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Archive for 6 de abril de 2010

¿Onus est honos? (II)

Seguimos con esta serie de artículos sobre la democracia ateniense, que nacen de nuestra preocupación y protesta ante los casos de corrupción, cohecho, trato preferente, pelotazos, nepotismos, despilfarro, gastos dudosamente provechosos, amiguismos y demás comportamientos poco honrados e inmorales de buen número de miembros de la clase política española. Realmente, por lo que estamos viendo, sin ir más lejos hoy, parece que honos non est onus.

La rendición de cuentas de quienes ostentaban un cargo público al término de su desempeño era algo obligatorio en la antigua Atenas. Cualquier ciudadano podía acusarle por su conducta durante el ejercicio de su cargo. En el capítulo 54 Aristóteles nos dice:

Κληροσι δ κα τσδε τς ρχς· δοποιος πντε, ος προσττακται δημοσους ργτας χουσι τς δος πισκευζειν· κα λογιστὰς δκα κα συνηγρους τοτοις δκα, πρς ος παντας νγκη τος τς ρχς ρξ[αντ]ας λγον πενεγκεν. οτοι γρ εσι μνοι <ο> τος πευθνοις λογιζμενοι κα τς εθνας ες τ δικαστριον εσγοντες. Κν μν τινα κλπτοντ᾿ ξελγξωσι, κλοπν ο δικαστα καταγιγνσκουσι, κα τ γνωσθν ποτνεται δεκαπλον. ν δ τινα δρα λαβντα πιδεξωσιν κα καταγνσιν ο δικαστα, δρων τιμσιν, ποτνεται δ κα τοτο δεκαπλον. ν δ᾿δικεν καταγνσιν, δικου τιμσιν, ποτνεται δ τοθ᾿ πλον, ν πρ τς θ πρυτανεας κτεσ τις, ε δ μ, διπλοται. τ> δεκαπλον ο διπλοται.

Nombran también por sorteo las siguientes magistraturas: cinco constructores de caminos, a quienes se les encomienda conservar los caminos con esclavos públicos. Y diez contadores y diez defensores del fisco que los asisten, ante los cuales todos los que han ejercido cargos deben rendir cuentas. Pues éstos son los únicos que toman cuentas a los sometidos a darlas y las llevan al tribunal. Y si se comprueba que alguien ha robado, los jueces valoran el robo y debe pagar el décuplo de lo valorado. Si le denuncian por cohecho y los jueces lo condenan, valoran la cuantía de los regalos y ha de pagarla también decuplicada. Y si condenan por malversación, valoran ésta y la pagará en su valor si la satisface antes de la novena pritanía, y si no, pagará el doble. El décuplo, en cambio, no se dobla.

Robert Flacelière en La vida cotidiana en Grecia en el siglo de Pericles, en el capítulo La población: ciudadanos, metecos, esclavos dice:

El recelo de la democracia respecto a todos aquellos en quienes delegaba una parcela de poder era enorme. El número de magistrados, reunidos siempre en colegios, era la primera precaución. Sólo podían ejercer sus funciones, como los bouleutas (los consejeros), después de haber superado un minucioso examen, la δοκιμασία (citada en los textos de Aristóteles), que tenía en cuenta tanto su moralidad como su competencia. Cada magistrado prestaba juramento y siempre podía quedar destituido por un voto de la asamblea (ἐκκλησία), e incluso condenado a muerte, como lo fueron, en el año 406, los estrategos vencedores en las islas de las Arginusas. Al final de su mandato debían someterse a una minuciosa rendición de cuentas (εὐθύνα). Además, la Asamblea del pueblo podía castigar con el ostracismo, es decir, con un exilio de diez años, a cualquier político cuya actuación hubiera resultado sospechosa durante el ejercicio de las funciones, sin que fuera necesario ningún cargo para acusarlo.

Del ostracismo nos habla Aristóteles en el capítulo 22, a propósito de las reformas de Clístenes:

