el keniano Charles Ngolepus, con 1h, 04 minutos, 45 segundos.
Pero el ganador final fue el español Carles Castillejo que ha batido el récord de la prueba al finalizar con un tiempo de 2h:10:08 y ha conseguido la mínima para los Juegos Olímpicos de Londres, mínima que también ha conseguido la española Vanessa Veiga (2h32:27). En mujeres, la victoria fue para la keniana Jemina Jegalat que ha invertido 2h:28:34.
Es indudable que la maratón tiene reminiscencias griegas.
Leemos en la Wikipedia:
Los 42, 195 m por los que hoy día conocemos el Maratón datan del año 1908, cuando se celebraron los Juegos Olímpicos de Londres y la reina (Alejandra, la esposa de Eduardo VII) estableció, sin quererlo, esta distancia como la distancia oficial de la carrera de resistencia por antonomasia. Esta distancia es la que separa la ciudad inglesa de Windsor del estadio White City, en Londres. Los últimos metros fueron añadidos para que la final tuviera lugar frente al palco presidencial del estadio. La distancia quedó establecida definitivamente como única oficial en el congreso de la IAAF celebrado en Ginebra en 1921, antes de los Juegos Olímpicos de París 1924.
En efecto, cuando se celebraron los Juegos en Londres en 1908, los organizadores, que sabían que el maratón debía cubrir aproximadamente 25 millas (1 milla son 1.609,344 m), decidieron que la princesa de Gales, en compañía de los nietos reales, debía dar la salida de la carrera en el prado del Castillo de Windsor, y que ésta debía finalizar en el estadio de White City, a 26 millas de la entrada. Se añadieron otras 385 yardas, para que la carrera pudiera terminar frente al rey Eduardo VII y la reina Alejandra en el palco real. Desde entonces, 26 millas con 385 yardas (42,195 km) es la distancia del maratón.
En esta miniserie nos acercaremos al referente de la actual carrera, es decir, la batalla de Maratón y la épica y mítica carrera del hemerodromo Filípides. En algunos manuscritos que conservan las Historias de Heródoto encontramos la variante Fidípides. Es ésta una variante del nombre inspirada en un chiste de Aristófanes en su comedia Las Nubes (en dicha obra el nombre Φειδιππίδης significa “el que ahorra caballos”), que un escriba pudo considerar adecuado para un correo a pie. Hemerodromo es el nombre que recibían los correos oficiales que eran capaces de recorrer diariamente largas distancias a paso rápido. Estas informaciones sobre la variante Fidípides y el hemerodromo las sacamos de las notas a pie de página del párrafo 105 de las Historias de Heródoto en la tradución de Carlos Schrader, en Gredos.
Este es el fragmento de Aristófanes:
Μετὰ ταῦθ᾿, ὅπως νῷν ἐγένεθ᾿ υἱὸς οὑτοσί,
ἐμοί τε δὴ καὶ τῇ γυναικὶ τἀγαθῇ,
περὶ τοὐνόματος δὴ ᾿ντεῦθεν ἐλοιδορούμεθα.
ἡ μὲν γὰρ ἵππον προσετίθει πρὸς τοὔνομα,
Ξάνθιππον ἢ Xάριππον ἢ Καλλιππίδην,
ἐγὼ δὲ τοῦ πάππου ᾿τιθέμην Φειδωνίδην.
τέως μὲν οὖν ἐκρινόμεθ᾿· εἶτα τῷ χρόνῳ
κοινῇ ξυνέβημεν κἀθέμεθα Φειδιππίδην.
Después, cuando nos nació este hijo
a mí y a mi buena mujer
discutimos enseguida sobre su nombre.
Pues ella añadía un “ipo” al nombre,
Jantipo o Caripo o Calípides,
Pero yo proponía el de mi abuelo Fidónides.
Durante un tiempo pues no nos decidíamos, después con el tiempo
llegamos a un acuerdo y le pusimos Fidípides.
Para el episodio de Maratón debemos recurrir a Heródoto quien, en el libro VI de sus Historias, nos habla de la carrera de Filípides y el desarrollo de la batalla.
