Damos hoy fin a la serie dedicada a la figura de Néstor, como ejemplo de vida prolongada, que se inició a propósito de una cita cervantina recogida por Manuel de Falla en su genial El retablo de Maese Pedro.
Las alusiones a la longevidad de Néstor son abundantes en el siglo de oro, siendo sinónimo de vejez tranquila y duradera. Se tradujo de la Nestorea senecta, de Marcial (Epigramas IX, 39).
XXIX
Saecula Nestorea permensa, Philaeni, senectae
Rapta es ad infernas tam cito Ditis aquas?
Euboicae nondum numerabas longa Sibyllae
tempora: maior erat mensibus illa tribus.
Heu quae lengua silet! Non illam mille catastae
vincebant, nec quae turba Sarapin amat,
nec matutini cirrata caterva magistri,
nec quae Strymonio de grege ripa sonat
quae nunc Thessalico lunam deducere rhombo,
quae sciet hos illos vendere lena toros?
Sit tibi terra levis mollique Tenaris harena
ne tua non possint cruere ossa canes.
La hechicera Filenis
Después de haber sobrepasado cumplidamente, Filenis, los siglos de la vejez de Néstor,
¿tan rápidamente has sido arrastrada hasta las aguas infernales de Dite?
Todavía no contabas los muchos años de la Sibila de Eubea;
era mayor ella por tres meses.
¡Ay, qué lengua ha enmudecido! No la acallaban mil subastas de esclavos,
ni la turba de los devotos de Serapis,
ni la cuadrilla de cabelleras rizadas de un maestro madrugador,
ni las riberas que retumban con la bandada del Estrimón.
¿Qué hechicera sabrá ahora hacer bajar la luna con su rombo tesalio?
¿Qué celestina sabrá vender tal o cual lecho nupcial?
Que la tierra te sea leve y que te cubra una suave arena,
no sea que no puedan los perros desenterrar tus huesos.
Una nueva alusión la hallamos en el libro XI 56):
Quod nimium mortem, Chaeremon Stoice, laudas,
Vis animum mirer suspiciamque tuum?
Hanc tibi virtutem fracta facit urceus ansa,
Et tristis nullo qui tepet igne focus,
Et teges et cimex et nudi sponda grabati,
Et brevis atque eadem nocte dieque toga.
O quam magnus homo es, qui faece rubentis aceti
Et stipula et nigro pane carere potes!
Leuconicis agedum tumeat tibi culcita lanis
Constringatque tuos purpura pexa toros,
Dormiat et tecum, modo qui dum Caecuba miscet
Convivas roseo torserat ore puer:
O quam tu cupies ter vivere Nestoris annos
Et nihil ex ulla perdere luce voles!
Rebus in angustis facile est contemnere vitam:
Fortiter ille facit, qui miser esse potest.
Porque alabas en exceso, estoico Queremón, la muerte
¿quieres que me asombre y admire tu grandeza de alma?
Esa virtud te la proporciona un cántaro con el asa rota y un hogar
triste que no se caldea con ningún fuego, y una estera y una
chinche y el armazón de una cama desnuda y una toga corta
y la misma durante el día y la noche. ¡Oh qué gran hombre eres
que puedes carecer de los posos de un vinagre rojizo y de un
colchón de paja y de pan negro! Ea, que tu almohada se
hinche con lana de Laconia y que una púrpura nueva rodee tu lecho
y que duerma contigo el adolescente que hace un momento,
cuando servía el cécubo, había atormentado a los invitados
con su boca de rosa: ¡Oh cómo desearías tú vivir tres veces los
años de Néstor y cómo querrías no desperdiciar un momento de
un solo día! En situaciones de miseria es fácil despreciar la
vida: obra valientemente el que puede vivir en la miseria.