Τοτων δ γενομνων δημοτικωτρα πολ τς Σλωνος γνετο πολιτεα. κα γρ συνβη τος μν Σλωνος νμους φανσαι τν τυραννδα δι τ μ χρσθαι, και[ν]ος δ᾿ λλους θεναι τν Κλεισθνη στοχαζμενον το πλθους, ν ος τθη κα περ το στρακισμο νμος. πρτον μν ον τει πμπτ μετ τατην τν κατστασιν, φ᾿ Ερμοκροντος ρχοντος, τ βουλ τος πεντακοσοις τν ρκον ποησαν, ν τι κα νν μνουσιν. πειτα  τος στρατηγος ροντο κατ φυλς, ξ κστης φυλς να, τς δ πσης στρατις γεμν ν πολμαρχος. τει δ μετ τατα δωδεκτ νικσαντες τν ν Μαραθνι μχην, π Φαινππου ρχοντος, διαλιπντες τη δο μετ τν νκην, θαρροντος δη το δμου, ττε πρτον χρσαντο τ νμ τ περ τν στρακισμν, ς τθη δι τν ποψαν τν ν τας δυνμεσιν, τι Πεισστρατος δημαγωγς κα στρατηγς ν τραννος κατστη. κα πρτος στρακσθη τν κενου συγγενν Ιππαρχος Xρμου Κολλυτες, δι᾿ ν κα μλιστα τν νμον θηκεν Κλεισθνης, ξελσαι βουλμενος ατν. ο γρ ᾿Αθηναοι τος τν τυρννων φλους, σοι μ συνεξαμαρτνοιεν ν τας ταραχας, εων οκεν τν πλιν, χρμενοι τ εωθυ τοῦ δήμου πρᾳότητι· ὧν ἡγεμὼν καὶ προστάτης ἦν ῞Ιππαρχος. εὐθὺς δὲ τῷ ὑστέρῳ ἔτει, ἐπὶ Τελεσίνου ἄρχοντος, ἐκυάμευσαν τοὺς ἐννέα ἄρχοντας κατὰ φυλὰς ἐκ τῶν προκριθέντων ὑπὸ τῶν δήμων πεντακοσίων, τότε μετὰ τὴν τυραννίδα πρῶτον. οἱ δὲ πρότεροι πάντες ἦσαν αἱρετοί. καὶ ὠστρακίσθη Μεγακλῆς ῾Ιπποκράτους ᾿Αλωπεκῆθεν. ἐπὶ μὲν οὖν ἔτη γ τοὺς τῶν τυράννων φίλους ὠστράκιζον, ὧν χάριν νόμος ἐτέθη, μετὰ δὲ ταῦτα τῷ τετάρτῳ ἔτει καὶ τῶν ἄλλων εἴ τις δοκοίη μείζων εἶναι μεθίσταντο· καὶ πρῶτος ὠστρακίσθη τῶν ἄπωθεν τῆς τυραννίδος Ξάνθιππος ᾿Αρίφρονος.


Una vez realizado esto, la constitución resultó mucho más democrática que la de Solón; sucedió, en efecto, que la tiranía suprimió, por desuso, las leyes de Solón, y Clístenes dio otras nuevas para hacerse con el pueblo, entre las cuales estableció también la ley sobre el ostracismo. Por primera vez, en el año quinto del establecimiento de este sistema de gobierno, siendo arconte Hermocreonte, impusieron al Consejo de los Quinientos el juramento que todavía ahora prestan. Después eligieron a los estrategos por tribus, uno de cada tribu, y el jefe de todo el ejército era el polemarco.

En el año duodécimo después de esto, vencieron en la batalla de Maratón, bajo el arcontado de Fenipo; y dejando pasar dos años después de la victoria, cuando ya tenía confianza en sí el pueblo, aplicaron entonces por primera vez la ley sobre el ostracismo; la cual se estableció a causa de los recelos contra los poderosos, porque Pisístrato, siendo demagogo y estratego,  se había convertido en tirano. El primero en ser desterrado por ostracismo fue uno de los parientes de aquél, Hiparco, hijo de Carmo, del demo de Colito, para quien especialmente había promulgado la ley Clístenes, ya que quería expulsarlo.

Los atenienses, a los amigos de los tiranos que no habían delinquido tomando parte en los desórdenes, los habían dejado habitar en al ciudad, de acuerdo con la acostumbrada benevolencia del pueblo, y el jefe y caudillo de éstos era Hiparco.

Inmediatamente, al siguiente año, en el arcontado de Telesino, sortearon mediante habas a los nueve arcontes, por tribus, de entre los quinientos elegidos previamente por los electores de los demos, lo que tuvo lugar entonces por primera vez después de la tiranía, pues lo anteriores habían sido todos elegidos; y fue desterrado por ostracismo Megacles, hijo de Hipócrates, del demo de Alópece. Durante tres años desterraban por ostracismo a los amigos de los tiranos, a causa de los cuales había sido promulgada la ley; después de esto, al cuarto año, comenzaron a expulsar también a los otros, si alguno se mostraba con demasiado poder. El primero en sufrir el ostracismo de los que no tenían que ver con la tiranía fue Jantipo, hijo de Arifrón.


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