Feeds:
Entradas
Comentarios

Archive for 28 de abril de 2010

El artículo de hoy surge con el deseo de demostrar, en primer lugar, que quien esto escribe es, en el fondo, bastante ignorante; después que, antes de responder a una cuestión, nunca está de más informarse bien sobre ella; en tercer lugar que, a veces, damos por sentadas y correctas ciertas informaciones y conocimientos, que una pequeña consulta puede hacer tambalear. Finalmente, quiero manifestar la importancia y la conveniencia de cerciorarse debidamente, acudiendo a las fuentes solventes, sobre cualquier asunto.

En el fondo, en este asunto pulula la famosa frase: la ignorancia es muy atrevida.

Estas reflexiones surgieron tras una consulta etimológica que me planteó un compañero de trabajo.

Paso, sin más, a ofrecer la respuesta que, tras documentarme, di a mi colega.

Un preclaro y erudito compañero, experto en cosmología y dizque admirador de Albert Einstein, Jefe del Departamento de Física y Química y profesor de la nueva asignatura Ciencias para el Mundo Contemporáneo, tuvo a bien, ponerme en un brete, cuando andaba yo en otros menesteres más vulgares, a la par que laboriosos, como son la introducción de notas en el programa SGD (Sistema de Gestión Docente) y el trasvase de datos a otro programa, el GESCEN (Gestión de Centros).

Su pregunta, no creo que capciosa, pero sí compleja, fue la siguiente (mutatis mutandis):

– Cuando digo caca, pedo, pis, ¿digo bien si utilizo el término “escatología”. También hablo de “escatología”, cuando, en el ámbito religioso, me refiero al ”más allá’” o a la muerte y lo que pueda haber detrás o después. ¿En ambos casos la palabra “escatología” viene del mismo término?

Servidor, pillado en fuera de juego se inclinaba, en una primera instancia, por la respuesta afirmativa a tal cuestión, y así lo tenía, como demostraré, mal entendido.

Luego, pese a que, como dije, estaba enfrascado en otros menesteres, picado en mi orgullo, en mi amor propio y en mi inseguridad, quise acceder al Diccionario de Bally, pero no logré hallarlo en Google; busqué en el Diccionario médico-biológico, histórico y etimológico (Dicciomed) de Francisco Cortés Gabaudán y hallé lo siguiente respecto a escatófago:

escatófago, ga [scatophagus]

adj. (Ecol.) Que se alimenta de excrementos.

skato- σκάτος gr. ‘excremento’ + -phag(o)-φαγος gr. ‘que come’ + -o/-a esp.

Leng. base: gr. Antigua reintroducida. En gr. skatóphagos σκατόφαγος con el mismo significado.

Esa búsqueda me sirvió para caer en la cuenta de mi error. Escatología tiene dos acepciones, como el Diccionario de la Real Academia de la Lengua señala:

escatología1.

(Del gr. σχατος, último, y -logía).

1. f. Conjunto de creencias y doctrinas referentes a la vida de ultratumba.

escatología2.

(Del gr. σκρ, σκατς, excremento, y -logía).

1. f. Tratado de cosas excrementicias.

2. f. Cualidad de escatológico2.

Consultado después el Bally, nos lo corrobora.

Por su parte Pierre Chantraine, en su Dictionnaire Étymologique de la Langue Grecque, nos dice que σκρ, σκατς:

Es un viejo tema neutro alternante en *r/n; la lengua hitita, del mismo tronco indoeuropeo que el griego, posee la palabra ŝakar, genitivo ŝaknaŝ con vocalismo “a” del radical.

El noruego antiguo tiene skarn.

Curiosamente la palabra escandinava skarn se usa para referirse a:

Skarn o depósito «pirometasomático»

La definición de «Skarn» no es tan exacta y tal vez se ha cambiado en los tiempos. Más encima la palabra «skarn» era una denominación antigua de mineros suecos para una ganga (sin mineralización) de alto contenido en silicatos. BATEMAN (1982) y otros usan «depósitos pirometasomaticos» – pero actualmente se ha aumentado considerablemente el uso de la palabra Skarn. Un Skarn es un depósito formado en un ambiente de metamorfismo de contacto con roca de caja de carbonatos (calizas o talvez margas). Adicionalmente de los fenómenos del metamorfosis de contacto se puede detectar una fuerte metasomatosis (o alteración) en las rocas de calizas y en el plutón. Este metasomatosis se manifiesta por una intensa movilización de líquidos del plutón hacía la roca de caja y desde la roca de caja hacía el plutón. La parte del skarn que perteneció a la roca intrusiva se llama endoskarn, la parte que perteneció a la roca de caja exoskarn. La mineralización puede afectar ambas  partes, pero en el exoskarn es más común.

