Así pues, padre e hijo salen del monstruo atravesando la boca entreabierta del cetáceo que éste mantiene abierta mientras duerme debido a su enfermedad asmática y a sus palpitaciones de corazón. Un estornudo de la bestia los vuelve al interior, pero, tras repetir la operación, se ven finalmente libres.
La película que la compañía Walt Disney realizó sobre el cuento de Collodi realiza una variante sobre la salida de la ballena de Pinocho y Gepetto, que la acerca más al episodio que relata Luciano en sus Relatos Verídicos.
Recordemos que en la obra de Luciano, el autor y sus compañeros incendian el bosque que hay en el interior de la ballena y así consiguen que el animal abra con frecuencia la boca; en una de estas ocasiones apuntalan su boca, para asegurarse su salida, cuando el animal muera y así lo hacen, pudiendo salir de su cautiverio que se prolongó un año y unos diez meses, nada comparado con los 27 años que estuvieron en el vientre del animal el anciano y el hijo que Luciano y sus compañeros encuentran en el capítulo 33.
En la película de Disney, cuando Gepetto, para celebrar el reencuentro con Pinocho, quiere preparar un fuego para ahumar los atunes que ha pescado en el interior de la ballena, a Pinocho le viene la idea de hacer un gran fuego y mucho humo, para, así, hacer estornudar a Monstruo y ser de esta forma arrojados de su vientre. Y así ocurre, aunque causan el enorme enojo del monstruo que los embiste y está a punto de acabar con sus vidas.
En la red hemos encontrado dos vídeos de la película de Disney (uno ya lo hemos ofrecido) que nos permiten ilustrar icónicamente los capítulos 34 y 35 del cuento.
Estamos finalizando ya la serie sobre la vida en el vientre de la ballena, y pasamos al texto que la propició. Uno de los objetivos de esta serie es el que, a continuación, ofrecemos: el texto griego y su traducción, debida a José Luis Navarro González y Andrés Espinosa Alarcón, de los capítulos 30 a 42 del Libro I y 1 a 2 del Libro II de los Relatos Verídicos de Luciano de Samosata.
Antes, no obstante, debemos recordar lo que en el capítulo 4 del Libro I de su Relatos Verídicos, Luciano nos dice, en una interesante confesión:
τούτοις οὖν ἐντυχὼν ἅπασιν, τοῦ ψεύσασθαι μὲν οὐ σφόδρα τοὺς ἄνδρας ἐμεμψάμην, ὁρῶν ἤδη σύνηθες ὂν τοῦτο καὶ τοῖς φιλοσοφεῖν ὑπισχνουμένοις· ἐκεῖνο δὲ αὐτῶν ἐθαύμασα, εἰ ἐνόμιζον λήσειν οὐκ ἀληθῆ συγγράφοντες. διόπερ καὶ αὐτὸς ὑπὸ κενοδοξίας ἀπολιπεῖν τι σπουδάσας τοῖς μεθ᾽ ἡμᾶς, ἵνα μὴ μόνος ἄμοιρος ὦ τῆς ἐν τῶι μυθολογεῖν ἐλευθερίας, ἐπεὶ μηδὲν ἀληθὲς ἱστορεῖν εἶχον – οὐδὲν γὰρ ἐπεπόνθειν ἀξιόλογον – ἐπὶ τὸ ψεῦδος ἐτραπόμην πολὺ τῶν ἄλλων εὐγνωμονέστερον· κἂν ἓν γὰρ δὴ τοῦτο ἀληθεύσω λέγων ὅτι ψεύδομαι. οὕτω δ᾽ ἄν μοι δοκῶ καὶ τὴν παρὰ τῶν ἄλλων κατηγορίαν ἐκφυγεῖν αὐτὸς ὁμολογῶν μηδὲν ἀληθὲς λέγειν. γράφω τοίνυν περὶ ὧν μήτε εἶδον μήτε ἔπαθον μήτε παρ᾽ ἄλλων ἐπυθόμην, ἔτι δὲ μήτε ὅλως ὄντων μήτε τὴν ἀρχὴν γενέσθαι δυναμένων. διὸ δεῖ τοὺς ἐντυγχάνοντας μηδαμῶς πιστεύειν αὐτοῖς.
Pues bien, después de tomar contacto con todos esos autores, llegué a no reprocharles demasiado que engañen al público, al notar que ello es práctica habitual, incluso, entre los consagrados a la filosofía. Me sorprendió en ellos, sin embargo, que creyeran escribir relatos inverosímiles sin quedar en evidencia. Por ello mi personal vanidad me impulsó a dejar algo a la posteridad, a fin de no ser el único privado de licencia para narrar historias; y, como nada verídico podía referir, por no haber vivido hecho alguno digno de mencionarse, me orienté a la ficción, pero mucho más honradamente que mis predecesores, pues al menos diré una verdad al confesar que miento. Y, así, creo librarme de la acusación del público al reconocer yo mismo que no digo ni una verdad. Escribo, por tanto, sobre cosas que jamás vi, traté o aprendí de otros, que no existen en absoluto ni por principio pueden existir. Por ello, mis lectores no deberán prestarles fe alguna.
Hecha esta confesión, y prevenido el lector, vamos con el texto lucianesco.