Traducción: María del Dulce Nombre Estefanía
En Publio Papinio Estacio, Silvas, libro IV, poema 3, versos 147 a 151 leemos:
Magnus te manet ordo seculorum,
Natis longior, ab nepotibusque,
Annos perpetua geres juventa,
Quos fertur placidos obisse Nestor,
Quos Tithonia computat senectus.
Que un autor anónimo tradujo en 1718 así:
larga serie de siglos, feliz Niño,
te espera que vivir, que dilatada
a las generaciones más remotas
alcanzará, y en juventud lozana
los años que Nestor vivió, felices
vivirás, con los que la avanzada
senectud de Tithón cuenta….
Benito Jerónimo Feijoo en su Teatro Crítico Universal, en el Discurso XII del Tomo I, titulado Senectud del mundo, cita por dos veces al rey de Pilos diciendo que vivió 300 años.
10. El argumento, que a favor de la opinión vulgar se toma de las larguísimas vidas de los hombres Antediluvianos, y los que sucedieron próximamente al Diluvio, no es del caso. Porque no negamos que la vida del hombre haya padecido alguno, y grave detrimento desde su primer origen; sí sólo, que de muchos siglos a esta parte le haya padecido, y que ahora de presente se vaya estrechando cada vez más, como piensa el Vulgo. Señalan los Autores varias causas de la prodigiosa duración de aquellos antiguos progenitores nuestros: como su mayor sobriedad: la mejoría de los frutos de la tierra, que deterioraron las aguas del Diluvio: alguna especial protección de la Providencia: la gran noticia de remedios preservativos, comunicada del primer padre a sus hijos, y nietos, que después se fue perdiendo poco a poco.
11. Argúyese también con los ejemplos de algunos antiguos, muy posteriores al Diluvio, que alargaron sus días con mucho exceso sobre los nuestros, como Nestor, Rey de Pilo, que vivió trescientos años. Algunos Reyes de Arcadia, que llegaron a la misma edad. Otros de Egipto, que vivieron mil y doscientos años. Juan de los Tiempos, Escudero de Carlo Magno, que vivió trescientos y sesenta.
12. A esto se responde, que Nestor vivió los trescientos años en el País de las Fábulas. Lo de los Reyes de Arcadia, y de Egipto se desvanece, quitando la equivocación que en esto hay. Es el caso, que cada año nuestro tiene cuatro de los que contaban por tales los Arcades, entre quienes el año constaba no más que de tres meses, como refiere Plinio: y así, los trescientos años de vida de cada Rey venían a ser setenta y cinco de los comunes. Entre los Egipcios, como testifican Diodoro Sículo, y Plutarco, aún era mucho menor el año, porque los contaban por Lunas; y así, mil y doscientos años Egipcios no llegaban a ciento de los nuestros. La edad larguísima de Juan de los Tiempos es repelida como fábula por los mejores Historiadores. Fuera de que habiendo muerto este hombre el año de 1128 de la Era Cristiana, probaría el hecho, siendo verdadero (contra lo que se pretende de la sucesiva decadencia de la vida de los hombres, así como fueron corriendo los tiempos), que seis, u ocho siglos ha se vivía más que los diez, o doce anteriores; pues retrocediendo todo este espacio de tiempo, no se encuentra hombre alguno que durase tanto.
Doña Catalina Clara Ramírez de Guzmán dice en una de sus Poesías (Ed. Entrambasaguas. «Centro de Estudios Extremeños». Badajoz, 1930, pág. 201):
«Vivas nestóreas edades,
y sin ultrajes groseros
de tu sin igual belleça,
aplausos logres eternos.
Como curiosidad finalizamos con esta noticia. Sí, Hryhori Nestor (Григорій Дмитрович Нестор) murió a los 116 años y su secreto para tal longevidad fue no haberse casado nunca.
Es, cuanto menos curioso, que uno de los hombres más longevos del mundo tenga por apellido Nestor, siendo Néstor, con tilde, el ejemplo clásico de vida longeva, junto con Titono y Matusalén. Curiosidades de la vida.
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