Existe Skarn de magnesia (generalmente tiene minerales como forsterita u otros silicatos de Mg) y Skarn de calcio (contiene silicatos de calcio; por ejemplo diopsita o andradita).

La mena generalmente muestra una distribución muy heterogénea muchas veces asociado a fracturas como fallas y diaclasas. La temperatura de génesis puede llegar a los 800ºC, pero en la mayoría se mueve entre 400ºC hasta 500ºC. La metamorfosis forma algunos minerales específicos como wolastonita, diópsido, tremolita, actinolita y granates.

Leído aquí.

Y en latín tenemos “muscerda (estiércol de ratón). Esta última palabra nos permite relacionar σκρ, σκατς con el latín stercus, stercoris (excremento), de donde procede

estiércol.

(Del lat. stercus, -ŏris).

1. m. Excremento de cualquier animal.

2. m. Materia orgánica en descomposición, principalmente excrementos animales, que se destina al abono de las tierras.

Y el derivado “estercolero”.

En griego moderno queda la palabra σκατό, empleado también como prefijo peyorativo.

Derivado de σκρ tenemos σκωρία (escoria, cagafierro) y σκουρία (herrumbre, orín) que pasa al latín scoriam (del mismo significado).

escoria.

(Del lat. scorĭa).

1. f. Sustancia vítrea que sobrenada en el crisol de los hornos de fundir metales, y procede de la parte menos pura de estos unida con las gangas y fundentes.

2. f. Materia que, al ser martilleada, suelta el hierro candente.

3. f. Lava porosa de los volcanes.

4. f. Residuo esponjoso que queda tras la combustión del carbón.

5. f. Cosa vil y de ninguna estimación.

Respecto a la escatología, entendida como conjunto de creencias y doctrinas referentes a la vida de ultratumba, procede del adjetivo σχατος (que se encuentra en el extremo, último), palabra que subsiste en el griego puro.

De la Wikipedia rescato este párrafo:

Escatología y esjatología

En español, la escatología significa dos cosas completamente diferentes: el ‘conjunto de creencias referentes al fin de los tiempos’ (de ésjatos: ‘último’) y también el ‘estudio del excremento’ (de skatós: ‘excremento’). Para los ingleses, nuestro sonido j se escribe como una h o más claramente como una kh, como en Akhenaton (nuestro Ajenatón), Khakasia (Jakasia), Kharkov (Járkov), Khartum (Jartum) o Khuzestan (Juzestán). Sin embargo, los eruditos españoles trasliteraron involuntariamente dos fonemas distintos (la k y la kh inglesa) con la misma letra (c), por lo que los dos conceptos distintos quedaron homónimos.

Es notable la aclaración que hace el escritor y sacerdote católico Leonardo Castellani:

Esjatológico: ¿por qué escatológico con jota? Porque así debe ser. Hay dos palabras morfológicamente parecidas en español: “escatológico”, que significa pornográfico —de scatós, término griego que significa ‘excremento’— y “esjatológico”, que significa ‘noticia de lo último’ —de ésjaton, ‘lo último’— las cuales son confundidas hoy día, por descuido o posdescuido o ignorancia o periodismo, incluso en los diccionarios (Espasa, Julio Casares); de modo que risueñamente el apóstol San Juan resulta un escritor ¡pornográfico o excremental! Yo hago buen uso; si el buen uso se restaura, mejor, sino, paciencia. Poco cuidado con nuestra lengua se tiene hoy día.

Leonardo Castellani, El Apokalypsis de san Juan (pág. 313). Buenos Aires: Dictio, 1977.

En concreto, la escatología se refiere a “los finales” (en griego, τ ἔσχατα) como leemos en el libro del Eclesiástico:

7, 36:

ν πσι τος λγοις σου μιμνσκου τ σχατ σου κα ες τν αἰῶνα οχ μαρτσεις

In omnibus operibus tuis memorare novissima tua, et in æternum non peccabis.

En todas tus acciones ten presente tu fin, y jamás cometerás pecado.

