El Grado de Periodismo de las universidades UJI de Castellón, Miguel Hernández de Elche y Universitat de València pondera con 0’2 las asignaturas de Matemáticas Aplicadas a las Ciencias Sociales, Geografía, Economía de la Empresa y Literatura Universal y sólo con 0’1 a las restantes asignaturas de modalidad del Bachillerato de Humanidades: Historia del Arte, Latín y Griego. Por lo que se ve, es mucho más importante que un periodista sepa matemáticas, geografía, economía y literatura universal que arte, latín o griego. Personalmente, en Periodismo, ponderaría con 0’2 todas las asignaturas de modalidad de Humanidades, pues en todas ellas hay contenidos que alguna vez un periodista necesitará.
El más reciente ejemplo de esto último ha sido la renuncia del Papa Benedicto XVI durante el Consistorio Ordinario público del 11 de febrero. En él la veterana periodista Giovanna Chirri utilizó Twitter cuando, en el discurso de Benedicto XVI, escuchó esto:
Non solum propter tres canonizationes ad hoc Consistorium vos convocavi, sed etiam ut vobis decisionem magni momenti pro Ecclesiae vita communicem. Conscientia mea iterum atque iterum coram Deo explorata ad cognitionem certam perveni vires meas ingravescente aetate non iam aptas esse ad munus Petrinum aeque administrandum.
y luego esto otro:
Quapropter bene conscius ponderis huius actus plena libertate declaro me ministerio Episcopi Romae, Successoris Sancti Petri, mihi per manus Cardinalium die 19 aprilis MMV commissum renuntiare ita ut a die 28 februarii MMXIII, hora 20 sedes Romae, sedes Sancti Petri vacet et Conclave ad eligendum novum Summum Pontificem ab his quibus competit convocandum esse.
Giovanna tuiteó: B16 si e’ dimesso. Lascia pontificato dal 28 febbraio. Benedicto XVI ha renunciado. Deja el pontificado a partir del 28 de febrero.
Sus siguientes tuits fueron:
When Pope announced he was resigning, I felt wake at the knees = Cuando el Papa anunció que estaba renunciando, sentí que me flaqueaban las rodillas.
The Pope’s Latin is very easy to understand = El latín del Papa es muy fácil de entender.
It pained me that Pope B16 is stepping down. He is a great theologian = Me dolía que el Papa Benedicto XVI estuviera dejando el cargo. Es un gran teólogo.
De este lugar copiamos este breve e interesante reflexión sobre el asunto:
Con esa expresión ,»sabe latín», se suele aludir a quien es muy listo o tiene una buena formación; alguien a quien es difícil engañar porque no se le escapa nada.
Los recientes acontecimientos en el Vaticano, con la noticia de la renuncia del Papa, han reforzado esa idea: la exclusiva mundial fue dada por la única periodista de los presentes que sabía latín. Mientras sus compañeros sonreían como tontos sin entender lo que se les estaba diciendo, Giovanna Chirri difundía una noticia de alcance mundial, algo que no había ocurrido en los últimos 500 años. El idioma oficial del Vaticano es el latín y, sorprendentemente, solo ella lo entendía. ¿No se exige inglés para ser corresponsal en Londres o francés para serlo en París?.
¡Ah, se me olvidaba! Giovanna utilizó twitter para poner en circulación la novedad. Lo comento porque quizá a algunos les sorprenda que alguien que sabe latín no haya utilizado una paloma mensajera para difundir la noticia.
Cuenta Carmen Martín Gaite que muchas veces las amigas de su madre, cuando ésta les hablaba de los estudios de su hija, le recordaban aquello de «mujer que sabe latín no puede tener buen fin». Pues, de momento, a Carmen y a Giovanna, sus conocimientos de esta lengua no les han venido nada mal.
Aquí se puede leer la referencia al conocimiento del latín y los tuits de Giovanna Chirri.
En el mismo periódico se destaca este hecho, pero se incurre en un nuevo error, ya que el discurso en el que Benedicto XVI comunicó su renuncia no se produjo en una misa, como afirma el autor de este artículo, sino en el Consistorio Ordinario público del lunes 11 de febrero de 2013.
