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Archive for 27 de diciembre de 2012

Seguimos con nuestro animalejo intentando dar una información completa de las fuentes clásicas, y no clásicas, que hablaron sobre él. En este lugar, en el que se analiza la iconografía zooloógica de la puerta del Perdón de la la iglesia mayor prioral de El Puerto de Santa María, se nos dice:

Pierre de Beauvais (Cahier II, 213-215) explica el carácter monstruoso de su nacimiento.

Hay una bestia que es llamada basileoc. El Fisiólogo nos dice sobre su naturaleza cómo nace, dándonos a entender que nace del huevo de un gallo. Cuando el gallo tiene siete años cumplidos, en su vientre crece un huevo. Y cuando siente este huevo, queda maravillado de sí mismo y experimenta la más grande angustia que una bestia pueda sentir o sufrir. Cansado, busca un lugar en el estiércol o en una cuadra y rasca con sus patas hasta hacer un hoyo para poner en él su huevo. Y cuando el gallo haya hecho su agujero, correrá a él diez veces cada día hasta que se libre de su carga. Y el sapo es de tal naturaleza que percibe por su olfato el veneno que el gallo lleva en su vientre; lo acecha de modo tal, que el gallo no puede ir a su agujero sin ser visto. Y en cuanto el gallo se aleja del lugar en que ha de poner su huevo, allí va el sapo para ver si el huevo está puesto. Cuando el huevo está puesto, (el sapo) lo toma y lo incuba. Y cuando lo ha incubado tanto que está a punto de abrirse […], es una bestia que tiene la cabeza, el cuello y el pecho de un gallo, y el cuerpo por detrás es como de una serpiente. Y en cuanto esta bestia lo puede, busca un lugar oculto en una vieja sima o en una antigua cisterna y allí permanece sin que nadie pueda verla. Pues es de tal naturaleza que moriría si el hombre alcanza a verla antes de que ella vea al hombre. Y si ella ve antes al hombre, es este el que ha de morir. Pues la bestia es de tal naturaleza que arroja su veneno por los ojos: y tiene un mirar tan ponzoñoso que mata a los pájaros que vuelan por encima, si puede mirarlos entre ambos ojos.

Ripa, basándose en Piero Valeriano, hace del basilisco el atributo de la Calumnia:

Mujer de aspecto enfurecido, que llevará en la izquierda una antorcha encendida, mientras con la derecha agarra por los cabellos a un jovencito desnudo que levanta al cielo sus manos, juntando una con otra. A uno de sus lados se pintará un Basilisco. Se pinta junto a un Basilisco por cuanto, según narra Pierio Valeriano, lib. XIV, los sacerdotes Egipcios simbolizaban con este animal a la calumnia. Pues así como el Basilisco, sin necesidad de morder, daña al hombre a distancia con solo mirarlo, así también el calumniador –hablando secretamente al oído de los Príncipes, o de cualquier particular–, perjudica fraudulentamente al acusado, que recibe por su causa daños, tormentos y desazones, y aun muchas veces la muerte, sin poderse defender siquiera, pues desconoce el daño recibido, ya que se le acusó sin estar presente.

En efecto, Piero Valeriano, hace del basilisco la reina de las serpientes, siendo símbolo, entre otras cosas, de los efectos de la Calumnia.

Debemos decir que Ripa no nombra al basilisco en su capítulo de la Calumnia, como se nos dice en el lugar señalado; de hecho en italiano escribe Ripa:

CALVNNIA.

DONNA, che mostri essere sdegnata; nella sinistra mano tenga un Torchio acceso, & con la destra prenda per i capegli un giovanetto nudo, & lo raggiri, il quale alzi le mani giunte al Cielo. Dipingesi con un viso iracondo, perche è cagionata dall’iracondia, & dallo sdegno. Il Torchio acceso dimostra, che la Calunnia è istrumento attissimo ad accendere il fuoco delle discordie, & delle ruine di tutti i Regni. Il tirarsi dietro il giovine, che hà le mani giunte ci fà conoscere, che il calunniare non è altro, che lacerare la fama de gli innocenti.

