Rubens, La cabeza de Medusa (detalle)
En nuestra serie Píntame un mito olvidamos publicar esto sobre el cuadro Medusa de Rubens.
Estábamos comentando la Medusa (1617) de Peter Paul Rubens, conservada en el Kunsthistorisches Museum de Viena, con información sacada de aquí.
Posiblemente estos experimentos de maestros italianos impulsó a Rubens a pintar su propia obra, aunque no se puede descartar que el tema del cuadro fuera solicitado por un mecenas para su colección. La cabeza de Medusa de Rubens difiere de la obra de Caravaggio tanto en los términos de la composición como en el motivo seleccionado. Mientras Caravaggio mostraba la Gorgona en el momento de su grito final antes de su muerte, Rubens captó en su óleo la cabeza de una mujer ya muerta.
Frente al fondo de un paisaje tenebroso con nubes bajas vemos la cabeza brillantemente iluminada de Medusa que yace en un lecho de piedra privado casi de vegetación. Su rostro mortalmente pálido, con la mirada congelada, ojos vidriosos y boca entreabierta, están llenos de una expresión de horror. Aunque Medusa está muerta, su repulsivo cabello de serpientes continúa vivo: se mueve, se retuerce, se agita, se entrelaza, formando anillos y bolas móviles. Las gotas de sangre que han caído al suelo producen pequeñas serpientes recién nacidas. Los insectos y los reptiles en la pintura aparecen obviamente porque desde tiempo inmemorial han causado miedo y repulsión a los seres humanos. En muchos libros sobre símbolos de los siglos XVI y XVII están asociados con el mundo infernal y el pecado. Ése es el sentido más probable que aportan al cuadro de Rubens, así como que captan nuestra atención directamente a la cabeza de la Gorgona Medusa.
Todos los seres representados en el cuadro están ejecutados con gran maestría y cada uno de ellos atestigua la actitud seria mostrada en aquella época con relación a todo lo inusual en el mundo de la naturaleza viva. El propio Rubens era un coleccionista y semejante interés no era extraño en él. Como muchos de sus compatriotas, junto a las obras de arte coleccionaba rarezas de la naturaleza (por ejemplo, estrellas y conchas marinas).
Con toda probabilidad, la pintura de Medusa fue compuesta por Rubens para un conocedor del arte y de los objetos naturales, el propietario de un “estudio de rarezas”. La obra data de 1617-1618 en base a la semejanza artística entre la ejecución de la cabeza de Medusa y la forma de representar los endemoniados en su cuadro El milagro de San Ignacio de Loyola (Kunsthistorisches Museum, Viena) realizado en 1617.
Rubens, El milagro de San Ignacio de Loyola (1617) Kunsthistorisches Museum de Viena
Hasta aquí el texto sacadp de la página de Codart.
De 1630 es la escultura de Bernini, conservada en los Museos Capitolinos de Roma.
De 1878 es la Medusa de Arnold Böcklin.
Medusa (1878) de Arnold Böcklin.
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