28, 6

μνήσθητι τὰ ἔσχατα καὶ παῦσαι ἐχθραίνων καταφθορὰν καὶ θάνατον καὶ ἔμμενε ἐντολαῖς

Memento novissimorum, et desine inimicari: tabitudo enim et mors imminent in mandatis eius

Acuérdate de las postrimerías, y deja ya de odiar, recuerda la corrupción y la muerte, y sé fiel a los mandamientos.

38, 20

μ δς ες λπην τν καρδαν σου πστησον ατν μνησθες τ σχατα

Ne dederis in tristitia cor tuum, sed repelle eam a te, et memento novissimorum

No des tu corazón a la tristeza, evítala acordándote del fin.

48, 24

πνεματι μεγλ εδεν τ σχατα κα παρεκλεσεν τος πενθοντας ν Σιων

Spiritu magno vidit ultima, et consolatus est lugentes in Sion usque in sempiternum

Con el poder del espíritu vio el fin de los tiempos, y consoló a los afligidos de Sión.

Me pareció oportuno aportar en la respuesta a la consulta un texto sacado de aquí; es el siguiente:

Escatología en el sentido religioso

La escatología cristiana y su significado

La palabra escatología deriva del griego (ἔσχατα) “éskhata”, que significa «cosas últimas»; fue traducida al latín en la versión de la Biblia llamada «La Vulgata» como ‘novissima’, que significa «lo más nuevo» o «las cosas más recientes». «En todas tus acciones ten presente tu fin, y jamás cometerás pecado» (Ecl 7, 36). Es común que se recurra a este último pasaje bíblico para intentar fundamentar un tratado de escatología, en la que la Biblia se refiere al fin individual de cada persona.

Sin embargo, con esta definición se hace un lado a lo que se conoce como escatología intermedia: aquella que estudia la etapa que va desde la muerte de cada persona hasta el final de toda la humanidad. «(…) la escatología se refiere, sobre todo, al destino del hombre y del mundo después de la muerte»

La escatología en el Nuevo Testamento

Tiene su característica propia en el acontecimiento de Cristo, considerado como presencia personal de Dios en la Tierra y también como anticipación de la manifestación futura de Dios con la venida del Espíritu Santo.

Desde sus comienzos la fe cristiana consideró a la resurrección de Cristo no sólo en relación al pasado como cumplimiento de las profecías divinas, sino también en relación al futuro, como anticipación y garantía de la salvación venidera al final de los tiempos. El sentido escatológico del misterio de Cristo, desde su entrada en el mundo hasta su resurrección, adquiere así una perspectiva nueva: aparece la teología de la carta a los Hebreos, por ejemplo, que nos da su visión de Cristo como presencia personal de Dios en la historia (Hb 1, 1.4).

Según San Pablo, Cristo se encarna en «la plenitud de los tiempos» (Gal 4,4) y presenta todo el misterio de Dios como un mismo acontecimiento que se inicia en la encarnación como apropiación de nuestra existencia temporal y mortal, que culmina en la cruz «y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte en cruz. Por lo cual Dios se exaltó y le otorgó el Nombre que está por encima de todo nombre» (Flp 2, 6-11), y que llega a su plenitud con la glorificación del Señor.

San Pablo subraya también el acto de la potencia divina en su resurrección, que da lugar a la divinización plena de la humanidad de Cristo (Col 1,9; 2,9). Cristo se hace hombre para que el hombre se haga Dios. Cristo nos comunica una gracia que nos la hace saber con la cruz. Santo Tomás concluye que la economía salvífica de Dios para el hombre se ha cumplido. Cristo, al encarnarse, asume la naturaleza humana con todo lo que implica. Asume el límite característico del hombre al unir lo infinito con lo finito. También lo afirma el Catecismo: «El fin último de toda la economía divina es el acceso de los hombres a la unidad perfecta de la Trinidad. Pero desde ahora somos llamados a participar de Dios trino» Además de aludir, claro está, al misterio central de la revelación: a Dios trino y salvador del hombre.

En la teología cristiana hablamos de pleroma; de la encarnación del Verbo que significa el fin del universo. Así, Cristo aparece como fin y como plenitud, porque todo resucita con Cristo y todo llega a su fin. Por ello decimos que Cristo es Señor de la historia y Cabeza de la Iglesia (Ef 1, 22) (Apoc 22, 12.13).

«Si alguno me ama, guardará mi palabra y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos morada en él» (Jn 14,23).


Read Full Post »