MUJER, que muestre que está indignada, lleve en la mano izquierda una antorcha encendida, y con la derecha agarre por los cabellos y arrastre a un joven desnudo, que eleva sus manos juntas al cielo. Píntese con cara de enojo, porque está poseída por la iracundia y la indignación. La antorcha encendida demuestra que la calumnia es un instrumento muy apto para encender el fuego de la discordia y las ruinas de todos los reinos. El arrastrar al joven, que tiene las manos juntas nos hace saber que la calumnia no es otra cosa que lacerar la fama de los inocentes.

Ripa si nombra al basilisco, cuando habla de la eternidad y la malevolencia:

ETERNITÀ.

DONNA, giovane, & vestita di verde, per dimostrare, che ella non è sottoposta al tempo, nè consumata delle sue forze; starà à sedere sopra una sedia, con un’Asta nella mano sinistra posata in terra, & con la destra sporga un Genio. Così si vede scolpita in una Medaglia antica, con lettere, che dicono: CLOD. SEPT. ALB. AUG. Haverà ancora in capo un Basilisco d’oro; questo animale era presso à gli Egittij indicio dell’eternità, perche non può essere ammazzato da animale alcuno, sì come dice Oro Egittio ne’ suoi Hieroglifici, anzi facilmente co’l fiato solo ammazza le fiere, & gli huomini, & secca l’herbe, & le piante. Fingesi d’oro, perche l’oro è meno soggetto alla corrottione degli altri Metalli.

ETERNIDAD

Mujer, joven, y vestida de verde para mostrar que no está sujeta al tiempo ni consumada en sus fuerzas; estará sentada en una silla, con una lanza en la mano izquierda apoyada en el suelo, y con la derecha aleje un genio. Así se ve en una medalla antigua tallada con letras que dicen CLOD. SEPT. ALB. AUG. Tendrá también en la cabeza un basilisco de oro; este animal era tomado por los egipcios como indicio de la eternidad, porque no puede ser muerto por ningún animal, como dice Horopolo el Egipcio en sus Jeroglíficos, fácilmente sólo con su aliento mata las fieras y los hombres y seca las hierbas y las plantas. Se modela con oro, porque el oro está menos sujeto a corrupción que los otros metales.

Como vemos, aquí Ripa nos recuerda a Horopolo, cuando en sus Hieroglyphika nos habla del basilisco como símbolo de eternidad entre los egipcios.

MALEVOLENZA.

VECCHIA con occhi concavi, brutta, scapigliata, & magra, con un mazzo d’Ortiche in mano, & un Basilisco appresso. Questa è della medesima natura dell’affettione, dalla quale nasce, che è l’Odio, ma per esser meno principale, & molto ristretta è dipinta in questo luogo donna vecchia, perche l’età senile la partorisce, essendo, che i giovani nuovi al Mondo stimano parimente nuove tutte le cose, & però le amano, ma i vecchi come stanchi di vedere gran copia di cose hanno à noia facilmente il tutto. È scapigliata per dimostrare, che i malevoli non allettano gli animi à benevolenza, anzi si fanno abhorrire come peste, che infetti le dolci conversationi, il che dichiara il Basilisco, che solo con lo sguardo gli huomini avelena…

MALEVOLENCIA

Vieja con ojos huecos, fea, desaliñada y delgada, con un manojo de ortigas en la mano y un basilisco al lado. Es de la misma naturaleza que el afecto, de la que surge, que lo es el odio, pero por ser menos importante y muy reducida está pintada como mujer vieja, porque la vejez la da a luz, pues ocurre que los jóvenes nuevos en el mundo estiman por igual nuevas todas las cosas y las aman, pero los viejos como están cansados de ver gran cantidad de cosas se aburren fácilmente de todo. Está despeinada para demostrar que los malos no llevan sus ánimos hacia la benevolencia, sino que se hacen odiar como la peste que infecta las dulces conversaciones, lo que evidencia el Basilisco, que sólo con su mirada envenena a los hombres…