῎Εοικε δὲ ἀρχὴ κακῶν μειζόνων γίνεσθαι πολλάκις ἡ πρὸς τὸ βέλτιον μεταβολή· καὶ γὰρ ἡμεῖς δύο μόνας ἡμέρας ἐν εὐδίᾳ πλεύσαντες, τῆς τρίτης ὑποφαινούσης πρὸς ἀνίσχοντα τὸν ἥλιον ἄφνω ὁρῶμεν θηρία καὶ κήτη πολλὰ μὲν καὶ ἄλλα, ἓν δὲ μέγιστον ἁπάντων ὅσον σταδίων χιλίων καὶ πεντακοσίων τὸ μέγεθος· ἐπῄει δὲ κεχηνὸς καὶ πρὸ πολλοῦ ταράττον τὴν θάλατταν ἀφρῷ τε περικλυζόμενον καὶ τοὺς ὀδόντας ἐκφαῖνον πολὺ τῶν παρ᾿ ἡμῖν φαλλῶν ὑψηλοτέρους, ὀξεῖς δὲ πάντας ὥσπερ σκόλοπας καὶ λευκοὺς ὥσπερ ἐλεφαντίνους. ἡμεῖς μὲν οὖν τὸ ὕστατον ἀλλήλους προσειπόντες καὶ περιβαλόντες ἐμένομεν· τὸ δὲ ἤδη παρῆν καὶ ἀναρροφῆσαν ἡμᾶς αὐτῇ νηΐ κατέπιεν. οὐ μέντοι ἔφθη συναράξαι τοῖς ὀδοῦσιν, ἀλλὰ διὰ τῶν ἀραιωμάτων ἡ ναῦς ἐς τὸ ἔσω διεξέπεσεν.
30. Parece, sin embargo, que es muchas veces comienzo de las mayores desgracias el cambio a una situación mejor. En efecto, nosotros navegamos sólo dos días con buen tiempo, mas al amanecer del tercero, a la salida del sol, vimos de repente muchos monstruos marinos, y entre ellos ballenas. Una, la más grande de todas, medía unos mil quinientos estadios de longitud. Avanzaba hacia nosotros con la boca abierta, agitando el mar en un gran trecho ante sí, toda bañada en espuma, y mostrando unos dientes mucho mayores que nuestros símbolos fálicos, todos agudos como empalizadas y blancos como el marfil. Nosotros intercambiamos el último saludo, nos abrazamos y nos dispusimos a esperar. Ya estaba a nuestro lado, y de un sorbo nos tragó con la nave incluida, mas no tuvo tiempo de destruirnos con sus dientes, pues a través de los intersticios la nave se deslizó al interior.
ἐπεὶ δὲ ἔνδον ἦμεν, τὸ μὲν πρῶτον σκότος ἦν καὶ οὐδὲν ἑωρῶμεν, ὕστερον δὲ αὐτοῦ ἀναχανόντος εἴδομεν κύτος μέγα καὶ πάντῃ πλατὺ καὶ ὑψηλόν, ἱκανὸν μυριάνδρῳ πόλει ἐνοικεῖν. ἔκειντο δὲ ἐν μέσῳ καὶ μικροὶ ἰχθύες καὶ ἄλλα πολλὰ θηρία συγκεκομμένα, καὶ πλοίων ἱστία καὶ ἄγκυραι, καὶ ἀνθρώπων ὀστέα καὶ φορτία, κατὰ μέσον δὲ καὶ γῆ καὶ λόφοι ἦσαν, ἐμοὶ δοκεῖν, ἐκ τῆς ἰλύος ἣν κατέπινε συνιζάνουσα. ὕλη γοῦν ἐπ᾿ αὐτῆς καὶ δένδρα παντοῖα ἐπεφύκει καὶ λάχανα ἐβεβλαστήκει, καὶ ἐῴκει πάντα ἐξειργασμένοις· περίμετρον δὲ τῆς γῆς στάδιοι διακόσιοι καὶ τεσσαράκοντα. ἦν δὲ ἰδεῖν καὶ ὄρνεα θαλάττια, λάρους καὶ ἀλκυόνας, ἐπὶ τῶν δένδρων νεοττεύοντα.
31 Ya dentro, al principio reinaba la oscuridad y nada veíamos, pero más tarde, cuando abrió la boca, vimos una gran cavidad, toda ella plana y elevada, capaz de albergar una ciudad de diez mil hombres. Había por medio peces grandes y pequeños, y muchos otros animales triturados, mástiles y anclas de embarcaciones, huesos humanos y mercancías. En el centro había tierra y montículos, sedimentos – a mi parecer – del limo que había tragado. Sobre ésta había crecido un bosque, con árboles de variadas especies; habían brotado hortalizas, y parecía hallarse todo ello cultivado. El perímetro de la isla abarcaba doscientos cuarenta estadios. Podían verse también pájaros marinos, gaviotas y alciones, con sus nidos en los árboles.
Hola, La ilustración ballena 3, sabes a quién pertenece= Quién es el/la autor/a? Me gustaría contactarle para utilizar la imagen. Gracias
Hola, puertasdelalma: Leo tarde el comentario. Lo siento, no recuerdo de dónde tomé la imagen. La he buscado de nuevo, pero no la he encontrado. Un saludo.