Esto nos muestra que además de la ignorancia del latín, entre los periodistas, exceptuando los especializados en asuntos religiosos, así como entre el común de los mortales, hay una ignorancia supina sobre asuntos religiosos, en los que englobamos la liturgia, la historia sagrada, los términos técnicos, la historia de la Iglesia. Generalmente, se usan mal las palabras, se banaliza y se desinforma.
No es la primera vez que ambos elementos, desconocimiento de latín y de historia sagrada o asuntos religiosos, unidos a desinformación, se unen y, también, en un asunto referido a un Papa.
En su testamento de 6 de marzo de 1979, dado a conocer el 7 de abril de 2005, Juan Pablo II escribía:
2. A medida que avanza el Año jubilar 2000, día a día se cierra detrás de nosotros el siglo XX y se abre el siglo XXI. Según los designios de la Providencia, se me ha concedido vivir en el difícil siglo que está transformándose en pasado, y ahora, en el año en que mi vida llega a los ochenta años («octogesima adveniens«), es necesario preguntarse si no ha llegado la hora de repetir con el bíblico Simeón: «Nunc dimittis».
En el día 13 de mayo de 1981, el día del atentado contra el Papa durante la audiencia general en la plaza de San Pedro, la divina Providencia me salvó milagrosamente de la muerte. El que es único Señor de la vida y de la muerte me prolongó esta vida; en cierto sentido, me la dio de nuevo. A partir de ese momento le pertenece aún más a él. Espero que me ayude a reconocer hasta cuándo tengo que continuar este servicio, al que me llamó el día 16 de octubre de 1978. Le pido que me llame cuando él mismo quiera. «En la vida y en la muerte pertenecemos al Señor… Del Señor somos» (cf. Rm 14, 8). Espero también que, mientras pueda cumplir el servicio petrino en la Iglesia, la misericordia de Dios me dé las fuerzas necesarias para este servicio.
La interpretación de las palabras Nunc dimittis (Lucas 2, 29) que nada tienen que ver con «dimitir» hizo correr ríos de tinta sobre la posibilidad de que Juan Pablo II se hubiera planteado la dimisión.
Simeón con Jesús en brazos. Nunc dimittis
Este hecho causó también mucha polémica en la prensa. Me ha parecido oportuno reproducir este análisis de Isabel Ordóñez que podemos leer también en su fuente original:
El testamento de Juan Pablo II, malinterpretado por algunos medios de comunicación
El Papa nunca pensó en dimitir: “Espero que (el Señor) me ayude a reconocer hasta cuándo tengo que continuar este servicio al que me llamó el día 16 de octubre de 1978”, escribió el fallecido Pontífice después de preguntarse “si no ha llegado la hora de repetir con el bíblico Simeón: «Nunc dimittis».
Isabel Ordóñez
La incógnita creada en torno al contenido del testamento de Juan Pablo II fue desvelada este jueves, 7 de abril, por la Oficina de Prensa de la Santa Sede. El documento, en realidad un compendio de reflexiones escritas en diferentes momentos de su pontificado, recoge en una de ellas una abstracción sobre su continuidad al frente de la Iglesia: “es necesario preguntarse si no ha llegado la hora de repetir con el bíblico Simeón: «Nunc dimittis». Sin embargo, acto seguido despeja cualquier duda al respecto al testimoniar: “Espero que (el Señor) me ayude a reconocer hasta cuándo tengo que continuar este servicio al que me llamó el día 16 de octubre de 1978”.
Toda la prensa generalista española y el diario AVUI de Cataluña resaltan en sus portadas la reflexión del fallecido Papa con respecto a su continuidad, no siempre con igual acierto. Así, mientras EL MUNDO y LA VANGUARDIA reproducen fielmente la intención de las palabras del Pontífice y EL PERIÓDICO llega a captar su sentido en el titular, el ABC, el AVUI, EL PAÍS y LA RAZÓN malinterpretan el mensaje de Juan Pablo II.