En primer lugar nos habla de la carrera de Filípides que, realidad, corrió de Atenas a Esparta:
105. Καὶ πρῶτα μὲν ἐόντες ἔτι ἐν τῷ ἄστει οἱ στρατηγοὶ ἀποπέμπουσι ἐς Σπάρτην κήρυκα Φιλιππίδην, ᾿Αθηναῖον μὲν ἄνδρα, ἄλλως δὲ ἡμεροδρόμην τε καὶ τοῦτο μελετῶντα. Τῷ δή, ὡς αὐτός τε ἔλεγε Φιλιππίδης καὶ ᾿Αθηναίοισι ἀπήγγελλε, περὶ τὸ Παρθένιον ὄρος τὸ ὑπὲρ Τεγέης ὁ Πὰν περιπίπτει· βώσαντα δὲ τὸ οὔνομα τοῦ Φιλιππίδεω τὸν Πᾶνα ᾿Αθηναίοισι κελεῦσαι ἀπαγγεῖλαι δι᾿ ὅ τι ἑωυτοῦ οὐδεμίαν ἐπιμελείην ποιεῦνται, ἐόντος εὐνόου ᾿Αθηναίοισι καὶ πολλαχῇ γενομένου σφι ἤδη χρησίμου, τἀ δ᾿ ἔτι καὶ ἐσομένου. Καὶ ταῦτα μὲν ᾿Αθηναῖοι, καταστάντων σφι εὖ ἤδη τῶν πρηγμάτων, πιστεύσαντες εἶναι ἀληθέα ἱδρύσαντο ὑπὸ τῇ ᾿Ακροπόλι Πανὸς ἱρόν, καὶ αὐτὸν ἀπὸ ταύτης τῆς ἀγγελίης θυσίῃσί τε ἐπετείοισι καὶ λαμπάδι ἱλάσκονται.
CV. Lo primero que hicieron dichos generales, aun antes de salir de la ciudad, fue despachar a Esparta por heraldo a Fidípides, natural de Atenas, hemorodromo (o correo de profesión). Hallándose este, según el mismo decía y lo refirió a los atenienses cerca del monte Partenio, que cae cerca de Tegea, apareciósele el dios Pan, el cual habiéndole llamado con su propio nombre de Filípides, le mandó dar quejas a los atenienses, pues en nada contaban con él, siéndoles al presente propicio, habiéndoles sido antes muchas veces favorable y estando en ánimo de serles amigo en el porvenir. Tuvieron los de Atenas por tan verdadero este aviso, que estando ya sus cosas en buen estado, levantaron en honor de Pan un templo debajo de la fortaleza, y continuaron todos los años en hacerle sacrificios desde que les envió aquella embajada, honrándole con lámparas y luminarias.
106. Τότε δὲ πεμφθεὶς ὑπὸ τῶν στρατηγῶν ὁ Φιλιππίδης οὗτος, ὅτε πέρ οἱ ἔφη καὶ τὸν Πᾶνα φανῆναι, δευτεραῖος ἐκ τοῦ ᾿Αθηναίων ἄστεος ἦν ἐν Σπάρτῃ, ἀπικόμενος δὲ ἐπὶ τοὺς ἄρχοντας ἔλεγε· «῏Ω Λακεδαιμόνιοι, ᾿Αθηναῖοι ὑμέων δέονται σφίσι βοηθῆσαι καὶ μὴ περιιδεῖν πόλιν ἀρχαιοτάτην ἐν τοῖσι ῞Ελλησι δουλοσύνῃ περιπεσοῦσαν πρὸς ἀνδρῶν βαρβάρων· καὶ γὰρ νῦν ᾿Ερέτριά τε ἠνδραπόδισται καὶ πόλι λογίμῳ ἡ ῾Ελλὰς γέγονε ἀσθενεστέρη.« ῾Ο μὲν δή σφι τὰ ἐντεταλμένα ἀπήγγελλε, τοῖσι δὲ ἕαδε μὲν βοηθέειν ᾿Αθηναίοισι, ἀδύνατα δέ σφι ἦν τὸ παραυτίκα ποιέειν ταῦτα οὐ βουλομένοισι λύειν τὸν νόμον· ἦν γὰρ ἱσταμένου τοῦ μηνὸς εἰνάτη, εἰνάτῃ δὲ οὐκ ἐξελεύσεσθαι ἔφασαν μὴ οὐ πλήρεος ἐόντος τοῦ κύκλου.
CVI. Despachado, pues, Fidípides por los generales, y haciendo el viaje en que dijo habérsele aparecido el dios Pan, llegó a Esparta el segundo día de su partida, y presentándose luego a los magistrados, hablóles de esta suerte: —«Sabed, lacedemonios, que los atenienses os piden que los socorráis, no permitiendo que su ciudad, la más antigua entre las griegas, sea por unos hombres bárbaros reducida a la esclavitud; tanto más, cuando Eretria ha sido tomada al presente y la Grecia cuenta ya de menos una de sus primeras ciudades.» Así dio Fidípides el recado que traía: los lacedemonios querían de veras enviar socorro a los de Atenas, pero les era por de pronto imposible si querían faltar a sus leyes; pues siendo aquel el día nono del mes, dijeron no poder salir de la empresa, por no estar todavía en el plenilunio, y con esto dilataron hasta él la salida.
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