De aquí hemos obtenido este texto, que continúa el de Pierre de Beauvais (Cahier II, 213-215), que antes hemos ofrecido:

Este animal es el rey de todos los demás reptiles, y temido por ellos, igual que el león es más poderoso y temido que todas las demás bestias. Y no puede pasar por un lugar, sin que éste pierda su virtud; pues jamás volverá a producir, ni hierba ni otra cosa alguna. Y si toca un árbol, éste pierde su virtud, y jamás dará fruto; ha de perecer y secarse. No obstante, es un bello animal, de hermoso color manchado de blanco. Pero otro tanto sucede con muchas cosas que son atractivas, pero malas. Quien desee matar a este animal, deberá tener un claro recipiente de cristal o de vidrio, a través del cual pueda ver a la bestia. Pues al tener el hombre la cabeza tras el vidrio o el cristal, el basilisco no puede distinguirlo, y su mirada es detenida por el cristal o el vidrio; cuando el basilisco arroja su veneno por los ojos, es de tal naturaleza que, si choca contra algún objeto, rebota hacia atrás contra él, y ha de morir.

Este animal representa al diablo, al mismo Satanás que se escondió en el paraíso, que engañó a Eva y a Adán; así comieron del fruto prohibido. Por eso fueron expulsados del paraíso, y cuando murieron, fueron a caer a la cisterna del infierno. Así fueron envenenados, ellos y todos ¡los descendientes de Adán durante cuatro mil años, que murieron todos y cayeron a la cisterna, con el basilisco, es decir, al infierno, con el demonio. El hijo de un rey se dolió de que este animal fuera tan venenoso, y que matase a todo el mundo; y que nadie pudiese matar o contemplar a la bestia. Entonces, entró el hijo del rey a un recipiente mucho más transparente que el vidrio o el cristal; entended que el Hijo de Dios entró en el cuerpo bendito de Nuestra Señora, la Virgen más clara y limpia, María su madre. Entonces, el basilisco arrojó por los ojos su veneno, al contemplar el recipiente en el que se encontraba el hijo del rey; y el veneno chocó contra el recipiente, sin poder hacer daño a nadie, salvo a la bestia. Entonces, rebotó el veneno sobre el animal, y éste permaneció languideciente hasta que el hijo del rey se encontró fuera el recipiente en el que se hallaba; entended que Nuestro Señor Jesucristo estuvo en el vientre de su madre, por lo que el Enemigo languidecía hasta que fue clavado en la Cruz, donde murió. Y cuando Dios fue llevado a Su sepulcro, y resucitó al tercer día, el hijo del rey, Jesucristo, entró en la cisterna vieja, y sacó de ella a todos sus amigos, a los que el basilisco había atraído y matado con u veneno, desde que Adán cayera dentro; y condujo a la caridad y a la alegría a todos a los que se llevó consigo. Entended que Dios arrebató a sus amigos del infierno, merced a la muerte que quiso sufrir por Su pueblo.

En el De Bestiis, 214 de el Fisiólogo, que sigue siendo una de las primeras compilaciones de las interpretaciones alegóricas de la naturaleza de las plantas y de los animales, compuesta en parte por materiales antiguos, la historia natural más reproducida y más utilizada en la Edad Media y la base de todos los bestiarios posteriores, se nos dice:

Es el rey de las serpientes, que huyen en cuanto lo ven, pues las mata con el aliento. Si ve un hombre lo mata. Ninguna ave voladora escapa si ve al basilisco, pues, incluso desde muy lejos, es quemada por el fuego de su boca….Este mismo animal se llama también silbido, pues mata silbando, antes de morder o abrasar. El basilisco es el rey de los reptiles; con su sola mirada mata al hombre; hace perecer con su aliento a las aves voladoras, y está tan lleno de veneno que reluce; si el hombre lo ve primero, no puede hacerle daño, y el basilisco queda como único rey en la arena vacía. (De Bestiis, 214)

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