Hoy, en la cantina del instituto, Leo me ha enseñado el primer billete de la nueva serie de cinco euros, y le he hecho la consiguiente explicación sobre la princesa fenicia que da nombre al continente.
El nuevo billete añade a las grafías latina (EURO) y griega (ΕΥΡΩ), la cirílica (EBRO), por ser el cirílico el tercer alfabeto oficial de la Unión Europea desde la entrada de Bulgaria en 2007.
En esta página hay un vídeo muy interesante sobre el origen y procedencia de la nueva cara del billete de cinco euros, tomada de un jarrón hallado en el sur de Italia y conservado en el Louvre.
Pierre Grimal, en su Diccionario de Mitología Griega y Romana, escribe sobre Europa:
Zeus vio a Europa cuando estaba jugando con sus compañeras en la playa de Sidón, o de Tiro, donde reinaba su padre. Inflamado de amor por su belleza, se metamorfoseó en un toro de resplandeciente blancura y cuernos semejantes a un creciente lunar; con esta forma fue a tumbarse a los pies de la doncella. Ésta, asustada al principio, va cobrando ánimo, acaricia al animal y acaba por sentarse en su espalda. En seguida, el toro se levanta y se lanza hacia el mar. A pesar de los gritos de Europa, que se aferra a sus cuernos, se adentra en las olas y se aleja de la orilla; de este modo llegan los dos a Creta. En Gortina, Zeus se une con la joven junto a una fuente y bajo unos plátanos que, en memoria de estos amores, obtuvieron el privilegio de no perder jamás sus hojas.
Europa dio tres hijos a Zeus: Minos, Sarpedón y Radamantis. También se le atribuye la maternidad de Carno, que fue amado de Apolo, e incluso la de Dodón. Luego Zeus le otorgó tres presentes: le entregó a Talo, el «autómata» de bronce, que guardaba las costas de Creta contra todo desembarco extranjero; un perro que no podía dejar escapar ninguna presa, y una jabalina de caza que jamás erraba el blanco. Casóla después con el rey de Creta, Asterión, hijo de Téctamo, que, no teniendo hijos, adoptó a los de Zeus. A su muerte, Europa recibió honores divinos. El toro cuya forma había adoptado Zeus se convirtió en una constelación y fue colocado entre los signos del Zodiaco.
En la fábula 178 de Higino podemos leer:
EVROPA.
Europa A<rg>iopes et Agenoris filia Sidonia. Hanc Iuppiter in taurum conuersus a Sidone Cretam transportauit et ex ea procreauit Minoem Sarpedonem Rhadamant<hu>m. Huius pater Agenor suos filios misit ut sororem reducerent aut ipsi in suum conspectum non redirent. Phoenix in Africam est profectus, ibique remansit; inde Afri Poeni sunt appellati. Cilix suo nomine Ciliciae nomen indidit. Cadmus cum erraret, Delphos deuenit; ibi responsum accepit ut a pastoribus bouem emeret qui lunae signum in latere haberet, eumque ante se ageret; ubi decubuisset, ibi fatum esse eum oppidum condere et ibi regnare. Cadmus sorte audita cum imperata perfecisset et aquam quaereret, ad fontem Castalium uenit, quem draco Martis filius custodiebat. Qui cum socios Cadmi interfecisset a Cadmo lapide est interfectus, dentesque eius Minerua monstrante sparsit et arauit, unde Spart<o>e sunt enati. Qui inter se pugnarunt. Ex quibus quinque superfuerunt, id est Chthonius Vdaeus Hyperenor Pelorus et Echion. Ex boue autem quem secutus fuerat Boeotia est appellata.
Europa es la hija de Argíope (Telefasa) y Agenor, de Sidón. A ésta Júpiter, metamorfoseado en toro, la transportó de Sidón a Creta y de ella engendró a Minos, Sarpedón y Radamantis. Su padre Agenor envió a sus hijos a que trajeran de regreso a Europa o que ellos no volvieran a su vista. Fénix marchó a África y allí permaneció; por ello los africanos son llamados púnicos. Cílix dio su nombre a Cilicia. Cadmo, mientras andaba errante, llegó a Delfos; allí recibió un oráculo en el sentido de que comprara un buey, que tenía el símbolo de la luna en un costado, a unos pastores y que lo hiciera marchar ante él; donde se echara, allí el oráculo establecía que él fundara una ciudad y allí reinara. Cadmo, oído el oráculo y habiendo realizado lo ordenado, mientras buscaba agua, llegó a la fuente Castalia, que un dragón, hijo de Marte, custodiaba. Éste, habiendo matado a los compañeros de Cadmo, fue muerto con una piedra por Cadmo, y, por orden de Minerva, esparció los dientes de la bestia y labró, y por ello brotaron los Spartoi (es decir, los hombres sembrados). Éstos lucharon entre sí y de ellos sobrevivieron cinco, esto es, Ctonio, Udeo, Hiperenor, Peloro y Equión. Por el buey que él había seguido recibió el nombre Beocia.
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